martes, 14 de junio de 2011

AIRES DE VIDA.

Desde los albores de la civilización, todo el mundo ha buscado el amor.
Vestimentas, religiones, canciones, hasta en ocasiones los lugares donde uno vive condicionan la predisposición a amar más y mejor. Especialmente en el ámbito de la música a través de toda la historia el ser humano ha buscado el modo de seducir a los demás con melodías y compases que alertaran al escuchador, y hoy día la música ha tenido un papel preponderante a la hora de decidir la o las razones para establecer contacto con la persona “presuntamente” amada.
Dejamos en manos de artistas la decisión de que nos busquen la pareja de nuestros sueños, y además con otro factor que no hay que descuidar, en muchísimos de estos casos, no tenemos ni pajolera idea de lo que dicen. La música anglosajona lo invade todo y son estos grupos y cantantes los que nos dicen –sin entenderlo a menudo- como es el amor. Conste que con música anglo sajona me quiero referir a música de origen inglés, otra cosa fuere el analizar porque se le llama de ese modo –la mezcla de pueblos germanos e ingleses- pero ese no es el caso, no vamos a remontarnos en este corto escrito al siglo V-VI para quedarnos trabados en el  tiempo.
El caso es que nos gusta ejecutar danzas de seducción de todo tipo con tal de obtener los favores de nuestra pareja, aunque a menudo sea el afán de posesión con fines meramente sexuales durante unas horas. Tatuamos el cuerpo, exponemos a este a ejercicios forzados en gimnasios y lo tostamos como si de un trozo de pan se tratara para simplemente emitir señales de alerta hacia los demás y atraerlos, es algo parecido a la carnaza que se coloca en el extremo de un anzuelo para que piquen los pretendientes. Lejos de dejar que vean nuestra parte real, es decir nuestra personalidad y carácter, desviamos la atención hacia aspectos superficiales que no cuentan nada de lo que realmente somos.
Hace ya muchos años mi abuela me contaba que se enamoró del abuelo porque quedó prendada del uniforme que lucía en un desfile militar, “si lo hubieras visto con el sable delante de la cara y la cara vuelta hacia la bandera…”  ¿Cómo puede alguien enamorarse de otra persona porque le gusta el uniforme militar?  Mi abuela fue una de estas personas que desconociendo como era mi abuelo se enamoró de él, solo para descubrir al poco tiempo de casada que jugaba a las cartas hasta perder lo que tenía y lo que no tenía, que bebía como un cosaco y que andaba con mujeres hasta el punto que contagió a la abuela de una enfermedad venérea que la llevó a las puertas de la muerte.
Le gustaban los uniformes militares, eso era todo. Incluso en los momentos de máxima tensión, cuando discutían en casa y terminaban por ir cada uno por su lado, al otro día mi abuela decía “ ¡ Ay dios mío, me da unos disgustos de muerte pero… lo tendrías que ver vestido de oficial de la república ¡ “.  Me cago en la leche, con los momentos que le hizo pasar y ella erre que erre con el uniforme.
El enamoramiento desde mi punto de vista, es meramente apasionamiento o lujuria y con ello no lo condeno, hayá cada cual, pero sin duda alguna, distorsionamos esta realidad y por ello cuando nos damos cuenta de que podemos perder control sobre la otra persona utilizamos las armas que tenemos a nuestro alrededor para no perderla – su música preferida, moda, y hasta somos capaces de cambiar de religión o hacernos personas religiosas con tal de complacerla. –
Al respecto hay un hecho constatado, un porcentaje muy alto de personas que jamás han profesado una religión esperan la culminación de su enamoramiento pasando por vicaría – solo es una forma de expresión – y el tiempo que precede a la boda es el único objetivo con más o menos entusiasmo. El mundo entonces no existe, solo la boda, ir acompañada de un padrino con prendas más o menos costosas e invitar a muchos amigos –los que se pueda, pero si para ello hay que acudir al banco a solicitar crédito, se va --  Hombre es que casarse, se casa  uno una vez en la vida – y con esa mentalidad y ese pedazo de novia uno se va al cielo si hace falta a buscar alguna estrella perdida para bajársela a ella. ¿Por qué,? porque el mundo no existe, estoy viviendo en una nube y después con el dinero recogido nos vamos a un complejo turístico de alguna playa exótica, pero que esté muy lejos de aquí.
Cuando termina toda esta interminable lista de acontecimientos y bajas de la nube, te encuentras en tu nueva casa de 90 metros cuadrados, un coche de kmtr cero en el garaje y las felicitaciones de familia y amigos que te recuerdan la gran boda que vivieron. Durante un tiempo que no puedes ni recordar haces el  “amor” con tu mujer en todos los lugares imaginables de tu hogar y los dos estáis dispuestos a cada minuto a repetirlo cuantas veces os apetezca. Qué hermoso es el amor, ¿o decíamos enamoramiento?, bueno el caso es que todo marcha a pedir de boca, esperando que termine el turno de la fábrica para llegar a casa y estar con tu mujer. Pero… -en todas las cosas hay peros- ha pasado determinado tiempo y no os habéis dedicado tiempo suficiente para hablar de problemas propios, de inquietudes, incluso de nostalgias que afectan más a unos que a otros. En tu caso son las comidas que hacía tu madre, porque desde que te casaste no comes más que precocinados y pizzas, y en el de ella solo extraña a su madre que después de morir su padre se quedó sola porque los demás hermanos tienen su vida fuera de casa con sus propias familias.
La mujer no pide nada para ella pero ¿Cómo va a vivir sola? Un día cuando terminas el turno de mañana al salir del ascensor llega a tú nariz un conjunto de olores de comida que hace que los jugos gástricos se alboroten y piensas en lo deliciosa que debe estar esa comida que alguien prepara. En cuanto abres la puerta tu esposa “¡mira cariño quien ha venido!”, y te encuentras con tu suegra, entonces se hace patente de donde salía ese aroma de comida bien preparada, con inteligencia, con el saber hacer que tienen las abuelas –o las suegras en ese caso-. Un saludo cariñoso mientras que se cuelga de tu cuello llorando, entonces te preguntas que está pasando pero no te inquietas porque tus papilas gustativas te están jugando una mala pasada. La comida es lo primero –esto es lo que te dice tu estómago- hoy comeremos como dios manda. Renglón seguido a lavarse las manos, pasas por el pasillo y en la habitación de invitados con la puerta entreabierta ves unas maletas con ruedas y dos cajas de cartón precintadas. ¡Coño y esto! Estás pensando internamente sin decir nada a nadie porque en primer lugar estás enamorado de tu mujer y en segundo lugar porque si hay algo que hablar ya se hablará.
Que comida, por favor que buena estaba, te limpias la boca con la servilleta de algodón y de pronto también te preguntas ¿cómo es que hoy comemos con servilletas de algodón? Joder, aquí pasa algo raro, pero estás cansado y tienes que echar la siesta porque has madrugado para ir al curro y allí no se para, salvo para la media hora del desayuno –un bocata de la máquina y una coca cola -. “Oye cariño, luego hablamos ¿vale?, me hecho un rato”, Pilar te da dos besos profundos y calurosos y dice que si no están cuando te levantes es porque han salido a comprar, asientes con la cabeza después de decirle a tu suegra que la comida estaba exquisita. “No te preocupes que a partir de hoy no comerás esas cosas enlatadas que lo único que hacen es echarte a perder el estomago.” ¡Coño!, alerta piensas tú, ahora empiezas a atar cabos y deduces que va a pasar en casa una temporada. Madre mía ya me imaginaba algo así, bueno de todas formas veremos, de momento a la cama. Bajas persiana y a sobar pensando en lo que te va a decir tu mujercita cuando volváis a veros más tarde, pero con la imagen de la habitación de invitados con todos los bártulos que a buen seguro son de la señora Inés.
El sueño siempre es reparador y a menudo pasa a ser una buena medicina cuando se te agolpan imágenes en la cabeza, es como dicen los neurólogos una terapia excelente para desconectar el cerebro si se colapsa aunque sea de forma circunstancial. Pero en este caso en concreto, soñaste y mucho, cuando conociste a tu mujer en la disco y de cómo vestía aquel día, mejor dicho aquella noche, que aunque dicen que por la noche todos los gatos son pardos, estos lugares de encuentro para bailar y beber, están estudiados perfectamente para que la aproximación de la gente joven o no, sea alterada con esas mezclas de música estridente y  luces de colores que dicho sea de paso realzan según que vestidos. ¡Qué piernas tenía Pilar esa noche con esa mini ajustada y ese escote que parecía que en un momento u otro iba a dejar escapar una de sus tetas!
