domingo, 12 de julio de 2015

PÁSALO PERO NO EXAGERES NUNCA LAS COSAS

                                                           PÁSALO PERO NO EXAGERES

-Mira oye, que Damián se ha quedado sin trabajo por gritarle al encargado que deje de tocarle los huevos.
-¿Qué dices… si llevaba más de trece años en el taller?
-Pues  ya ves, así son las cosas, ya te lo dije un día… si quieres conservar el trabajo, haz lo que te digan y a callar.
-¿Sabes que me ha dicho Flavio? Que a Damián lo han echado a la calle por gritarle al jefe, y cuando el encargado quiso interceder, le pegó un puñetazo que lo han llevado a la enfermería.
-¡No jodas…! Si Damián es el tío más tranquilo del mundo… no me lo puedo creer.
-Para que tú veas, los cabreos no sirven para nada. A mí me echan del trabajo y me pego un tiro tío, imagínatelo, sin trabajo y teniendo que pagar el coche y la hipoteca. Se lo voy a decir a Cebrián, es obligado que lo sepa, es su mejor amigo.
-Pues como lo oyes…, lo han echado porque se ha cagado en los muertos del jefe y del  encargado, le han dicho que se retractara y le ha enseñado el dedo corazón de la mano derecha dándole la espalda.
-No, eso es imposible, Damián jamás haría eso, debe de ser una habladuría que has oído por ahí.
-O sea… ¿no te crees lo que te digo o qué, que pasa contigo que desconfías de mí?
-No es eso, pero ya sabes que la gente, exagera a la hora de contar las cosas. A mí no hay cosa que me joda más que eso, que vaya la gente con habladurías, y que luego resulte, que solo ha sido una discusión sin importancia.
-Que no, que no, que la cosa ha sido gorda, te lo aseguro. Hombre… con esas  cosas no se juega, ¿tú te crees que te iba a contar un cuento en un asunto tan serio?
-Mal acabaríamos si fuera así, ya sabes que soy una persona seria, no me gustan para nada las exageraciones y menos de un amigo como Damián.

Por la tarde, aparece Damián con una caja bajo el brazo, serio pero saludando como siempre a todo el mundo, llama a la cristalera del despacho del jefe y entra en él. Al cabo de media hora sale del despacho sonriente, saludando tocándose el ala del sombrero cuando ve a la esposa del jefe y sale a la calle. Unos cuantos que sabían lo que se les había contado, se quedan con la boca abierta, se miran unos a otros y se encojen de hombros.
No se presentó a trabajar el viernes, eso desató toda una serie de rumores, ante la severidad de los paseos del encargado que los miraba con cara colérica, trabajaron sin parar un solo instante. El lunes, a las ocho de la mañana, Damian abre las dos puertas metálicas del taller vestido con un guardapolvo marrón, el uniforme de encargado, que antes había ostentado el encargado Remigio.
-Damian reúna al personal, tengo que hablar con ellos.
-Enseguida señor.
En cuestión de diez minutos, todos estaban congregados alrededor de la escalera del despacho.
-Bueno señores, tenemos un nuevo encargado, aquí lo tienen, el que hasta ahora era trabajador como ustedes, ahora será su encargado. Ha hecho algo grande para el beneficio de esta empresa, dentro de muy poco sabrán a qué me refiero, ahora tengan la bondad de comenzar con sus trabajos.
Que pasó o dejó de pasar entre Damian y el encargado, nadie lo supo jamás, era como si fuera Top Secret. Pero se conoce, que a partir de aquella misteriosa caja que Damian subió el jueves pasado al despacho, las cosas cambiaron de forma radical en la empresa, el personal notó un aumento de sueldo inesperado, todo lo dicho antes es fruto de la exageración de unos cuantos que deciden que exagerar las cosas, es lo normal en la vida.

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