domingo, 6 de marzo de 2016

MEDICINAS PARA ¿CURAR...?

                                                         MEDICINAS PARA ¿CURAR…?

Bueno, es lo que dicen los médicos, que todas las medicinas tienen un propósito, creo a los médicos que te recetan determinados fármacos para atajar enfermedades que se manifiestan, y en consecuencia, que se pueden determinar cómo compuestos definitivos, para librar a las personas de la muerte. Pero… aun en el caso de que los médicos aconsejados por otros, decidan aplicarte determinados fármacos, los enfermos, andamos siempre sobre el filo de una navaja. Los galenos, la gran mayoría de ellos, desean que la gente se cure, de ese modo hacen una muesca en la culata de su revólver, un éxito merecido que hace de ese hombre o mujer una persona renombrada.
Otras veces van vendidos con determinadas reacciones de los enfermos a medicamentos, que en teoría son los más específicos para tratar esa enfermedad. Es entonces cuando entramos en el campo de los ensayos, prueba estas píldoras, sino van bien ya veremos otras soluciones, y el pobre enfermo comienza a pasar miedo. Miedo, porque si el tratamiento no da el resultado apetecible la persona tratada, quién está en manos del médico comienza a dudar. Muchos protocolos en hospitales y el propio convencimiento de que este es el mejor tratamiento, hermetiza las respuestas que se le deben dar al enfermo. Casi nunca te dicen toda la verdad, unas veces te envían de vuelta a casa para hacerte volver al cabo de una semana, sin saber a ciencia cierta que va a pasar con la medicación que te han dado.
Si la enfermedad está en una fase adelantada, y es peligrosa para la continuidad  de cierta calidad de vida para el afectado, te parchean literalmente, te recetan morfina para amortiguar el dolor, sencillamente no saben cómo mantenerte en pie sin que sufras demasiado. Pero siempre, se guardan un as debajo de la manga. Cada persona es un mundo, nadie responde del mismo modo al mismo tratamiento, esa es la verdad. Hacen lo que pueden sin poder ir más allá, porque las normas no les dejan tomar la iniciativa con otros medicamentos más modernos, incluso con productos que acaban de salir al mercado, que todavía no han estado suficientemente ensayados en los humanos.
¡Cuántas denuncias hay interpuestas de parte de enfermos o familiares que creen haber perdido a uno de los suyos por la mala praxis de los médicos! Efectivamente los hay, médicos sin demasiada conciencia que abusan de su autoridad, y socaban las conciencias de aquellos que vienen padeciendo enfermedades que los llevan a la muerte. Cabe preguntarse llegados a este punto, que habría pasado si nuestro querido padre, hijo o hermano, hubiera caído en otras manos más expertas, nunca se encuentra la respuesta adecuada a esta interrogante.
Lo mejor es no caer enfermo, eso dicen algunos que ignoran que dentro de nuestro cuerpo tenemos todo lo necesario para que se desate desde un cáncer maligno, hasta una sorprendente enfermedad coronaria. Sobre lo que podemos llegar a tener, como enfermedad los humanos, no hay nada escrito, es solo cuando se manifiesta la enfermedad cuando hay que comenzar a correr y resignarse a los diagnósticos médicos.
He estado en innumerables ocasiones en hoteles de cinco estrellas, clínicas y hospitales donde te tratan bien, te dan pijamas limpios cada día, te cambian las camas a diario y te dan de comer gratuitamente, por el hecho de estar enfermo. Pero os aseguro una cosa, mal que bien, prefiero estar en mi casa, junto a los míos, esperando acontecimientos sin despreciar lo que los médicos tengan que decir de esta enfermedad que tengo que me va carcomiendo por dentro.


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