Este asunto de los colores, me tiene
un poco cansado, donde yo veo azul otros lo ven amarillo, cuando alguien señala
al cielo y me indica que hay una nube roja que se acerca, yo la veo negra.
Es curioso hasta que punto, cada
cual tiene su propio criterio acerca de los colores. Creo que de algún modo,
todos somos un poco daltónicos en relación a los colores. Eso nos lleva, a que
de alguna manera queremos tener nuestra parte de razón en las cosas. Cierto,
eso es legítimo, cada cual puede opinar en relación a cualquier cosa, lo mismo
es cierto en cuanto a los colores.
Independientemente del color que
se está mirando, puede ser tema de discusión el propio color, no su
interpretación. A mí me gusta el verde, pero claro, eso no significa, que todo
lo que me rodea deba ser de este color. Hay muchos verdes, ¿cuál es el
auténtico, cuál de esos tonos de verde se puede definir como el color por
excelencia?.
Todos y ninguno a la vez, es por
eso, que me he cansado de ser verde, ahora quiero ser del color de la aurora
boreal, esos sí que son colores de verdad. También podría escoger como
preferido los colores del arco iris, pero depende de dónde y cómo se reflejen,
dejan de tener determinados tonos de color que me gustaría tener.
Elegir un color, para mí, es como
escoger un amigo, alguien con quién compartes tus venturas y desventuras, pero
de hecho, a pesar de los muchos pretendidos amigos que creído tener, no tengo
ninguno. Cierto, bien pensado, un amigo, es, o debería ser alguien, que estuviera
dispuesto a dar su vida a cambio de la tuya, esa es la definición. Que no le
importara lo más mínimo, que cambiaras de color, por el simple hecho de que te
has hartado de él.
Y eso queridos lectores, es harto
difícil de decidir. La mayoría de nosotros tenemos familia, seres queridos para
quienes nos reservamos, y llegado el momento, ni siquiera tenemos la seguridad
de dar nuestra vida a cambio de la suya. ¿Será porque el color que a nosotros
nos gusta no es de su agrado?, es muy difícil juzgar esto, la verdad nos dice,
que a pesar de que tengamos la misma preferencia por determinado color, a la
hora de la verdad, cuando nos encontramos en esta encrucijada, huimos como alma
que lleva el diablo.
Esa es la razón, por la que me he
cansado de ser verde, estoy determinado a no ser de ningún color específico, y
si tuviera que escoger a la fuerza, escogería el gris. Un color de mezclas
indefinibles, sin encanto alguno, que casi no se usa.
Los individuos grises pasan
desapercibidos, nadie se fija en ellos, son como los camaleones pero sin cambiar
de color dependiendo su estado de ánimo. Ser verde, azul o rojo, o cualquiera
de los otros muchos colores que existen, depende en realidad de nuestros ojos,
ellos le transmiten la información al celebro, para que decida qué color es el
que está viendo. Toda nuestra vida está adornada de colores, quizás es porque
somos indecisos, porque lo que nos falta de verdad es, criterio.
Sea como sea, cansado de ser
verde, me inclino por el gris, y esta vez creo que no voy a cambiar de manera
de pensar en cuanto a esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario