REFLEXIONES. I.
Pronto se manifiestan los consuelos después de la muerte, lo cierto es, que son tan exigentes las necesidades de cada día para los vivos, que en lo más profundo de nuestro corazón insistimos en que los muertos se han librado del suplicio de vivir, mientras que cuando los tenemos entre nosotros, deseamos que no nos falten nunca.
Mientras luchamos por vivir, millones ansían morir, debe ser así desde el principio de los tiempos. La madre tierra lo exige así, mientras que el trigo espera pacientemente la madurez, las bellísimas amapolas nacen entre las espigas con la esperanza de morir pronto y regalarnos la mirada con sus hijos, ¡Y la Tierra tiene memoria!
La respuesta a nuestras oraciones pasa, por saber pedir y a quien hacerlo. Pedimos a nuestra mujer, hijos, padres, amantes. Ser al pedir, humilde y generoso responde a nuestros ruegos, lo que nos sea concedido debemos aceptarlo como gracia divina, nuestras oraciones, hechas de ese modo nos serán siempre concedidas.
En la guerra, como en la paz, hay cosas que nunca cambian, el deseo de vencer, y pasar bajo el arco de triunfo con multitudes que aplaudan nuestra gesta, no queremos ejércitos que nos antecedan ni que nos precedan, ¡menuda insensatez!.
Amar profundamente es lo que nos da valor ante todo aquel que nos contempla, sin amor la vida es difícil, siempre nos faltará el empuje y seremos como trillos que nunca se gobiernan.
Conversar con los demás se puede hacer de mil maneras, unos hablan y hablan, otros solamente escuchan, quiero ser de esos últimos, un buen conversador.
El manantial primero, un pequeño brote de agua que sale de entre las piedras, un poco más abajo se forma el riachuelo y no para, luego se convierte en rio y sentados agradecemos esas aguas que riegan los cultivos, más abajo va y se esconde a nuestros ojos, ahí perdemos su rastro pero su vida transcurre llena de poderío. Kilómetros más abajo se escucha el rugir de las aguas, nos acercamos y ¡mira! Ahí está el rio, con sus vigorosas aguas crea cascadas y meandros, saltos que nos dejan pasmados, por su fuerza y sus sonidos decimos: “Mira, ahí está el rio.” No, mentira, el rio está más arriba, donde casi no se ve, en aquellos pequeños borbotones nace que salen de la tierra, kilómetros más arriba esas son aguas puras, de estas si puedes beber.
Un borrico mal cargado se negó una tarde de estío a llevar a su dueño y más carga que este le puso encima, se bajó el dueño del animal y tiró de las riendas para que caminara de nuevo, el borrico no quería, bastonazos le daba el dueño, lo insultaba, hasta patadas le dio con el fin de que obedeciera, desalentado el buen hombre por no poder con él, sudando la gota gorda se dirigió al animal y frotándole el hocico se puso a hablar con el burro “Anda hombre, que queda poco para llegar a casa, hace un calor del diablo y en el establo te espera comida buena, camina por favor amigo.” El borrico contestó “Y antes de darme palos, ¿no podías haber hablado conmigo animal? sube de nuevo y vamos, pero una condición pongo, déjame ir a mí paso, que aunque tenga cuatro patas y esté aquí para servirte, no creas que soy insensible, tengo derecho a protestar cuando se me trata de modo tan bestia.”
Las caricias ¡son tan buenas!, aunque sea solo cuando sales a la calle del brazo de tu mujer, si cuando le brindas tú brazo le acaricias la palma de la mano, crecerá al momento, como un árbol plantado al lado del rio. No debe ser difícil, solo desearlo, como se desea la vista de un valle en plena primavera, o la vista de una cala escondida entre pinos que nadie conoce. Acariciar debe ser espontáneo no obligado, sin buscar a cambio algo que posee la otra persona y que en determinado momento deseamos. La caricia no debe ser obligada, no requiere sacrificio alguno, es fruto de la atracción, del deseo bien interpretado, y cuando la caricia nos lleva al lecho… entonces debemos pensar en todo lo nos perdemos.