Cuidado Fernando que empiezas a hablar en pasado y hace muy poquito que te casaste con ella… ¿no será porque de golpe te has topado con tu suegra en casa? ENAMORAMIENTO, esa palabra tan vacua y tan interpretativa, tan genérica, inmisericorde y cruel porque no sabes que es lo que significa realmente y aunque te ayuda en tus ansias de vivir mejor, te deja un poco varado como los barcos que reposan sobre el lecho marino en una bajamar. Total, no has podido pegar ojo en la siesta, has descansado eso sí, tirado sobre la cama panza arriba y con los brazos cruzados bajo el cogote. Deseas que llegue el momento de levantarse pero sin prisa alguna porque has oído la puerta al cerrarse cuando ambas salían de casa, a comprar dijeron, pero a comprar ¿Qué? Y ¿para qué? Huy, huy, huy, esto me huele a chamusquina, ¿Qué están tramando estas dos?
Nada tío, nada, que tu suegra se está instalando en casa pringado. De momento no te enteras de nada pero ya te enterarás ya, no tienes de momento ni puta idea de las compras que están haciendo y ello significa que Pilar ya está pisándote la cabeza sin que te enteres. Yo no quiero decir nada porque no me gusta meter follón, pero tiene todas las guisas de que esto es así. No quiero decir que te equivocaras de mujer, a lo mejor es solo que ella se ve como un igual en la casa y puede tomar las mismas decisiones que tú ¿o no? Piensa por un momento si la cosa fuera al revés, es decir que fuera tu madre la que necesitara ayuda, si ya sé que me contestarás que tú se lo hubieras consultado pero puede ser que haya surgido algún imprevisto, espera un poco hombre… luego te lo contará. Lo ves hombre sin fe, ya han llegado, justo cuando estás viendo el diario de la tele. ¿Qué, como os ha ido?, ahora que Pilar se sienta a tu lado derrumbada en el sofá te dice “Cuanta gente hay en el centro comercial, no te puedes hacer una idea, parece que lo regalen todo chico, el trabajo que no ha costado encontrar un carrito. Pero no te creas, mucha gente todas las cajas funcionando y la gente con cuatro cosas de compra. Que cara que tienen algunos, llevan a los niños a merendar al súper oye, cogiendo donetes y cacaolats de los estantes mientras los padres compran un par de briks de leche y tres o cuatro cosas más. Nosotras sí que hemos llenado el carro hasta los bordes, por cierto tienes que bajar al coche que tenemos el maletero con las bolsas en el maletero, yo no he podido subir nada chico, estoy reventada, hoy caeré en la cama como un saco.”
Bueno Fernando ya sabes lo que te toca, deja las pipas y la birra y a hacer viajes. Cuando abras el maletero te llevarás una sorpresa que te vas a cagar encima. Dilatas el recado unos minutos porque las personas que salen en el programa son para partirse el culo y quieres verlo así que ahora es otra voz la que oyes detrás de ti “Pero hombre todavía no has bajado? Es que tienes una cachaza… traemos pescado fresco y congelados, como no bajes te vas a encontrar en el coche con una papilla de cuidado, levanta el culo ya.” Pero bueno… ¿ha empezado la revolución o qué? , no dices nada pero lo piensas, y eso que es el primer día que está en casa.
 Bajas al parking porque quieres, no porque te lo manden, faltaría más, lo que pasa es que esta noche estás especialmente enamorado de tu mujer y quieres mojar, de forma que vale más complacerla y seguirle el rollo aunque sea por medio de su madre. En el parking te llevas la otra sorpresa, “me cago en todo, ¿qué han hecho estas dos, se han liquidado el supermercado o qué?, dios, si aquí tengo por lo menos cuatro viajes a dos manos llenas…” quieres hacer un esfuerzo especial y cargas en el primer intento nueve bolsas repartidas en ambas manos, joder pareces un tío del concurso ese del hombre más fuerte del mundo, si te vieras en un espejo… bueno tú no te ves pero el vecino del cuarto A si y cuando aparca el Audi Q-7 y pasa por tu lado con el periódico bajo el brazo mirando el llavero te das cuenta que va descojonándose de risa, una risa que jode mucho porque no se deja ver. Llega el ascensor y por lo menos, por deferencia te deja que hagas el viaje solo, ¡que descanso dejar las bolsas!, pulsas el segundo y cuando llegas al rellano vuelves al tema, como ya tienes las bolsas organizadas solo es cuestión de cogerlas igual que antes, así que las pillas y en cuanto sales del ascensor, a tomar viento, un par de ellas se rajan de arriba a abajo vaciando sus tripas. Bueno, Fernando más vale que eches a correr, pero no, tú no, no eres el culpable de ese desaguisado, el culpable es el fabricante de esa mierda de bolsas que no sirven para eso, o el comprador que quiere bolsas a bajo coste, o quién ha cargado la bolsa que lo ha metido todo al tun tun, por eso no huyes, además no eres un niño para que te den la bulla por esto.
¡Qué incauto que eres pringado! Vas a ver lo que te espera después del estropicio, porque en el rellano huele a leche, vino, whisky y un paquete de harina  que se ha despanzurrado. Se abren simultáneamente tú puerta y la puerta del segundo con la señora Aurora y su delantal secándose las manos, y sus dos niños partiéndose de risa y señalándote con el dedo cosa que les está autorizado, porque ellos sí que son niños. Y mira tú por dónde habla quién menos debiera, tu suegra, “serás inútil, ni subir tres bolsas puedes sin romper algo”, pero no te rebotas porque Pilar, tú amantísima mujer te sujeta por la muñeca y te mira como queriendo decir, déjala estar. Además esta noche estás muy enamorado de ella y no quieres que se excite por nada más que por lo que tú y ella sabéis, bueno ella no lo sabe pero luego lo sabrá. “Venga hombre no te quedes hay parado, coge otras bolsas y recoge lo que se pueda.” Oye nena que tengo mucho que subir todavía, no veas cómo está el maletero. “Pues ayúdame primero con todo esto que yo no me he secado todavía el pelo”. ¡Claro! si va en albornoz, ahora mismo nos lo hacíamos en el rellano si pudiera, para que se enterara el comemierdas del cuarto como se hace el amor.
No te has enterado de nada berzotas, ¿tú no has leído lo que se ha hablado al principio?, claro… ¡qué vas a leer! Si lo único que lees es el As y antes de eso miras la página final para ver la tía que sale con bikini o sin él. Arriba decíamos que estar enamorado es una especie de tránsito, de locura que hace que no veas las cosas más que por medio de esa persona a la que has llegado a idealizar y puede mantenerte como cegado, todavía a estas alturas no ves ningún defecto en ella y te parece que el mundo se va a terminar si te falta. Pues eso, como estás enamorado y sigues navegando en esa nube que alguna vez se saciará de agua y se transformará en una tormenta, mientras tanto vas arriba y abajo esperando acontecimientos, en el fondo es lo que todo el mundo hace, andar de acá para allá por la vida sin dar demasiadas señales de sus alegrías y quebrantos.
¿Llevará el tanga puesto?, eso, tú a lo tuyo. Joder tío… ¿no ves que esta traumatizada por lo que ha pasado en el rellano?, espera, hazme caso, sino lo haces te vas a encontrar con “todo tú gozo en un pozo” y esta noche por enamorado que estés no te comes un rosco… de manera que sé un poco consecuente y átate los machos, haz lo que te dicen y con suerte sacarás algo claro del asunto.
Va, si, me pongo a ello y luego ya veremos. Por el momento voy a buscar la escoba, y luego a pasar el mocho aunque este pestazo a alcohol costará que pase. Hostia tú, qué pena, porque el whisky era añejo, el vino no lo sé porque a veces Pilar descorcha cualquier botella que le viene a mano para hacer comidas, y alguna vez que otra a cogido vinos reserva de la ribera del Duero o de la Rioja y he pillado unos cabreos de mucho cuidado. Ella dice que como no sabe distinguir… pero sabe leer ¡digo yo! , “mira chico déjame en paz que bastante me cuesta cocinar con lo poco que me gusta”, de verdad que si no estuviera tan enamorado de ella estas cosas no se las pasaría por alto, pero que quieres, soy un tío comprensivo y si vas a mirar todo esto son detalles sin importancia.
