sábado, 8 de octubre de 2011

LA IRA DE DIOS

                                               LA IRA DE DIOS

Dicen por ahí, que no hay que reírse de dios, porque a lo mejor existe, y si existe te puede oír, y si te oye  -dependiendo de lo que digas de él o de ellos-  puede castigarte. Pero he aquí un razonamiento que me parece lógico, y lo hago a manera de pregunta ¿Qué dios te oye y cual no? en consecuencia ¿Cuál de ellos te bendice o te castiga? El castigo o la bendición en el mundo que vivimos es muy subjetiva, discutible, motivo de controversia entre entendidos y profanos en teología, se me ocurre a voz de pronto que no todos los dioses pueden tener razón, haberlos hay miles de ellos, y hoy por hoy no se ha visto ninguna guerra declarada entre ellos. Si están en otro mundo cabe pensar que es difícil que nos llegue el ruido de las armas, y si no pelean, puede que tengan su propio espacio a manera de oráculo, probablemente para discutir las cuestiones de soberanía. Sea como sea, lo cierto es que siendo como es que no se conoce mundo como el nuestro, los humanos somos el blanco de atención de todos ellos. Eso debe ser así, porque no le cabe a uno en la cabeza que los humanos se inventen tantos dioses y por tantos siglos, así pues todos los Pepes, Juanitas, Margaritas, Filomenos y demás… tenemos que ser conscientes que debemos tener un dios si no queremos ser merecedores de que Zeus nos acierte con alguno de sus rayos y nos fulmine, o puede ser también, que como nos hemos portado mal desde el punto de vista de los dioses, nos reencarnemos en una rata o en un gusano de seda en lugar y nos pasemos muchísimos años así hasta que encontremos el camino hacia la introspección y la pureza, lo que haría que fuéramos a partir de entonces personas bendecidas.
Pero en honor a la verdad, yo no tengo tanto tiempo, ni ningún humano lo tiene, de manera que necesitamos una bendición o un castigo, que desde el punto de vista de los dioses sería exprés. “Res noi, qui la fa la paga.” y a la picota, coño me parece más justo eso que no quemarte las pestañas en una iglesia casi sin luz leyendo el misal, para que de pronto venga un terremoto y te caiga todo el techo encima desde una altura de veinte metros y hecho de piedra y mármol ¡tócate los cojones y baila! y la gente rezando allí para que los niños de Africa puedan salir del atolladero… vamos hombre. La gente que puede va a las catedrales porque normalmente allí oficia el obispo, sí, las catedrales llevan este nombre porque antiguamente allí se impartía clases de teología, latín, gramática y otras, a los seminaristas. A su vez el obispo escoge a determinados estudiantes con sus acólitos para darles clases “especiales”, oye que lujo tú, que el obispo se haya fijado en ti para darte clases particulares y así hacer de ti un hombre de provecho en la sociedad clerical. No se yo, si estaría a tiempo de apuntarme, ya lo miraré. El caso es que si dios es justo, todopoderoso, omnisapiente y omnipresente, me parece una putada muy grande que suceda esto, ¿Qué pensarán los pobrecillos devotos en ese instante de la catástrofe?   “Hay, alguna cosa he hecho mal, seguramente por haberme tirado al portero de mi casa, o a lo mejor porque me devolvió el cambio mal la de la pollería y me dio el cambio de cincuenta euros, cuando yo le pagué con un billete de veinte.” Joder, mira que matarte dios por eso, pero… es que los caminos del señor son inescrutables, a lo mejor te ha dado este castigo para que no lo vuelvas a hacer más… ¿Quién lo sabe?
Que nadie piense que la tengo tomada con la cristiandad, de eso nada, la tengo tomada conmigo mismo porque no sé a quién dirigirme que me pueda decir   “Entra aquí tío, nosotros estamos en posesión de la verdad absoluta, cree en nuestro dios, si crees el te salvará, y si mueres te liberará.”  ¡Venga hombre! Ya tenemos aquí a otro descubridor de la sopa de ajo, eso ya lo sé yo, cuando muera me liberará de la hipoteca, de los hijos que te machacan, y si me apuras en determinados casos, de la mujer que se folla todo lo que lleva pantalones, hasta el Kent de la Barbie se folló con tal de fastidiarla a la pobre.
Y los dioses ahí, en el séptimo cielo partiéndose el culo de risa en lugar de atender a los mortales. ¡Me cago en todo…!  Familiares míos me dicen que hay que tener esperanza, que a lo mejor si soy bueno dios me resucitará o que me puede incluso llevar al cielo, yo pregunto ¿con que condiciones, y si no se fija en mí y me pasa por alto?  ¿Qué mano levantaremos desde ninguna parte, convertidos en polvo para hacernos notar? A lo mejor lo hacen los dioses por sorteo como se hacía en la mili, “a ti te toca, a ti también y a ti, a ti no.” Mira, bien mirado lo hacen mejor los budistas oye, cuando la diñas se te llevan a una especie de altar a allí un carnicero, que debe ser algo parecido a un obispo, te descuartiza, separa la carne de los huesos y esta se la dan a los buitres para que vallas al cielo, bueno, tú espíritu, los huesos los queman. Oye pues bien ¿no? por lo menos sirves para algo después de muerto, no metido en un cubículo para que los cucos se aprovechen, así por lo menos se protege a una especie protegida, he, que no se te ocurra tirarles una piedra cuando comen los buitres porque si no te enchironan, bueno no, que los tibetanos no tienen cárceles para estas cosas, pero son capaces de echarte una maldición del copón, que es peor. Y eso en el nombre de Buda… o de cualquier otra de las divinidades que tienen. Una vez hablando con unos amigos parisinos que habían estado en la India hablando de las religiones y sus costumbres, me contaron que alucinaron con la cantidad de templos, templitos y templetes que tienen los indúes. Me suelta Jean, mi amigo, que tenían trescientas mil divinidades con sus respectivas sub divinidades, ¡anda la hostia! Como le caigas mal a una de estas cualquiera que fuere ya estás listo, no alcanzas el Nirvana ni con un fórmula 1, imposible agradar a todas ellas, divinidades algunas que son un auténtico geroglífico porque las hay con cuerpo humano con cabeza de elefante, humanas con ocho brazos, otras sujetando serpientes y aplastando a un buey. Eso, dioses y más dioses, cuidado,  todos son buenos y te dan lo que les pides eso sí. Hay dioses que están representados por un monolito  -que los hay de todos los tamaños-  que son sencillamente un nabo, no quiero decir un nabo de los que se crían en la tierra, quiero decir un nabo, nabo, vamos que lo representan hasta con los cojones en la base, y ahí van las mujeres que desean hijos para pedírselos. ¡Se habrá visto cosa igual…! Coño, pues pídete vacaciones y metete en la piltra con la parienta hasta que uno de los dos se agote, ya verás cómo te quedas preñada… en lugar de rezarle a la picha de piedra.
Los dioses van a lo suyo, no pongo en duda la religiosidad de la gente, para nada, pero no sé a qué santo aquí en nuestro país se le tiran piedras a un santo en sus partes bajas para pedirle que se les conceda marido o hijos da igual, ¿tú crees que se puede aguantar esta chorrada? ¡cuidado! Esto es serio, no se te ocurra cachondearte de este acto lúdico festivo religioso  -toma ya-  porque te echan a palos, son creencias religiosas, católicas sin ir más lejos. Si es que hay para ponerse a mear y no echar ni gota hombre… y todas haciendo cola hasta fuera de la iglesia para ir pasando y probar cual es la que tiene mejor puntería, si es que han salido por la tele las muy salidas, algunas hasta cerrando un ojo para acertar mejor. ¡Me cago en la leche…! Dragones santos tendría que haber, pero vivos y que echaran  fuego por la boca, plantado uno de ellos delante de un altar, haber si tenían huevos de tirarle piedras y le dieran en los pilindinguis, las verías echando leches a todas para no quemarse el potorro, es verdad hombre…, al fin y al cabo al único dragón que dejan estar en la iglesia es al que San Jordi mató, pero es de piedra, mira tú qué casualidad   “No, es que a nosotros ya nos lo trajeron así al pobre, petrificado.” ¿petrificado? Ya te daría yo a ti petrificación, mamón con acento en la on, el problema que tiene dios o dioses, es que son los hombres los que los representan, y claro, todo el mundo arrima el ascua a su sardina… no hay que engañarse   “dios te salve María, haber hija (o) que es lo que has hecho mal, o que pecados has cometido lo mismo da.”   “Pues mire usted padre, he cometido un desliz  -porque ahora ya no se lleva el decir he fornicado o he cometido adulterio, a muchísima gente le preguntas si sabe que es esto y te contestan que a ellos no les insultes-  con un vecino mío que vive solo el pobrecito, y este miércoles pasado vino a pedirme que si le podía prestar aceite para hacerse una tortilla, yo le pregunté si sabía hacérsela y él me dijo que no. Me ofrecí a subir a su piso y al ver el desorden que tenía, pensé, sabes que le diré que si quiere que le venga a ayudar un par de veces por semana, no me pregunte como pasó porque ni yo lo sé. El caso es que mientras le arreglaba los armarios de la cocina subida en un taburete me pasó las manos por debajo de la falda y creí que me moría padre, ¡que tibieza, que dulzura…! bueno, después subió hasta mi pubis y entonces perdí el norte, me dio un mareo tal que creí morirme. Y no le cuento cuando enterró su boca entre mis piernas apartándome el tanga, dios mío… la cuestión es que me dejé llevar y me echó dos polvos casi seguidos sobre el mármol, no se puede imaginar lo que es eso padre, el caso es que quiero que me imponga una penitencia fuerte porque no sé si me podré resistir la próxima vez.” Primero, malo que el cura escuchara todo el relato, si escuchó todo el tema fue porque él estaba morcillón perdido, con lo esencial ya tenía bastante, segundo, que le pidiera una penitencia fuerte ya dejaba entrever que no la vería en una buena temporada porque la haría rezar quince rosarios  -sin sacarla-.
Lo dicho, son los hombres los que establecen el significado de la palabra de dios, y eso jode un montón, es injusto, os lo digo por propia experiencia. Mi abuela siempre decía que  –cada maestrillo tiene su librillo-  que razón que tenía la buena mujer, si le preguntas a un imán de una mezquita de cualquier lugar como debe interpretarse determinada parte del Corán te dirá que Mahoma dice tal, y tal, y tal. Se lo preguntas a otro y te dice que eso se debe interpretar de modo diferente, de manera que la mujer que vive y trabaja en Europa no tiene la obligación de vestir siempre como una mujer musulmana, ni siquiera cubrirse la cabeza. Hombre, hace poco por la tele dieron un reportaje de los Emiratos Arabes donde contaban de viva voz unas musulmanas que allí no hace falta que ahorres para ponerte implantes de tetas, ni pagarte operaciones de estética como rinoplastias o ponerte más culo, o quitarte, todo es gratuito, ¡Jódete Manolo! Y aquí que estamos en un estado aconfesional y laico,  -ja,ja,ja-  pides hora para el dentista de la Inseguridad Social y te dice el dentista que solo está autorizado por el Estado a sacar muelas, eso sí, te taponan el agujero con un algodón que no tienes que pagar tú. Pues menos mal que somos aconfesionales que si no… y no sirve de nada que en la declaración de la renta des 6000 eurs a la iglesia, que les da lo mismo, te sacan las muelas de igual modo que a los demás.
Tengo la impresión que los dioses conviven todos en relativa paz, ven tanto follón aquí abajo que deben pensar que ellos son los primeros en tener que poner ejemplo, y que mejor lugar para hacerlo que en la cuna de la religiosidad y simbología del mundo religioso. Poco o nada importa que Jesucristo fuera un fariseo que iba por libre o un esenio renegado como dicen otros, hay quién afirma que era el propio hijo de dios que vino a la tierra voluntario para cumplir una profecía antiquísima (gen.3:15), el caso es que todas las religiones basadas en el mismo dios están representadas y perfectamente distribuidas en Jerusalem, ese lugar es la leche. Todos tienen su lugar santo, cada religión tiene su propia tumba de Jesus en diferentes lugares, todas tienen su propio lugar en el huerto de Getsemaní, y todos su propio lugar de emplazamiento del Gólgota el lugar donde fue crucificado,  -entiéndase por crucificado lo que se quiera-  porque el término crux en latín no significaba forzosamente que fueran dos maderos atravesados, ¡huy! Sobre esto ha habido muchas controversias. Pues eso, cada uno su sitio y a vivir en paz todas las religiones, ¿y los dioses? Ni te cuento, de marcha por Marbella con buenos bugas y buenas pibas, y como además no les hace falta dormir porque están hechos de otra pasta que nosotros… a competir por haber quién va más a tope de todo.
Y sus seguidores,  -nosotros- haciendo penitencias, ayunando porque sí cuando llega la cuaresma, rezando como unos solemnes desgraciados delante de estatuas de yeso, pegándonos en el pecho porque nos estamos tirando al vecino que está como un queso curado y nos consideramos una mierda  -menos a la hora de empujar o abrirnos de piernas-  bueno, bueno, la locura masiva, más bien creo que los dioses deben decir   “Vamos a dejar a estos pobres desgraciados y mientras, oye, si sacan algún provecho de todo este sarao pues que lo saquen hombre que su vida para nosotros no representa casi nada, ¿Qué es su vida para nosotros? Un leve suspiro, que beban y follen, que se droguen y pierdan el sentido, luego como los tendremos que juzgar por turnos, porque uno solo de nosotros no se va a encargar de toda la humanidad, ya veremos qué hacer con ellos.” Y es verdad, estoy de acuerdo con los dioses si expresan su ira así,  -que cada mano aguante su vela-  pero voy a dejar dicho cuando me quede más tieso que la mojama como última voluntad, que a mí me dejen donde estoy, debajo de un pino en El Montsant, que la recompensa que probablemente merezco se la den a otro que haya tenido peor suerte que yo en la vida, yo he vivido de puta madre, y creo que el mal que pueda haber hecho ya lo he pagado en vida coño, encima de morir de cualquier manera que no me vengan tocándome los cojones y me digan   “Te toca resucitar de entre los muertos para juzgarte y volverte a condenar a muerte.” Si hay un dios que piense así, que se vaya a cagar al rio.

PD.  Reconozco que me he calentado la lengua un poco pero que conste que ha sido culpa de un dios que anda por ahí pegando collejas y a mí no se me puede hacer eso que estoy mal del tarro.


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