domingo, 28 de julio de 2013

LA TIERRA TEÑIDA DE ROJO.

Los cosmonautas ven La Tierra de color azul, hay más agua que tierra es lógico.
Pero para quien tiene que estar aquí anclado en ella, ¿de qué color debe ser?. Solo vemos el cielo rojo cuando tiene que llover o hacer mucho viento, en la puesta del sol sobre todo. Pero… hay más que todo eso, un ligero paseo por los noticiarios o la prensa diaria nos dice en qué estado está la Tierra, de qué color está teñida.
Todos coincidimos en la misma opinión. La Tierra está teñida de rojo. No es por la pasión que en ella se encierra, tampoco por la alegría de las bodas u otras celebraciones distinguidas que a menudo se representan por el color rojo.
Está teñida de rojo por el trato que se les está dando a sus habitantes, es una ignominia para la raza humana lo que sucede sobre su corteza. No se puede pasar de largo ni cerrar los ojos ante tanto mal. Si son catástrofes naturales las que hacen que hayan víctimas sobre el lugar donde vivimos, tiene una explicación plausible, natural, la Tierra tiene sus propios ritmos y hay que respetarlos, no hay más. Pero nosotros, los hombres somos las más de las veces, la causa del dolor y la muerte, de millones de congéneres nuestros.
Los muertos por estas causas, caen sobre nuestras cabezas, quién tiene conciencia lo sabe, aunque lo quiera ignorar.
“Siempre ha habido guerras, siempre han habido víctimas en este gran holocausto, las guerras existen desde que el mundo es mundo”, ¿explica esto que sigan muriendo más personas que no las desean?, ¿cuántos millones más deben morir para que cesen?. “Si no hubiera guerras, la gente no cabría en la Tierra, acabaríamos comiéndonos los unos a los otros”, eso no es excusa para que las grandes potencias, sigan armando a facciones revolucionarias, que terminan por eliminar a los inocentes.
La Tierra está teñida de rojo, y son los que promueven las guerras los responsables, sí, esos que se denominan a sí mismos, los guardianes de la libertad. Una libertad ficticia, una paz engañosa y ruin, una libertad que solo tiene un precio, la sangre de los demás, pocas veces la suya propia, la sangre de los políticos ambiciosos e inicuos.
Nos gusta ver los mares en documentales o cuando vamos de viaje, pero estas imágenes, formarán muy pronto parte de una hemeroteca, que nos hará suspirar y preguntarnos… ¿Qué es lo que hicimos con este hermoso planeta, que ha sido de nuestro hogar, cómo hemos podido descuidarlo tanto, porqué lo hemos arruinado?.



sábado, 27 de julio de 2013

REFLEXIONES 3.

No es necesario que el infierno tenga fuego, el infierno a menudo son los otros.
Aunque digan lo contrario, a los verdugos se les conoce enseguida. Tienen cara de miedo.
Auténtico es aquel que asume la responsabilidad por ser lo que es, y se reconoce libre de ser lo que es.
El odio es una mecha, basta con que un hombre odie a otro para que toda la humanidad se llene de este.
Maurice Talleyrand escribió  “Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”. Que alguien trate de demostrar lo contrario.
Solo hay una cosa más terrible que la calumnia: La verdad.
Si quieres y puedes hacer aquello que quieres eres feliz, lo contrario también es cierto.
No es tarea fácil dirigir al hombre, empujarlos, sin embargo es muy fácil.
Es muy difícil conocernos a nosotros mismos; lo fácil es hablar mal de los demás.
Nada hay más fuerte que el amor, pero ser siempre amor bien motivado, de otro modo de nada vale.
¿Qué placar hay en hacer lo que a uno le gusta?, es mucho mejor trabajar duro en aquello que no te gusta pero que produce la felicidad de otros.
Saber ganar no es lo importante, perder, a veces, es una ganancia.
Comparte de corazón todo aquello que tengas, tu cuerpo entero, te acompañará en esa dirección.
Se cauteloso, manso, fiel y altruista, esa es la base del respeto ajeno.
Los ojos le dijeron en una ocasión a las manos… “No os necesitamos para nada, somos nosotros los que vemos por el resto del cuerpo, somos mucho más sensibles que tú”. Ha pasado el tiempo, los ojos fallan, se quedan ciegos de tanto mirar, las manos ahora se han convertido en ojos, sin decir nada, conducen a ese cuerpo ciego por el lugar por donde deben andar, sin ver.
Soportar las impertinencias de los demás, forma parte de nuestro origen humano. Si queremos ver más allá de ahí, es porque, además de impertinentes, somos estúpidos.
No hay que ofenderse cuando nos dan determinada opinión sobre nosotros mismos. Hasta los locos tienen el derecho de hacer eso.
Si alguien me cuestiona o hasta me señala para mal, me siento honrado, ¡imagínate tener una vida monótona y tranquila!. Mala vida tiene que llevar quién se entretiene en estos asuntos.
“No quiero tener nada que ver contigo, no quiero volver a verte”. Eso es muy difícil amigo, el mundo es un pañuelo, y la vida, unas cuantas vueltas en las manecillas del reloj.
Formar una familia es algo que hay que pensar profundamente, el no hacerlo, es echarse a la mar sin remos, vela ni timón. Quién quiera bajarse del barco, tiene que hacerlo en mitad del océano, y el océano está lleno de tiburones hambrientos.
No siempre se puede decir que uno se ha equivocado, hay errores, pecados y displicencias, de estos el peor es el último.
De vez en cuando, castigar al cuerpo con ayuno es sano. Comer y beber cuanto queremos, nos aleja de la realidad, ¡son tantos los que sufren por comer una vez al día…!.
“¿Qué hacéis tú y toda tu familia bebiendo en mi balsa?”, preguntó el león al elefante “¿Tú balsa, desde cuando es tu balsa?” “Desde que yo lo digo” “Bien, pues entonces ven hasta aquí y defiéndela”. El agua viene de los cielos, nadie se la debería atribuir como de su propiedad.
Dale ventaja al enemigo, en la distancia él se desfondará, mientras tú, llegarás  fresco a la meta.
¿Porqué pensar que la justicia no es igual para todos?, esto es una falacia, el tiempo siempre pone a cada cual en su lugar.
La muerte es la carrera de la vida, nadie puede correr más rápido ni más lento. A todos nos alcanza en el lugar que ella impone.
“Hasta las pulgas fuman tabaco”. Es un dicho que desde pequeño he oído, ¡imagínate las avispas y los abejorros!.
Te puedes marcar un farol en el póker, ¡pero en la vida, cada farol que te marcas, es un farol que se rompe!.
Cuanta más calor hace, más gente se pone al sol, ¿no es una contradicción?. Cuando lo propio es ir buscando una sombra como un loco… y si es bajo una higuera, ni te cuento.
Tiempos felices aquellos en los que por la calle se oía el rudo de los cascos de los caballos, hoy ya no hay ruidos como aquellos, hay estruendos, y muerte, mucha muerte.
Hoy, no hace falta poner bombas para destruir en masa. Dale a un imbécil un auto rápido, y ahí va una bomba de relojería.
Que se sepa, el mejor conversador es un buen oidor. Los que hablan mucho te enseñan a serlo.
20/7/1209. Los cruzados llegan a las puertas de Beziers (Francia), para buscar a los cátaros que viven allí. Viven entre muchos católicos, entre todos, 22.000 personas. Cuando se ordena el ataque, los oficiales cruzados le preguntan a Armand Amalric como van a distinguir a católicos de cátaros. Contesta con sangre fría “¡Matadlos a todos; Dios reconocerá a los que son suyos!”. Fue tal  la carnicería, que los propios cruzados caminaban entre ríos de sangre, empapados en ella. Solo se salvaron del ataque 2.000 personas. Me pregunto si aquel acontecimiento nos ha enseñado algo para mejorar nuestra conducta animal.
Si no amas estando casado, soltero odiarás a alguien, seguro. El odio es origen de muchos males.
Me gusta ser ignorante de muchas cosas, soy una esponja seca que necesita empaparse de conocimiento.
Mi amigo el pastor de ovejas, no sabe leer, pero con un solo silbido, sus animales le entienden.
Su oficio siempre ha sido el de mulero, no conoce más que los caminos polvorientos, por donde pasa cada día con su carro y sus mulas. Si quiero ir a algún lugar lo escojo a él, algunas veces, caminamos junto a los animales que tiran de la carga cuesta arriba, otras, subidos ambos en el carro, reímos y bebemos de su bota de vino, para aclarar la garganta del polvo del camino. Sin darnos cuenta, llegamos al pueblo, allí le espera su amada, ¡y qué recibimientos que le hace!.
Más que todo lo demás, salvaguarda el corazón, procura blindarlo para que no se altere por cualquier cosa. Si se acelera desmedidamente, puede traerte problemas que ni siquiera imaginas.
Darle la mano a un amigo es hermoso. Pero no seas de esos que anda estrechando las manos de cualquiera, ser demasiado pródigo en eso, puede comprometerte en asuntos graves.
El hombre no se siente completo solo teniendo una familia. Es necesario el trabajo conjunto de todos lo que da identidad.
Cuando existe el poder dentro de la familia, esta se extingue.
Las cosas bellas no son siempre las más perfectas. Lo mismo sucede con la familia.
Una conversación larga, eso es la familia. Siempre parece demasiado corta.
La familia es toda una institución. Vives bien en ella, por supuesto, si te gusta vivir en una institución.
Que bellos son los momentos felices, pero curiosamente, pasan pronto.
Cómo vamos a saber nuestro futuro, si no sabemos el rumbo que vamos a tomar.
Si no hubiera elegido este derrotero… Tonto, ¿a qué derrotero te refieres?.
Jules Renard escribió… “La vejez existe desde el momento que uno dice, nunca me he sentido más joven”.
Cuando era joven podía haber tomado esposa, ahora que podría soportar a alguna, ya no me hace falta ninguna.
Richard Whately “Pierde una hora por la mañana, y la estarás buscando el resto del día sin encontrarla”.
Prefiero formarme yo mismo, en lugar de que otros me formen y me modelen a su antojo.
El tiempo es lo que los hombres tratamos de matar y que acaba matándonos.
Siempre busco para mis males, alguna otra causa que no sea dios.
Casi todos los recién enamorados son poetas, luego, cuando llegan a casarse y vivir intensamente el matrimonio, el poeta se transforma, sale de su capullo cual larva en estado de metamorfosis y, cuando seca sus alas al sol vuela.
Hay una diferencia clara entre la sabiduría y la ignorancia, la razón, que además siempre es discutible.
Así piensas así vivirás. Por ello es importante pensar bien.
El pasado puede modificarse; los historiadores no cesan de demostrarlo a diario.
Qué razón tienen los sabios; antes de actuar piensa bien lo que vasa hacer. Ahora ya viejo me doy cuenta de ello.
Tagore: “Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.
“¡Esta es la verdad…!”. Pobre necio, la verdad no está de parte del que más grita por más que se empeñe en ello, todo lo contrario.
Hay quien siempre anda haciendo preguntas sobre todo, eso es bueno, no lo desmerece en absoluto. Esto es señal de que piensa.
A la Tierra no hacemos más que echar basuras, en cambio, hasta de en medio de ellas, la Tierra nos ofrece sus flores.
“Ojalá pueda vivir todos los días de mi vida”, (Jonathan Swift).
A veces queremos echa atrás nuestro reloj de la vida, es una insensatez. La vida es una calle de sentido único.
Sobre la vida Séneca dijo: “La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy”.
La ley de Murphy: “Si algo ha de salir mal, saldrá mal. Si la tostada cae al suelo, será del lado de la manteca. Si no puedes convencerlos, confúndelos. Si no te sientes bien, no te preocupes, se te pasará. Toda solución genera otros problemas”. Hay que ver con Murphy… ¿será dios?.
Piensa y medita tranquilamente sobre lo que has hecho con tu vida. Probablemente se te quiten las ganas de dar consejos a alguien.
Cuando se sabe una cosa, sostener que se sabe es lo más valiente y lo más arriesgado.
“El matrimonio más feliz que puedo imaginarme  es el de un sordo con una ciega” (Honoré de Balzac).
La gente mira con desconfianza todo lo que tiene que ver con la apariencia de una vida conyugal feliz.
Mira el espíritu de tu cónyuge, es una de las cosas más importantes, para hacer que un matrimonio dure muchos años.


















