jueves, 22 de diciembre de 2016

SIN BANDERAS AL VIENTO... ¿PARA QUÉ?

                                                      SIN BANDERAS AL VIENTO

Nunca me he identificado con bandera alguna, creo que son elementos distintivos de países y culturas, muchas de ellas, se identifican con elementos reivindicativos con los que la gente cuando las ven enarbolándolas por calles y plazas se enfervorizan y hasta cierto punto las adoran. Es algo que he observado, cuando te metes en mitad de masas de gentes, he notado que algunos las llevan tatuadas en el cuerpo, “Mí bandera ante todo…” No hace falta ser buen ciudadano, para perforarse la piel con los colores de su bandera, sea esta regional o nacional, ¿para qué tanta exhibición, para mostrar a los demás que uno piensa de determinada forma, para que la gente vea que uno no piensa renunciar a sus derechos como persona, que reacciona ante determinadas exigencias contrarias a lo que un gobierno ha prometido y no es capaz de cumplir? Para eso no hace falta ir disfrazado de bandera, y a voz en cuello, exigir que se cumpla aquello que se les ha prometido y que no se puede ni se piensa cumplir.
Esa es la razón por la cual yo reniego en casa, solo, sin levantar ruido y sin provocar a nadie que pueda sentirse herido en su amor propio porque llevas la cara pintada con determinados colores. ¡Ho, es que a la gente les gusta eso…! qué quieres hacer, las personas somos reaccionarias, y más cuando aprecian que sus derechos, son pisoteados. Es el pretexto justo para que la policía cargue contra ellos les muelan a palos, para luego ir detenidos por alboroto, y hasta llevados a juicio haberse pintado la cara con los colores de su bandera y estar entre los muchos, que a carrera tendida, han tenido que salir corriendo para terminar en una comisaría delante de un juez.
No hombre, no vale la pena ser tan extremistas para demostrar que uno es un buen patriota. Yo he pasado por mitad de la gente en ocasiones, porque las circunstancias así lo han exigido, por ejemplo, cuando he tenido que atravesar un paseo para ir a recoger unos zapatos que me están reparando, al otro lado del lugar de la concentración estudiantil. “He usted venga aquí que también le interesa la protesta que estamos llevando a cabo, también se beneficiará de los cambios que lograremos como nación independiente, mire, tenga este folleto y léalo, verá lo que se exige de esta horda de ladrones…” No, oye, a mí no me interesa nada de todo esto, gracias pero no hace falta que me des ningún folleto.
A título personal os diré, a los lectores de este escrito, que he pasado por dos guerras, en una de ellas perdía mi padre que fue fusilado por… no sé si por ser de los nacionales o revolucionarios, poco importa. Después me alistaron a la fuerza en el ejército. Mi madre decía que allí me haría un hombre… ¡y unos cojones…! Fui cagado de miedo y volví por los pelos con heridas que ya jamás se me han curado, heridas en el alma, todavía conservo en el cerebro el olor de la muerte de muchos de los amigos que íbamos tan contentos a la guerra, pensábamos que era como un gran juego de ajedrez, pero allí tiraban a dar. Y ahora, en mitad de este caos de gritos y carreras tenía, supuestamente, con una bandera o pancarta en la mano, dar la razón a unos cuantos estudiantes sin futuro, que ni siquiera sabían, la mayoría de ellos, que era lo que tenían que decir, a quién insultar y porqué.
Hombre yo nunca he visto así las cosas, primero porque no se ha logrado nada teniendo esta actitud, segundo… porque los mismos organizadores de las manifestaciones, han cedido y han dicho… “Bueno, por lo menos eso es mejor que nada, van a rebajar las matrículas de los universitarios… algo es” “Sí pero es que los libros tendrían que subvencionarlos…” “Bueno esto para la manifestación próxima, no vale la pena presionar más, ahora que ya tenemos algún apoyo, el próximo curso ya se enterarán de lo que es bueno estos canallas”.
Una sobrina mía, estuvo todo el día en pelotas en mitad de la calle en una manifestación antitaurina, se tumbó en el suelo con otros treinta o más cubierta de pintura roja… ¡no me jodas lorito! Esta no es forma de protestar por lo menos para mí. Encima dando bastonazos a la policía, se la llevaron tapada con una manta y por la tarde la soltaron.
¡Es que si todos hicieran como tú, se seguirían matando toros en las plazas… mira tú que bien…! Pues se siguen matando toros por ley, de manera que no se ha ganado nada. Por eso paso de banderas y reivindicaciones que no llevan a lugar alguno, yo en mi casa y dios en la de todos… en la de todos que sean creyentes claro.

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miércoles, 21 de diciembre de 2016

NO ESTAMOS SOLOS

                                             NO ESTAMOS SOLOS 

¡Todo se vive sin imaginación…! Nos parece que estamos solos, rodeados por lo que simplemente vemos. Lo cierto es que hay muchas cosas, que ni siquiera queremos ver, que queremos ignorar para no sufrir, o que solo sabemos que están ahí porque sí, porque debe ser que no nos han instruido para estudiar lo que nos rodea, o porque ya sabemos que existen y no nos preocupamos de las consecuencias que debe suponer el conocerlas a fondo. Nos gusta lo que tocamos, forma parte de nuestra vida, en consecuencia… reconocemos que hay muchísimas cosas que ignoramos, pero no nos preocupamos demasiado de lo que no vemos, ya tenemos bastante con todo el peso que arrastramos con nuestras propias vidas.
Personalmente, antes pensaba igual, ahora he cambiado de actitud, la razón me la da el pensar en profundidad que no estamos solos. No es que esté preocupado por el tema de que es posible que vivan seres extraterrestres entre nosotros, no, no es esa la cuestión.
Más bien me preocupa el hecho de que estamos viviendo, probablemente, en una civilización que se va depauperando sin siquiera darnos cuenta. Por ejemplo… “Los polos se derriten”, vemos el asunto como algo natural, eso es lo peligroso. “Bueno pues tendremos que modificar algunos comportamientos…” Y así damos por sentado, que simplemente lo que hay que hacer es seleccionar la basura, separar los envases, reciclar. ¡Si solo fuera eso lo que se nos pidiera que hiciéramos…! Mientras, millones de personas ya se están marchando de sus lugares donde nacieron y se criaron, buscan lugares donde sea más improbable que el agua, por ejemplo, no nos perjudique, que la tierra con sus temblores y desequilibrios, que dicho sea de paso son naturales, fenómenos como los volcanes y sus efectos… pero no se puede ni vivir con miedo permanente, el hombre se adapta a su entorno, no hay otra solución más que esa.
Ciertamente no estamos solos, peligros inimaginables nos mantienen aquí, esperando a ver qué es lo que sucede. Pensamos en ello, pero tratamos de quitarle importancia a este asunto que tiene que ver con nuestra supervivencia, ¿qué hacer ante este problema que por otra parte no tiene solución? Rodeados como estamos, rodeados de millones de basura espacial, fruto de lo que se ha dado en llamar “vida en otros planetas” proyectos para los que el hombre dedica cantidades ingentes de dinero…, no han dado solución alguna a la angustia que atenaza a la propia comunidad científica.
De ese modo, muchos de ellos deducen que es posible emigrar a lugares más seguros. Lo cierto es que ellos, tienen miedo a enfrentarse a la realidad, de que no estamos solos, esa puede ser una de las razones que les lleva a pensar que la Tierra…, ya no es un lugar seguro en el que vivir. Aceptar esta realidad cuesta de admitir pero es real, los mares se desbordan, los océanos crecen, no estamos solos, el creador de todas las cosas nos está expulsando del lugar que se nos fue prestado para cuidarlo; lo estamos abandonando y eso… trae consecuencias frecuentemente dramáticas.

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lunes, 19 de diciembre de 2016

