sábado, 28 de enero de 2012

TODO ERA MENTIRA.

             TODO ERA UNA MENTIRA.


Muy bien urdida, pero mentira al fin y al cabo. Su mente siempre trabajaba a mil por hora con tal de impresionar a alguien, engañar a un amigo con falsas historias inventadas, para sacar de ellos dinero, para tener rendida a sus pies a alguna mujer deseada, hasta su propia familia creyó todo aquello que les contaba,  que lo habían raptado en el extranjero, con la amenaza de matarlo si no les enviaba dinero.
Esa era la historia de su vida, una pura mentira que él no consideraba como tal, había que sobrevivir, y Romi lo era, un sobreviviente su verdadero nombre, Romano Salaubre. Desde pequeño, era el centro de atención de sus compañeros de juego, les contaba historias secretas de cosas que solo él sabía, tenía, decía él, de tener mucho cuidado en contar según qué, porque lo vigilaban a distancia pero permanentemente, sin tregua. Desde su más tierna infancia  aprendió, no a mentir, al principio solo eran pequeñas historias inventadas, anécdotas, que juntadas formaban una gran historia que él terminaba por creerse.
Así comenzó Romi a transformar su vida, a hacer de cada vivencia, un pretexto para combinarlo con esas fábulas, imaginaciones de una mente prolífica y siempre renovada, a base de pensar en el silencio de la noche, en su cama, ya se preparaba el enredo que les contaría al día siguiente a los amigos. Eso representaba cambiar de amigos a menudo, los que ya se hartaban de sus historias, o lo terminaban pillando en contradicciones y mentiras, se apartaban de Romi, entonces tenía que inventar más y mejores historias, para ir perfeccionando el sistema, que lo llevaría a formar ese carácter peculiar, fantástico.
La mentira que cerró esa especie de negocio, fue sin duda alguna, la que le amargó la existencia durante buena parte de su alocada vida, y que terminó cuando le metieron entre rejas. Es curioso hasta que punto los seres humanos, nos interpretamos a nosotros mismos, y nos creemos a nosotros mismos, es pasmoso, en algunos casos horroroso, porque lejos de ser solo nosotros, los que nos enredamos…, arrastramos tras de sí, a otros muchos inocentes. Es lógico que esto sea así; en primer lugar, porque por nosotros mismos sin nadie detrás, no somos nada, de manera que necesitamos a otros protagonistas, “cabezas de turco” los llamaríamos, sin ellos, nuestra construcción imaginativa es nula.
Romano, siempre llevó una vida de lo más normal, y al parecer, se resistía a medida que pasaron los años a ser un hombre gris, ¿Qué podría hacer para cambiar esta situación y pasar a ser un protagonista de la vida?. No asimiló jamás que todos los humanos de un modo u otro, somos los dueños de nuestros propios actos, que por eso, ya somos protagonistas. Viene a ser algo así como, el ocupar un puesto en un barco, todos tienen el mismo propósito, llegar ha determinado puerto. Si eres maquinista del barco, no puedes a su vez pretender ser capitán, otro está capacitado y por lo tanto autorizado a serlo. Pero eso no contaba para Romi, él, lo quería ser todo al mismo tiempo, (demasiada carga, para quien carece de las cualidades necesarias) y eso fue su ruina.
-Pues mira, si quieres saber mi opinión, te diré, que yo sé de buena tinta que esto no va a tardar en dar un giro de trescientos sesenta grados. Lo que te voy a decir es secreto, me atrevería a decir que “alto secreto de estado”. Los terroristas, están negociando acuerdos para que esto no termine, como lo oyes. Se les ha pagado para proporcionarles medios, los que hagan falta con el fin de tener a la población atemorizada, este hombre en cuestión al que llamaré  -El señorX-  que es mi informante, me ha dado un mapa político, de cómo debe funcionar todo, hasta que haya nuevas elecciones dentro de un año.
-No me lo puedo creer Romi, ¿tú sabes lo que estás diciendo?. Esto suena a traición, a traición política, es como si me dijeras, que han cambiado el poder por un plato de lentejas.
-Justamente, ¿crees que les importa que maten a policías o civiles?, pues no, para nada. Lo suyo es colaborar con el gobierno, por lo menos con el que hay ahora, si hubieran querido ya estarían fuera de combate. Pero las reuniones secretas que han mantenido, dan a entender que, si siguen así, es decir con esta tónica de matar de forma selectiva, siempre tendrán el soporte del gobierno. Hombre… es de cajón, tú desestabilizas hasta donde yo te digo, y a cambio te doy lo que quieres, Parabellums 9 mlts, detonadores, dinamita y hasta C-4 si hace falta, pero respetando el acuerdo que tenemos.
Felipe, estaba atento a más no poder, hasta el punto de que se quedó en determinados momentos, con la boca abierta, escuchando con atención lo que Romi le contaba. Este último a su vez, se encontraba en su salsa, tenía a un oyente interesado, y llegado la hora de que lo estuviera todavía más.
-Esto te lo cuento, porque me inspiras confianza Felipe, (ja, confianza) todavía te voy a decir algunas cosas, que te van a dejar un poco perplejo. El año pasado, me reclutaron para meterme dentro de la banda, después de unas semanas de entrenamiento, me enviaron a San Juan de Luz, tenía que establecer contacto con una persona de la banda, para ser adiestrado en un campamento de entrenamiento, en Venezuela, ¿Qué te parece?.
-Coño, esto son palabras mayores, ¿quieres decir que estuviste haciendo de espía?.
-Justo, lo que pasa, es que hay que estar muy bien capacitado, para llevar a cabo este papel. No creas que no lo ha intentado gente, pero muchos han fracasado. El tema es complicado, dentro de la banda ya hay otros infiltrados, y tienes que discernir por determinados comportamientos, y señas especiales quienes son.
-Oye Romi, y mientras tanto ¿de qué te mantienes?, porque imagino que no podrás trabajar en ningún lugar en concreto.
-Me mantiene el gobierno enviándome dinero por medios que no te puedo contar. Pero además de eso, la propia banda te da trabajo (por supuesto que solo es una tapadera), en alguno de los comercios de simpatizantes, a mí me tocó trabajar, en una ferretería muy importante, que se dedica a suministros industriales, este trabajo me permite llevar con un pequeño camión, los pedidos a los clientes a los que debo dar un santo y seña, bueno, eso cuando les llevo cosas, especialmente dedicadas a efectuar atentados o robos.
-Romi, estoy alucinado, que vida más excitante…, y peligrosa dicho sea de paso, porque no me negarás que meterse en un embolado así requiere una buena dosis de valor y temeridad.
-Va, no creas, cuando estás metido en el papel y sabes cómo hacer las cosas, los riesgos se minimizan. No te voy a engañar, algunas veces lo he pasado mal, muy mal, cuando te ves acosado a preguntas después de que algo no ha salido bien…, tienes que echar mano de la inteligencia, y ser espontaneo en las respuestas, todo se resume a ser natural, y no dejar que te pueda el miedo. En fin… así he vivido tres años de mi vida, de acá para allá, diciendo sí, otras veces sabiendo imponer y decir no, esta es una de las claves, si dices sí a todo, malo, esta gente valora los criterios propios y las ideas nuevas, en ocasiones, eso me ha salvado la vida.
-Déjate, yo no serviría para eso, solamente oír el chasquido de un arma cuando la cargan, y tiran del pasador para meter la bala en la recámara me pondría los pelos de punta, y no sé si me mearía encima y todo, fíjate.
-No, si es lógico hombre, claro, a cualquiera le pasaría esto, por eso escogen a personas con mucho carácter, y debes pasar por una serie de pruebas, digamos que de selección. A mí y a cuatro más, lo primero que hicieron después de saber en principio que estábamos pre-seleccionados, nos raptaron unos tíos encapuchados y nos metieron dentro de un furgón.
-No jodas, ¿y eso?.
-Como lo oyes, dentro del furgón me encontré con los otros que habían sido escogidos como yo, me pusieron unas bridas con las manos en la espalda, cinta de precinto en los pies y en la boca, y me cubrieron el rostro con una capucha, como las de los cascos de las motos. Me dije, -Romi ya estás listo-  hicimos no sé cuantos kilómetros, abrieron la puerta corredera y a patadas nos echaron fuera, en mitad de barro, nos pusieron unos lazos en los pies, y nos arrastraron por el barro y la lluvia, hasta llegar a un lugar cubierto. Allí no llovía, nos dieron de patadas por todo el cuerpo, vomité dentro de la capucha hasta la comida del día anterior, y se mearon encima nuestro, los muy hijos de puta, se reían como locos.
Lo que le estaba relatando a este oyente ocasional, que en este caso era  Felipe, no era nada más que un remake de una película llamada “La Prueba”, donde de modo parecido, se dibuja a personajes que son seleccionados para una misión concreta, con el fin de que si son apresados no delaten a nadie de los suyos. Y ahí estaba Felipe, con unas orejas que se habían puesto como si fueran abanicos, escuchando fascinado lo que Romi tenía que contarle al respecto de su rapto. Si se piensa fríamente, personas con esa capacidad de inventiva, tan detallistas y concienzudos a la hora de dar detalles, han llegado a ser grandes novelistas, con una diferencia, (respecto a Romano quiero decir), que él vivía, para y por la mentira, y eso es grave.
Amante del cine y la T.V, había creado todo un sub mundo en el que él, era la imagen clave, todo y todos estaban alrededor de su núcleo, obsesivo y metódico, aprendía diálogos imaginarios, que casaban perfectamente con el personaje que quería interpretar, ¡que guionista se estaba perdiendo el cine…!, seguro que si alguno de los personajes que se inventó a lo largo de su vida, hubieran existido de verdad, en un momento u otro se pasearía por la alfombra roja del Teatro Kodak de Los Angeles (California), nominado para recoger el Oscar al mejor diálogo. ¿Te puedes imaginar a casi 3.500 personas viendo este acontecimiento y 1.500 periodistas acreditados?, tendría que ser la hostia, pero, nada más lejos de la intención de Romi.
Para él, su Oscar estaba en cada esquina, en cada terraza de un bar, en la cola para comprar el pan, o en cualquiera que se sentara junto a él, mientras estaba con su portátil abierto en un banco del parque, y que escondía de la vista de cualquiera de modo descarado, dando así motivo para entablar una conversación, que llevaría a aquel “banquero” a mundos inimaginables, y hasta límites insospechados. El riesgo, la aventura, a audacia, todas estas variables las conjugaba de forma equilibrada, de manera perfecta, para que cada palabra, causara un impacto atractivo en el oyente, para invitarlo a preguntar acerca del tema que se abordara y ser así, otra pequeña mosca curiosa que había caído en su tela de araña. Solo que no se las comía, luego las liberaba, tenía que hacerlo así para que divulgaran lo que acababan de escuchar. El colmo del egocentrismo, eso era Romano.
Aunque todas estas ciencias, (así lo veía él), tienen su parte negativa, como todo en la historia, mira si no al pobre Miguel Servet, quien a los poco más de los cuarenta fue quemado vivo por los curas más ortodoxos de la iglesia de entonces, aunque antes y después de este gran sabio español, otros muchos cayeron. Pero no fue por contar cuentos, sus historias están llenas de búsquedas de la verdad, de rebelión contra los poderes establecidos (la mayoría de ellos corruptos), y mira tú por dónde, terminaron siendo quemados, emparedados, o sencillamente echados en mazmorras hasta pudrirse, y morir olvidados.
Bueno, pues por alguna razón que él no alcanzaba a discernir, un día de regreso a casa, dio la vuelta a la esquina, saludó a la señora Mercedes que vendía cupones de la once, y media calle estaba ocupada por antidisturbios, guardia civil y otros policías de paisano con pasamontañas, saliendo de su portal con cajas de cartón selladas. Uno de los policías, le dio el alto y sin más lo hizo poner cara a la pared, le dio con los pies en las piernas para que las abriera y sin más le soltó…
-No te muevas hijo de puta o te frio aquí mismo, cabrón.
Se estaba realizando parte de su comedia, estaba divertido, sonreía sin decir nada, parecía complacido de que estuviera pasando todo aquello, hasta los policías se extrañaron de su actitud, una actitud que quería significar, que ya era hora que alguien más se apuntara a aquella comedia, precisamente los que faltaban en su guión, la policía. Le rompieron un dedo, fruto de la fuerza mal empleada en el momento de esposarlo, y no se quejó; tampoco de la quemada que llevaba en la cara, eso se lo hicieron, en el mismo momento mientras le sujetaban la cabeza contra la pared, de la fachada del edificio que era de grano de mármol.
En el fondo estaba asustado, su corazón se movía a la velocidad de un piloto de fórmula uno, pero he aquí la paradoja, sabía que no había hecho nada malo, salvo divulgar historias, que no eran más que infundios acerca de su vida, una vida que solo se sostenía por la mentira constante. Eso significaba mucho para él; fuera quién fuere el que lo hubiera denunciado, estaba orgulloso, orgulloso de saber que su historia coló, que era buena porque la habían creído a pié juntillas. Lo único que se le escapaba de entre los dedos era, que la policía también creyó a quién les vino con el cuento, (así de buena era su historia), ¡que orgulloso estaba del conjunto de su trama!.
Subieron con él al piso, y ahí, sentado en un rincón, vio a su padre, sentado en el suelo esposado, y vigilado por dos números de la policía vestidos de negro, con casco  protector y botas, y con sendos fusiles apuntándole.
-Oigan dejen a mi padre en paz, él no tiene nada que ver con todo esto, joder que lo dejen estar, coño…
Como respuesta, recibió un culatazo en la espalda que le obligó a seguir adelante.
-¡Que te calles de una puta vez! Venga sigue… se te va a caer el pelo, pedazo de mierda.
Oía a su padre sollozar como un niño chico en aquel rincón, ahora estaba fuera de sí, quería resistirse pero el hacerlo, hubiera supuesto otro golpe o le que rompieran un hueso. Empezaba a ver claro, que la mentira, sobre todo esta, bien entretejida, le podía causar muchos más problemas de los que él imaginaba.
Una cosa es faltar a la verdad, y otra muy diferente, es premeditadamente, orquestar una mentira, una mentira que puede causar problemas insospechados en tú vida. Desde que vio una película protagonizada por Schwarzenegger, Jamie Lee Curtis, y Bill Paxton entre otros, Romi se quedó con el papelón que hace Paxton de falso espía, todo con el fin de ligar con una mujer aburrida, de la clase de vida que lleva, (en realidad, Will Paxton, es en el filme, vendedor de coches), algunas escenas de la película son auténticamente desternillantes, pero para Romi, el papel que juega este hombre en la peli, era vital para aprender, gestos, poses concretas, papeles que le hace llegar a ella pero, que le dice que por favor, se los guarde sin leerlos, se reunirán en determinado lugar que él le indicará, y allí hablarán, (la caravana que casi de inmediato es asaltada por los SWAT, y borrada del mapa).
Otra de la que aprendió mucho fue La Cortina de Humo, De Niro y  Dustin Hoffman o como organizar una guerra ficticia, pero cuidado en esta película, al final, De Niro le pega un tiro en la cabeza a Hoffman. De manera, queda bastante claro que… la mentira aunque esté bien orquestada siempre es mentira, y como reza el dicho “La mentira tiene las patas muy cortas”.  De eso tenemos que tomar nota todos, no existen medias verdades, ni mentirijillas como apuntan algunos, la verdad aunque ciertamente es un término bastante abstracto, siempre prevalece ante la mentira, y si no, que se lo pregunten a Romi, cuando llegó a su habitación y vio todo el descalabro que la policía montó, le entraron ganas de morirse. El queridísimo estante, con todas sus películas originales (todas más o menos del género que antes avanzaba), la biblioteca, dedicada a este género de lecturas, hasta los comics que compraba hablaban de seres camaleónicos, que se disfrazaban y cambiaban de ropa en un santiamén, solo quitándose la chaqueta y volviéndola del revés, estaba forrada de marrón o azul según conviniera para la ocasión. Complementos para despistar a la policía, gorros, macutos, gafas oscuras, todo valía para que el héroe pudiera triunfar, aún a costa de ser perseguido por la autoridad.
Lo peor de todo, fue que le encontraran la pistola, era de fogueo, pero era una pistola, que junto a todo lo demás, ayudaría a ser procesado o no, dependiendo de que le hiciera falta un abogado, que en su caso tendría que ser de oficio, dadas las circunstancias bajo las  que vivían los dos hombres. El ordenador, contenía archivos susceptibles de ser usados en su contra, en algunos servidores, encontró información que lo podía comprometer seriamente. Es lo que pasa cuando uno va en broma por la vida, buscando solo protagonismo sin malicia alguna, basta con que te quieras defender diciendo que eso no es nada, es información al alance de cualquiera… es cierto, pero si por ejemplo, constas como un tipo violento, y además te encuentran en el disco duro, información que has consultado en Internet, sobre la fabricación de bombas sucias, ya estás listo.
Lo llevaron a comisaría, cuando salió de su casa, no hacía más que mirar hacia atrás, trataba de ver a su padre a quién también llevaban esposado, el pobre hombre tenía una prótesis en la cadera, lo que le hacía caminar mal y lento, pero al parecer los policías tenían prisa, quizás era que tenían que cambiar el turno, el caso es que al pobre Delfín, lo llevaban casi en volandas ante las quejas de dolor del hombre…
-¡Me cago en dios, que mi padre está operado de la cadera…! ¿no ves que no puede caminar bien, cabrón?.
¿Formaría esto parte de su guión también, o era una realidad inesperada que se salía de ese guión? Nunca se supo de forma cierta, a las cuarenta y ocho horas de pasarlas en comisaría, vino un abogado, él lo pidió. Un chavalín rubio, que no aparentaba más de veinticinco años, pero muy bien vestido se presentó a si mismo
-Hola, ¿tú eres…?
-Romano Corominas. ¿y tú?.
-Filomeno, soy tú abogado de oficio. Vamos a ver como solucionamos este asunto, que por cierto es jodido, te lo digo anticipadamente. Es un caso difícil, porque se han encontrado muchas pruebas inculpatorias, y la fiscalía va a usarlas en tú contra.
-Pero… si todo esto es mentira hombre…
-¿Qué es lo que es mentira?, venga explícate. Si no lo sé todo, poco voy a poder ayudarte.
-¡Joder! Pues que todo esto es una invención mía, mi vida es monótona y vacía, y hace muchos años que me dedico a enredar a la gente, les cuento historias, las que se me pasan por la cabeza, bueno, más o menos urdidas. Pero a veces no hablo con la misma persona en días, otras sí, entro en un bar y me pongo a navegar por Internet, si veo a alguien con cierto nivel de interés por lo que hago, me saco el móvil del bolsillo, hago como si me llamaran conectando un tono, y hablo con cierto nivel de misterio y secretismo. Pero lo cierto es que no hablo con nadie, solo me divierto con esas cosas, mato el aburrimiento, nada más.
-Pero Romano, si te han encontrado en casa un montón de cosas que te inculpan, como mínimo, de ser un enlace de alguna banda.
-Quita hombre… ¿de qué me van a inculpar?. Oye, ¿Dónde está mi padre?
-No lo sé  chico, esta es otra historia. Escucha bien lo que te digo, si te preguntan, tú no hables, no digas nada. Yo estaré a tú lado cuando te interroguen.
-Me cago en la leche, vaya democracia de los cojones tenemos en este país.
-Esta misma mañana pasarás por un interrogatorio, y después, seguramente pasarás a disposición judicial. Lo dicho, punto en boca.
A las dos horas, policías de la brigada anti terrorista se identificaron y se sentaron, uno frente a él y el otro, se levantaba y se sentaba alternativamente a su lado. Trataron de sonsacarle lo que sabía, pero no tuvieron éxito. Lógico, no tenía nada que contarles salvo lo que ya le había dicho a Delfín, su abogado. De allí pasó al juzgado, era casi la hora de comer, y a pesar de los alegatos de su abogado se le decretó prisión sin fianza. Se le aplicó la ley anti terrorista, hasta que no se analizaran las pruebas pertinentes que obraban en manos de la policía, esa era su sentencia.
-Bueno, no te preocupes, esto es puro trámite. Es lo habitual en un caso como este, descansa y ponte tranquilo.
Tranquilo, sin saber nada de su padre, ¿Cómo iba a estar tranquilo?. Lo llevaron a un penal en un bus de la guardia civil, estuvo circulando por espacio de una hora, hasta que paró, y junto a otros que viajaban en jaulas separadas, lo hicieron bajar. Conocía la rutina, pasar por taquilla, dejar todos los objetos que llevaba, recoger ropa de preso, y antes, desnudarse y ducharse. Se formó un pequeño tumulto al paso de los nuevos, todo tipo de comentarios y también de insultos. Entró en una celda donde ya había otro inquilino, lo saludó sin recibir respuesta, el otro, estaba concentrado escribiendo, al parecer una carta a la familia. Dejó sus pocas pertenencias sobre una cama y al instante oyó…
-Mocoso, ¿quién te ha dicho que dejes tus cosas ahí? Esta cama está ocupada, y antes de que preguntes, o por si se te ocurre hacerlo… la otra también. A los que vienen a este paraíso, siempre les invito a que se sientan como en una playa de Ibiza, que tiendan sus toallas en la arena. No sueñes con que vas a poder dormir en tú cama, por lo menos hoy, pero si tienes algo que decir me lo dices, o mejor aún, lo discutimos.
-Está bien hombre… no quiero ponerme a pelear ahora, ya llegará el momento…
El otro preso, se puso de pié de un salto, y pasó por encima del respaldo de la silla metálica, pero Romi, mientras tenía esta reacción Chus, ya se había apoderado del bolígrafo de este, y dándose la vuelta se puso tras él poniéndole el elemento de escritura contra la yugular.
-O te calmas un poco, o no sales de aquí vivo mañana, tú eliges.
Chus resoplaba, como un morlaco al que le fueran a dar la puntilla contra la  barrera, estaba indefenso, quiso moverse, pero entonces, sintió como el bolígrafo se clavaba un poco más en su carne. Abrió los brazos en señal de rendición, y llevado por Romi, se tuvo que sentar en el wáter. Este es tú sitio, hijo de puta, no me place ir de vacaciones a Ibiza ¿entiendes?, de modo que si te ha quedado claro, lo dejamos aquí y nos dejamos de hostias, apretó un poco más, (ahora le hizo sangre) indícame que lo has entendido, pero no quiero gestos, solo di, sí o no.
-Sí, dejémoslo aquí. Amigo mío, tienes un par de huevos, tú no eres nuevo en estos lances.
-Escucha atentamente. Yo no soy tú amigo, y por otro lado, a nadie le importa si soy o no nuevo, de manera que respétame y te respetaré. Por cierto, me gusta la cama que está más cerca de la puerta, si es la tuya ya te estás mudando a la otra.
-Bien, no hay problema hombre…
-Claro, ¿Qué problema iba a haber?, pilla tus cosas, que tengo ganas de descansar un poco.
Chus, no hacía otra cosa más que frotarse la herida de la garganta, y hasta se atrevió a preguntar a Romi si le quedaría alguna señal. Este se encogió de brazos, mientras, ponía sus cosas en un pequeño armario metálico.
-Este fin de semana vienen a verme mi mujer y mis dos hijos. ¿Los quieres ver?.
