VIVO
SENCILLAMENTE
Eso
significa que, según creo yo, que en mi familia jamás se me ha enseñado
derrochar, a gastar para exhibirte… “Te
jodes, que yo tengo un coche mejor. ¡Anda ponte a trabajar de verdad y podrás
algún día, hacer alardes de las cosas que tienen los demás!
De
lo único que puedo presumir si se le puede decir presumir a eso, es que desde
los catorce años comencé a cotizar en la Seguridad Social. Mi padre me decía
siempre… Asegúrate después de darte la
primera nomina, ir a la Tesorería y que
te digan si es cierto que este señor está cotizando por ti. ¡Que apuro pasé la
primera vez que tuve que hacer eso, pero me sirvió de lección, aquel hijo de su
madre me daba una nómina falsa, es decir, que no pagaba al gobierno los
impuestos debidos! Antes de que terminara la segunda semana, ya estaba buscando
otro trabajo, la gente del barrio sabía de quién era hijo y lo que daba de sí.
Con
el paso de los años creo que todo me ha salido más o menos bien, he tenido
sustos como todo el mundo, me he divorciado dos veces, con mi primera
queridísima esposa tuve tres hijos, ahora vivo muy cerca de la mediana, le doy
un grito por la terraza y asoma su
cabezita… ¿Qué quieres papa? Con eso
quiero decir, que vivo una vida sencilla, normal, antes me preocupaba bastante
la vida de los demás, ahora paso, no es que no me importe la gente, la gente
somos los más numerosos del planeta y los que nos entendemos mejor. Bueno por lo menos, así es
como deberían ir las cosas, yo ya comienzo a dudarlo, hostia, el mundo está
lleno de pirados, contándome yo mismo y eso tío, no es nada bueno.
En
definitiva… que años atrás se podía llevar una vida tranquila y sosegada,
sencilla en una palabra, el padre le enseñaba al hijo como debía hace los
zapatos, las abuelas enseñaban a sus hijas o nietas como se hacían los bordados
de cojín. En las zonas rurales otros enseñaban a los jóvenes como se hacen las
madroñas, un calzado enteramente hecho de madera, que evita la humedad y los
suelos helados. Pese a todo este mundo lleno de prisas y fraude que nos rodea,
se puede ser relativamente feliz, solo hace falta proponérselo, se puede vivir
con lo imprescindible y seguir disfrutando de la vida.
Si
ya no dependes de aquello que tienes, porque te lo han arrebatado, busca
alternativas al día, atiende con rigor, con serenidad y reflexión que es
aquello que puedes hacer mejor, como sustituir lo perdido, asegurándote en la
medida de lo posible, que nadie quitándote eso que tienes de nuevo, si te lo
quita vas a ser un infeliz. Solo así se entiende una vida sencilla,
adaptándose, casi esclavizándote a los sucesos que pueden ir surgiendo con el
paso del tiempo.
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