Los cosmonautas ven La Tierra de
color azul, hay más agua que tierra es lógico.
Pero para quien tiene que estar
aquí anclado en ella, ¿de qué color debe ser?. Solo vemos el cielo rojo cuando
tiene que llover o hacer mucho viento, en la puesta del sol sobre todo. Pero…
hay más que todo eso, un ligero paseo por los noticiarios o la prensa diaria
nos dice en qué estado está la Tierra, de qué color está teñida.
Todos coincidimos en la misma
opinión. La Tierra está teñida de rojo. No es por la pasión que en ella se
encierra, tampoco por la alegría de las bodas u otras celebraciones distinguidas
que a menudo se representan por el color rojo.
Está teñida de rojo por el trato
que se les está dando a sus habitantes, es una ignominia para la raza humana lo
que sucede sobre su corteza. No se puede pasar de largo ni cerrar los ojos ante
tanto mal. Si son catástrofes naturales las que hacen que hayan víctimas sobre
el lugar donde vivimos, tiene una explicación plausible, natural, la Tierra
tiene sus propios ritmos y hay que respetarlos, no hay más. Pero nosotros, los
hombres somos las más de las veces, la causa del dolor y la muerte, de millones
de congéneres nuestros.
Los muertos por estas causas,
caen sobre nuestras cabezas, quién tiene conciencia lo sabe, aunque lo quiera
ignorar.
“Siempre ha habido guerras, siempre
han habido víctimas en este gran holocausto, las guerras existen desde que el
mundo es mundo”, ¿explica esto que sigan muriendo más personas que no las
desean?, ¿cuántos millones más deben morir para que cesen?. “Si no hubiera
guerras, la gente no cabría en la Tierra, acabaríamos comiéndonos los unos a
los otros”, eso no es excusa para que las grandes potencias, sigan armando a
facciones revolucionarias, que terminan por eliminar a los inocentes.
La Tierra está teñida de rojo, y
son los que promueven las guerras los responsables, sí, esos que se denominan a
sí mismos, los guardianes de la libertad. Una libertad ficticia, una paz
engañosa y ruin, una libertad que solo tiene un precio, la sangre de los demás,
pocas veces la suya propia, la sangre de los políticos ambiciosos e inicuos.
Nos gusta ver los mares en
documentales o cuando vamos de viaje, pero estas imágenes, formarán muy pronto
parte de una hemeroteca, que nos hará suspirar y preguntarnos… ¿Qué es lo que
hicimos con este hermoso planeta, que ha sido de nuestro hogar, cómo hemos
podido descuidarlo tanto, porqué lo hemos arruinado?.
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