Para caminar por la vida hace falta un buen equipaje, buenos zapatos, mejores deseos, y agradecer el camino que se nos puso delante.
Cuidar de un árbol frutal no es fácil, desde pequeño plantado en una buena tierra, crecerá casi al instante, por eso necesita que se le pongan tutores, obligarlo a que crezca bien, hacia arriba sin torcerse, preocuparse por los bichos que puedan dañarlo cuidar sus ramas. Cuando va haciéndose grande, la poda es necesaria, limpiarlo de ramas que desvíen su fuerza a otras partes. Cuando comienza a dar frutos y estos salen a su tiempo justo, maduran sin esfuerzo y a la vez va creciendo hasta encontrar bajo él una buena sombra, podemos decir que hemos hecho la mitad para que nuestros hijos den buenas brevas.
A más de uno le gustaría que el sol luciera un poco más en el cielo, otros desearían que fuera la luna la que tardara más horas en esconderse, son los mismos que viven la vida solo de forma aparente.
Hospitalario es aquel que nunca cierra la puerta de su casa, ni de día ni de noche, que es como decir, que siempre está alerta a las tiernas compasiones. La compasión es un sentimiento bueno, pero todavía mejor es la conmiseración, te implica en las situaciones de los demás.
Oh Diógenes, que gran hombre, vivir en un tonel e ir desnudo por las calles, seguidor del padre del cinismo Antístenes, quién visitado por Alejandro el Magno se atrevió a decirle que saliera de delante porque le tapaba el sol que lo calentaba. Eso le contestaría yo al rey y no me pondría traje.
No meterme en batallas que no son mías, eso me enseñó mi padre, él lo hizo por hacer un bien y terminó en la cárcel, protestó y alzó la voz y le dieron leña estando preso. No te puedes defender cuando te pillan con la maleta de un amigo llena de cosas robadas y un amigo de la infancia te pide que se las guardes. Se te llena de odio el alma y ya no te fías de nadie.
Si hicimos algo bien, no nos gloriemos por ello, cada día a nuestro alrededor otros hacen miles de cosas y callan, porque solo les gusta ser ellos.
Un amigo no nace, se hace, es aquel que sin pensarlo dos veces cambiaría su vida por la tuya. A un conocido no se le conoce lo suficiente, él estipula hasta donde quiere ser conocido, ¡fíjate en la diferencia!.
Le dijo el león a la gacela: “Cuidado con mis garras y mis dientes gacela…” ella le contestó: “Cierto es, pero ¿Has visto como salto? además corro mucho más que tú” Competir es tontería, que cada uno haga con sus patas y dientes lo que pueda con tal de poder vivir.
Al abeto lo han cortado del bosque, en tablas se ha convertido, y él llorando mientras puede exclama: ¿Por qué me habéis hecho esto? estar por estar al sol, hubiera preferido, secarme junto a mis hermanos.
La paz es un derecho que todos los humanos merecemos, hasta a los animales se les protege de posibles furtivos para que encuentren la paz en lugares establecidos, y mira tú por dónde, los cazadores de animales cazan ahora a humanos porque no pueden ir de safari.
El león, rey de la selva, se estaba muriendo, a su agonía acudieron todos los animales de la selva para mostrarle sus respetos, una gacela afuera esperaba viéndolo todo, el león al final la llamo: “¿No entras tú a mostrarme tus respetos gacela?” ella contestó con humildad: “No, porque veo aquí las señales de muchas patas que entran, pero ninguna que sale, pero no te preocupes, de todos modos tienes mi palabra de que vendré a tú entierro.”
“¡La quiero tanto…!”. Pues bien, que sepas que yo también quiero tener una pecera con delfines dentro, y por querer quiero también seguir queriéndola como hasta ahora y a ser posible más. Pero el querer no es ninguna garantía, ama intensamente a quienes tienes a tú lado y serás más feliz. Ahora bien para poder hacer esto es imprescindible saber qué clase de amor profesamos porque amar, lo que se dice amar, no es fácil.