Romi, de soslayo, miró la fotografía que le enseñaba Chus. Pensó por un momento, que a él le habría gustado tener la foto de familia enmarcada, que tenía en casa, su padre, su madre y Catalina su hermana, que perteneció al equipo español de patinaje artístico sobre patines, ¡qué guapa era…!. Su madre, había muerto hacía cinco años como resultado de una cirrosis, a consecuencia de la bebida. Desde que Catalina se fue a vivir a Londres… la mujer dejó de existir. El comercio de venta de ropa interior, para mujeres y caballeros, cada día iba de mal en peor, en ocasiones, se pasaba todo el día sin abrir las puertas, y así, poco a poco la clientela derivó hacia otros sitios, tenía una simpatía única su madre, atendía a los clientes con una paciencia infinita. Se necesitan tener, determinadas cualidades para estar detrás de un mostrador, y Isabel, las cumplía todas. Cuando  fue concluyente, el diagnóstico de los médicos, su padre Delfín, pareció apagarse como una lámpara que se queda sin aceite. Nadie supo jamás (de sus compañeros de obra), como fue, que se precipitó desde el segundo piso de un edificio, que construían para una fábrica de papel, eran viviendas sociales para los trabajadores, el caso es que además de partirse la cadera, se fracturó varias costillas, cayó de lado sobre los cascotes del exterior.
La fotografía que Chus le enseñó de su familia ¡le traía tantos recuerdos…!, al cabo de un par de días, cuando parecía que las cosas se habían normalizado entre ellos, Romi le dijo…
-¿Me puedes enseñar la foto de tú familia?, que guapos son todos tío, estar en un sitio así pero saber que fuera te espera tú familia, debe ser una bendición ¿no?.
-Ya lo creo Romi, los humanos no valoramos lo que tenemos hasta que nos falta… Oye ¿y tú…?
-¿Yo?, pues nada que mi familia ha ido menguando en lugar de crecer. A veces pienso en estas uvas, que los payeses cuelgan en los almacenes, hasta que se van consumiendo y se quedan pasas. Lo mismo ha sucedido con mi familia, mi madre muerta, mi hermana que no sé ni donde para en Inglaterra, está formándose allí, con el tema del inglés y esas cosas, pero hace años que no la veo. Y mi pobre padre está chungo, pero chungo de verdad, y ahora por mi mala cabeza… mira, el pobre hombre se tendrá que buscar la vida como pueda.
-Joder, es que los humanos no aprendemos Romi, cuando tenemos una vida más o menos feliz… vamos y nos la jodemos nosotros mismos. En mi caso por querer más, y ahora como sales impune de esta, te metes en aquella, hasta que al final te cazan como a un conejo. ¿Y yo que jamás me he metido nada y he traficado con todo? ¿te lo puedes creer?. He pasado coca, caballo, cristal, de todo tío, pero siempre pensando en que mi familia, no me podían ver hecho una piltrafa humana.
-Pues si que has tenido suerte… porque otros…, una vez tuve un amigo…
Ya estamos, ha inventar otra historia… Lo suyo era enfermizo, hasta bajo aquellas circunstancias, tenía que inventar nuevas historias. Los reclusos, que poco tienen que hacer en una prisión, necesitan ocupar su tiempo, pero en esta, en concreto, los talleres, lavandería u otros pequeños talleres ocupacionales, estaban a tope, hasta lista de espera había con el fin de entrar a trabajar. Esto significa reducciones de condena en muchos casos, además de que el trabajo es remunerado, con pequeñas cantidades de dinero, pero remuneradas al fin y al cabo. Por otro lado, están las pequeñas mafias, organizadas de tal modo que, o bien con favores o por medio de dinero les daban acceso a los privilegiados.
Chus era un favorecido por las circunstancias, era como un pequeño cascabel que al paso por delante  de determinados funcionarios, les señalaba quien hacía qué, y como. Esto era de agradecer por parte de la dirección de la prisión, un mundo, dentro de otro mundo. Y otras muchas cosas que funcionaban a un nivel más alto, eso era otra historia en la que no valía la pena meterse, en este plano, estaban los presos con cadena perpetua a las espaldas, y los que eran considerados presos muy peligrosos, obviamente separados del resto.
