domingo, 1 de septiembre de 2013

SATÉLITES SIN NOMBRE.

Han estado ahí desde el principio de los tiempos, son tan viejos como la ignorancia y el crimen. Jamás se les ha considerado dignos de casi nada, perseguidos, quemados vivos, colgados, masacrados.
Siempre en la sombra, sin derechos, peor que los techo han sido considerados. Se advierte a la población que son una plaga asquerosa, inmunda, tienen todos los venenos dentro de ellos,  son una plaga que hay que eliminar.
En otras épocas se les ha castrado, emplumado y desterrado, ¿qué de quienes te hablo…?, de los homosexuales. Sin embargo, y a pesar de este preludio, los homosexuales han sido los protagonistas de gran parte de nuestra historia, y no solo por lo antes dicho.
Los griegos, cualquiera que se preciara, tenían que tener a su servicio efebos, jóvenes, a menudo preadolescentes, que estaban al servicio de los grandes estadistas y sabios de su tiempo. Si no tenían a estos chicos (as), no eran considerados buenos en la labor que fuere.
No estoy hablando de prostitución a diferencia de hoy, eran jóvenes que servían con alta consideración al modelo de país o cultura que se estaba llevando a cabo.
Recordar aquí a grandes pensadores que practicaban la homosexualidad sería aburrido, por larga que sería la lista. Lo mismo que grandes músicos o artistas de tiempos más modernos. Me pregunto, el porqué no se condena la conducta de estos también, y se trata de ocultar corriendo un tupido velo, las actividades sexuales de estos genios de la música, la pintura u otras artes.
Al fin y al cabo, muchos de ellos no se escondían de la sociedad, sin embargo, sus libros por ejemplo, han hecho cátedra en las universidades y grandes colegios. Los mismos directores de estos centros de estudios, que condenan con reglas estrictas estas prácticas entre el alumnado.
No entiendo nada, será que me queda poco entendimiento, que la razón y la lógica no me asisten, a la hora de escribir estas líneas. Y no vale decir que una cosa es estudiar a un escritor o escritora homosexual, y otra bien diferente es, llevar a cabo sus prácticas sexuales.
Muchas mujeres ilustras entran dentro de este mismo capítulo, y grandes políticos casados y con hijos. ¿O es diferente, la consideración que deben recibir ellos?, no para nada. Y quién quiera discutir el caso conmigo, aquí, en este blog lo emplazo para que lo haga.
Esto tiene solo un calificativo, en el caso del que lo practica y después lo niega, HIPÓCRITA, en el caso del que lo ignora por interés propio EGOISMO, de ambas cosas sabemos mucho los humanos. ¿Qué hay que sea tan diferente en estas personas?, nada en absoluto, son personas perfectamente capaces de ordenar sus vidas, de dominar sus sentimientos o de dejarlos sueltos, así lo hacen muchos jóvenes y no tan jóvenes hoy día, cambian de pareja, aman y dejan de hacerlo, se enamoran y desenamoran…
¡Por favor señoras y señores, seamos un poco más serios y menos estrictos a la hora de enunciar leyes que proscriban a estos seres humanos!. No hay razón para alarmarse, antiguamente, y con ello me refiero a hace unos miles de años atrás, había culturas en las que las mujeres vírgenes se congregaban en el patio de determinados templos para tener relaciones sexuales cuantas más veces mejor, y al precio que se les quisiera dar, no importaba la raza o el color de su piel, después de determinado tiempo, cuando salían del templo, los y las que habían tenido más relaciones sexuales, mejor pareja encontraban.
Ya ven, hoy todavía hay quién se les ponen los pelos de punta con solo pensar que una cosa así les pudiera suceder a ellos, porque para estas personas esto sería un “suceso”, no una circunstancia de la vida.

Naciones modernas tremendamente avanzadas, no quieren reformar sus cartas constitucionales, porque aparentemente eso sería retroceder en el tiempo. Mientras tanto, ahí quedan en el espacio, esos satélites, de los cuales no se puede decir su nombre, porque son intocables, como la casta india, que solo pueden hacer determinadas tareas, al precio que se les quiera dar. 

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