Dos borrachitos apoyados el uno sobre el otro caminaban con dificultad al salir de la taberna, con la vista fija en el suelo para no tropezar, uno de ellos encontró dos monedas de euro, se agachó pidiéndole a su amigo que lo sujetara y cuando las tuvo en la mano le dijo al otro “Mira amigo mío, un euro ochenta para vino y el resto para pan.” Le recombino el otro “Pero… ¿es que vas a montar una panadería?.” Nunca le falta razón a quién ve los negocios desde diferente punto de vista, se le debe escuchar.
Dos hombres se encontraron en un camino pedregoso andando en la misma dirección, el primero caminaba despacio observando el lugar por donde pisaba, iba descalzo, el segundo, ligero como una liebre pasó junto a él calzado con unas buenas albarcas “Hombre de dios, te vas a moler los pies, ponte zapatos.” El otro asombrado le dijo “Si los tengo… pero quiero conservarlos, son mis únicos par de zapatos y como nadie me espera ni tengo destino fijo ¿Qué más me da ir sin zapatos yendo al lado del rio?.” Así es como algunos se toman la vida, con ligereza dudosa.
Una abuela delante de la lumbre en invierno trataba de mantener a raya a su anciano marido “¡Hombre no ves que ya somos muy mayores para andar retozando en la cama!” “Vaya por dios ahora somos mayores, años ha, muy jóvenes éramos, ¿Quieres decirme entonces cuando tenemos licencia para estar enamorados?”
En un entierro, el señor cura, dando el último responso a los que allí asistían refiriéndose al finado decía “Y ahora queridos hermanos deseamos de todo corazón que dios acoja a Serafín en su seno…” Una voz de entre los muchos presentes se alzó diciendo “En qué quedamos, ¿Cómo va a recibir dios así a Serafín si es espíritu y no tiene pecho?”.
Si no piensas eres irresponsable, si piensas, te señalan como a un alucinado, ¿ves como tienen razón muchos al señalar que la sabiduría es el principal escollo de la libertad?.
Dormir, levantarse, ir al trabajo, volver, comer y dormir. Mal invento para los profanos de la vida feliz. ¡Cuánto mejor sería, al contrario! dormir y comer, bostezar y estirarse, tomarse un café y charlar, si hace falta discutir con alguien, y luego… lo mejor, volver a dormir. Eso es lo que hacen ahora más de cinco millones de hermanos.
No hay que usar las armas, traen muerte y desgracia todas ellas. La más peligrosa sin duda alguna la llevamos siempre encima ¡cuidado con nuestra lengua!.
No es el mejor camino el que todos llevan en la misma dirección, mira si no a los salmones, a riesgo de perder la vida nadan contracorriente para mantener viva su especie. Honrados animales estos, dejando atrás a truchas y merluzas de rio, son un ejemplo de nobleza que a menudo no debemos olvidar.
Horacio en una ocasión dijo que cuando se sabe una cosa, sostener que se sabe es lo más valiente. Es cierto, lo más importante de tener una convicción es defenderla, a eso se le llama ser consecuente, a esto se le llama ser inteligente, otros dirían, ser sabio.
La elocuencia es buena, hace que los demás sepan con holgura lo que deseamos decirles, llegar a ellos con facilidad y si me apuras diré que en lenguaje coloquial ¿Qué más da?. Siempre encontraras al tonto de turno que interprete que donde dijiste digo, dijiste Diego.
Mi padre siempre decía que el dinero no tiene valor alguno, de hecho Tete es lo más barato del mundo, y si no lo ves así compáralo con el ser noble de corazón, honrado y trabajador, amigo de tus amigos… ¿Qué te parece, estoy en lo cierto o no?.
He aquí amigos míos un ejemplo de crueldad y estupidez. Dos senadores romanos se subieron a sus palanquines para acudir al senado, en un cruce se encontraron para encarar la Vía Apia camino de Roma, como es normal se saludaron, pero cada uno de ellos quería ser el primero en entrar en el parlamento de modo que a sus esclavos azuzaron para que fueran deprisa, así pues andados dos estadios los esclavos de uno y otro palanquín corrían como liebres hasta quedar extenuados, llegados al senado el perdedor interrogó al otro acerca de cómo había conseguido que sus esclavos fueran tan fuertes y que aguantaran tanto, el ganador respondió “Fácil amigo mío, cuando los compro los castro.” “Y eso ¿Cómo lo haces?” “Bien fácil es, al llegar a casa les hago abrir las piernas y con dos piedras de granito les aplastó los cojones.” “Joder, ¡que daño!” el otro contestó imperturbable “Hombre si te pillas los dedos sí que duele.” Así son los políticos hoy, crueles pero a la vez estúpidos, ¿por qué? Porque para doblegar a un hombre hace falta más que todo eso, estúpidos son repito, porque para dominar a un hombre del todo, han de sacarle los ojos, y por si acaso también, la lengua habría que cortarles. Y en el peor de los casos, quemarles los tímpanos, pero… claro, entonces ¿quién iría a votarlos? Ahora abría que añadir a crueles y estúpidos, insensatos.
Lo más hermoso en la vida, es ser como tú quieres ser, sin arrogancias eso sí, porque esa es una carrera que siempre tendrás perdida. En algún otro lugar del mundo, hay otro más arrogante que tú.
Cito directamente de La Biblia (Ecle.7:12) : “Porque la sabiduría es una protección, lo mismo que el dinero es una protección, la ventaja de la sabiduría es, que conserva vivos a sus dueños.” No se puede añadir nada a este ilustre pensamiento de Salomón.
Si fuéramos tan sencillos y fáciles de conformar como una simple golondrina, todos nuestros problemas quedarían en nada. Ellas emigran todos los años siguiendo las mismas rutas que es como decir rutinas, pero nada les inquieta salvo el acudir a sus nidos de vuelta y saciar el hambre de sus crías que son su futuro.
Una frase de Pascal “Le coeur a ses raisons que la raison ne connait point” Trad: “corazón tiene razones que la razón no conoce.” Es bien cierto que los argumentos del corazón son distintos de los de la razón.
“Carpe diem.” Dijo Horacio, es decir “Aprovecha el día presente.” Entre otras cosas, porque el futuro es un mero chasquido de dedos.
Amau Amalric, abad del Cister, legado del papa en la lucha contra los albigenses fue consultado un día acerca de cómo se distinguiría a los creyentes de los paganos, el contestó… “Matadlos a todos, dios se encargará de distinguir a los suyos.” ¡Con un par de huevos si señor! Cerca de ocho mil personas fueron muertas delante de la iglesia de La Madeleine, así ha sido siempre desde el principio de los tiempos, infundir temor a base de destrucción y expolio, y es que… ¡eso causa un efecto…!.
Nunca quieras convencer a nadie de que tuya es la razón, pues para razón tener dos cosas son menester: primero, razón tener, segundo, que te la quieran dar. La razón se da y se quita como si fuera un traje, te cambias de color cuando quieres y te perfumas de modo diferente para tener un pretexto claro de que eres razonable.
“Eres un pica flores…” me dijo un amigo un día. Puede que tengas razón en ello, pero no pienso renunciar si con ello sirvo como las abejas, fecundar otras flores con el propósito de crear nuevas plantas.
“¡Que dios nos asista…! Y baja el rio de lava por la montaña. Yo me pregunto cuando estas y otras cosas parecidas pasan ¿Está sordo dios? No que va, lo que pasa es que de nosotros puede prescindir cuando quiera, por ello es todopoderoso y omnisapiente, cuando quiere lo sabe todo y cuando quiere ignorar las cosas también.
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