Sientes y padeces lo
inimaginable, precisamente por ser de carne y hueso, nada más y nada menos.
Lo que para ti es una menudencia,
para mí puede llegar a ser un problema insalvable. Así veo las cosas hoy, no lo
puedo evitar, será porque estoy en la fase del pesimismo más atroz. El de
hacerme viejo por momentos.
No me preocupa morir, lo que me
preocupa es, morirme hoy. Esta frase la dijo Woody Allen, un tipo lleno de
contradicciones, o quizás con una mente preclara.
Sea cual sea la cuestión que se
vaya a juzgar, la verdad es, que no somos nada, nos equivocamos en los
criterios, confundimos el mensaje que nos llega de diferentes fuentes, añadimos
dramatismo, y exageramos cuestiones, que deberíamos saber aceptar como algo
corriente.
Pero no, siempre creamos
latifundios a nuestro alrededor, con el fin de, en el fondo, complacernos a
nosotros mismos con explicaciones que son obsoletas.
Todo esto sucede, porque estamos
hechos de carne y hueso, y si analizamos los diferentes componentes de estos
cuerpos nuestros, hallaremos que formamos parte de un conglomerado de
diferentes minerales, agua, que a su vez forman las células –imperfectas-, que
con el tiempo nos llevan a la degeneración física más absoluta.
Los galenos, de carne y hueso
igual que nosotros, a la vez que nos recetan medicinas para nuestra mejora, van
muriéndose igual que nosotros. Una cadena sin fin, que te hace descreer de
ellos, pero a la vez nos hace dependientes de su sabiduría, en el campo del
conocimiento del ser humano.
Triste carne y hueso, que se
regenera, hasta que llegamos como mucho, a los veinticinco o treinta años en el
mejor de los casos. De ahí en adelante, comenzamos a depauperarnos, a desequilibrarnos,
a mostrar todas nuestras flaquezas, ¡vaya mierda!, si estuviéramos hechos de
plástico, seguro que duraríamos más, ¡fíjate tú, lo que tarda en descomponerse
una simple botella de agua mineral, que no se recicla!.
Ser de carne y hueso, no trae más
que problemas, peleas por causa de los celos, infidelidades, borracheras,
puntos de vista encontrados. No sé tú, pero a mí si me dieran a escoger ahora,
me lo pensaría, si quiero ser un envase de Coca Cola o un simple ser humano.
¡Vaya burrada acabo de escribir,
cierto!, pero oye, visto lo visto, ser un trozo plástico inanimado, a veces
resulta más práctico, que ser de carne y hueso. Que se han visto botellas que
han viajado por tres o cuatro continentes, ahí es nada. Ya sé que las
comparaciones son odiosas, vale, lo acepto, pero míralo desde ese punto de
vista.
Tienes un accidente del tipo que
sea, quedas malherido y después de eso a veces jodido de por vida, Cae de un
rascacielos un envase de plástico y oye, no le pasa nada, lo más que puede
pasar, es que se desparrame el liquido que contiene, pero el envase queda de
una pieza. Y si por lo que sea pasas a una planta de reciclaje, te reencarnas
en otra cosa útil, o sea, que no te mueres nunca.
Pero si eres de carne y hueso, la
diñas y a renglón seguido te incineran, meten los restos en una urna y se acabó
el pastel. Ni reencarnación ni leches en vinagre, y esto nos puede pasar desde
que somos niños, recién salidos del horno como quién dice, de hecho, muy a
pesar de la mayoría de los humanos pasa. ¡Cuántas vidas no se habrán perdido
por causas todavía indeterminadas!, y ¡cuántas no se seguirán perdiendo!.
Criaturas que van a vivir
tachadas por abusos de todo tipo, desde gentes sin moral que los mantienen
encerrados como esclavos, hasta otros que los usan, como meras herramientas
para sus satisfacciones sexuales.
Es en esos momentos, cuando
preferiría ser una cosa más que una persona. Me avergüenzo de ser de carne y
hueso, me da mucha pena pensar, que yo hubiera podido ser uno de ellos. Me
conmuevo cuando los veo por las noticias, acarreando pesos que solo los mayores
deberían llevar, a niñas de ocho años, que se ocupan del resto de sus hermanos
sin rechistar, con un cariño tremendo, como si de sus hijos se tratase. Creciendo
antes de cuenta, sin opciones al juego propio de personas de su edad, sin niñez
ni expectativas, pero sin miedo, es lo único que tienen, a sus hermanos y
hermanas, porque los padres sucumbieron al largo brazo de la muerte, o
simplemente los dejaron abandonados, pensando, que era mejor que vivieran sin
ellos.
Definitivamente, es entonces
cuando prefiero ser algo, lo que sea, antes que ser de carne y hueso.
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