miércoles, 18 de julio de 2012

GIGANTES O ENANOS.


                                     GIGANTES O ENANOS.


Los gigantes siempre sorprenden, será porque siempre están por encima de nuestra vista, y cuando los vemos saltar y llegar todavía más arriba de lo imaginable, nos asombramos.
Dependiendo de donde nos encontremos deseamos ser gigantes, personas de esas que excepcionalmente, miden dos metros o más. Eventos deportivos, conciertos, por ejemplo, pero lo demás, es decir para la vida cotidiana ¿de qué sirve ser tan alto?.
Es más, en muchísimas ocasiones es preferible ser enano, pasar desapercibido, a los enanos casi nunca nadie se para a mirarlos, son más pequeños que nosotros, o sea la media normal de una persona, no se les debe menospreciar por eso, sencillamente son diferentes.
No es que sean personas que despierten curiosidad, son sencillamente personas que luce sus personalidades como cualquiera de nosotros, no están mermados de inteligencia, ni son tontos.
En muchos aspectos son mucho más listos que otros que van de sobrados en la vida, ¡como me gustaría ser enano!, si, lo digo con toda sinceridad, si tuviera que correr porque sucediera cualquier cosa, un terremoto por ejemplo ¿de qué me serviría tener las piernas más largas o ser más alto?, creo que de nada.
He estado pensando estos días atrás sobre si es mejor ser gigante o enano. Oye, ¿sabes que te digo?... que me han propuesto ser gigante y he dicho que no, que quiero seguir siendo enano, ¡ya ves tú lo que eso representaría para mí!, al principio era mi sueño, hasta visité a unos médicos que dicen que solucionaban algo respecto a eso, poniéndote no se qué aparatos en la rodillas para que crecieras un poco. Pues va a ser que no, lo prefiero así.
He visto a gigantes que cuando han caído lo han hecho con gran estruendo, se han roto la cabeza, luego, lo han lamentado el resto de sus vidas. Enano nací y enano me quedo, y si causo admiración… pues mejor, si es curiosidad también, los gigantes de dos metros o más, también causan el mismo efecto que yo por defecto, como es mi caso.
La noche del sábado pasado, puse a prueba mis ventajas, fui con mi mujer a un concierto de rock, el ambiente era bestial, la gente de pié se agolpaba alrededor del escenario, pasamos los dos cogidos de la mano entre toda la masa de gente. Sin dudarlo fuimos haciéndonos paso entre toda la gente que ya aplaudían a los teloneros, la gente, a nuestro paso, se movían como si algún resorte de su cuerpo los electrizara.
Recorrimos así todo el estadio de futbol, algunos miraban al suelo y nos veían pasar, indicaban a los que estaban delante que llegaban dos enanos, de ese modo nos pudimos colocar en primera fila, tocando las vallas que separaban a la gente de los artistas, incluso ayudaron a mi mujer a auparla hasta el borde de las vallas, ¡como disfrutamos de nuestros artistas preferidos!, en unos de los intermedios, volví la cabeza hacia atrás, no había ningún gigante a la vista, a estos, no los dejaron adelantar, estaban muy lejos, detrás de todo.
Esa noche me di cuenta que a los enanos se les respeta, a los gigantes no tanto. Por eso y por muchos detalles más que son difíciles de explicar prefiero ser enano  que gigante. Cuando salimos de allí, como nuestra piernas son más cortas, disfrutamos mejor del paisaje de la madrugada, tenemos otra perspectiva de las cosas.
La gente pasa veloz a nuestro lado sin fijarse en los jardines, en los paseos, en los árboles y los edificios, todo un lujo reservado a aquellos que van poco a poco, a los enanos, que por fuerza, si tú quieres, debemos llevar otro paso.
Si, es cierto que no podemos acceder a los mismos empleos que los gigantes, que con su sola presencia tienen más facilidades para trabajar de cualquier cosa a diferencia de nosotros. Pero no creas, tenemos creada una asociación, que se preocupa por el lugar que ocupamos en la sociedad, en cómo se nos discrimina, poco a poco vamos viendo los resultados.
En el Congreso de los Diputados, no se habla de nuestros problemas de integración, del mismo modo, que tampoco se hace mucho hincapié, en discutir cómo solucionar las barreras arquitectónicas que tienen los impedidos que transitan con sillas de ruedas, pero que se le va a hacer… Ahora lo importante es salir de la crisis al precio que sea.
Yo pienso, que si los políticos desde el principio se hubieran preocupado de todas estas nimiedades, y otras muchas que me dejo en el tintero, la sociedad estaría más dispuesta a hacer los sacrificios que fueran necesarios, con tal de apoyar a gente que se preocupa por ellos. “Oye, que os habéis preocupado en poner un ascensor en el edificio de casa y nos lo financiáis, pues venga, lo que haga falta, que esos señores han cumplido y ahora necesitan nuestra ayuda.” Quién dice esto, edificios que se caen por diversas razones y se les da acceso a las familias a viviendas dignas, “Señores, lo que haya que hacer se hace”.
Pero sembrando el descontento… ni gigantes ni enanos mueven un párpado. Entonces, cuando eso sucede, ni los enanos están contentos con su altura, ni los gigantes con la suya.
Sin embargo, escoger por escoger, elijo ser enano, que los gigantes se ven mucho, y a veces hasta demasiado.


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