RECUERDA QUIÉN ERAS

                                                  RECUERDA QUIÉN ERAS

Sí, ya no eres el mismo, no quiero que esta conversación sea un motivo de riña o marcar las diferencias entre tú y yo. Por mucho que pretendas disfrazar algunas cosas que sabes que para mí son muy importantes… por favor recuerda quién eras y lo que juntos hemos llegado a ser, una pareja feliz.
Pero como en casi todos los casos, hay cosas que echo de menos. Digo esto porque hablando con algunas amigas comunes, ellas tienen quejas parecidas. ¿Sabes que Elena está a punto de separarse…? lo cierto es que cuando me enteré me quedé petrificada, jamás hubiera podido imaginar que dos personas como ellos, que siempre estudiaron juntos, que bebían los vientos el uno del otro, que jamás dieron muestras de desacuerdos importantes, ya sabes cómo es Jaime, paciente, cariñoso y atento en todo con Elena… pues parece que había entre ellos unas diferencias que jamás se manifestaron, no se tomaron el tiempo necesario para hablar con franqueza y parece que una cosa llevó a la otra… resultado… separación.
No me gustaría que algo así nos sucediera a nosotros, te amo con toda mi alma, pero estamos entrando en un terreno que no me gustaría que resultara en discusiones constantes. Es por eso cariño mío, que ahora que tenemos la oportunidad de hablar con tranquilidad, que no tenemos presiones de tipo alguno, sentados juntos sin ruidos ni perturbaciones de ningún tipo, quiero manifestarte mis inquietudes, te lo digo porque creo que mi ánimo se está resintiendo no sé muy bien porqué, tengo la sensación de haber entrado en el costumbrismo.
¿Qué quiero decir con esto? No dudo que me ames lo mismo que yo a ti pero… ¿y esos abrazos y besos apasionados que nos dábamos hace tan solo unos meses atrás? Ya sé que quizás estos detalles no sean importantes para ti, para mí lo son todo. Eres mi vida, y digo esto con el corazón lleno de orgullo, por estar casada contigo. Quizás pienses que soy demasiado sensiblera, o que hasta te preguntes ¿a qué viene esto ahora…? Cuando montamos el negocio, sabes que en parte el propósito era evitar el que viajaras tanto, que faltaras de casa tres o cuatro días seguidos; pues bien, resuelto este escollo, resurgí cuando lo aprobaste.
Sí, ya sé que todo en la vida tiene un precio, pero creo que es posible que estemos comenzando a pagar un precio demasiado alto si nos descuidamos. No pongas esta carita de sorprendido, es algo que siento y frecuentemente me hace sufrir, no es por el fútbol, sabes bien que entiendo tú pasión por este deporte, cuando te regalé el carné de socio del Barça creo que sentí más ilusión que tú mismo. ¿Recuerdas cómo lo celebramos aquella noche de hotel en Alicante? ¡Que pasada…! No quiero decir con esto que todas las noches tengan que ser como aquella, ni siquiera  reclamo de tú parte atenciones especiales, solo me gustaría que aquellas miradas de complicidad que teníamos continuaran, se intensificaran, de otro modo, mi amor por ti, lo noto en mi interior, se va… ¿cómo te lo diría…? Marchitando, como una flor que necesita ser trasplantada de vez en cuando para que siga creciendo.
Fernando la mira con atención, sin embargo ella, no sabe interpretar lo que significa esta mirada profunda que emanan esos ojos azules y grandes que lo caracterizan, en cambio, se levanta del sillón relax donde está sentado hasta ese momento, va hacia Elvira, se agazapa dejándose caer sobre su regazo, y levantando la cabeza, la besa tierna pero intensamente. Ella parece en ese instante la madre que quiere solucionar los problemas antes de que empeoren, luego, coge su americana colgada del respaldo de una silla, se la pone, se anuda el nudo de la corbata y sin decir absolutamente nada más, se acerca al taquillón de la entrada de la casa, se vuelve para contemplar el rostro de Elvira, le sonríe, hace saltar las llaves del coche sobre su mano y abriendo suavemente la puerta del piso, se va sin más.


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LUCES DE COLORES

                                                     LUCES DE COLORES

Aparecen de un día para otro, a fuerza de los años, con la llegada de las fiestas navideñas, las ciudades grandes o pequeñas, se engalanan con bombillas y formas de diseños rebuscados. Hay quién hasta compiten entre sí en el caso de las grandes superficies, para que la gente, más predispuesta a gastar por el motivo antes mencionado, se queden embobados y gasten todavía más de lo conveniente, porque con las luces y el acompañamiento de campanillas y villancicos nos transformamos, los padres recobran el espíritu de la navidad.
Conozco a padres a quienes les gustaría transformarse en gnomos y acompañar a sus hijos entonando canciones propias de la época, todos de la mano recorriendo los pisos y pasillos de los cientos de comercios que te invitan a pasar y comprar los regalos. Inexcusables por otro lado, no van a ir tus hijos con las manos vacías a  visitar a sus primos de brazos cruzados. No nos quejamos cuando para llegar al parquin de uno de los cinco pisos bajo tierra, tienes que esperar con alegría a diferencia de cualquier otro día laborable, una plaza lo suficientemente espaciosa para aparcar tu automóvil.
Te bajas del coche, seguramente tarareando interiormente la música que se escucha por todas partes del local, hechas mano al bolsillo de la chaqueta donde llevas el dinerito de plástico para pagar las compras, no sabes cuantas cosas van a querer los niños que ya desde que han cerrado las puertas del coche, bajan  tirando de la mano del padre y la madre, como si el mundo fuera a terminarse y desapareciera todo como por ensalmo.
Las luces de todo tipo y composición, les llama la atención a este hecho. En principio, lo quieren todo, saben, porque de tontos no tienen ni un pelo, que mañana o pasado llegarán más cosas a su casa, regalos de abuelos, tíos, hermanos mayores y amigos.

Mientras suceden estos acontecimientos, en otros lugares para la mayoría desconocidos, se dejan ver en los cielos otras luces. Son las luces que caen del cielo como si fuera un regalo para ellos, esas otras luces que pretenden fomentar el miedo, el pánico, la desolación y con todo ello la muerte. Esas otras luces no tienen forma de regalo dichoso, orientadas desde grandes aviones, encienden el cielo y queman la tierra, matan indiscriminadamente a todo aquel que está a su alcance, mueren muchos padres y madres, en un instante, desaparecen como si algún ser maligno tuviera sed o hambre de matar.
Estos niños junto con sus familias se vaporizan, desaparecen el mundo está mejor sin unos cuantos seres humanos menos, no importa si son unos miles de una sola tacada, o cientos de miles cuando se trata de hacer estadísticas de a cuantos se han podido eliminar. Es muy probable, dependiendo de donde se desarrollen estos acontecimientos, que sea algo pasajero, un simple escarmiento para quién ose pisar unos metros más allá lo que marcan las fronteras de determinado país. De pronto… te enseñan por televisión, las manecitas vacías de unos niños que hace unos instantes estaban bien sujetas por los padres, que con temor, los llevaban cogidos para que no se extraviaran en mitad de un camino que lleva a ninguna parte. Solo tienen como referencia… una linterna que les indica que no salgan de la vereda por la que transitan, una advertencia savia si es que supieran donde se van a poder detener, cuando podrán sentarse aunque sea sobre el frío lodo, para mordisquear algo que alivie su fatiga, les de fuerzas para poder continuar.
No es que seamos insensibles a estos problemas que están alcanzando proporciones globales, nuestros hijos y hasta nosotros mismos, merecemos disfrutar de los regalos y atenciones que otros puedan tener con nosotros. El asunto va más allá de todo esto, sin embargo hay que reconocer, que entre la gran mayoría de los que abordamos las tiendas con el fin de hacer feliz a alguien, pocas veces pensamos en esa gran masa de personas que como nosotros, merecemos sentirnos más solidarios y hasta afectados en lo más profundo de nuestro ser, por lo que pasa a nuestro alrededor.
A diario se nos dan muestras de lo catastrófica que es para todos estos desalojados de las manos divinas, si es que las hay, de estos pobres desahuciados que a diario se ven flotando en el océano, porque no saben nadar, y el mar los engulle, lo mismo que las bombas que caen desde el cielo señalando con luces de colores, pero sin músicas ni parafarnalias que acaban de morir injustamente, cientos de refugiados que no quieren más que llegar a un lugar seguro.


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sábado, 17 de diciembre de 2016

¿DESDE CUANDO DICES QUE TE PASA ESTO?

                                     ¿DESDE CUANDO DICES QUE TE PASA ESTO?

-Te lo confío a ti por la amistad que nos une… pero desde que llegó Amanda a este mundo más o menos.
-¡Joder tío pero si Amanda tiene ya tres años!
-Pues sí, ya ves, más o menos desde entonces, ¡que jodida vida esta…!
-¿Pero en concreto cual es el problema…? Porque no me entero de nada hasta ahora, habla joder de una vez, bueno, si me lo quieres contar claro.
-Que se ha roto la química que teníamos…, me doy cuenta de que me está cambiando la vida. A lo mejor soy yo el culpable no sé, pero tío, desde que está creciendo Amanda, y tú sabes por experiencia propia que los niños crecen a toda mecha, mi mujer pasa de mí mucho, que digo mucho, demasiado.
-Va eso es normal, cuando una persona llega a ser madre los sentimientos se trastocan un poco.
-Vamos hombre no me digas eso por favor, entiendo que una criatura te cambie la vida, los sentimientos y las emociones se modifican, afortunadamente para bien de toda la familia.
-¡Venga ya hombre! Ya ha salido el filósofo, los críos pequeños necesitan más a la madre que al padre, hasta aquí todo bien. Le tiene que dar el pecho cada determinado tiempo, bueno y me dejo por el camino alguna otra necesidad que es preciso que ella cumpla, y que yo no puedo rellenar este vacío, es un trabajo exclusivamente de la madre.
-Bueno esto también depende del grado de implicación que tú te autoimpongas. Tener a tu hija en brazos cuando llegas del trabajo, colaborar en mil labores que tienes el privilegio de compartir con ella.
-Sí supongo que esto es lo normal, lo que se exige de ambos progenitores. No creas que a mí me gusta un montón tenerla en mi regazo y mimarla, ayudarla a que comience a decir cosas que son propias de ese primitivo lenguaje que todos tienen.
-Pues ves, ya tienes motivos de gozo, del disfrute de tú querida Amanda.
-Sí pero no me jodas, que a los tres años, tenga que dormir con nosotros, no me hace gracia que quieres que te diga. Tú ya sabes que soy persona de moverme bastante cundo duermo, ¡coño como todo el mundo gesticulo, me cambio de lado, me levanto a mear como todo hijo de vecino…! ¡Ha pues no! No te muevas tanto que vas a despertar a la niña, ponte más para allá que ocupas toda la cama. ¡Imagínate tío… la cama que tiene un metro cincuenta por dos metros…! ¿No es demencial?
-Y ahora ¿sigue el tema igual?
-Peor, la pitufina con el tiempo, está conquistando los espacios que deberían ser de los tres. No sé qué hacer, hemos discutido del tema pacíficamente cientos de veces, pues nada figura, la cosa va a peor. Para la fiesta de cumpleaños de Amanda, el tercer año que cumplía, cacé a mi suegra con mi mujer en la cocina hablando de sus cosas, miento, de nuestras cosas. ¿Sabes que le estaba diciendo mi suegra a mi Rosa…? Vas a flipar, que con un poco de tiempo, fuera preparando el camino para que yo ocupara la habitación de Amanda. Le dices que la has llevado al médico y que te ha dicho, que la niña es propensa a tener problemas respiratorios si no dormía con el suficiente espacio, que tenía que estar vigilada mañana, tarde y noche por alguien. ¿Quién mejor que su madre para controlarla? Hazle entender que él no podría satisfacer esta necesidad, nada, que lo mejor era que se mudara a la otra habitación, la que debiera haber sido para Amanda, así que ya me ves mudándome a una habitación con el techo lleno de estrellitas del cielo, muebles lacados en blanco y rosa, en una cama de ochenta de ancho por metro veinte de largo.
-¡Hostia tío que fuerte…! Yo esto no lo aguantaría por la madre que me parió.
-Pues ya ves; algunas noches me asomo a mi antigua habitación y ahí están las dos, Amanda espatarrada como un osezno sonriendo, yo hasta creo, que se han puesto de acuerdo las dos, para echarme de mi espacio. Soy un calzonazos, lo reconozco, no pueden haberse puesto de acuerdo, ¡Amanda tiene tres años tío…!
-Oye, y si no es indiscreción en el tema del sexo ¿cómo te lo montas?
-Bufff, esto es lo peor, para encontrar el momento es más que complicado, mes y medio llevo sin clavarla, y yo creo que ella tendrá las mismas necesidades que yo, más o menos. Pues nada, lo que antes eran carantoñas y mimos propios de una pareja joven, han pasado a la historia. Por favor esto es una confidencia que te hago, queda entre tú y yo, pero no voy a tardar en tener una conversación larga y tendida sobre este problema. Ya no el asunto sexual, que mira… esto puede plantearse de una forma pacífica.
-Sí, pero has de reconocer que en conjunto esto es demencial, como no hagas algo y pronto, a medida que pase el tiempo… ya veo a Amanda mandándote hacer cualquier cosa que se le ocurra.
-Ya lo hace ¿qué te crees?
-¿Qué me dices tío y eso…?
-Pues muy fácil, cuando llego a casa y se le ocurre a la niña ver un programa determinado de tele o sentarse en mi sofá, me mira y luego mira a su madre…, ya estoy listo. Que si a  la niña la voy a traumatizar, que a los niños hay que darles la razón para que desarrollen sus cualidades… cosas por el estilo. Lo peor es que yo creo, que lo hace para tocarme los huevos, si tú ríete si quieres pero los niños son unos tiranos, lo que yo te diga, y si encima va la madre y le ríe la gracia ya tienes el lote de putadas completas que un hijo puede llegar a hacerte. Lo  que más miedo me da, es que todo esto sea capaz de hacerlo ya con solo tres años.

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martes, 13 de diciembre de 2016

REGALO DE MUCHO VALOR

                                                 REGALO DE MUCHO VALOR

Andrés y Remedios son dos hermanos que tienen poco que ofrecer, no saben cuál es el regalo que más ilusión le podría hacer a su madre, todo el día pendiente de ellos, todos los días del año. Trabaja en casa, las circunstancias no le permiten que trabaje fuera del hogar, es por eso que se dedica a vestir muñecas para una fábrica próxima a su casa, en época de fiestas concretas, no hace más que trabajar a destajo, con el fin de aportar algún dinero extra con el fin de cambiar parte del vestuario de los niños, crecen sin parar y en cambio, dentro de la sencillez que los caracteriza, siempre van bien vestidos y limpios como patenas.
Los hijos saben con el tiempo que la madre se esfuerza para que nadie tenga nada que decir de la indumentaria que llevan, siempre pulcros, siempre educados como se les enseñó desde que eran pequeños. ¿Qué le podríamos regalar a madre para que estuviera contenta y sepa que nosotros estamos apreciando todo cuanto hace por nosotros? Pues… no lo sé, argumenta Andrés, no se me ocurre nada a voz de pronto. Desconocemos las medidas de su figura, no sabemos casi nada de ella, al ser una mujer de pocas palabras… es difícil adivinar cuál sería el regalo apropiado, lo que le gustaría tener y que estuviera en nuestra mano poderlo comprar. Yo apenas tengo dinero para hacerle un regalo.
¡Ya está! Dice Remedios, será una sorpresa que creo que le hará ilusión, vamos a dar una vuelta por el pueblo, ya se nos ocurrirá algo. Andrés con los brazos cruzados tras la espalda, cavila, se esfuerza por saber cuál pudiera ser el mejor regalo que le podrían hacer a su denodada madre. De pronto, junto al molino del tío Tomás Remedios encuentra el regalo, más bien el regalo que le haría ilusión a su madre, se agacha y recoge unas flores de color morado que están esperando ser recogidas para alguien como ellos.
Entre los dos recogen flores con el tallo de diferentes medidas y de diferentes colores. El tío Tomás los ha visto desde una de las ventanas de la cocina. ¡He, venid aquí acercaos! ¿Qué estáis haciendo? Recoger flores para hacer un buen ramo para nuestra madre. Venid conmigo, yo os enseñaré donde están las más bonitas, seguro que le arán mucha ilusión a vuestra madre.
Los chicos le siguen, suben por un trecho de camino que lleva a una pradera que se les antoja paradisíaca. ¡Aquí las tenéis…! Podéis escoger entre todas esas flores las que más os gusten, sobre todo que sean coloridas y variadas, creedme, no la defraudareis si le presentáis un buen ramo, luego, cuando las tengáis escogidas os llegáis hasta casa y lo acabaremos de preparar bien, que tenga una buena presencia, mi mujer os ayudará para que luzca con el mayor esplendor posible.
Muchas gracias señor Tomás, así lo haremos. Entre los dos no podían abarcar con los bracitos todo lo que habían recogido, algo tuvieron que dejar de lado, flores que no casaban con el resto de hermosas plantas y flores que recogieron.
Después de hacer una apropiada selección de la cosecha de flores, Tomás las ató con finas hiervas secas que servían de hatillo para aquel hermoso regalo que habían preparado para su madre. La casa como casi todas las del pueblo estaba abierta, era casi imposible esconder en la espalda el regalo que querían hacerle a su madre, de manera que fue Andrés quién formando algo de alboroto entró primero en la casa, Remedios se deslizó hasta la cocina sin ser vista, mientras su madre no apartaba la vista de la muñeca que en esos momentos tenía entre manos.
Llegaban a la nariz los aromas del cocido que mamá había preparado, y que de vez en cuando, se levantaba de su asiento para menear la lumbre que hacía hervir la cazuela que colgaba del gancho del hogar. Fue entonces cuando se encontró con la sorpresa del gran jarrón que sobre un mantel bordado estaba cuidadosamente sobre la mesa de la cocina. ¡Vaya… os habéis propuesto que llore de todas todas hoy!
Los tres se fundieron en un fuerte abrazo que lo decía todo. Es el mejor y más hermoso regalo que jamás me han hecho.

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domingo, 11 de diciembre de 2016

EL LUGAR MÁS CHULO QUE JAMÁS HAYA CONOCIDO

                                  EL LUGAR MÁS CHULO QUE JAMÁS HAYA CONOCIDO

Me siento tentado a hacer comparaciones cuando estoy de viaje, desempolvo mis álbumes de fotos, me fijo en detalles que incluso cuando hice las instantáneas no fui capaz de ver, el caprichoso caminar del agua atravesando un puente, árboles maravillosos que cuando los repaso en el álbum me doy cuenta de cómo filtraba la luz del sol en ese preciso instante. La risa de una de mis hijas, enseñando los dos dientecitos superiores, en el momento en que su madre la empuja subida en un columpio del parque.
¡Que feliz me siento repasando estos momentos…! Cuando he terminado de tomar el café con leche, recojo todas las cosas, los recuerdos con un cuidado especial y los guardo. Miro a mi alrededor y rememoro aquel viaje que hicimos a un parque nacional, en el que pernoctamos un par de noches, me asaltan entonces detalles personales que hacen que ría y en ocasiones llore, de ilusión unas veces, otras de penas pasadas que viví y que jamás pude comentar con mi mujer por miedo a herirla. ¡Que puñetas…! Sabía que me la había pegado con aquel hombre amigo mío, por lo menos eso decía él, que era el mejor amigo que tenía, un gilipollas que se enteró de la película cuando ya había pasado todo. Menos mal que todo pasó como si fuera en un abrir y cerrar los ojos, al poco le perdimos la vista porque se fue a trabajar a Inglaterra.
¿Sabéis cuál es el lugar donde todos estos recuerdos y vivencias han cobrado vida…? En el lugar más chulo del mundo, mi casa. Es verdad que estoy solo, no he buscado ninguna compañía femenina desde el divorcio, pero dios… ¡si estoy en el paraíso…! ¿Dónde mejor que aquí, en mi casa, puedo desahogarme y reír, llorar, gritar de rabia o de alegría sin que nadie pueda interferir en esta puesta en escena que yo mismo he montado?
En ese instante es el mejor lugar del mundo, no se puede comparar con ningún viaje o cualquier otra experiencia, todo lo que me rodea aparte de este reducido espacio, tampoco es que tenga un piso de noventa metros cuadrados, pero es en ese instante… el lugar más chulo que puedo imaginar.
Puede que alguien deduzca que me estoy volviendo tarumba, de eso nada, y si alguien lo duda, que lo pruebe y después opine. De ahí que la soledad me sienta bien, salgo de paseo, camino, hablo con alguien, me tomo un café con él si es necesario… pero donde de verdad me siento bien es mi casa, el lugar más chulo del mundo.
Si hace calor como en este pasado verano que pasamos un infierno, me despeloto y nadie me dice nada. Si por el contrario hace frío, me abrigo que parezco un esquimal, no me gustan las calefacciones aunque la tengo instalada paso de ella. Como mucho… pongo en marcha una estufa catalítica un rato y punto. Pero mi casa no pierde esta identidad que he querido que siempre tuviera, el lugar más chulo de la tierra.
De manera que con permiso de los que opinen lo contrario… que la gocen cuando les llegan las vacaciones, que no se harten de tener amigos y más amigos, que aprovechen cualquier espacio de tiempo para hacer deporte fuera de casa o recorrer los bares de moda con otros como ellos, respetable todo ello, el lugar más chulo que jamás haya conocido personalmente… es mí casa.


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¡SI SUPIERAS DE DONDE VENGO...!

                                                  ¡SI SUPIERAS DE DONDE VENGO…!

No soy un extraterrestre, no caí de una estrella, tampoco puedo decir que estoy aquí por voluntad propia, no sé de dónde vengo, sin embargo sí sé dónde voy. Puede parecer una contradicción sin embargo, todavía nadie ha hallado la respuesta a este controvertido dilema, digo dilema porque para mí lo es.
Sé que me parieron, mi madre sufrió cuando tuvo que enfrentarse a esta situación, y no me refiero solo al momento del parto, cuando quedó embarazada de mi padre ya comenzaron sus sufrimientos. Lógico, traer al mundo a una criatura en las circunstancias de pobreza e incertidumbre que había para aquel entonces, la llenó de pesar y tristeza, en el sentido de no saber cómo enfrentarse a la crianza de un nuevo miembro en la familia.
Sin garantías de clase alguna de cómo podrían tirar adelante en la vida, si ya de por sí era costoso llegar a final de mes con el sueldo de un trabajador como era mi padre. Trabajador honrado y denodado como el que más, daba todo cuanto podía de sí por una miseria de sueldo, debiendo al farmacéutico de una semana a otra los botes de leche que necesitaba mi pequeño pero desesperado estómago para poder desarrollarme. Sí, mi madre tenía leche, más que suficiente para alimentar simultáneamente a dos bebés, el problema radicaba en que su leche era salada y no podía digerirla con normalidad.
De manera que no está de más esta reflexión que hacía al principio, ¡si supieras de dónde vengo…! Creo que en parte, mi nacimiento forma parte de un milagro que se da continuamente, pero ahora que ya estoy en el declive de la vida, no tengo más remedio que pensar en lo difícil y complejo que debió de ser mi nacimiento y mi crecimiento. Una vez que pisas este mundo, que sales de este cómodo mundo que es el vientre de tu madre, por lo menos en mí caso, te planteas si sabes de dónde vienes, el saber dónde vas a ir a parar no tiene mayor misterio, somos seres que como cualquier otro animal te reciclas, vuelves al lugar de donde viniste.
Pero el saber de dónde has venido, te da una dimensión casi divina, además de hacerte invulnerable a cualquier otro ser humano, son iguales que tú, es posible que no tengan que haber sufrido tanto los padres para tener otros hijos, pero os aseguro que en lo que se refiere a mí concretamente, todavía tengo esta interrogante en mí cabeza, que ronda continuamente alrededor mío y no digo que me torture, pero sí que me deja intranquilo. No tengo las respuestas adecuadas a esta incógnita. Me miro en el espejo y veo a un elemento con dos brazos y dos piernas, además de otros muchos atributos sin saber la respuesta a esta perpetua pregunta, más que pregunta aseveración… ¡Si supieras de dónde vengo…!

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martes, 6 de diciembre de 2016

LOS QUE ESTÁN LEJOS DE CASA

                                               LOS QUE ESTÁN LEJOS DE CASA

“Me voy de viaje a buscarme la vida a otras tierras”, esta es una expresión cada vez más frecuente, falta trabajo y la gente, especialmente los jóvenes se desesperan porque se cansan de buscar sin encontrar la oportunidad deseada. Esta decisión llena de pena a los que se quedan, a los que ya han perdido el tren de la oportunidad, pero si pudieran… ellos serían los primeros en hacer las maletas y marchar en busca de nuevas aventuras.
Muchos de nuestros mayores, nos tomarían la delantera en hacer este viaje deseado, tienen la experiencia apropiada para llevar a cabo este viaje, y lo que es más importante… no desean volver a ver el pueblo o la ciudad de donde marchan, están hartos de negativas y trabas para continuar viviendo donde están ahora.
Los jóvenes, mal asesorados las más de las veces, marchan a la aventura, ni siquiera saben cuál es el destino que les aguarda. Avión o tren y a hacer millas, es lo único que ven en su futuro más inmediato, no es que sea forzosamente malo el que hagan eso de ese modo, lo malo es que el destino que les aguarda, no siempre es el que esperan encontrar.
Estoy trabajando por doce euros al día, eso sí, me proporcionan casa y comida, es lo mismo que tenían antes de marchar a buscar trabajo en cualquier otro lugar, trabajan un montón de horas y comienzan a echar de menos los momentos felices que pasaban junto a sus padres y hermanos.
Ahora llega la segunda parte… no pueden incumplir el contrato que en su día firmaron, deben cumplir si quieren cobrar las miserables partes del para que les prometieron en su día. Tienen mientras tanto, que aprender el idioma del país al que ha ido a parar a riesgo de perder las ventajas propias de los más espabilados que son más avezados que ellos.
Estar lejos de casa con ese propósito tiene sus pros y sus contras, tener una buena balanza para sopesar estos inconvenientes, es necesario para decidir. Así pues, es preciso encerarse en una habitación y estudiar los pros y los contras, preguntar a los que han probado este sistema y pedirles si ellos ven en el viajante próximo las cualidades oportunas para ir a trabajar lejos de casa.
Si son buenos amigos, ellos nos dirán la realidad de lo que nos vamos a encontrar cuando lleguemos a destino. Mientras… tomemos todo el tiempo posible para examinarnos nosotros mismos, nuestras cualidades para ver si son las oportunas para el trabajo que se nos va a exigir. Estar lejos de la familia es duro, muy duro, más de lo que algunos de nosotros nos podemos imaginar.

