domingo, 12 de julio de 2015

NUNCA TE QUEDES A MEDIAS

                                                       NUNCA TE QUEDES A MEDIAS

Si hay algo que te queda dentro, un asunto que te carcome, algo importante que concierne a algún miembro de tu familia, que tenga  que ver con algún amigo al que quieres de verdad, y sin embargo te callas, dejas que el tiempo arregle las cosas, vas mal, vamos mal, lo digo porque a mí ya me ha pasado, y luego, con el tiempo lo he sentido de todo corazón.
Eso no significa que podamos solucionar todos los  problemas, primero tendríamos que saber solucionar los nuestros, y eso, es poco menos que imposible. Pero ante la duda, es mejor decir lo que uno piensa, con sentido común y sobre todo, con diplomacia. Es lógico que uno piense que tiene el deber de hablar para aplacar su propia conciencia, y hasta es posible, que cuando llegue el momento de decir lo que pensamos que debe saber nuestro interlocutor, él mismo haya solucionado el asunto que tanto nos inquieta. Mucho mejor, por lo menos nos hemos guardado las espaldas, nos quedamos  más tranquilos.
Lo peor llega, cuando la persona a quién queremos dirigir nuestra atención en este aspecto,  desprecia nuestras sugerencias o sencillamente nos hace saber que a nosotros no nos  importa nada de lo que pasa en su casa, en su estado de ánimo, que nos estamos inventando fantasmas. Si eso es así, mejor dejar correr la cuestión, hemos cumplido, nuestra conciencia se refuerza, le damos más sentido a nuestras vidas. Pero quedarnos a medias, solo consigue que poco a poco, nos vayamos diluyendo como seres humanos, perdemos humanismo, perdemos el sentido de la vida.
Realmente es difícil de entender, perdemos el contacto con la realidad, el auténtico sentido de la vida, nos embrutecemos, y así, quedamos a merced de un problema que más allá de lo imaginable, nos convertimos en nuestros propios enemigos.


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