lunes, 4 de julio de 2011

Ella Es...

                                          ELLA ES…

Más que un simple nombre de mujer no sé todavía como definirla, pero os puedo asegurar que al escribir lo que veis y sin ser un  remilgado se me hace poco menos que imposible describirla. Cuando después de una tormenta sale el sol y comienza a calentar la tierra descubriendo olores divinos que emanan de sus entrañas… así es ella. Si es la luna la que aparece después de la etapa del creciente y nos llena de su luz hasta el punto que no podemos obviarla y alzamos la vista al cielo para contemplar su belleza y porque no, dar gracias a los dioses por tenerla ahí cada noche puntual e imperturbable me ayuda a pensar en ella.
En ella no hay misterios, ni abismos, ni grandes montañas que no se puedan alcanzar con la punta de los dedos, y todavía, después de ser una mujer mayor… se sonroja cuando me acerco a su oído para decirle que la amo con todo mi corazón. Siempre fue mi sueño, y aún hoy que estoy a su lado y a cada momento la noto, siento su respiración sus desasosiegos, sus inquietudes y quebrantos tan cerca de mí, que el alma se me enamora más aún al ver todos sus encantos, ¿Qué os puedo decir?, solo se me ocurre gritar a voz en cuello, ¡¡gracias por tenerme a tú lado!! Porque ella no quiere nada para sí misma, nosotros somos el contenido de ese fantástico lago suyo, su corazón y su mente y muy a menudo sus descalabros.
Pero sin estar ausente de nada, ella mira, observa, no juzga nada, no es su función en la vida dice, todo se arreglará con calma, hablando. Que cada cual diga la suya, las opiniones cuentan y mucho en su caso, ella desde un lugar un poco más alto… nos escucha hablar a los que estamos en casa y poco a poco saca sus conclusiones, nunca se aventura a decir por ejemplo cuando se discute de algo: “¡Basta ya!”. Quizás fuera lo oportuno, pero en su caso… sin estar ausente de nada, mira, observa, no juzga nada, “Todo se arreglará en su momento oportuno, que ahora no es el momento de charlas que podrían exacerbar los ánimos.”
Ella es así, pero lo es para todos, ¡la tendríais que ver cómo trata a los amigos!. Es exquisita y aguda, rápida como un rayo para dar ánimos a algún amigo, para extenderle la mano, no es una mano cualquiera la que ella brinda, si hace falta cuando la tiende se va barranco abajo. Así es ella, como el fantástico aroma de las flores que a su tiempo explotan con el humilde afán  de prestarnos sus fragancias y la belleza de sus colores.
Así de sencilla es, así de hermosa. A veces no la comprendo, y es que ella tiene sus normas, normas que lejos de ser comprensibles porque pensamos con el corazón más que con la mente, ella negocia con su espíritu incombustible, valiente. ¡¡Como la amo…!! Sin querer exagerar, os digo que es ella la que me sostiene en pié la que endulza el camino de todos a su alrededor, una joya celestial es y lo digo sin pudor. Me gustaría poder imitarla pero no lo puedo pretender, pues solo una vez cada cientos de años nace una mujer como ella, es una diosa rara que convertida en mujer bajó de su pedestal para hacernos un favor a todos, sin siquiera quererlo ella.
Dos alternativas tenemos, os lo puedo asegurar, vivir con ella y vivir de verdad o bajar a los infiernos. Ella es…
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