martes, 17 de abril de 2012

EL DÍA QUE TE AME.

                                     
                          EL DÍA QUE TE AME.

Ese día, cuando quiera que sea que llegue, le diré a mi sombra que ya no me hace falta.
Cuando llegue a amarte, me sobrarán los alimentos, solo agua beberé para contemplar tú rostro en los arroyos.
Si tú vas conmigo de la mano, no necesitaré sol que me ilumine, nuestros pies descalzos por el camino nos dirán cual es nuestro destino, y el astro Rey, buscará nuevos lugares, nuevos rostros a los que encaminar hacia el amor.
No temeremos a las sombras, tú irás conmigo, besando tus manos se encenderán todas las candelas a nuestro alrededor y entonces… nuestros cuerpos se buscarán deseosos de vernos desnudos, de aplacar nuestra hambre, de crear nuevas formas entre las penumbras, de sentir seguramente, el pálpito de nuestros corazones.
¡Necesitamos tanto oírnos…! Que nuestros pechos al unirse no querrán separarse el uno del otro.
Esa será la señal, ese será el único argumento que necesitaremos para estar juntos. No futuro amor, no me preguntes cuánto durará esto, lo que dure durará, no vamos preguntando a los demás si aman o son amados. Hacer eso es de locos, de inconscientes, de banales.
¿No fue así como nos conocimos?, sin preguntar a nadie, llegamos el uno al otro, nos miramos, luego, hablamos tímidamente de lo que queríamos hacer con nuestras vidas, eso fue suficiente, no se necesita más para amar.
Nos atrajimos, como dos imanes que llenos de energía necesitaban unión, comprobar de lo que éramos capaces, yo me fijé en tú porte, en tú manera de hablar, en tus ojos, ellos me decían lo que quería saber, a qué obedecían tus planes.
Pronto me enamoré de ti, veo en tú persona todas las gracias posibles, grandeza de corazón, altruismo, y sobre todo… comprensión. No es difícil amarte, cuando se te conoce se entiende, que tantos hombres hayan ido tras de ti. Cuando yo te conocí me dijiste “Juan, que estoy casada.” Yo te respondí, que también lo estaba yo, pero que el amor se me estaba acabando, por lo menos para la que entonces era mi mujer. ¡Qué quieres…! Las cosas comienzan y terminan. Pero como el árbol que deja caer sus semillas al suelo, rebrotan, y en mi caso, rebroté a tú lado.
A tú lado crecí, como un tocón del mismo árbol, y desde nuestra juventud, crecimos juntos. Crecimos, enamorados primero, luego deseándonos, más tarde me invitaste a unir nuestras fuerzas para ser más fuertes, y vaya si lo lograste. Desde entonces… risas y lágrimas hemos derramado, pero juntos, con acuerdos y desacuerdos, me has perdonado infidelidades, hemos pasado penurias, y el simple enamoramiento, se ha transformado en una necesidad de ti. Tú amada mía, eres mi alimento, dependo de ti y día a día, quiero seguir amándote, hasta que al cerrarse mis ojos, seas tú lo último que vea.
Recuerdo decirte, al principio de vivir juntos, que estaba enamorado de ti, pero eso mi dulce amor pasó a la historia. Ahora, te amo con todo mi corazón, lejos de ser una frase hecha, ¡desearía tanto que la leyeras en el fondo de mi alma…!.
Con marca de fuego estoy señalado, a gusto llevo tú sello, ha llegado el día más feliz de mi vida, ahora, y espero que para siempre, puedo decir “El día que te ame.”


                                                          -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario