LA VERDAD NO SE
ESCONDE
Es cierto que la
verdad siempre tiene dos caras, una de ellas es la media mentira, si dices o
haces algo que no es comprobable, que tiene dos versiones, que tiene más
defensores que detractores, probablemente sea verdad, al fin y al cabo ¿quién
lo va a La verdad es mucho más? Difícil situación esa, todo es posible, nada es
mentira; consecuencia, la verdad ha ganado la partida.
La verdad es mucho
más conspicua de lo que parece, es muy relativa, se adapta a los caracteres de
la gente, hace de más y de menos, por ejemplo… todas las religiones tienen sus
razones para que su dios sea el dios verdadero, y es verdad, todos los dioses
son el dios verdadero. La única diferencia está en que a los discípulos, a sus
seguidores, se les exigen diferentes disciplinas, a unos les dicen que deben
cumplir con determinados dogmas que van desde hacer prosélitos de casa en casa,
hasta yacer con el gran maestro que se supone que en su interior tiene la
verdad que hace que fluya hacia los demás a base de procrear hijos con él.
¿Quién dudaría que
esto es la verdad? No se les pide más que eso, nada más, y mientras todo esto
ocurre, trabajan en la granja que tiene doce o quince hectáreas y que es el
sustento de toda la colonia, niegan todas las demás cosas presentes, las dan a
su director, a sus hermanos de fe, al futuro en determinado lugar llamado paraíso,
un lugar en que nadie dudaría estar, una tierra limpia y llena de gente buena,
amable y ante la perspectiva de vivir allí eternamente. Prescindiendo que
llegue un asteroide más grande que el propio sol, llegue directamente a la
tierra, y joda todo el chiringuito.
La verdad, lo que
es la verdad no se altera de cualquier forma, pueden cambiar las formas,
también los maestros o comités o lo que quiera que sea, pueden tener la forma
que quieran, ser feos o simpáticos, altos o bajitos, llevar barbas hasta los
pies o ir rasurados hasta la cejas, da lo mismo. La ventaja la tiene el que es
más persuasivo, mejor orador, el que deja a todo el mundo con la boca abierta,
que le hacen pasillo cuando termina sus disertaciones. En su día, eso mismo le
pasó a Marco Tulio Cicerón, cuando se levantó en el senado contra la
malversación de fondos del reino romano, convenció a todo el mundo, contando
verdades como puños. Claro está que muchas de las cosas que dijo, no se podían
verificar, aun así esos discursos llamados Filípicas tuvieron un gran peso y
poder a las palabras que dijera, su maestría, sus ademanes, el volumen en los
momentos indicados en los puntos principales, fueron la clave para poder
convencer a la mayoría de senadores asistentes.
La verdad siempre
es genuina, quién piense lo contrario se equivoca, confunde las apreciaciones,
el modelo subjetivo de la verdad, de esa forma todo cobra sentido, todo se
relaciona con la manera de vivir los sentimientos de los que la defienden, los
oradores saben mirando a los ojos de sus oidores, cuál es su forma de pensar,
dirigen sus esfuerzos a estas emociones externas y ganan. Gana la verdad, todo
lo demás es pura apariencia, dicho en otras palabras, mentira.
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