jueves, 24 de diciembre de 2015

AMAR Y SER AMADO

                                                                 AMAR Y SER AMADO

Sí, claro que queremos a nuestras esposas, y ellas a nosotros, firmamos un contrato voluntario que así lo especifica. “Amarás a tu esposa y estarás junto a ella en lo bueno y en lo malo”. Ya sé que es muy escueto lo que acabo de escribir, me he saltado los puntos para mí menos importantes, del contrato. No te dicen que has de quererla, te dicen que has de amarla en cualquier circunstancia, lo mismo que es la obligación de ella, bueno, más que obligación, el deseo de estar a tu lado, pasa una cosa… es que a menudo mezclamos las dos palabras, hacemos el cóctel que nos conviene con ellas y dejamos automáticamente de amar, mientras que exigimos ser amados.
Las circunstancias ahora más que nunca, exigen que demos un golpe de volante a nuestro barco, si perdemos la oportunidad de hacerlo vamos a volcar, nos ahogaremos en nuestro propio odio hacia nosotros mismos. Nos podemos volver revolucionarios, hacernos comunistas sin convencimiento, andar por ahí diciendo que somos existencialistas sin siquiera saber lo que significa. Y todo por haber dejado de amar y ponernos a decir como los niños pequeños…   “Pues que me ame ella primero, sino no vale…”  Puede que tengamos razón y nos haya dejado de amar, pro hay maneras de saberlo, sabemos de fórmulas que denuncian el amor de  la misma manera que hay otras, que anuncian las despedidas.
Es posible que alguien se ría de lo que voy a decir ahora, pero me rio de los navegadores de los coches para llegar a los sitios, ¿sabéis que hago cuando llego a algún sitio y tengo que localizar algún lugar en concreto? Pues como lo hemos hecho siempre todos alguna que otra vez, preguntando, es cierto, preguntando se va a Roma, pero a lo mejor solo ibas a Perpiñán. ¿Por qué no preguntar a nuestra pareja que es lo que pasa, hablar, discutir, desnudos de vanidades y prejuicios? No, es mejor ir con el navegador puesto a todas partes, aunque nos lleve a una carretera cortada, eso antes de estar convencidos, de que probablemente, estamos equivocados.
Y si el caso es que hemos dejado de amar, lo sentimos dentro de nuestro ser, lo justo es decirle a nuestro cónyuge que hemos dejado de amar, liberar a un pajarillo que merece disfrutar su corta vida   es lo justo. El engaño es la peor arma que alguien puede usar para presionar a otra persona con el fin de que tome una determinación, en este punto hay que resaltar una palabra que ha caído en desuso, la dignidad humana, y añadida a esta como si se tratara de la máquina de un tren a vapor con su vagón anexo de suministro de agua y carbón, el sentido común.
Entonces, la expresión amar tiene un sentido mayor envergadura, de una importancia magnífica.


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