sábado, 22 de octubre de 2016

EL MANANTIAL ESCONDIDO

                                                  EL MANANTIAL ESCONDIDO

Fue costoso el descubrimiento de esa fuente maravillosa que despedía pureza y luz. Imposible pensé al principio que una fuente de agua además de agua de luz. Tuve que hacer grandes esfuerzos para lograr encaramarme hasta el nacimiento de la fuente, no había modo de saber la procedencia de tanta vitalidad y alegría como desprendía aquel pequeño hilo de agua, que formaba un estanque frio, y a la vez vivificante al llegar a su destino. He bebido de sus aguas y tanto el paladar como mis dientes se han paralizado, tal ha sido el efecto de esas aguas sobre mi persona.
Razón de más para indagar de donde procedían esas maravillosas aguas, el camino no fue fácil, la piel de mis manos quedaron en carne viva, sí, me he dejado las uñas con tal de poder encontrar es manantial, llegado a un punto escondido y recóndito, veo una pequeña humedad que gotea por entre líquenes que bien pudieran no tener edad, estoy cansado, no puedo más hoy, mañana continuaré la búsqueda de ese manantial que se me hace imposible.
Al abrigo de los helechos gigantes me duermo, escucho murmullos, ¿animales del bosque quizás? Enfundadas mis manos en unos rústicos guantes de piel, busco con fuerzas renovadas. Ya ha llegado el momento de pararse a pensar, no vaya a ser que buscando pierda el juicio, mi propósito es descubrir el manantial, no volverme loco.
Ya está, ¡tanto secreto para esto…! Al otro lado de un gran prado descubro el manantial, me quedo extasiado, pretendía encontrar un manantial de agua y lo que encontré fue a una muchedumbre de personas que intercambiaban sentires y pensamientos, filosofaban, discutían amablemente y no había distinciones de edades ni de formaciones, todos a su debido tiempo dialogaban y exponían sus ideas, de ahí destilaba ese manantial mixto y a la vez peculiar que enriquecía a cualquiera que quisiera participar en aquel evento de por lo que supe más tarde, se repetía día tras día.
Se me hizo raro andar tanto tiempo buscando un manantial de agua, cuando lo que debería haber estado buscando era la sabiduría de los demás para poder contrastarla con mis propios conocimientos. No soy profesor, no soy filósofo, solo y especialmente durante aquel tiempo, me califiqué a mí mismo como un mero aprendiz de todo aquello que hasta ahora había despreciado.
¡Si lo hubiera sabido de antemano, seguro que no hubiera hecho el esfuerzo por conseguir saber que era lo que significaba ese manantial tan peculiar! Ha sido desde este hallazgo que me he abierto a discutir, departir, opinar sobre cosas que sé que otros ignoran. Estúpida holgazanería la nuestra cuando nos paramos a dar por sentado, que nuestras ideas y convicciones, son lo más importante.
No nos paramos a pensar que nuestro futuro es la muerte, y que mientras esta llega, es un deber el hacer saber a los demás, quienes somos y como pensamos. Los pensamientos y el sentir nuestro, alimenta grandes pantanos de conocimiento del que muchos otros seguramente echarán mano, aun cuando hayamos desaparecido. Si es esa nuestra inquietud, es seguro que nos estaremos preguntando en que cosas estamos equivocados y cómo podemos rectificarlas, al fin y al cabo, todos merecemos poder refrescarnos de las aguas de vida que nos brindan esas búsquedas que pueden parecer al principio infructuosas.


                                                            -----------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario