¿Y QUE TE DICEN LOS
MÉDICOS…?
“Pues nada, y de todo. Dicen que tengo
un síndrome de esos raros, se llama “politesis desplomeiforme”.
“Joder, nunca había oído hablar
de ese síndrome, ¿y duele mucho o qué?”.
“¿Qué si duele?, no me deja, ni
dormir un par de horas seguidas. Me paso la noche de pié, tío es un fastidio de
lo más cruel. Ayer Independencia me buscaba por todas partes, se preocupa mucho
por mí, me encontró en la cocina sentado, se acercó a darme un par de besos por
detrás y le dije, no me des besos que me duelen”.
“¿Qué te duelen los besos?, eso
debe ser la leche nene”.
“¿Y de eso que opinan los
médicos? Debe tener algún tipo de vacuna o medicina, algo debe estar haciendo
la ciencia para estos casos”.
“Que va, ya he visitado a tres
diferentes con el fin de contrastar opiniones, los tres han llegado a la misma
conclusión. La enfermedad es fruto de algún contagio”.
“Oiga usted señor Federado, ¿ha
estado usted en algún lugar de masas de personas donde todos pensaran igual?”.
“Pensando en esto, recordé que
participé en la manifestación aquella, donde miles de personas agitaban
banderas pidiendo la soberanía de Cataluña en Barcelona. Se lo dije al médico,
y va y me responde, que muy probablemente fue allí donde alguien me contagió”.
“¿De verdad te dijo eso, porque
yo también estuve y a mí no me ha pasado nada”.
“Pues date con un canto en los
dientes Convergente, a lo mejor es que sin saberlo, estás inmunizado por algo
que comes o que piensas. Todo influye para coger o dejar de tener enfermedades
raras. Recuerda aquella famosa frase de Decimus Iunius Iuvenalis, más conocido
por Juvenal: “Mens sana in corpore sano”. Esta sátira la escribió con el
propósito de enseñar que la persona integral, completa de salud de mente, que
no lleva una vida llena de paz interior, sin importar los acontecimientos
externos, es más propensa a sufrir toda clase de enfermedades. Ahora amigo
Convergente, ¿sabes cual es mí lema?. También lo escribió Juvenal: “Qui ferre
queat quoscumque labores”. Traducido al español significa “Que pueda soportar
cualquier clase de esfuerzo”. Porque para soportar lo que estoy sufriendo, se
necesita ser resignado, vivo, pero resignado”.
“Hostia Federado, yo te quiero tío,
me gustaría saber qué es lo que puedo hacer para ayudarte. No me puedo quedar
de manos cruzadas viéndote de esta manera”.
“No te apures hombre, sí que
puedes ayudarme. Sé tú mismo, no te dejes influenciar por nada ni nadie, mantén
un patrón de vida saludable en función de lo acabamos de hablar. Por lo menos,
que mi mejor amigo saque algo claro de esta enfermedad que me quiebra poco a
poco”.
“¿Me enseñarás a hacerlo”.
“Claro, sin ninguna clase de
duda, pero aunque yo te pueda aleccionar, recuerda, eres tú el que debe
determinar quién quieres ser, ahora dame un abrazo, desde lejos eso sí, porque
me duelen hasta los besos”.
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