martes, 20 de septiembre de 2016

DESDE LA LETRA ALFA A LA OMEGA

                                             DESDE LA LETRA ALFA A LA OMEGA

Años atrás no se sabía nada de las letras griegas, fue a copia del esfuerzo de arqueólogos, paleontólogos y paleólogos, que se fue dilucidando, el significado de aquella cultura relativamente moderna griega. El abecedario griego fue un misterio para muchas personas interesadas en saber cómo vivían aquellas gentes, sus costumbres y el sistema político y social que dominaban a aquellas personas. Todavía hoy, hay quién se sorprende de lo tremendamente avanzados que estaban en asuntos de gobierno y hasta en la moda, aspectos tan distantes unos de otros.
Hoy, vivimos dentro de parte de aquel sistema que perduró en lo referente al sistema de justicia que se ejercía en la sociedad griega. Muestra de la influencia que tuvo aquella civilización son, los muchos filósofos y pensadores que trabajaron para otros reyes, mientras ellos, escribían y desarrollaban ideas, pensamientos y reflexiones que usamos hoy día como guía, referencia de convivencia entre los seres humanos.
Esta introducción nos sirve perfectamente para poner en práctica nosotros, las claves de una vida satisfactoria. Cierto es que algunas de sus costumbres eran un poco bestias, pero tenían un propósito, fortalecer a la población contra posibles conquistadores que quisieran desmantelar su proceso hacia el progreso.
Los griegos nos enseñaron a ser más consecuentes con los principios básicos en el desarrollo de la familia. Muchas de las cosas que para nosotros son nimiedades, para ellos eran motivo de castigo. Sin temor a ser demasiado comparativos con ellos, vivían mucho mejor que nosotros. No permitían que los niños por jóvenes que fueran hicieran aquello que les venía en gana, no, nada de eso, ellos tenían su puesto dentro de la sociedad y en todos los casos, tenían las mismas responsabilidades que las personas mayores. Se les dejaba jugar y se les enseñaba a luchar por ley, eran el futuro de la nación que iba expansionándose continuamente.
No se parecían en nada a nuestros jóvenes, hoy nuestros hijos tienen más tiempo para el ocio, los juegos, el escoger a sus amigos. Allí no había márgenes para el disfrute no justificado de determinadas compañías, para todo había reglas, estaban bien explicadas dentro de sus costumbres, de qué manera debían comportarse y como debían utilizar desde una pluma para aprender el uso de las palabras, hasta el manejo de una espada. Hoy, damos demasiada libertad a los hijos, no nos interesa en exceso saber que hacen y con quién hacen las cosas cuando no están a la vista de los mayores.
Esa fue una de las claves de la expansión, el triunfo sobre otros pueblos, gracias a la supervisión y la conservación moral de estos pueblos a los que hoy todavía hoy llaman bárbaros. Las mitologías de muchas civilizaciones antiguas ayudaron a establecer la base del conocimiento de pueblos; frases y oraciones que grandes filósofos marcaron un hito en la historia de muchos de estos pueblos, hasta el punto que se regían por ellos para progresar.
Hoy parece que poco importa este tipo o modelo de aprendizaje, en los colegios e institutos se persigue que los estudiantes estén más conscientes a base de invertir dinero en libros que frecuentemente van a ser de muy poca utilidad a los pupilos de las escuelas. “Las letras, con golpe de regla entran” Esa es la confianza con la que se manejan profesores y que los alumnos reciben con malestar y confusión. No se está edificando a un pueblo, al estudiante se le advierte que de no seguir las pautas marcadas en los libros, que casi siempre tienen un interés económico, serán unos borricos y que de no estudiar cómo es debido, no serán nada en la vida.
Las letras, que deberían ser la base de la enseñanza, han sido substituidos por máquinas que les resuelven los problemas de forma automática, no hace falta que se esfuercen en fomentar mediante lo que aprenden, que la sociedad donde vivimos será más poderosa, que será más fácil derribar obstáculos si memorizan los que se les enseña, que podrán formarse como poderosos soldados que llegado el momento de la lucha, no tengan miedo a los peligros que se enfrenten.
Que no se equivoque nadie, el objetivo de muchas naciones, está depositado en la grandeza de sus estudiantes, que cuanto más sepan de asuntos relacionados con su país e historia, cuanto más sepan cómo funcionan las economías del exterior, mejor preparados estarán para rebatir cuestiones que no son ciertas.
Lástima que nuestros jóvenes, estén más pendientes de las maquinitas que disimuladamente se introducen desde el extranjero, para para alejarlos, idiotizarlos y acabar siendo pasto de otras civilizaciones que realmente son mucho más avanzadas que nosotros hasta el punto de Saber que las letras Alfa y Omega son las primeras del abecedario griego. No queda otra amigos, y especialmente para los jóvenes, hay que acelerar el paso en lo a cultura se refiere.


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