BIENAVENTURADOS LOS RENCOROSOS PORQUE
VIVIRÁN UNA MÍSERA VIDA
Creo que al Señor
se le olvidó esta bienaventuranza, sí que es cierto que en otras palabras quiso
decorar la parte positiva de este asunto, pero… lo blanco tiene que enseñarse
blanco y lo negro, negro, no hay medias tintas, además hay que tener presente
que cuando estaba hablando en este famoso sermón del Monte, los cientos o miles,
quién sabe los que allí estaban, eran en su inmensa mayoría, gente iletrada.
Soy yo, y me vienen con palabras rebuscadas y altisonantes… y envío a hacer
ostias al orador, encima que estás perdiendo horas para tratar de entender lo
que te dicen, y resulta que te habla en chino mandarín, ¡venga ya hombre…!
“Bienaventurados
los misericordiosos… porque ellos recibirán misericordia”. Un diez oye, que nadie
crea que me cachondeo del sermón del Monte, de eso nada hay muchas buenas
lecciones de moral, pero la pregunta es… ¿entenderían la multitud que se acercó
a escuchar al profeta Jesús lo que realmente significaba todo aquello que decía? Es poco que imposible saberlo,
alguna mujer que estaría allí de paso con su marido y los hijos le diría al
marido… Oye vamos ya, que todavía tengo
que preparar la comida y cambiar al pequeño que se ha cagado encima. ¿Podría ser
no? El marido diciéndole… Espera mujer
un poco que no oigo bien lo que dice, escucha vecino ¿sabes lo que ha querido decir con lo de bienaventurados?
Pues si quieres que te diga la verdad… no, pero suena bien no te parece?
El tema este de las
bienaventuranzas no es tema fácil, eso de que si te dan una hostia tengas que
poner la otra para que te la den más fuerte, no es popular. Ahora bien, si el
que escucha queda convencido de lo que oye, pues que quieres… puede ser que lo
acepte. El Señor podría haber dicho de paso, que el ser masoquista es bueno,
que sirve para tener más aguante en la vida ante los acontecimientos adversos.
Más adversas las cosas no les podía ir a los judíos, estaban conquistados por
Roma, pagaban tributos hasta por toser, los hacían esclavos, y a los que los
veían cerca del Señor los señalaban y luego los echaban a los leones en el
circo. O sea, que para ser cristiano hacía falta tenerlos bien puestos, y
claro, la gente dudaba, normal.
Con el tiempo los
más interesados se dejaron enseñar por acólitos a Jesús, y oye se convencieron
de que si morían siguiendo los pasos del Señor, resucitarían, di que sí, esos
eran los que hacía falta para comenzar a establecer el cristianismo.
Aunque ya se sabe que
los creyentes también iban a ir a su bola, no todos pero sí unos cuantos. No me
río de los cristianos, ni de sus convicciones, los hay a miles hoy por toda la
tierra, y es muy bonito tener consciencia, de que todo lo malo que les pueda
ocurrir, por causa de seguir con su religión, es bienvenido. Pero hoy, lo mismo
que entonces, cuando el cristianismo andaba en pañales, hay muchas personas que
se arriman por el espíritu de hermandad que rige entre ellos, y eso no es
bueno, se requieren más cosas, muchas más de lo que muchos ni siquiera imaginan.
Que están contentos… pues bien, mejor es eso que no tener nada, pero de ahí a
esperar, que en el futuro sean resucitados de entre los muertos, y luego de
vivir mil años, se suelte a Satanás para que pasen la última prueba, y si son
tentados y no caen en las tentaciones de ese ángel malvado, vivirán eternamente…
pues… me quedo donde estoy y cuando me muera que me quemen, quiero decir que me
incineren, a lo mejor el dios del cielo y la tierra considera que no he sido
tan malo y entro en la criba de los
posibles candidatos a vivir en un mundo mejor.
Entre nosotros…
para mí este mundo en el que vivo ahora ya es suficientemente bueno, además
como soy de buen conformar y nada
rencoroso… a lo mejor me salvo, no sé de qué, pero ¿quién dice que no?
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