lunes, 22 de julio de 2013

REFLEXIONES 2.


                          REFLEXIONES 2.


Al que se ofende fácilmente, le estorba el sol cuando calienta, la lluvia cuando cae, el viento cuando sopla. No pertenece a la raza humana.
Las oportunidades, son para quien las sabe ver, el que quiere ir con los ojos cerrados tiene un futuro incierto, a menudo mortal.
Si eres ansioso, eres débil, si eres precipitado, temerario. ¡Cuántos han perdido la vida por ello!.
“Juro que me las pagarás”. ¿Por quién juras, cual es el pago que se te debe?.
He oído decir por ahí  “Sal de mi vida”, con el tiempo he aprendido, que debo hacer esfuerzos para procurar estar en la vida de todos, ¡es tan hermoso!.
A los enfermos siempre se les da de lado mucho o poco. Me pregunto… ¿Quién puede decir que está auténticamente sano?, mi enfermedad y la tuya son muy parecidas.
Quisiera ser un ave, ¡debe de ser tan hermoso surcar en silencio los cielos…!, un ave, eso sí, que siempre volara más allá de lo que el hombre es capaz de ver con sus ojos. Es muy peligroso volar cerca de ellos.
Acariciar las palabras es lo mismo que acariciar a una hermosa mujer. Las palabras pueden llegar a conquistar el corazón, de quién las usa adecuadamente. Con las caricias humanas, puedes llegar a enamorar el corazón de tu amada.
Ten muchos amigos, y puede que ya tengas tu propio infierno.
No cantes al amor, practícalo, es mucho más elegante y además, siempre te trae recompensas.
Si logro hacer reír a un payaso, quiere decir que puedo hacer feliz a cualquiera.

Ningún rio va en dirección opuesta a su cauce, no quieras tener razón en todo cuanto dices y haces.
Jamás iré a la guerra, no quiero ser pasto de las moscas, son las únicas que sacan provecho de ellas.
No te des por vencido por armado que esté tu enemigo, mira el ejemplo de David y Goliat.
Cuando tengas dudas no busques consejos. “Consejos vendo y para mí no tengo”.
Es preferible ser un hombre pobre, que un pobre hombre.
Abrir la mano y dar, satisface mucho más que cerrarla cuando recibes.
Me gustaría batir récords de amistad, de cariño y confianza, aunque no se hablara de ello, son más importantes, que someterse a entrenamientos constantes, que pueden terminar en frustración.
Ser culto es fácil, lo difícil es, ser inteligente para afrontar con éxito los desafíos de la vida diaria.
Si los animales pudieran conversar con nosotros, nos dirían todos ellos, desde el elefante a la hormiga, de que se valen para sobrevivir. Todos ellos son, supervivientes natos, aunque no sin esfuerzos constantes.
Le dice un hombre a su vecino, que él siempre ata a su mula a la valla. El otro le contesta que a él no le es necesario  “Solo es cuestión de tenerle cariño y alimentarla bien. A mí, jamás se me ha ocurrido tenerla de otra manera”.
Ser prudente es lo más parecido a ser sabio. El prudente se aleja de los problemas, no interviene en riñas ajenas, antes de hacer eso, repara constantemente las goteras de su tejado.
Ama a tu mujer y a tus hijos, no los quieras. Querer se puede querer a un perro sin contraer ningún compromiso con él.
La naturaleza es vital para nuestra vida, lamentarnos de que se va perdiendo, no representa ningún esfuerzo por conservarla. “En la naturaleza nada hay superfluo”, eso dijo el gran Averroes.
No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón, todos estamos convencidos de tenerla aunque no sea cierto.
Lamentablemente, las certezas de las opiniones se cumplen, cuando estallan las guerras. ¡Qué estúpidos somos los topos con cuerpo de humano!.
A los dos años de edad ya leía correctamente, a los cuatro tocaba  el piano como los ángeles. Cuando cumplió los seis, se aburría tremendamente en el colegio, a los ocho mandaba a sus padres. Fue en su cumpleaños de los diez que dio un grito en casa y tiró el pastel por la ventana. Ahora, desde los doce, está recluido en un parafrénico, está contento, porque ahí, puede llevar a cabo todas las ilusiones de su mente enferma.
Jamás quieras poder correr más que un gamo, es una idea estúpida, los lobos no corren tanto y acaban dándoles alcance.
Si alguien me hubiera consultado antes de nacer, hubiera escogido  ser delfín, ¡con lo que me gusta el mar…!.
Es un placer ir a los entierros, me ayudan a pensar en cómo estoy utilizando mi vida. En cambio cuando me invitan a nacimientos, voy con pena, una pena profunda, inquietante y básicamente triste.
El trabajo es necesario, pero cuando estás sometido a las reglas de una empresa, más que trabajo, lo considero esclavitud, esclavitud pagada pero al fin y al cabo esclavitud. Es por eso que detrás de mi casa, tengo un huerto.
Un buen coche es útil, pero más útil es una cabra, te da leche y quesos, y en momentos de apuro, también carne, por eso la prefiero a ella.
Nunca guardo demasiadas cosas, unas mudas y zapatos, y también unos cuantos libros, para cuando necesito ser enseñado por alguien. Las opiniones de otros siempre me interesan.
Periodistas y políticos, analistas y economistas, ¡por favor, hasta donde hemos llegado!.
Que quieres que te diga, la televisión es un gran invento, si no la tuviera, estaría obligado a hablar continuamente con la familia.
Dicen que la filosofía es un rollo, no sé, yo lo dudo, ¿acaso no tiene cada cual su propia filosofía de la vida?.
Confucio dijo  “El verdadero conocimiento es saber la magnitud de la propia ignorancia”. Cuán cierto es, el problema es, que hoy encuentras pocas personas dispuestas, a considerar este asunto con humildad.
El futuro me interesa mucho, es el lugar donde voy a pasar el resto de mi vida.
El tiempo es, lo que los hombres tratamos de matar, y que acaba matándonos a nosotros.
El tiempo, que es la vida en sí, siempre suele dar dulces salidas a amargas dificultades. Por eso hay que considerarlo como el más grande consejero.
Los sabios hablan porque tienen algo que decir. Los tontos, hablan porque tienen que decir algo.
No hay que preocuparse por declarar muy alto el amor a alguien, la declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho habla poco.
Considero que la justicia, es la conveniencia de los más fuertes.
Nunca se debe dejar crecer la hierba en el camino de la amistad.
La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos. El hombre que tiene el ojo sencillo, es rico de por sí.
Tenemos muchos enemigos a lo largo de nuestra vida. La mejor venganza es tratar de no parecérsele.
Desde que el mundo es mundo cuando ha habido guerras, han sido los ricos quienes la han organizado, pero siempre los pobres los que han muerto en ellas.
Que existe la conciencia está más que demostrado, si tienes conciencia de que existe.
Es cierto que el mundo podría existir sin la literatura, e incluso mejor sin el hombre.












sábado, 20 de julio de 2013

UNA PUERTA SOLA.

