sábado, 5 de diciembre de 2015

¿EL ZORRO?

                                                                   ¿EL ZORRO?

No era la primera vez que pasaban corriendo por delante de la puerta lateral los críos del pueblo, mientras corrían, daban un ligero vistazo a la capa que colgaba de una percha, el sombrero charro con fajín de seda roja y una espada enfundada en acabados plateados de ambas puntas.
Y mira que es un pueblo tranquilo, toda la gente curra, bueno más o menos, el que no espera a la recogida de la oliva, jornaleros. Siempre hay quién se pasa tres pueblos, monta un follón por menos que canta un gallo, con la ayuda de cinco quintos de cerveza. Si lo que queréis es que se vuelva a vestir el zorro de lo que es, buscaros otra excusa coño.
Los héroes ya no se manifiestan más que en las ferias, en los carnavales, en algún cumpleaños y poco más, a y en el cine, eso sí que es un filón para los grandes directores que son los que tienen acceso a la pasta que cuestan los grandes efectos especiales. Pero oye lo amortizan, estrenan una versión nueva de por ejemplo “La Guerra de las Galaxias”, a tropel allí que va la gente, aunque sea a ver cuánto le ha crecido la barriga a Harrison Ford, porque está que no cabe en él ahora, ¡que diferencia con la primera entrega que hicieron que salía!
A mí me supo muy mal que se muriera aquel que hacía… ¿Cómo se llama… si hombre, el que hacía aquella de baile que se liga a la hija de una familia rica?  A vale ya sé… Dirty Dancing, estaba bueno el tío este vale que sí… sí pero ya ves, en poco tiempo se fue a la tumba.   Y no es por falta de medios los que tienen esta gente, pero cuando la enfermedad te toca y no te suelta, no sirve de nada dar todo cuanto tienes, no tiene preferencias, marca a las personas como si fuéramos ganado.
Si los héroes pudieran hacer algo al respecto, pues mira bien estaría, pero ya ves, a Supermán le enseñaban una piedra de criptonita y lo jodían vivo. Hasta los héroes tienen fallos, pasa un poco como en la selva; el guepardo corre que se las pela, hasta cien kilómetros coge de velocidad, pero ya me dirás de que le sirve, si en el último instante la gacela da un golpe de culo imprevisto, se terminó tanto esfuerzo para la comida. Y espera a que se recupere, que pueden pasar horas.
No depende el mundo de héroes y villanos, depende según creo yo, de las circunstancias que no rodean, de alguna manera rezar para que muchas de las cosas de la vida se repitan, mientras otras no deseamos que vuelvan a pasar ante nuestras vidas, determinados acontecimientos nos han agotado, nos han gastado, hay quién dice que está justificado, que adquiriera la misma enfermedad que su esposa o esposo, con tal de poder compartir con ella los más intensos sentimientos de unidad y reconocimiento de errores viejos pero que nunca le supo confesar.


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