SORDO, MUDO, INVISIBLE
No para siempre claro está, pero en
algunas ocasiones me gustaría ser sordo, mudo e invisible. La razón es
sencilla, el motivo, creo que más que justificado. En alguna ocasión me han
propuesto aquellos que me conocen, Mejor sería que vivieras en otro planeta, no
es ese el caso, me gusta vivir del modo que vivo. Lo malo es que en ocasiones
me entran ganas de ausentarme de determinadas conversaciones, las personas que
me rodean no son las culpables de esta situación, cada cual es como es, de
forma que es inevitable que en ocasiones, uno se vea obligado a escuchar
determinadas conversaciones. En cambio en determinados momentos me siento
herido por lo que la gente dice, de quienes hablan, como los tratan, y lo peor
de todo es, que esperan que les rías la gracia según ellos, que acaban de hacer,
lo más frecuente es que lo hagan sin malicia alguna eso es así.
Pero en ocasiones uno no tiene el
cuerpo para escuchar bobadas que no conducen más que al hastío. ¿Estamos perdiendo
el sentido de la tolerancia…? Creo que en parte ese es el motivo por el cual
las conversaciones se nos escapan de las manos, o de la boca más bien. Hablando
en términos de compañerismo y buen rollo entre amigos y compañeros de trabajo,
está justificado que en ocasiones no tengamos más remedio que asistir cual
estatuas de piedra a lo que se está discutiendo.
Pero todo tiene sus límites, ¡me
complacería inmensamente, ser una persona sin la capacidad de hablar! esto no
quita que uno deba ser mudo, una cosa no está reñida con la otra. ¡Pero es que
a menudo oyes unas cosas…! Claro en determinadas circunstancias uno quisiera
ser mudo también, especialmente cuando se escuchan palabras hirientes dirigidas
a ti, o a otros que no están presentes, ocasión idónea para soltar a toda la
caballería, contra esta persona.
No puede ser, tienes que pasar por
estos instantes frecuentemente incómodos para ti que formas parte de algún modo
de esta ronda de habladurías y hasta de insultos gratuitos. Por mucho que uno
quiera, tienes que aguantar mecha y, cosa que jamás me ha gustado, sonreír
demostrando que te gusta, aunque sea con el mayor disimulo, el tema que se está
tratando.
Siempre hay dentro de estos grupos,
personas que se quedan con la copla, Oye, este no suelta palabra se hable de lo
que se hable, que tipo tan raro… Lo más probable es que no sepan que en ese
instante, quisieras ser invisible. Todos tenemos nuestros momentos buenos y
malos, ese día ha coincidido, que te has levantado con mal pie, que se hace difícil
explicar la razón de esta actitud tuya en ese momento, pero si es algo que a
nadie importa más que a ti, no tienes por qué dar razón del porque tienes esa
cara de palo.
Mejor ser invisible en esos
momentos, si es posible claro, no siempre se puede desaparecer de forma física
de determinadas situaciones. Hace muy pocos días, mi médico me preguntaba que
como me sentía, le contesté que bien, él que me conoce muy bien por llevar mi
historial clínico desde hace tiempo, no lo encontraba normal ni lógico. El caso
es que ese día en particular, todo me importaba un rábano, por eso callé y dejé
que me descosiera a preguntas para averiguar mi estado de ánimo y de paso como
andaba mi salud. En lo que al médico se refiere, ese día me hice invisible, sí
señor, no sé muy bien que me impulso a cerrarme en banda y volverme mudo de
golpe.
Es bastante jodido tener que pasar
por situaciones como las que describo, por otro lado es normal, mil cosas
diferentes pueden hacer que uno se transforme en una estatua, ya no digo
ecuestre, solo una estatua con las pupilas sin expresión, el gesto indefinido,
mirando a todo el mundo desde tu pedestal, pero pasando de todo. Converso con
las personas, me gusta, lo difícil es establecer una conversación que satisfaga
a la persona o personas que te siguen en aquello que dices. A mí que se me
caguen las palomas encima no me importa, lo que si me ofende sobremanera, es
que me escuchen de forma obligada, o que me interrumpan cuando considero que
tengo algo importante que decir.
En situaciones como esta, siento vergüenza
ajena, me pregunto en mi interior… ¿se dará cuenta del ridículo espantoso que
está haciendo en este instante? Comprendo que haya quién no se dé cuenta de la
circunstancia, pero si el caso es que se vuelve a repetir vez tras vez lo mismo…
que se me caguen las palomas en lo alto, no me importa, no creo perderme nada
bueno. ¿Qué soy tajante, demasiado hermético o exigente…? Que piensen lo que
quieran de mí, yo me siento contento conmigo mismo y sigo mi camino a la búsqueda
de mi quimera. No es que quiera buscar a la persona ideal, eso es una
paparruchada, no existe, pero en la búsqueda de las cosas agradables de este
mundo, que por cierto son muchas, observo y callo cuando es necesario, mientras
que envejezco felizmente.
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