Bueno machote,  ¿has limpiado todo bien y has terminado de subir la compra?, porque ahora te toca colocarlo todo en su sitio mientras tu mujer y tu suegra hablan en el salón… “ ¡Que contentos estamos mamá que hayas decidido venir a vivir con nosotros!, cuando se lo dije a Fernando se puso la mar de contento, no ha hecho otra cosa después de enterarse, preguntar cada día cuando iba a buscarte”, ¡¡será mentirosa!!. A no, eso sí que no, cuando salga de la cocina se lo suelto. “Tía pero porque le dices eso, no es verdad”. Calla, calla luego hablamos…
Pero está claro que todo lo que tengas que hablar tendrá que postergarse, amigo mío ahora ese pequeño cosmos vuestro está cambiando como cuando recibe algún planeta una lluvia de meteoritos, no sabes de donde te van a caer pero caen. Y que todo se quede haí , porque podría ser peor, pero por el momento eso de enamorarse en cualquier rincón de la casa se te ha terminado, y si no, al tiempo. Para que puedas hablar con tú mujer tranquilamente del asunto tienes que buscar el momento preciso, olvida hablar con ella de este contratiempo que es la llegada de tú madre política cuando estéis viendo la televisión, especialmente cuando den un partido de futbol, porque no es el momento. Tampoco lo es cuando os acostáis, especialmente cuando estás pensando solo en el sexo, porque ese enamoramiento desbarata las ideas una por una. ¿Entonces cuando?, te preguntarás, tómate una cerveza con ella dando un paseo y razona, si me apuras pídele explicaciones pero con talento, desde el cariño, ese que vio en ti el primer día que te conoció. ¿Recuerdas?, a sus amigas les decía que eras el tío más enrollado que conocían, que si simpático, trabajador, amigo de sus amigos, buen hijo… ¡cuántas virtudes oye! Y por eso en la disco se te acercaba a ti con ese meneíto de cuerpo que  hizo que se te pusieran los ojos del revés, bueno eso, la mini ceñidísima y los zapatos de aguja. Ya estaba cansada de rollos de fin de semana y de trajinar en los asientos de los coches tuneados, ella quería casarse y hacerlo enamorada de una buena persona, tú encajabas con su ideal de hombre.
Bueno hay algunos aspectos que no te gustan de ella, por ejemplo que siempre va por la calle como pidiendo guerra, pintada  -no como los indios claro está-  pero si extremada y casi siempre demasiado, ¡se compra una lencería que flipas! Y de los vestidos que tiene ya no hace falta ni hablar, cuando no son mínimos son transparentes, cuando son un poco largos, de arriba son cortos, y no te gusta que a veces vaya enseñando por entre el canalillo de las tetas el ombligo. No señor, eso no te gusta, pero “¡qué le voy a hacer si siempre ha sido así!”, pues bueno, que salga en bolas a la calle y punto pelota. Eso, chaval, no te disculpa, una mujer casada tiene que ir como tiene que ir, y no vengas ahora con el rollo de que esto se lo consientes por que estas enamorado, no tiene nada que ver  “el tocino con la velocidad”. Y si eso es así, pregúntate si ella está enamorada de ti hasta el mismo extremo que tú.
A las estadísticas me remito, cada cuatro minutos se produce una ruptura de pareja en España, eso quiere decir que al día son trescientas cincuenta, y de este porcentaje, el noventa y tres por ciento son divorcios. Lo peor es que no siempre son divorcios amistosos y al ser contenciosos llegan a los tribunales de justicia, y cuando tienen que decidir los jueces la has jodido, porque la mujer hoy día, aunque abandone el hogar tiene que ser retribuida como dios manda, eso es así y punto, por eso es mujer ¡tontorrón!. De manera que mucho cuidado, el matrimonio al ser cosa de dos he “inseparables” como prometisteis ante dios delante del cura, se debe conservar como tal contra viento y marea “en la salud y la enfermedad” o dicho de otro modo “a las duras y a las maduras”.
Que en un momento determinado te asaltan dudas y empiezas a pensar que no tenías que haberte  casado, se siente, te jodes como dijo Herodes. “Hombre es que yo si lo hubiera sabido…”, pues haber puesto empeño en saberlo, porque para veros y cepillártela cuanto quisiste no tuviste ningún miramiento,  -me refiero a miramiento mutuo- porque ella te secundó en todo momento, ¡ves a saber tú porque! Hay mucho zángano (a) al acecho de presas potenciales, y eso está bien oye, que cada uno vida su vida como más le plazca “a su aire”. Un día paseando por Barcelona en la zona limítrofe con las Ramblas vi a una chavala con su bolso colgado del brazo y unos zapatos de tacón que molaban, y oye, iba en pelotas llena de tatuajes, la gente que eran vecinos ya estaban acostumbrados a que fuera así y la saludaban como si llevara un traje de chaqueta pero otros… -me incluyo yo- me quedé flipando en colores y con los móviles haciéndole fotos y videos, luego supe que era actriz porno tú. ¿Qué?, pues eso, viviendo la vida a su aire, (nunca mejor dicho, porque ventilada iba a tope), la policía pasando y ella en las tiendas comprando eso y aquello. Ya te digo a su aire.
A lo peor es que soy muy clásico o muy conservador, no lo sé, pero de lo que estoy seguro es que cada cosa tiene que estar en su espacio, y las personas lo mismo, que no seas exigente con Pilar no significa que te pida opinión de cómo la  ves cuando sale a la calle sea a comprar o tomar café con las amigas o amigos. “No hombre a mí no me haría eso Pilar, ir por haí de baretos con amigos no…” Vale lo que tú digas, estás ocho horas metido en la fábrica y ella haciendo seguros por las casas con la troupe de colegas que empiezan por un sitio y terminan por otro. ¿No ves que yo sé cómo trabajan?, se juntan a primera hora en un bar o granja y desde allí se organizan el trabajo, hay uno que es como un capataz y distribuye el pastel y luego de cuatro risas y desearse suerte van cada uno por su lado, eso sí, a menudo los ves en pareja, que la gente cuando los ve piensa que son predicadores. Después, a la hora del mediodía vuelven a verse y analizan resultados, comen y al tajo de nuevo, he, que en ocasiones tienen que hacer visitas a horas intempestivas y eso es a deshoras, ¿o no te ha llamado por el móvil a veces diciendo que llegaría tarde sin precisar la hora?, lo ves me tienes que dar la razón. Hombre hay que reconocer que es un hacha haciendo seguros, sino ¿de qué le hubiera regalado un viaje en un hotel cinco estrellas para dos personas cuatro días con todo pagado? La empresa se enrolló bien con ese premio, lo único fue que tú no la pudiste acompañar porque no te dieron fiesta y se marchó con su amiga del alma Maite, otra que tal.
Por cierto, el vecino del cuarto A, si hombre el comemierdas, ¿no es agente de seguros?, y me parece que de la misma compañía en la que trabaja tu mujer, Linda Vida, claro es la misma. Pues al titi este le va de coña oye porque has visto el coche que lleva ¿no?  Joder, ya me gustaría tener ese carro para mí, ya lo ves. Le tienes inquina porque a veces baja a casa a “tratar asuntos de seguros” con tu cariño y se pasan dos horas en el despacho con el ordenador y la luz gusanillo alógena, riendo con risitas bajas y tú calentándote una pizza en el micro. Vaya mierda. Pero ahora será diferente, con tú suegra en casa comerás como un hombre de verdad, ya lo verás, ya.
Mira mamá, una cosa que no soporto de Fernando es que para lo único que se arrima a mí es para darme besitos en el cuello cuando estoy fregando la cocina o haciendo la colada y me susurra, “Verás que polvo te voy a echar esta noche”, joder ¡que yo vengo cansada del trabajo oye!, no siempre está una para la labor, sobre todo después de estar aguantando a pelmas todo el día que lo único que quieren a menudo es verte las bragas o las tetas. Casi todos los hombres que me reciben en casa, “no señorita, no se siente usted en la silla siéntese en el sofá que estará más cómoda”, guarros, que son unos guarros. Si después de todo eso llegas a casa y te encuentras con otro guarro que anda manoseándote y diciéndote esas cosas, pues se le pasa a una las ganas de todo.
Hija mía, igual que tú padre que en gloria esté, como no estaba cansado porque era encargado de obra y llegaba a casa más fresco que una rosa, traca, traca a todas horas hasta que una vez le dije “Celestino, ¿quieres darme un respiro?, me estás dejando el pepe como un bebedero de patos, para ya hombre y deja que me recupere”.  ¿A, si mamá?, coño si iba bravo papá, pues creo que Fernando va por el mismo camino, lo que pasa que yo ya le he puesto el freno de mano, sino veríamos en que hubiera ya terminado lo nuestro. Y eso que al principio de casados pensábamos tener hijos pero ahora… “Ahora ¿qué?, tu déjalo que te preñe y si en el futuro pasa alguna cosa, tendrá que pasarte una manutención a ti y al niño, además de quedarte con la casa porque con un niño chico los jueces siempre fallan a favor de la madre, hazme caso”.