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                                            DEDICADO A LOS SIN NOMBRE

Quisieran pero ya no tienen nombre, si acaso una lápida los recuerda, y a los que por allí pasean y ven en las lápidas nombres vistosos o singulares, les dedican una breve mirada de soslayo. El lugar donde están reposando, quizás llame la atención de alguien que les recuerda sus apellidos y hasta sin saberlo, quizás lleven los apellidos de los paseantes.
No debería llenarnos de tristeza el hacer estas averiguaciones, algún día, cuando ocupen un lugar en esta ciudad, los vivos reflexionarán sobre el significado de la vida. La muerte no es más que eso, dejar de existir, cesar en toda actividad que hasta ahora, hace relativamente poco tiempo, ellos estaban en el otro lado, viendo como otros paseantes los admiran y hasta hablan de ellos. La misma razón que lleva a la tumba a los muertos, son los que los traen a la vida.
No hay razón para pensar de modo diferente, todos somos polvo y al polvo volvemos, sí, la muerte es triste, pero el nacimiento de un ser vivo es exactamente lo mismo, después de un periodo de tiempo, después de encajar el nacimiento de un nuevo ser, todo continua igual que siempre. Lo mismo que la vida nadie la tiene comprada, la muerte es exactamente igual.
Alegría por un lado, el nacimiento de una criatura, la muerte de alguien querido, nos ayuda a reflexionar sobre lo que podríamos haber hecho por el finado. Mientras estamos vivos tenemos nombre y apellidos, las lápidas solo nos dicen en la mayoría de los casos, que en un tiempo aquella persona desaparecida, también tuvo un espacio dentro del mundo y que en muchos casos hizo felices a muchos. Siguen teniendo un nombre porque existen en nuestros corazones, sea para bien o para mal.
Lamentamos que hayan muerto de determinada forma, pero sin quererlo, han dejado una huella profunda en nuestra ánima. No los recordemos solo cuando llega su día, el día de todos los santos, se merecen ser recordados porque gracias a ellos estamos nosotros aquí, ahora, por mucho que tengamos cosas que decir de ellos.
Aunque están separados por lápidas de piedra o mausoleos, esperan en silencio ser recordados por todos nosotros.

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viernes, 2 de diciembre de 2016

¿QUEREMOS MÁS?

                                                          ¿QUEREMOS MÁS?

No se puede pedir más de lo que ya tenemos, lo tenemos todo y sin temor a equivocarme… en demasía. A todos los niveles, sea en el plano de lo económico, en el ocio, todo se regala, todo se facilita con el fin de hacer nuestra vida más feliz. La realidad es otra, somos unos pobres infelices que no sabemos más que abusar de todo aquello que la televisión y la falsa propaganda, nos hace ver todo aquello que vemos y en ocasiones escuchado, como algo hecho a nuestra medida, sí, no tendremos problemas a la hora de devolver el dinero que se nos ha prestado y que, por supuesto, deberemos devolver con unos intereses, que harán que nos echemos las manos a la cabeza a la hora de comenzar a pagar en cómodos plazos lo que he hemos regalado, para hacer felices a otros. Los problemas que se derivan de estas acciones, hace que tengamos fuertes discusiones en el hogar. No hemos calculado bien los costes que a todo nivel, se derivan de los regalos.
Pero lo que cuenta es que por el momento, hemos hecho felices a muchos de los nuestros. El ver las caras de felicidad de nuestros seres queridos, hace que de momento, nos olvidemos de los problemas futuros.
No hay que ser, ni ambiciosos ni presuntuosos, es cierto que habrá muchos de nuestros familiares, hagan regalos caros a otros, pero ellos, también recogerán los frutos, a veces amargos, de las consecuencias de estos regalos, especialmente los de la navidad. ¿De veras queremos hipotecarnos el resto del año con tal de quedar bien con nuestros familiares y amigos?
La factura que vamos a tener que pagar a menudo no la podremos pagar. De manera que… midamos bien qué y cómo, hacemos regalos sin necesidad de poner en juego nuestra integridad física y económica, es solo una sugerencia que creo vale la pena estudiar bien antes de tomar una decisión impensada.

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