lunes, 2 de septiembre de 2013

GIMNASIA MENTAL.

Esa es una disciplina que no todos podemos lograr en igual medida. Como en la gimnasia convencional, hay factores que cuentan. La genética del gimnasta es lo primero, después la afición por ella, por último el entrenamiento.
En el caso que nos ocupa, la gimnasia mental debe alimentarse con métodos precisos, estos pueden alimentarse con un seguimiento voluntario, por parte de la persona que quiere desarrollar su intelecto.
La lectura, la reflexión, y el pensamiento profundo son las bases para esa gimnasia. No es demasiado corriente ver a personas interesadas en este tipo de actividad, es difícil y en ocasiones harto cansado, pero al final tiende a dar sus frutos.
Es muy importante hacer gimnasia mental, ellos supone, un ensanchamiento de miras, aprendes el uso de las palabras, eso significa, que te retraes de usar calificativos, que antes eran normales, dentro de tu vocabulario. Se aprende a usar las palabras del modo adecuado, el cerebro las retiene, porque le suenan bien. Luego uno las ejercita, de manera que su habla se hace atractiva, seductora, limpia.
Seguir un método de conducta, es lo que luego hay que seguir para que se aplique lo aprendido. De otro modo, las palabras pueden herir, aunque no lo parezca y nosotros no le demos importancia, nos distancia de los demás. Nuestra mente dirige nuestras acciones, nuestra lengua, nos califica o nos descalifica como gimnastas de élite, como investigador de nuestro propio  comportamiento.
Los animales saben cuando una palabra está mal dicha, cuando se les regaña, cuando se les impide hace algo que nosotros no queremos que hagan, ¡cuánto más un ser humano, que piensa, deduce, y es capaz de sacar conclusiones por la inteligencia que se le ha concedido!.
Si en el campo de la gimnasia convencional, hacen falta determinados factores físicos vitales, en la gimnasia mental no, cualquiera puede, a cualquier edad, formar parte de esos juegos olímpicos universales. No hace falta más que, llenar nuestra mente de asuntos que nos unifiquen, sacar nuestro potencial, habiendo hecho el esfuerzo anticipado, de pulirse, mediante llenar nuestras mentes, con material edificante.
Saborearemos las mieles de la gloria si lo hacemos así, educaremos nuestro espíritu para no resultar ofensivos, nos retraeremos de las disputas verbales. Resultaremos ser, personas buscadas por su buen juicio, por su habla calmada y sabia.
Puede ser, que a muchos, -quizás una mayoría-, no  les interese llevar a cabo esta labor, es normal, exige de nuestro tiempo, de contar hasta diez antes de hacer una proclama, o decir una sola palabra, pero vale la pena esforzarse por hacerlo, nuestra conversación será edificante, dejaremos de lado asuntos sórdidos, nos haremos grandes atletas de la conversación, se nos buscará para formar parte del equipo más elitista  que jamás podríamos imaginar.

Y para ello, solo hace falta, que pongamos de nuestra parte, en el uso y disfrute de una mente bien entrenada.

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