Hoy, me he acercado paseando, hasta una casa antigua de piedra medio derruida, todavía conserva algo de lo que en un tiempo fue. Una casa en mitad del campo, abandonada, rodeada de pinos piñoneros, vallada con una cerca de madera que todavía resiste el paso de los años.
Al lado de la casa, lo que era antes la cuadra, con una pared que resiste, aun se pueden ver las argollas donde sujetaban a los animales, a juzgar por la que hay debería haber más de uno, aunque la techumbre haya cedido con el paso de determinado tiempo, porque nadie la ha mantenido, no se ha vivido en esa casa desde hace por lo menos cincuenta años, eso me dice un vecino del lugar.
Todavía conserva el pozo de agua en la era, me asomo y aun tiene agua al fondo, lo he comprobado tirando una piedra. Paseo con curiosidad alrededor del lugar, detrás de la casa, el gallinero o las conejeras, o ambas cosas juntas, ves tú a saber cómo se lo montaban en aquel tiempo. Ya sin vallar, se presume lo que era el huerto, ¡que buenos productos deberían sacar de esa tierra negra y sin piedras!. Justo al lado de huerto, pasa un pequeño riachuelo, el que he seguido cuando he llegado a la casa, la alberca es grande, el agua está reverdecida, llena de un musgo verde que flota en la superficie, cojo un trozo de ese musgo y compruebo que se podría hacer una esponja con él, es grueso, entretejido.
¡Cuidado, algo se mueve!, me vuelvo y veo a unos sapos de un palmo de grande, verdes también, que se mueven lentamente, entre las cañas del bambú que crecen alrededor de la alberca. Aunque el agua es estancada, fijando la vista se ven peces rojos y plateados, caramba, eso me sorprende bastante, ¿de qué deben vivir?. La naturaleza es sabia, seguro que tienen algún medio de supervivencia, deben comer larvas de moscas y mosquitos, o pequeños insectos que caen al agua y no pueden alzar el vuelo de nuevo.
Me dirijo a la casa de nuevo, solo quedan vestigios de lo que fue aquella hábil construcción. En la entrada de la casa, una puerta de madera de doble hoja, cerraba por las noches la vivienda, la fachada se conserva bastante bien, es una construcción de piedra seca. Sobre la puerta, un pequeño balcón con la persiana desteñida por el tiempo, señala a alguna habitación o sala. Trato de abrir la puerta, cruje de mala manera los goznes deben estar clavados por el óxido, solo hay dos por hoja de puerta, pero ¡vaya dos goznes!, son grandes y artesanales, seguro que hechos a medida de la puerta.
Empujo con todas mis fuerzas y finalmente responden, con gandulería, pero ceden. Al abrirse la puerta, me transporto a otra vida, la de la gente que habitaba allí. Es evidente que la vida de entonces, poco tenía que ver con la que llevamos hoy, lo evidencian las puertas de los dormitorios que todavía se conservan, no son más que cretonas que cubren el espacio de la jamba, están sujetas con clavos que salen de la parte superior, se conoce que aquella familia dormía lo justo, aunque debiera ser grande, varias camas lo atestiguan.
Recorro con curiosidad la casa, el lugar me invita a pisar como si de una iglesia se tratara. Todavía cuelga algún pequeño cuadro e la pared, está todo muy oscuro, el día no acompaña precisamente para hacer ese recorrido, el sol  sale y se esconde con  rapidez, a causa de las nubes de la montaña.
Vuelvo al día siguiente, la casa, esta vez más iluminada presenta un aspecto precioso, alguien que me vea, pensará que me he vuelto loco, puede ser que así sea, pero insisto en volver a entrar en esta especie de santuario, que sin duda lo fue para quién vivió aquí antes. Una de las alcobas, está amueblada con una gran cómoda de madera maciza, parece haber sido construida por una mano rústica, poco artesanal pero efectiva, es sin duda alguna un mueble práctico.
Una fotografía colgada en la pared tiene como protagonistas a dos personas de mediana edad, la foto en su día fue coloreada sin duda alguna, con un passepartout ovalado, se ve la imagen de una pareja, no sonríen, ella vestida con un traje oscuro y una blonda que le cubre todo el cuello, él con traje, y una camisa sin corbata ni adorno alguno. Impone esta foto, seguramente fueron los dueños de la finca, pero… ¿porqué no se llevaron estos enseres, ni la foto, en la cocina todavía hay más cosas, no muchas pero del todo precisas en aquellas fechas, ¿qué explicación puede haber para esto?.
Claro que yo no soy ningún detective para investigar las razones del porqué de todo esto, pero sin duda es algo extraño. Al  mismo tiempo que ando por la casa, oigo el sonido de cencerros afuera, en la era, un pastor está parado junto a la casa, bajo una gran morera, se ha sentado sobre una piedra, y de su zurrón saca, lo que parece ser la comida del día. Desde el piso superior lo observo, él a su vez, echa alguna que otra ojeada de soslayo hacia la casa. Bajo hasta la puerta,  “¿Qué hay buen hombre, como va el día?”.  “¿Qué hace usted en esta propiedad señor?”.  “Pues nada, solo curioseaba, la verdad es que estas casas de campo siempre me han llamado la atención, solo estaba echando un vistazo”.
“Pues ahora que ya ha echado un vistazo, haga el favor de cerrar la puerta de la entrada y salir de aquí, hágame usted el favor”.  “Oiga que yo solo quería…”  “sí ya me ha dicho lo que quería, si ha satisfecho su curiosidad cierre la puerta de nuevo y váyase”.
El pastor no parecía estar de buenas, o bien es que su carácter es así, de cualquier modo no me busco más problemas y obedezco, es cierto que nadie me ha dado permiso para andar como Pedro por su casa, el hombre tiene toda la razón del mundo, si es que es el dueño, o este ha delegado en él el cuidado de la casa. De cualquier manera no voy a parar a preguntarle esto, porque es capaz de correrme a palos por el monte, que estas gentes son muy suyas.
Bueno, por fin comienzan de nuevo las clases, soy el maestro del pueblo, no sé si lo había dicho, pero dicho dos veces es más enfático, me han presentado al alumnado del colegio, doce niños y niñas, como los doce apóstoles del Señor, solo que no parecen estar tan predispuestos a escuchar o a aprender como lo hicieran con la señora Consuelo, la alcaldesa del pueblo me presenta a la clase, el primer día no están lo que se dice precisamente apacibles los críos. Las edades oscilan entre los seis años hasta los once o doce, es curioso que el Ministerio de Enseñanza tenga tanta manga ancha en los pueblos para esos asuntos –me refiero a enseñar a todos juntos en el mismo aula-, que por otro lado, no es más que una sala del Ayuntamiento, adaptada para este uso. Pero por lo menos está bien equipada, con lo elemental, pero bien equipada. Creo que se pasaron con la pizarra que ocupa todo el paño de pared del fondo de la clase, junto a lo que será este curso próximo mi mesa.
Este invierno, con un palmo de nieve en las calles, hay algunas bajas, críos pequeños que se ponen malos con gripes y resfriados, es entonces cuando me entero por boca de los mayores, que la casa que visité –sin saberlo-, estaba un tanto maldita. Allí vivía una niña que iba a este colegio, de nombre Azucena, que desapareció sin dejar rastro alguno. Normalmente no me creo todo cuanto me dicen, hay muchas leyendas urbanas que son increíbles, sin embargo, en este sentido había algo que me llamó mucho la atención, una serie de pistas policíacas, llevaron a que prendieran al pastor como el causante de su desaparición. La Guardia Civil tenía ciertos indicios, pero nada se pudo probar.
Después de cierto tiempo buscándola –y aunque el caso no estaba cerrado-, apareció el padre de la niña en el fondo de un barranco, se había despeñado desde una altura de cincuenta metros más o menos. Lo encontraron medio devorado por las alimañas del bosque. Después de este suceso, la madre se fue de allí a la capital, Plasencia, donde tenía a una hermana y demás familia. Cuando pregunté a las gentes del pueblo sobre la mujer, todos ponían cara de tristeza, la señora Edelmira se había quedado lela desde aquel día, se le fue la cabeza, la tuvieron que ingresar en un centro de salud mental.
Te pasan muchas cosas por la cabeza, y más después de haber conocido al pastor, un tipo huraño y con poca educación que para más inri, paraba a menudo en la puerta de la casa a comer mientras pastoreaba a las ovejas. Por lo que se ve, según me dijo la alcaldesa del pueblo, el rebaño de ovejas que tiene el tal Palomo, –este es su apellido-, se dio un festín con todo lo que había plantado en el huerto. Andaba diciendo por el pueblo, que ya era hora que se muriese Gregorio, ese cacho de cabrón que se acostaba con su hija. Esa fue una de las razones por las cuales lo detuvo la policía, tenía cierta animosidad para con aquel padre de familia.
Ahora, de toda aquella casa, quedaba solo una puerta vacía que llevaba a ninguna parte.


jueves, 18 de julio de 2013

ME GUSTA EL AMARILLO.


Es una preferencia como otra cualquiera, no para todo por supuesto, hay prendas de ropa, que en amarillo, no lucen, lo mismo que en los zapatos. Para mujeres es diferente, a ellas les está bien todo y de cualquier color, pero soy hombre y a pesar de gustarme otros colores, el amarillo es mi preferido.
Cuando comenzaron a hacerse estas extrañas mezclas de color en las flores, más concretamente en las rosas, me alegré de saber que ya existían rosas de color rosas de manera corriente, o combinadas con otros colores, ¡que bonitas, como lucen!. Las primeras flores que he regalado en mi vida, fueron tulipanes amarillos, la florista de una calle cercana a mi casa me preparó un ramo para llevárselas a una amiga que acababan de operar de apendicitis.
Recuerdo que cuando llamé a la puerta de la habitación y entré, tenía visita de un par de amigas y sus padres. Entré sonriente con el ramo de flores en la mano derecha, oye, que ni siquiera me miró a mí, miró el ramo de tulipanes y exclamó  “¡Qué bonito Felipe, es la primera vez que me regalan flores!”. “No puede ser –contesté-, a la más hermosa flor del mundo hay que honrarla con los frutos de estas, ese ramo no es nada Eva, es inmerecido, solo han venido a hacerte tributo”.
Que nadie piense que esto lo llevaba preparado, palabra, fue espontáneo, Eva te puede inspirar cualquier cosa, por eso reservé para ella mi color favorito, el amarillo. Su madre dijo que se lo llevaría a casa, allí las conservaría mejor, pero Eva contestó que de eso ni hablar, saldrían con ella por la puerta al cabo de dos o tres días más, cuando le dieran el alta médica.
Eva me gustaba mucho, tenía unos cabellos y unos ojos negros que embrujaban a cualquiera. Siempre que nos veíamos, procuraba ponerme algo amarillo, era como una obsesión, no sé, esas cosas no te las inculcan, nadie te las enseña, está en la naturaleza, ves los colores y te gustan o no. A ella le gustaba verme con un pullover amarillo de rombos amarillos y azules, decía que me sentaba muy bien a mi color de piel, mi piel es más bien de color morena, por naturaleza.
Un día, nos pilló una de esas tormentas inesperadas de verano, de camino a su casa, regresábamos de cenar en una hamburguesería, de pronto, rugió en el cielo un par de truenos y ella se agarró a mí, llevaba una camisa amarilla, nos pusimos como sopas antes de llegar a guarecernos dentro de un portal. Le quité algunos cabellos mojados que tenía pegados en el rostro y no pudimos evitar besarnos, no fue un beso, fue una fusión, calculo que estuvimos algunos minutos con nuestras bocas pegadas la una contra la otra.
Respiramos profundamente solo, para volver al ataque, quisiera poder explicar lo que te sucede en un momento así, pero no puedo, fue electrizante, como la tormenta que pasaba sobre nuestras cabezas. En poco más de cinco minutos todo pasó, la tormenta y nuestro abrazo, me preguntó si estábamos locos, no supe que decirle, ella tenía novio, aunque trabajaba en Canarias en esos momentos.
Se veían de vez en cuando, a veces una vez al mes, pero era raro, no tenían medios para viajar a menudo para verse, si cabía, en vacaciones pasaban la mitad del tiempo en Canarias y la otra mitad en la península. Pero siendo franco, yo diría que Borja no estaba muy enamorado de Eva, siempre que salía con ella, la obligaba a decorarse como si fuera una maniquí de boutique. Quería que se comprara vestidos, zapatos de tacones imposibles, vestidos o faldas súper cortas, que quieres, a mí particularmente, no me gustaba verla así, ante todo, porque dejaba de ser ella. Yo en cambio, el maniático del amarillo, me gustaba de cualquier manera, estaba guapa con cualquier cosa  que se pusiera.
Poco después de salir del hospital, me llamó para que fuera a cenar a su casa, con sus padres, acepté. Entre las dos prepararon una cena propia de príncipes. Cuando llegué a su casa, llevaba tres rosas rojas para su madre, y un ramo de claveles magníficos, amarillos con los bordes rojos, para su padre traje un par de puros, sabía que le gustaban.
Ella iba vestida con una camisa de hombre arremangada, sujeta a la cintura con un cinturón de trenzas de piel. Le llegaba bastante arriba de los muslos, nos sentamos en la mesa de la terraza, colocaron una lámpara de aceite en el centro, ¡qué ambiente, me sentía en la gloria!. El padre tenía mucha conversación, había sido en su tiempo conductor de trenes de carga, era un hombre culto, la madre no hacía más que hacer viajes a la cocina con platos vacios y trayendo otros.
Le llamé la atención y le dije que porqué no se sentaba con nosotros, me dolía verla medio cojeando a causa  de una operación de cadera que le hicieron años atrás. Sin embargo Eva, no hacía más que mirar el reloj, eran las diez y media, sabía que más allá de las once sus padres se irían a dormir. Parecía  inquieta, pero no menos de lo que lo estaba yo, lo cierto es, que me subía por las paredes de ganas de abrazarla y besarla. Después del postre, a eso de las once, su padre se despidió del resto, los ojos se le cerraban, no hacía más que ponerse la mano delante de la boca para evitar ser visto bostezando.
“Ya está el lavavajillas lleno Eva, mañana lo pondré en marcha, deja el resto y ve a descansar”. La madre siguió al hombre cinco minutos más tarde.  “Es curioso, siempre, desde que tengo uso de razón, se han ido a la cama al mismo tiempo, vaya pareja”. A Eva, parecía complacerle ese detalle de sus padres, decía que se entendían muy bien.
“Tengo que bajar al coche Eva, ¿me abres la puerta del piso, pero sin hacer ruido vale?”. Me acompañó a la puerta un tanto sorprendida y esperó a que volviera. Traía un regalo para ella, una pequeña caja empaquetada, con un bonito papel jaspeado de color amarillo, nos fuimos a la terraza de nuevo sin hacer ruido, parecíamos dos cacos que entraban a robar, caminábamos de puntillas sobre el parquet.  “¿Qué es eso?”.  “Un regalo para ti con todo mi cariño”. Un perfume que sabía que a ella le gustaba y que estaba entre sus preferidos, alguna vez me había hecho saber que le encantaba, pero que no se lo podía permitir por lo caro que era.
Deshizo el envoltorio, sacó el frasco de su caja y se quedó boquiabierta, no buscaba esa reacción de su parte, solo pensé al comprarlo, en lo mucho que le agradaría tener un frasco de aquella fragancia. Se levantó de la silla de la terraza y me dio un beso, a renglón seguido, se sentó a horcajadas sobre mis piernas, no pude evitar una excitación que iba más allá de la simple amistad. No pensé en que estaba comprometida, ni en las consecuencias de aquel acto.
Sencillamente, a la luz de un par de velas que dudaban con apagarse, nos unimos carnalmente. Ese instante no se puede describir, es uno de estos momentos, en los que no piensas que crimen y castigo, están estrechamente unidos de la mano. Sin embargo, a pesar del peligro que entrañaba aquella situación, nos juramos amor eterno. Ella sin pensar en el novio que tenía en Canarias, yo sin remordimientos, estaba libre de todo compromiso, no tenía novia, y en ese instante de mi vida, no quería tenerla.
Otra cosa es que Eva, me gustara con locura, tenía motivos sobrados para que me gustara, y encima, va y me dice un día, que vaya a recogerla al concesionario de autos donde trabajaba. Tenía que cambiarme el coche, el pobre no me daba más que problemas, como los humanos cuando nos hacemos viejos, tenía artrosis por todos lados, tosía el motor, que pensaba que uno de esos días me dejará tirado en cualquier semáforo, el traje que llevaba ya n se podía parchear por lado alguno.
Le comenté un día a Eva, que acabaría como los Picapiedra, haciéndolo andar con los pies. Se rió de lo lindo, pro parece que tomo nota del asunto. La fui a recoger a su trabajo, estaba contenta, vendió ese día tres coches nuevos, me recibió con un beso en los labios y me llevó de la mano al fondo del taller.
Creí morirme cuando me enseñó el coche que tenía preparado para mí. Un cupé amarillo selectivo, grande y prácticamente nuevo, los interiores eran de piel marrón y el volante de madera.  “¿Será una broma, no Eva?”.  “De eso nada cariño, lo  he reservado para ti si lo quieres, tiene un precio muy asequible, con pocos kilómetros, full equip, lo tiene todo como puedes comprobar, ¿te gusta?”.  “¿Qué si me gusta?, gustarme es poco, es un sueño, una pasada”.
En su oficina estuvimos ultimando los detalles, dando un pellizco de dinero en mano, me quedaba a pagar muy poco cada mes durante tres años. Estuve echando cuentas en un papel y sin dejar esquilmada la cuenta del banco, tenía lo suficiente para poder hacerme el dueño del coche.  “Dentro de dos días ya lo tendrás en la puerta preparado, revisado y con las llaves puestas en el contacto”.
Al día siguiente, un amigo me llevó al polígono donde trabajaba Eva, ella se hizo acompañar por una amiga, que trabajaba en el servicio de limpieza. Salimos los dos de su trabajo con mi nuevo coche, me pareció que todo el mundo miraba el coche, no era extraño pensé para mí, era el coche más bonito que circulaba por la pequeña ciudad. Fuimos a cenar y luego terminamos en mi casa brindando con cava. Hacía calor, nos desnudamos y salimos al balcón con las luces apagadas, allí abrí la botella. Llevaba la ropa interior amarilla, aquello era una locura, no pude menos que excitarme con todo lo sucedido en las tres últimas horas.
Nos casamos al final de año, antes de fiestas, ella llevaba un vestido amarillo pálido de alta costura, yo solo la corbata con un jaspeado azul como el traje. Sus padres, nos regalaron el viaje de novios a Paris, diez días estuvimos allí, Eva habla el francés de manera correcta. ¡Qué hermoso es el color amarillo…, me encanta, es sin duda, mi color favorito!.










domingo, 14 de julio de 2013

LA PRODIGIOSA NEURONA.