Se realizó el juicio contra Romano Salaubre. Se le declaró culpable de dos cargos, uno, ser el contacto de una célula terrorista, dos, tenencia de material, susceptible de ser considerado peligroso para la seguridad nacional. Seis años de cárcel. Su abogado, que no puso demasiado empeño en defender los intereses de Romi lo tranquilizó
-Apelaremos la decisión judicial, pero debes tener paciencia. Sobre todo, no desesperes, será un poco largo el proceso, tenemos que prepararnos bien para la próxima audiencia.
-Oye Filomeno, ¡déjalo ya tío!. Solo quiero que me hagas un favor, averigua como está mi padre. Tan pronto sepas como está vienes y me lo dices, te lo pido por favor, solo eso, lo demás no importa. ¿Harás eso por mí?.
-Claro hombre hoy mismo hago averiguaciones. Pero no pienso dejar las cosas como están ¿vale? esto es injusto, y vamos a luchar.
Al cabo de tres días, lo vinieron a buscar a la celda, tenía visita. Solo le daban diez minutos, no le dijeron quien era la visita, fue detrás del funcionario, y entró en una sala que ni sabía que existía. En un lado de la mesa metálica anclada al suelo, estaba su hermana Catalina. Quiso echarse a sus brazos pero ella lo evitó, se sentó cruzando las manos en los antebrazos y la miró
-¿Por qué has venido a verme, si no quieres ni que me acerque a ti?, hace años que esperaba este momento, y no sé por qué razón lo estamos estropeando. Estas muy cambiada Catalina, se conoce que los aires ingleses te han favorecido mucho. Te encuentro muy guapa.
-Papá se viene conmigo a Inglaterra, me he casado, tengo un buen marido, nos queremos mucho, y tienes una sobrina y un sobrino. Ella es la mayor, se llama Shelby y tiene siete años, el pequeño es Zachary, se parece a papá, tiene sus ojos y su boca, son una calca. Papá ha puesto el piso en venta, dice que te enviará dinero de la venta, para que te puedas alquilar algo para ti. No se ha atrevido a venir, para no verte en este sitio.
-Escucha hermana, no he hecho nada reprochable, te lo juro. Todo esto es una mentira, una confusión, hasta mi abogado se quedó sorprendido de la sentencia.
-He estado en el juicio, papá me lo pidió. Yo no soy quién para juzgar a nadie, sin embargo las pruebas fueron bastante concluyentes, ¿no te parece?.
-Va, bobadas, declaré los pormenores del asunto delante de mi abogado, con la policía, y hasta ellos ponían cara de escépticos. Reconozco que no hice algunas cosas bien, vale, pero de eso, a tratarme como un terrorista…
-Pasado mañana salimos para Londres, el sábado. Te llamaré por teléfono, para ver que tal sigue todo. Haz caso a tú abogado y no te hagas el chulo, que tú no sabes de leyes y ellos sí, no es un consejo, es una sugerencia. Te he traído una foto de familia, si la quieres claro.
-¿Este es tú marido? Joder, es alto de cojones. ¿Qué es este uniforme que lleva?.
-Es capitán de aviación comercial. Se porta con todos nosotros de maravilla, me quiere con locura, y a los niños ni te cuento. Además, está conforme en que papá se venga a vivir con nosotros, no lo conoce, pero por las cosas que le he contado, está encantado. La casa es grande, y hay lugar de sobras para él. Bueno, Romi, me alegro de verte, aunque no, en estas circunstancias.
Se levantó y se fue, se despidió, pero no como él pensaba con un par de besos, o siquiera un abrazo, sencillamente, desapareció. Al cabo de dos días de este acontecimiento, mientras algunos compañeros de penal entraban a las duchas, lo encontraron colgado por el cuello. Se había hecho con un gancho de las cámaras donde se guardaba la carne, lo puso en uno de los agujeros de un cinturón que le proporcionaron y que le costó 20 eur, y de dejó caer desde uno de los tabiques que separan las duchas.
En la pared, había colgado con cinta aislante una pequeña nota que rezaba: “NO MINTÁIS, LA MENTIRA NO TRAE NADA BUENO”.


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