domingo, 28 de julio de 2013

LA TIERRA TEÑIDA DE ROJO.

Los cosmonautas ven La Tierra de color azul, hay más agua que tierra es lógico.
Pero para quien tiene que estar aquí anclado en ella, ¿de qué color debe ser?. Solo vemos el cielo rojo cuando tiene que llover o hacer mucho viento, en la puesta del sol sobre todo. Pero… hay más que todo eso, un ligero paseo por los noticiarios o la prensa diaria nos dice en qué estado está la Tierra, de qué color está teñida.
Todos coincidimos en la misma opinión. La Tierra está teñida de rojo. No es por la pasión que en ella se encierra, tampoco por la alegría de las bodas u otras celebraciones distinguidas que a menudo se representan por el color rojo.
Está teñida de rojo por el trato que se les está dando a sus habitantes, es una ignominia para la raza humana lo que sucede sobre su corteza. No se puede pasar de largo ni cerrar los ojos ante tanto mal. Si son catástrofes naturales las que hacen que hayan víctimas sobre el lugar donde vivimos, tiene una explicación plausible, natural, la Tierra tiene sus propios ritmos y hay que respetarlos, no hay más. Pero nosotros, los hombres somos las más de las veces, la causa del dolor y la muerte, de millones de congéneres nuestros.
Los muertos por estas causas, caen sobre nuestras cabezas, quién tiene conciencia lo sabe, aunque lo quiera ignorar.
“Siempre ha habido guerras, siempre han habido víctimas en este gran holocausto, las guerras existen desde que el mundo es mundo”, ¿explica esto que sigan muriendo más personas que no las desean?, ¿cuántos millones más deben morir para que cesen?. “Si no hubiera guerras, la gente no cabría en la Tierra, acabaríamos comiéndonos los unos a los otros”, eso no es excusa para que las grandes potencias, sigan armando a facciones revolucionarias, que terminan por eliminar a los inocentes.
La Tierra está teñida de rojo, y son los que promueven las guerras los responsables, sí, esos que se denominan a sí mismos, los guardianes de la libertad. Una libertad ficticia, una paz engañosa y ruin, una libertad que solo tiene un precio, la sangre de los demás, pocas veces la suya propia, la sangre de los políticos ambiciosos e inicuos.
Nos gusta ver los mares en documentales o cuando vamos de viaje, pero estas imágenes, formarán muy pronto parte de una hemeroteca, que nos hará suspirar y preguntarnos… ¿Qué es lo que hicimos con este hermoso planeta, que ha sido de nuestro hogar, cómo hemos podido descuidarlo tanto, porqué lo hemos arruinado?.



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