Dícese de todas ellas del mismo modo, por su funcionamiento y efectividad, por su labor incesante y maravillosa, por el modo en el que interactúa con sus hermanas, que a cientos de miles pueblan nuestra mente y la conducen para tomar decisiones.
Pero todo eso, a mí me suena a campanas celestiales. En lo que a mí respecta también las oigo, y son muchas, unas veces me torturan y otras, cuando me dejan en paz, no soy capaz ni de hablar, sin embargo sé que están ahí.
Por ser un problema puramente mental, se hace inexplicable, por mucho que los galenos investiguen, la cabeza es un misterio casi sobrenatural. Es difícil para el afectado, desarrollar los síntomas y consecuencias, que hacen que el tarro no te marche del modo adecuado. Debería de haber un estándar para el comportamiento de la mente, pero no, no es así.
Si te rompes un hueso, se hace evidente de diferentes modos, si tienes una infección, la fiebre puede ser la primera consecuencia lógica, sin embargo, cuando algo no anda bien en tú cabeza, es incomprensible para nadie.
Hace años, que ando de cabeza, como se suele decir coloquialmente, pero no quieras explicárselo a nadie, será difícil que te comprendan. En casa, acostumbrados ya a determinadas reacciones y comportamientos, la cosa va más o menos bien, pero lo que es en la calle, cuando paseas y la gente conocida te saluda, la cosa cambia radicalmente, te sumerges en un mundo lleno de adversidades, inseguridades, peligros, sudas, te angustias, fuera del caparazón de seguridad que te ofrece tú hogar, te encuentras como si estuvieras en alta mar, con una pequeña chalupa sin remos, timón ni vela que puedas usar.
A menudo, en voz baja, la mente te dicta sentencias, te asegura que acabarás loco, y entonces, vuelvo la vista a las decenas de libros que llenan la estantería de mi despacho, los miro con pena, les digo en silencio que los tengo que abandonar, si se quieren quedar ahí, que se queden, pero que por mi parte no me van a ser muy útiles de aquí en adelante. No es que me haya olvidado de leer, el problema es que cuando uso el separador de páginas, al día siguiente, tengo que volver a comenzar de nuevo, he perdido la referencia de lo ya leído, debo retroceder quince o veinte páginas atrás, para recordar lo que leí ayer.
Me recuerda el colegio, cuando el maestro nos decía que había algo que no habíamos entendido, que volviéramos a repasar la información escrita, para sacar la conclusión apropiada. Eso es una especie de martirio intelectual que me satura todavía más, la memoria está fallando, y de qué manera.
El neurólogo me dice “Pues no leas cuando te encuentres así, haz otra cosa”, buen consejo, llevo en el cuerpo veinte pastillas diarias para diferentes cosas relacionadas todas ellas con la cabeza, trato de aparar de mí la ensoñación que me invade, pero no la puedo evitar. “Pues cuando tengas sueño, duerme, no hay problema, al fin y al cabo en tu situación, no puedes hacer nada más”.
Y duermo, me despierto a las dos o tres de la mañana, ya estoy en acción, ¿pero qué coño haces a esa hora, ponerte música, hablar contigo mismo de los sueños que has tenido, cantar?. No, nada de eso, escribo, escribo relatos más o menos personales de situaciones, fábulas, cuentos, poesías, malas pero al fin y al cabo poesías. Es cuanto me queda por hacer, ahora son las cuatro de la madrugada del lunes, del 15 de julio del año 2013, aprovecho este corto espacio, creo que de lucidez, para escribir lo que estáis leyendo. En casa me dicen mis hijos “Claro, pero ¿cómo no quieres despertarte a esas horas?, ya has dormido lo necesario”. Y una mierda, eso no es dormir lo necesario. Dormir lo necesario es, hacerte una pequeña siesta después de comer, especialmente con este calor, y luego por la noche, dormir de un tirón tus ocho horas, como hacen ellos, y mi esposa.
Pero pasarte el día alucinando a causa de la medicación, a menudo sin entender lo que se habla en casa, sin casi poder participar en conversaciones, porque el cerebro te avisa que te estés calladito, ver alrededor tuyo las cosas de colores que no son los propios, caer en un sueño profundo casi de golpe, todo esto jode mucho.
Tengo amigos que en su afán de aliviarme dicen que no me preocupe, que hay otros que está peor que yo, vale, y yo tengo un tío en La Habana. ¡Venga hombre…!, para decir eso vale más la pena que hagan lo que yo, que se estén calladitos, que estos comentarios minan mucho la poca moral que le queda a uno.
Mientras, las prodigiosas neuronas, hacen lo posible por cogerse del brazo unas a otras, para mantenerme regularmente cuerdo. Esas sí que trabajan sin descanso, me hacen recordar unos dibujos animados que luego se plasmaron en DVD, que llevaban el nombre de “Una vez era el hombre”, oye, por infantiles que parezcan, allí se explicaba de forma ilustrativa, como funcionan nuestras neuronas, no los recuerdo, pero el viejo de las barbas que introducía cada capítulo, era un gran profesor, aunque fuera un dibujo animado.
Pero aun así, la mente sigue siendo un misterio, lo sé porque no cesan de hacerme pruebas, escaners, resonancias magnéticas, pruebas de psico-neurología para comprobar el deterioro de la memoria, todo para que la mente, las neuronas, sigan haciendo su labor al margen de todo el veneno que les invade, en forma de medicamentos. No digo que mi neurólogo sea un mal médico, muy al contrario, es una eminencia, el hombre trabaja con criterios médicos ejemplares, pero no tiene otras armas en la mano, más que las que les proporciona la industria farmacológica. Me consta que tiene, hasta diría que, un interés personal cada vez que me corresponde su visita, me siento muy bien tratado por él, como neurólogo yo le doy un diez.
Pero los milagros no existen, y los médicos hacen lo que pueden, para salvaguardar la salud de sus enfermos. Lo malo de todo esto es, que los médicos van por un lado, y el propio cuerpo humano, funciona con unos mecanismos ajenos a los diagnósticos que los galenos puedan hacer. No hablo de reparar un brazo, incluso de hacer un trasplante, cosa delicada esta, el cerebro no se puede tocar, so pena, de que te quedes peor de lo que estás.



BONES FESTES.

Típica expresión que solo se usa para cuando llegan las navidades, el resto del año, aunque el resto del año, vayamos de vacaciones un mes entero, o viajemos en semana santa a otro país, nadie nos llama para decirnos “¡Bones festes!”.
No sé porqué, porque unos se lo pasa mejor en vacaciones de verano que en navidad por ejemplo. Particularmente, las fiestas de navidad son una leche, nos gastamos una pasta que a menudo no tenemos, ¿porqué?, porque es navidad, y en navidad todo vale.
Después llegan los problemas, al cabo de un mes y algo, cuando se nos pasa factura de las tarjetas de crédito, -no hay que engañarse, en este, nuestro país las cosas funcionan así-, somos unos Quijotes incorregibles, y como sea que los bancos lo saben, pues venga “Bones Festes” para todos. Presupuesto para los juguetes de los niños, tanto, regalo para la madre, tanto, regalo para el padre que es quien trae el dinero a casa, tanto. Y así, la lista se hace interminable, hasta que alguien tiene que poner coto a todo este desmadre de gastos.
¡Que pocos se acuerdan del sentido religioso de esta fiestas…!, la mayoría nos apercibimos, solo por las iluminaciones extra que se ponen en la ciudad o el pueblo, los villancicos, y unos cuantos pesebres que adornan los comercios. Bueno, en los centros comerciales los montan bestiales, para que la gente los visite con los niños, y de paso, haber si cae alguna que otra compra. Lo cierto, según mi parecer, es que la gente ha perdido, el sentido de la motivación de las fiestas, sean estas las que sean.
Lo mismo es cierto, en semana santa, el camino de Santiago o cualquier otro acontecimiento más o menos religioso. La gente vemos más allá de todo eso, la fiesta, el jolgorio, incluso en el caso de la mayoría de jóvenes, el pretexto perfecto para pillar buenas borracheras. Un amigo me contaba una vez, que se lo había pasado en grande en la romería de Almonte (Huelva), una peregrinación andaluza famosa en el mundo entero. Él no fue allí por la Blanca Paloma ni por saltar la verja para sacar a la virgen a la calle, fue para hartarse de fino y ligar. Y vaya si lo logró,  según sus propias palabras claro.
Y este acontecimiento lo podríamos multiplicar por mil diferentes celebraciones que se llevan a cabo alrededor del mundo. Pero, las fiestas por antonomasia, son las de Navidad, esas sí que deben felicitarse con tarjetas de todo tipo a todos los amigos posibles, la Navidad es distinta, todo el mundo despliega amor y solidaridad, cuando han pasado, la cosa cambia, ya no te acuerdas de nadie hasta el año que viene, por eso conviene felicitarlas, porque tanta alegría a pesar de que el resto del año, no te hables con los que tienes a la vuelta de la esquina, es algo grande.
Solo hay que ver cuando se entrevista a la gente en televisión, contestan que la Navidad invita a estar más cerca de los necesitados, de los desvalidos, cosa que estos agradecen, pero que sinceramente, les gustaría que fuera menos eufórico y más continuado.
De modo que cuando me felicitan los amigos, que no son pocos, o familia, me gustaría pensar que es una felicitación sincera, de todo corazón, más que el simple compromiso de verse obligados a hacerlo porque son “Les Festes de Nadal”.





miércoles, 10 de julio de 2013

DE PROFESIÓN CURRANTE


     DE PROFESIÓN, CURRANTE.


-Vamos a ver, ¿y usted por qué quiere trabajar para nosotros?.
-Pues porque lo necesito y porque sé hacer este trabajo.
-Sea más explícito por favor, cuénteme más cosas acerca de usted, de sus ambiciones, de sus objetivos en la vida.
-Creo que no busca usted gente para trabajar, a lo mejor quiere hacer un libro?.
-No sea impertinente hombre, lo que necesito, es llenar un informe que sirva de orientación a la oficina de marketing.
-Ya veo, o sea que son preguntas obligadas que debo contestar. ¿Y si empiezo por el principio?.
-Como quiera, es usted el que solicita el trabajo, diga lo que quiera.
-Salí del colegio a los doce años, no quería estudiar, mi padre me dijo que vale, que si no quería estudiar tenía que trabajar, que en casa no me daban de comer hasta que no volviera con un trabajo.
-¿Su padre le dijo eso, permitió que dejara los estudios con solo doce años?.
-Qué remedio le quedaba, sacaba unas notas de pena y hacía más campanas que días de clase había. Me puso el plato boca abajo y me dijo que no me darían de comer hasta que volviera con un trabajo.
-Que tajante su padre ¿no?.
-Yo creo que no, era un currante que trabajaba dieciséis horas al día pegado a un torno, haciendo rodamientos para una empresa alemana. No admitía que nadie se columpiase sin hacer nada.
-¿Y usted que hizo, buscó trabajo?.
-Vaya si lo busqué, y lo encontré a un tiro de piedra de mi casa, en un taller mecánico de coches, donde se hacían reparaciones en la calle por falta de espacio dentro.
-Volví a mi casa el mismo día por la tarde noche, con el trabajo en el bolsillo, tenía un hambre de lobo, mi abuela me puso de comer mientras mi madre, estaba anclada a la máquina de coser, haciendo fajas y sujetadores.
-¿Y cuánto cobraba usted entonces?.
-Ciento veinticinco pesetas a la semana por diez horas de trabajo. Después de eso, tenía que barrer todo el taller con serrín mojado, para eliminar el aceite que pudiera haber en el suelo.
-¿Cómo se las arregló para conseguir un certificado escolar para otros trabajos, porque sé, que entonces, en cualquier parte te lo pedían?.
-Me apunté a la academia gratuita del estado, sita en la Plaza España, iba cada día para estudiar y luego, en casa, hacía los deberes que me ponían. Así me saqué el certificado de estudios primarios.
-Oiga, lo suyo tiene miga. De cualquier manera, se ahorró usted muchos disgustos, en mi caso, me obligaron ir a la universidad y no fue hasta los treinta y tres años, la edad en que Cristo murió, que no trabajé, y desde entonces ya ve, con unas almorranas que me traen a mal traer, todo el día sentado en una silla de despacho haciendo de consultor. 
-Yo no sirvo para esto, he trabajado de casi todo lo imaginable, aparte de mecánico, reparando barcas de madera en la costa, de pescadores que necesitaban ayuda. De granjero, cuidando huertas y animales, de albañil, junto a un amigo que me contrató, haciendo anexos de garajes y modificando casas de playa. También he trabajado en una multinacional, llevando maquinaria pesada, e instruyendo a otros recién llegados a la empresa. Me dejo alguna cosa más, pero ya no recuerdo otros oficios que he tocado.
-Bueno, no se puede decir que sea usted un especialista, en el trabajo que le correspondería hacer. Pero después de lo visto, y que ha sido franco al decirlo todo respecto a sus trabajos, creo que lleva muy buen camino para ser contratado. ¿Sabe cuál es el trabajo que debería hacer?.
-Creo que sí, hacer rondas internas periódicas, por todo el perímetro de la fábrica, estar atento a cualquier anomalía que vea, si una cerca está rota, o si alguien sospechoso ronda por los alrededores. Vigilar fundamentalmente, y atender a las entradas y salidas de los camiones del complejo.
-Perfecto, veo que incluso va más allá de lo que se le solicita. Usted me gusta, voy a recomendarle.
Le dio un poco de jabón por la presencia que tenía Antonio, un hombre alto de mirada seria, algo mayor pero de un empaque, que lo hacía idóneo para esta labor. El consultor, también vio que, no constaba en su registro de trabajo, ni un solo día de baja por ninguna circunstancia, esto, hoy día, es de apreciar mucho.
-Una última cosa, ¿cómo un hombre como usted solicita este trabajo?.
-Ya está usted como al principio, le voy a responder. Mi casa está a cinco minutos de aquí, vivo con mis hijos, soy viudo, debo trabajar para poder ayudarles, mi hija y su marido tienen una niña que es una preciosidad, pero necesita cuidados especiales. Yo soy la única persona a la que tienen cerca, de forma que necesito este trabajo.
-No se hable más señor Antonio, el trabajo es suyo. El lunes estaré en a oficina para que firme los papeles de su contratación. Ha sido un placer conocerlo.
-Lo mismo digo señor Ricou, y muchas gracias, espero estar a la altura de lo que se me exige.

-Seguro que lo estará, tengo plena confianza en usted. Después de tantos años tratando con la gente, con usted no puedo equivocarme.          

martes, 9 de julio de 2013

RAMÓN EN VACACIONES.


¡Qué placer, por fin vacaciones…!, ha llegado el mes de la diversión y el ocio, de las siestas eternas y el trasnoche continuo. Ramón está dispuesto a comerse el mundo, un mundo, que durante todo el año no ha podido palpar de cerca.
Hoy es mi primer día de fiesta, ¡tengo unas ganas de ponerme los bermudas y salir a la calle que no veas!, todo el año encerrado dentro de ese taller infecto, respirando aires medio contaminados y nocivos. Esta noche me voy a la marisquería de la calle Aviñó, me voy a poner hasta el culo de bocas y percebes, luego me comeré un plato de mejillones al vapor, después me volveré caminado a casa, no es mal plan para empezar, mañana iré a ver a Paula, a ver que se cuenta, seguro que ella, también tendrá oportunidad de salir algún día.
La invitaré al festival del Griego, le encanta el teatro, y después… haber que es lo que se puede sacar, ¡es tan bonita y tan dulce!. No quiero casarme con ella, aunque alguna vez me lo haya insinuado veladamente, pero me consta que me quiere.
Anteayer me dice Rober que porqué no voy con ellos a un camping de Calella de Palafrugell, van a estar allí quince días, paso, ¡qué hago yo en un camping?, el agua del mar no me gusta, ese sitio se pone a rebosar gente, la playa me gusta menos todavía, le he dicho que me quedo en Barcelona, oye es un placer ir por Barcelona en coche en Agosto, no te encuentras ni a dios por las calles, la Diagonal para mí solo, la Gran Via lo mismo, aparco donde me sale de los huevos, ¿no es un lujo?, en Agosto, Barcelona parece hecha a mi medida.
Es curioso, es el único mes del año, en el que me mis padres, no me llaman ni una sola vez por teléfono. Veranean en Argamasilla del Campo, “Un verano de estos tienes que venir con nosotros a la casita, este año tenemos piscina y todo, y delante de la casa, nos han construido un porche, tú padre se pasa las noches durmiendo ahí, dice que hace demasiado calor, ha puesto un chinchorro entre dos columnas y duerme al raso, por la noche se levanta, se da un mangerazo y se vuelve a echar a dormir”.
Huy, ya ves tú que lujo, vuelven comidos por los mosquitos, más que mosquitos deben de ser cazas de guerra, porque traen unos cráteres en brazos y piernas, que para que te cuento, en cuanto vuelven de vacaciones se pasan un par días en urgencias, quita quita, aquí en Barcelona, si quiero bañarme a gusto, me voy con Paula a las piscinas Picornell nos tomamos un par de cubatas y lo pasamos de muerte, al fin y al cabo el sol es el mismo, nos ponemos morenitos que da gusto, eso sí, con talento, que el sol es muy traicionero si dejas que haga de las suyas en el cuerpo.
En vacaciones decididamente, la ciudad, si, hay turismo es verdad, pero estos guiris vienen todos en excursiones concertadas, en autocar, ¿y japoneses?, oye que parece que estemos en Tokio, y todos, absolutamente todos, con cámaras a cual más cara. Pero paso de los guiris, hago como que no los veo, además se sabe las zonas que visitan, así que, es cuestión de coger otro camino.
Bueno, el segundo día ya de vacaciones y Paula se ha quedado a dormir en casa, ¡pero qué guapa es esta chica!, y seguro que me quiere, porque se le nota, en fin, ya entendéis lo que quiero decir.
Hoy saco las entradas para una obra que hacen en el Griego, es Hamlet en una versión contemporánea de una compañía francesa, no sé si será en francés, porque si es así, no me enteraré de nada, bueno, aunque fuera en español no me enteraría de mucho más, pero como le gusta tanto el teatro a Paula, pues eso. Hostia que bien, no hay nadie en la calle, todos los aparcamientos para mí, y para unos cuantos más sabios, que saben lo que es estar de vacaciones.
Rufo un amigo que está con los otros en el camping me dijo  “oye llama algún día para que sepamos cómo estás”, que llame él, no te jode, yo estoy aquí de vacaciones y me he prometido a mí mismo no coger el teléfono a nadie, mira sin batería está encima de la mesita de noche. Cando terminen las vacaciones volveremos a las rutinas pero mientras…, mira, jajaja.
Hoy he cogido el coche para ir a visitar a unos parientes de Paula a Sitges, ya le he dicho que de playa nada, está conforme. Nos quedaremos a comer en casa de su gente, y por la tarde nos volvemos por las costas del Garraf. Por la noche iremos al cine, quiere ver una película del Bardem que hace de malo, luego la acompañaré a casa, su madre dice que esta noche la pase en casa. Ya se sabe, a obedecer aunque sea mayor de edad, que es buena hija y no es cosa de tentar a la suerte, igual dice que está mala y le jode el resto de las vacaciones, como la mujer tiene de todo, azúcar, taquicardias, migrañas y no sé cuantas cosas más, igual si ve que su hija se pasa las vacaciones en mi casa…, busca algún argumento para que no nos veamos.
Jo, que quince días he pasado, a cuerpo de rey, y sin salir de Barcelona, Hoy hemos cruzado la estación de Sants para ir a la calle Creu Coberta. Había un barullo de gente que flipas, unos montones de equipaje que lleva la gente esperando que llegase su tren, que ponían los pelos de punta, todo ha sido salir de allí y llegar a la calle con más comercios de Europa, parecía otro mundo, las tiendas algunas de vacaciones, pero las que estaban abiertas, vacías, Paula ha visto unas cuantas cosas de rebajas que le gustaban y las ha comprado. Por mi parte, con tanta paz que se respiraba en una zapatería, me he comprado unos mocasines chulísimos, de vestir.
Y la gente, esa otra que va de vacaciones, sudando entre los mercadillos típicos de los pueblos de costa, comprando sombreros de paja, toallas para la playa con dibujos de equipos de fútbol y un olor a aceite solar que echa para atrás. Me parece bien, pero este estrés no es para mí. ¡Coño, he entrado en una farmacia a por analgésicos, y me he pesado, he engordado dos kilos, me cago en todo!. Lo que yo te digo, tanta tranquilidad engorda, aparte  de los que he comido estos días claro.
Mañana aré bicicleta, tengo toda la ciudad para mí, no sé si Paula sabe ir en bici, se lo preguntaré, he, nada del otro jueves ¿vale?, media hora y vale, que con el verano se te pueden cocer las neuronas y dejarte para el arrastre. Va, ya me he arrepentido, he hablado con Paula y nos iremos a pasar el día al Tibidabo, me han dicho que aquello lo han puesto muy guapo últimamente. Paula insiste en llevar ella la comida, pues mira que bien, iremos de pic nic.
Me he quedado pasmado tú, ¿sabes la cantidad de gente que había?, para aburrir. Los que no han podido o no han querido salir de la ciudad, se han congregado allí, ¡la de críos que había, espantoso!. Menos mal que luego, cuando ya hemos terminado la visita al parque,  que ha sido más ligera de lo que hubiera querido, nos hemos buscado un buen sitio para comer y retozar un poco entre los pinos. La verdad, es, que no nos lo hemos pasado del todo mal. ¿Quieres creer que estoy cansado, como si hubiera estado trabajando todo el día a pico y pala?.
No me he dado cuenta, solo me queda una semana para volver al tajo, ¡cómo pasa el tiempo leches!, sobre todo el tiempo de vacaciones, todo lo bueno se acaba pronto, es de ley, siempre ha sido así. Aunque ben mirado… ¿Qué haríamos siempre de vacaciones?, algún mal seguro, estar ocioso siempre trae malas consecuencias. Paula está conforme conmigo de que lo que me queda de vacaciones lo debemos aprovechar bien.
Hemos ido a Caprabo, y compramos todo lo necesario, para estar un par de días o tres sin salir de casa. Como lo oyes, comer y beber, “dormir” y asearnos, su madre se ha ido al pueblo tres semanas, a un pueblecito cerca de Badajoz, que para estas fechas, no sale ni dios a la calle, imagínate el calor que debe de hacer allí. Yo no me pienso pasar tres semanas entre familia que casi no conozco, hablando y hablando sin salir de casa, hay un rio precioso, pero hay que patear casi una hora para llegar al sitio donde se baña la gente.
Es comprensible, aquí en  Barcelona lo pasamos mejor, mucho mejor. El domingo salimos y nos pasamos todo el día fuera, compramos regalos el uno para el otro, ha sido estupendo, he gastado  justo lo que tenía pensado para estas vacaciones, bueno, la verdad es que me ha sobrado algo. Por la noche, visitamos una disco, estaba bastante bien y se podía bailar con holgura, ha sido la despedida de las vacaciones. Paula me ha dicho, que de todos modos, pasará unos días más en casa si me parece bien.
El lunes cojo el coche, y ya comienzan a llenarse las calles de tráfico, menuda mierda. Cuando llego a Hostafrancs, paso por delante del taller para buscar aparcamiento y vaya, en la puerta del taller, todos los compañeros, parecen hacer cola para entrar a trabajar, que ímpetu para comenzar a currar. Paco el encargado está discutiendo en la puerta con unos cuantos, casi grita, me quedo un poco acojonado, ¿qué coño pasa aquí?.
Narciso, un controlador de producción se me acerca y me dice que la empresa ha quebrado, que ya no levantan las puertas de nuevo, me sacude un escalofrío por todo el cuerpo. Hay en una de las puertas un aviso pegado, dice que por causas ajenas a la empresa no abrirán de nuevo, al final piden disculpas y hay una dirección, la de los abogados de la empresa, para que nos dirijamos a ellos a pedir información.
¡Joder…, ya la hemos cagado!, levo trabajando ahí cuatro años y pico, pero hay gente como Narciso o Pepe, por nombrar solo a alguno, que entraron de aprendices tío, toda una vida. Es fácil comprender, donde va a terminar todo esto.  Veintidós tíos a la calle sin contar el personal de oficinas y el comercial, cinco personas más, todo él mundo a la calle, con un chasquido de dedos.
Me cago en la leche…, un vecino de una tienda de al lado, se acerca y nos dice, que durante las vacaciones, el señor Tomás y su hermano, han estado haciendo viajes con camiones pequeños, para llevarse todo lo que había dentro, maquinaria, materiales, ordenadores, todo, ¡serán desgraciados!, ya lo tenían todo pensado los muy bribones. ¡Con las ganas que teníamos todos como cada año de contar nuestras experiencias de las vacaciones…!, ahora nadie dice nada, hasta Lolita, la chica de la oficina está en un rincón apoyada a la pared llorando como una madalena, es que no hay para menos, como están las cosas hoy día, la gente empieza a pensar en cómo pagarán el coche o la hipoteca, te deprimes cuando ya te ves en la cola del paro, después de haber trabajado media vida en el mismo sitio. Ya me veo anunciado en algún lugar “TORSA HA HECHO SUSPENSIÓN DE PAGOS”. Que mierda, todos pensábamos que la empresa iba bien y mira ahora.
A saber que habrán hecho esta gentuza, porque lo que es clientes, teníamos por un tubo, y los componentes electrónicos que fabricamos son de primera línea. Igual se lo han llevado todo a producirlo en China, o ves a saber tú donde. Bueno, un comité ha acordado ir a visitar a los abogados, todos hemos dado nuestras direcciones y teléfonos y se ha disuelto el grupo después de esta allí toda la mañana. Ala, para casa de nuevo, que ya se han terminado las vacaciones.