Si no lo digo por el dinero hija, lo digo por la casa, imagínate, estarías viviendo en tú casa y sin pagar un duro, y ese pobre demonio, pringando cada mes el recibo de la hipoteca. Aunque tú ganes más que él, a pagar, así se enteraría de lo que se ha perdido. Me cuidaría de la casa, comidas, del niño, de todo y si apareciera por aquí ese pobre desdichado un solo día que no le correspondiera lo correría a escobazos por toda la ciudad. Jodidos egoístas que solo piensan con el capullo, te digo una cosa hija la mayoría de los hombres son así, unos cabroncetes de mucho cuidado.  -¿Qué me vas a contar?, pensaba para sí Pilar que llevaba un año montándoselo con el comemierdas del cuarto estando este casado y con dos hijos- pero ese era otro tema, con Joaquín corrían otros aires de vida, a eso ella le llamaba pura supervivencia aunque no se lo había dicho a nadie por supuesto.
¡Cómo pasa el tiempo!, otro recibo del crédito de la boda, no sé de dónde voy a sacar pasta para tantos gastos. Me casé con Pilar con los términos de bienes separados y resulta que ella no quiere ni oír hablar de poner su parte, “¿No eras tú el que tenía tanta prisa en casarse?, pues ala ya tienes boda y sus consecuencias”. Lo bueno que tiene es que no lo dice cabreada ni nada, lo suelta como quién te cuenta un chiste porque luego se ríe y todo. No me puedo enfadar con ella, por mucho que lo intente, nada, es que tiene una gracia… se lo digo este mes, “nena haber si pones de tu parte cariño” y se levanta la faldita de lado hasta la cintura dejando todo el muslo y el culo al descubierto y se da una palmada, luego vuelve la cabeza hacia mí y guiñándome el ojo hace un gesto con la cabeza mirándose ella, luego se pone a reír y dice “toma mí parte”. Me cago en la leche, cuando hace este gesto me pone morcillón a tope y como lo sabe, al levantarme de la mesa me extiende el brazo con la palma de la mano extendida y me suelta “¡He, para Tarzan!  Entonces voy y me como el recibo sin decir nada más.
¿Lo ves?, ya te lo digo, cada cual tiene una manera diferente de ver la vida, y hasta creo sin temor a equivocarme que esa es la razón de porque a la justicia la representan con espada en una mano, balanza en la otra y venda en los ojos. ¡Qué sé yo!, a veces escuchas que los jueces dictan unas sentencias que hasta crean jurisprudencia porque son de lo más raras que uno pudiera imaginar. Hace unos días escuchaba en televisión que un juez había dejado libre sin cargos a un menda que iba borracho como una uva, circulando a ciento sesenta kilómetros por hora una madrugada. “No ha lugar a sentencia inculpatoria porque en ese momento no representaba peligro alguno para la circulación”. Anda ya, tócate los huevos y baila, eso sí, si se hubiera visto implicado en algún accidente grave o hubiera matado a alguien, la cosa habría sido distinta.
A lo mejor la noche anterior, la mujer del juez no le dejó echar un polvo y por la mañana lo pagó con toda la sociedad. O lo sorprendería con alguna amante y estaba tan cabreada que le dio un ultimátum y lo pagó la sociedad. O pilló la policía a su hijo o hija drogándose en una fiesta y lo pagó con la sociedad. ¡Tantas cosas pudieran haber sido la causa de este desenlace que vale más la pena no pensar!.
Pues eso nene, que sepas que tu mujer se acuesta con Joaquín, el comemierdas del cuarto, que tu suegra te odia y ha venido a vivir a tú casa con el fin de separarte de su hija, que Maite fue la responsable de las dos cuestiones antes mencionadas y que tú también tienes muchas cosas que esconder de las que hablaremos cuando estemos a solas y nadie nos escuche. Mientras tanto, paciencia hermano que por mí parte has de saber que todos tenemos un historial más o menos jodido, en el sentido de que las cosas que se ven de nosotros solo es la punta del iceberg pero que dentro del mar, donde nadie puede ver si no es con herramientas sofisticadas, se haya la realidad y a menudo esa realidad le confiere otro aire a nuestra vida. Ha, se me olvidaba decirte que recuerdes que enamoramiento es una cosa y el amor es otra historia bien diferente, quizás si hubiéramos pensado en estos términos, tú y yo ahora seríamos unos buenos amantes enamorados.

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1 comentario:

  1. Muy bueno! El enamoramiento daña a horrores... Y el amor también, para qué nos vamos a mentir...
    ;) Beso

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