sábado, 6 de julio de 2013

TABACO DE VERDAD.


                          TABACO DE VERDAD.



A cuatro nos pillaron ese día por la noche un par de padres, estábamos tan tranquilos fumándonos unos cigarrillos de hierba de anís en la esquina de la farmacia de Fernando, y van y aparecen mi padre y el de Pepe “El cigüeña”.   “¿Qué pasa chavalines, que hacéis?”. Al volver la cabeza –yo cagado de miedo, porque identifiqué la voz de mi padre al instante-, los vimos a los dos de pié sujetándose las chaquetas, hacía un frio de huevos, y un aire gélido que no te dejaba pensar.
Verlos y apagar los cigarrillos contra el suelo pisándolos fue todo uno, pero claro, no estábamos acostumbrados a estos sustos en nuestro rincón secreto, -hoy se diría, fumadero oficial, o patio de humos, no lo sé-. Nos quemamos el uno al otro tratando de esconder los cigarrillos, El cigüeña nos daba golpes a todos en las manos para que los soltáramos, pero un par de ellos se guardaron los restos en el bolsillo del pantalón, tontos del culo, eso fue peor todavía.
A dos se los llevó El Facha, así lo llamaban porque había estado en la División Azul cuando la guerra, a los otros dos, mi padre nos cogió del brazo y nos arrastro hasta la escalera donde vivíamos, Luis mi amigo, vivía en el entresuelo con su madre, y su hermana puta. Como quiera que fuese, que Gloria,  estaba haciendo esquinas en el barrio chino, se tuvo que levantar de la cama para abrir la puerta Gertrudis, la madre de Luís. Mi padre la puso al corriente del asunto, y la mujer, que tenía las piernas hinchadas como botas y caminaba con bastón, solo dijo  “Anda pasa hijo, tómate un Cola Cao caliente y vete a la cama, mañana hablaremos”.
¡Qué suerte tener una madre tan comprensiva oye!, a mí me habría gustado tener un padre así, yo sabía lo que me esperaba.
Pues bien, me equivoqué, mi padre no me puso la mano encima, al contrario, se me quedó mirando, me dio un cachete en la cara y me elogió  “Vaya vaya, así que ya tenemos un hombrecito en casa ¿no es eso?”.  “Si papá, mira que bola tengo –doblando el brazo derecho y sacando bíceps-.”  “Vaya, ¡pero si es verdad!, Blas estás hecho un hombre, cada día que pasa me doy más cuenta, ¡como creces hijo!. Pues nada vamos a celebrarlo, nos tomamos una copita de brandy y nos fumamos unos cigarritos”.
Cuidado señoras y señores, mi padre fumaba ideales sin filtro en unas cajetillas que llevaban dos líneas de diez cigarros. Aquello era la leche en vinagre, un día tiempo atrás, le robé uno y no pude casi ni encenderlo, con la primera bocanada me parecía que me moriría, casi salgo pidiendo socorro del “tancat”, un espacio que teníamos los del barrio entre dos casas que estaba bloqueado con una pared de obra, para guardar la madera de la hoguera de San Juan.
Pues nada, que allí nos tienes a los dos en el comedor de casa, con dos copazos de Terry y una cajetilla de tabaco.  “Venga hombre fuma sin miedo, no nos vamos a la cama hasta que nos acabemos el paquete, así que empieza”.  “Pero… papá yo nunca he fumado…”.  “¿Cómo que no?, bien te he visto con tus amigos escondiéndote, fumando ¿o me vasa decir que es mentira?”.
Encendí uno cumpliendo órdenes, me parecía que iba a sacar el primer Pelargón. Hasta mi madre se levantó de la cama para ver qué pasaba, así me encontró en la mesa dando golpes sobre el contrachapado  “¿Qué fas Ricard?, aixó es una bestiesa”.  “Deixa dona així apendrá a ser un home de debó”.
Me lo hizo terminar del todo con penas y fatigas, no quería defraudar a mi padre. El brandy si que me lo terminé, me fui a la cama con una torta de mucho cuidado, todo me daba vueltas, tardé no sé cuánto en dormirme dando vueltas en la cama.

Al día siguiente por la noche después de cenar, más de lo mismo. Creí que de esa noche no pasaría, entonces le dije a mi padre muy seriamente  “Papá ya he captado el mensaje, no te preocupes, no me verás fumar jamás. Si acaso cuando sea mayor y ya no viva aquí, pero mientras tanto, puedes estar seguro que no deseo cuestionar tu autoridad, con ese botón de muestra me basta y me sobra”.

viernes, 5 de julio de 2013

LA CASA DE CARTÓN.


                    LA CASA DE CARTÓN.


Tiempo atrás nadie podría haber aceptado el hecho, que se pudiera vivir en una casa de cartón. Pero los tiempos cambian, y con ellos, los materiales de construcción. Cada día más personas, invierten en estas casas movidos por diversos motivos.
El más corriente, es lo económica que sale una casa de este tipo, son gratuitas, son desmontables, hasta cierto punto impermeables, fáciles de sustituir, y sobre todo es portátiles. Los fabricantes de estas casas, dejan a la imaginación del cliente, la forma que ha de tener, lo grande o pequeña que será, y obviamente, la comodidad que dará al cliente.
La distribución comercial de este producto, era un desafío al principio, ¿cómo introducir en el mercado estas casas, sin llamar mucho la atención, y que además fuera de uso internacional?.
Sería alguien experto en marketing, el que propuso su distribución y uso y que fueran usadas de modo inmediato. Pero se presentaba otra cuestión, ¿quién iba a querer estas casas, si ni siquiera se sabía cómo tenían que construirse?.
Un coco de esos que trabajan en multinacionales, ideó un plan que decía iba a ser infalible.  “Las casas no se pueden exponer en una exposición, esto está más que claro. Propongamos a las tiendas que venden cocinas, frigoríficos, máquinas de aire acondicionado y demás, que embalen esos productos dentro de esas futuras casas, los fabricantes agradecerán que lleguen más protegidos, y con solo un pequeño aumento de dinero en la cocina o el frigorífico, los destinatarios de estos, estarán más contentos al ver que su cocina llega en perfectas condiciones a su hogar. Se pueden poner asas, o practicarles pequeñas ranuras, para poder facilitar que se lleven a las casas”.
La idea cuajó al instante, todos los inversores estuvieron de acuerdo con el sistema, así se popularizó la distribución de esas casas. La mayoría de los consumidores de frigoríficos, no hacían uso de esas casas, pero estas, quedaban expuestas al lado de los contenedores de la basura, lugar bien visible para miles de personas las vieran, como si de una exposición se tratase.
El éxito fue tremendo, cada día pasaban personas que se quedaban admirados por esas magníficas casas, con carritos de supermercado, se las llevaban desde todos los puntos de la ciudad. Tal ha sido el éxito, que a menudo hay peleas, discusiones y hasta navajazos, por apoderarse de alguna de esas casas.
A pesar de esos enfrentamientos inevitables, hoy día quién quiere, puede alojarse en una de esas casas. Lamentablemente, es solo gente desahuciada de sus casas quién las usa, pero un día de esos que apetece salir de paseo, era verano, me acerqué a casa de un amigo a ver juntos un partido de fútbol, casi en la entrada de su escalera, observé como un señor bien vestido, estaba comenzando a desplegar su casa para pernoctar, le di las buenas noches y me pidió un cigarrillo.  “¿Qué, preparándose para dormir…”.  “Si señor, aunque la verdad, es que esto me viene un poco grande ¿sabe?, yo soy médico, sé de bisturíes, de sondas, de máquinas de rayos x, y ya ve, estoy aquí hecho un lio a la hora de disponer los cartones de forma coherente. No queda más remedio, hay que adaptarse, de una casa de doscientos veinte metros cuadrados, he pasado a esta casa de menos de un metro, afortunadamente es solo para dormir, luego durante el día, paseo y visito lugares que antes por motivo de mi trabajo no conocía siquiera”.  “No puedo creer lo que me está diciendo”.
Sacó del bolsillo trasero del pantalón su pase de hospital, y me enseñó, envueltos en un rollo de plástico, los diferentes títulos que a través de los años había obtenido. Habría sido una falta de delicadeza preguntarle porqué vivía allí, pero era obvio que se había quedado en la ruína.
No pude subir a casa de mi amigo, lo llamé desde el portal y le dije que me había salido un imprevisto.  “No haga usted eso hombre…”, me dijo el médico,  “Aproveche la oportunidad que tiene de conservar los amigos, piense que si algún día los pierde se puede encontrar como yo, con solo lo que lleva puesto, y una casa de cartón”.


jueves, 4 de julio de 2013

LA MANTA.


                              LA MANTA.


No me preguntes, no sé cuántos años tiene esta manta. Lo que si sé, según me han contado en casa, es que tiene más de cuarenta años. ¿Qué no te lo crees?, allá tú, mi abuela me dijo un día que preparaba la ropa de invierno porque ya comenzaba el frio, que en esta manta nací yo.
¿Qué te parece?, en aquellos años, muchas mujeres parían en casa, y en el instante que mi madre se puso de parto, ella se la puso debajo junto a unas gruesas toallas. Para cuándo nací, la envolvió con pate de la manta que colgaba y nos tapó a los dos. No sé si será esta la razón de que sienta cierto… no puedo explicarlo, pero cuando visto la cama con la manta, me cogen ganas de nacer de nuevo. Solo por saber que encima de ella se abrieron mis ojos, en cuanto la tengo puesta, retozo sobre ella cual si fuera un niño chico.
Ha perdido el color, no del todo claro pero en buena medida sí, imagínate, ¡después de tantos años…!, pero sigue calentando, es ligera, y cómoda, porque te permite moverte con mucha soltura dentro de la cama. Ha  sufrido algunos cambios, antes era de matrimonio, con el tiempo, mi abuela la recortó y la dejó a la medida de mi cama, que es más pequeña. Le cosió un acabado de seda azul y ahí la tienes, nueva como el primer día.
Más de una vez, mi madre me ha propuesto cambiarla por una de esas fundas nórdicas de plumas que venden hoy día, insiste, pero yo le digo que no, que no me hace falta teniendo mi manta, no soy friolero y la manta calienta lo suyo. Mi padre le dice… “Déjalo, así ahorramos”, yo no atiendo a estas opiniones teniendo mi manta.
Eso sí, un día me enfadé mucho porque alguien de casa echó mano de ella para ponerla en el suelo un día de campo, imagínate que se hubiera manchado de aceite, o que se hubiera roto, me cogió un cabreo que para qué, deberían pensar que era una manta vieja que ya había cumplido su cometido. Pues mira, de eso hace ya diez años y todavía la uso, a veces mi madre pasa por delante de mi habitación y me mira con cara de melancolía, seguro que es por la manta.
Me ha acompañado en algunas vacaciones que he hecho, hace pocos años hicimos una travesía de los pirineos un grupo de amigos, todos con sus sacos de dormir y tiendas de campaña, menos yo, compartía la tienda con dos amigos más pero dormía en mi manta, y anda que no estuve caliente acampando por aquellas montañas de dios.
Venga vamos a terminar de cavar la tumba de Bossi, es el único que ahora merece estar caliente bajo tierra, que buenos ratos he pasado en su compañía, desde pequeño ha dormido a mis pies, un gran perro sí señor, creo que es el digno sucesor del uso de la manta, ya sé que está muerto y que no siente la caricia de la lana de mi manta, pero se la debía, parecía que me la reclamara cada vez que se tumbaba sobre ella cuando nos acostábamos. Adiós Bossi, adiós manta querida.


ESTE SERÁ MI PUEBLO.


                                 ESTE SERÁ MI PUEBLO.


El lugar donde cada mañana me despierta el canto del gallo. El sitio que está tomado por los pájaros y las flores, un enclave con el que sueñan todos aquellos que quieren libertad y paz.
No es un lugar cualquiera, está bien escondido, entre montañas, entre senderos difíciles y angostos, que siguen el sonido del rio, que acompaña con su rumor, a todos aquellos que deseamos estar cerca del cielo.
Por la noche, las estrellas son más grandes, brillan con esplendor, pintan el cielo con toda clase de matices.
Ese es el lugar donde deseo envejecer, sin ruidos extravagantes, sin gente que esté pendiente de mis defectos, sin nadie que esté continuamente juzgándote, con estaciones bien definidas, los fríos vientos del invierno, las primaveras floridas con plantas y flores que cada año pueda descubrir.
Veranos que implantando su ley natural, me inviten a refrescarme en el rio, con otoños que me permitan observar, la caída de las hojas muertas, muertas solo en parte, pues ellas sirven de abono natural, a los fértiles suelos que en primavera darán nuevo empuje a otras plantas y flores.
Este será mi pueblo, el lugar donde habite, hasta que la infatigable muerte llegue a mi puerta.
Ahí la espero, con serenidad, con calma, sin angustia alguna, aprendo de cuanto me rodea para ver con claridad meridiana, que yo puedo ser el próximo destinatario de su canto. Me dicen que no es bueno pensar en la muerte, puede ser que esté equivocado, pero… ¿porqué debería ser yo, más que todo lo que me rodea?.
Es todo un privilegio estar confinado en mi pueblo, no me falta de nada, me rio de los que no pueden pasar sin una opípara comida, un  tomate, un trozo de queso, y un pellizco de pan, son suficientes para mi subsistencia, ¿para qué más?.
La buena vida, no es tener más o menos, si no disfrutar de lo que la naturaleza pone a nuestro alcance. Esa es mi ley, esa es la bandera con la que me paseo por el mundo. Marco Aurelio decía que “La perfección de las costumbres consiste en vivir cada día como si fuera el último”.
Y cuando nace un nuevo día, mi alma se hincha de satisfacción, de júbilo, de alegría. Para que más que eso?. “Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”, estas palabras de Jea Paul Sartre, definen con claridad lo que yo espero de mi mismo, ser feliz, aunque esto pueda parecer un paradigma.
No quiero ser pobre, de hecho creo que no lo soy, Platón decía que “La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”. Solo me vale el deseo de seguir vivo, todo lo demás, lo material, sea lo que sea, es vanidad, esfuerzo dañino, veneno mortal. En mi pueblo no habrá mentiras, ni odios, ni causas en las que se vea envuelta la justicia, tampoco hace falta policía, ese es el lugar donde deseo vivir, y en el que quiero morir.
Hay parlanchines como en todas partes, pero viven muchos poetas, gente que sabe elogiar a la naturaleza, que la venera, que forma parte de sus vidas, dependen de ella para todo. Esta es la gente con la que quiero vivir.
No me valen los que se ríen de las ideas de los demás, de su forma de expresar el cariño por todo aquello que los rodea, no me gusta la gente que de continuo se mofan de los márgenes de inteligencia del resto, que maltratan al poeta sea bueno o malo, se exprese mejor o peor.
Aquí no existe la envidia, la infamia ni el descrédito. Todos los que estamos aquí tenemos nuestro espacio, los que saben trabajar la tierra, son bienaventurados, lo mismo que los pastores, igual que los queseros los albañiles o los barrenderos.
¿Quién no querría vivir en un lugar así?. No cambio este lugar por un palacio lleno de sirvientes, ni el rio, por esas piscinas escandalosamente grandes que decoran las grandes mansiones. Llego de vuelta a casa y veo en mi cocina, la mesa de la cocina con dos sillas,  en una de ellas, la bota de vino colgada en el respaldo, sobre la mesa, un  pequeño búcaro con tomillo y romero, soy la persona más feliz del mundo.
Entra en mi casa quién yo quiero, y sale cuando le apetece, mientras, comemos las viandas que tengo en la alacena, y bebemos buen vino tinto. Dormimos y nos levantamos de la cama cuando nos apetece, sin presión alguna, sin nadie que nos diga lo que debemos hacer, sin que nadie nos señale con un despertador, cual debe ser nuestro trabajo.
Esa es para mí, la vida que deseo, lejos de los ruidos, lejos de la gente que me vería obligado a saludar sin quererlo. Mi pueblo es una pequeña joya por descubrir, que por pequeña es grande, que por escasa es doblemente valiosa.
Muchos de mis conocidos, están locos por que lleguen las vacaciones, y habitar con sus familias en lugares como este, dicen que somos privilegiados por estar aquí viviendo. Yo les contesto, que no somos privilegiados, que ellos también lo pueden hacer, niegan con la cabeza, no no, esto sería imposible, ¿y nuestras obligaciones, y el futuro de nuestros hijos?. Necios, las obligaciones y el futuro, los marcan la clase de vida que llevas, no lo que posees. En el pueblo, las ambiciones son pocas, tienes lo necesario para vivir, tu vida, un lugar donde alojarte, productos que la tierra te regala aunque se  le da tan mal trato, y todo un horizonte para descubrir en forma de naturaleza viva.
Las obligaciones y el futuro quedan contenidas en esto, el resto es discurso vacio, demagogia, interpretación interesada, política cargada intención maligna. Consumismo y contracultura es lo que nos da la ciudad, ¡y a qué precio!.
Mi pueblo está lleno de gente mayor, de pensadores innatos que han pasado por todos estos estadios, guerras, tribulaciones y pesares, lo mismo que te encuentras en las grandes urbes, pero con más ligereza de ánimo, con más solera, la vida en el pueblo ha cuajado dentro de sus entrañas.
Aquí quiero vivir, hasta que desde la otra orilla venga a buscarme la parca, entonces, obligadamente diré adiós a todos y a todo, pero con una sonrisa en los labios.