martes, 28 de agosto de 2012

LA FÁBULA DE LA RATA Y LA SERPIENTE.



                                   LA FÁBULA DE LA SERPIENTE Y LA RATA.


No es fácil ser serpiente, sabe que no se pondrá jamás de pié y caminar. Ser una rata es difícil, sabe que nunca, por mucho que lo pretenda, pasará desapercibida al olfato de la lengua bífida de la serpiente. De manera que cada cual tiene sus ventajas e inconvenientes, la serpiente cuenta con el factor sorpresa, se camufla, de manera que la rata, pasa por su lado sin apercibirse siquiera que está allí.
Pero la rata corre que se las pela, eso debe ser así porque mientras corre, de lo rápido que va pierde pelo, vamos digo yo, porque si no tiene objeto que se use esta expresión. Igual que los humanos, a veces decimos “mira, este va que se las pela”, seguro que es porque en su carrera debe perder pelo de la cabeza.
Pues eso, la rata de campo, con sus grandes orejas, percibía que la serpiente estaba cerca, pero no sabía muy bien donde, el asunto le olía a chamusquina. Ves, otra expresión de esas que son sacadas del diccionario popular, cuando algo huele a chamusquina es porque se quema lo que sea, qué, ya es otra cosa, a veces huele a comida quemada, otras a ropa quemada cuando alguien se ha dejado la plancha sobre una tela.
Pero… cuando dices que “algo” huele a chamusquina es otra historia, ¿qué huele mal?, no, porque oler mal por oler mal, peor huele la mierda y si es de cerdo peor. Se refiere a que algo no va bien, que algo en el entorno de la rata no estaba en condiciones, no hacía más que mover las orejas en todas direcciones, para captar de donde podía venir el peligro.
Al final, la impaciencia de la serpiente la descubrió, no se puede ser impaciente si quieres comer rata. Esa serpiente era precisamente una serpiente ratera. La rata al ver que la serpiente venía hacia ella se puso la nuez bajo el brazo y se puso de pié a dos patas. Con la otra pata delantera la hizo parar, y paró, ¡qué cosas oye!. La serpiente paró, porque le fascinaba ver a un animal parado sobre sus dos patas traseras, sería la envidia de ver que ella no podía hacerlo, era una serpiente un poco idiota, cualquier otra de su especie le habría clavado los colmillos para minutos más tarde comérsela entera, cuando el veneno inyectado hubiera hecho su efecto.
Dicen que si miras a una serpiente a los ojos te puede hipnotizar, por eso quizás la rata no la miraba a la cara, eso le daba un aire de superioridad, imagínate, una rata con una nuez bajo el brazo, alzada sobre sus patas traseras, y mirando de lado a la serpiente, mientras que con la otra mano le hacía stop, de aquí no pases.
Sería esa la razón que hizo que la serpiente se parara, a lo mejor era una maniobra de distracción, quien sabe. Pero nada más lejos de eso, la rata al hacer eso se puso ceñuda, se enfadó y la serpiente, que conoce al género animal como cada una de las escamas de su cuerpo, vio que hasta saltaban de los ojos de la rata ciertos destellos de odio hacia ella.
“¿Pero tú que te has creído, que te puedes presentar aquí cuando quieras sin estar invitada, sabes el susto que me has dado?”.  “Me parecía que yo era el depredador y que no necesitaba permiso para venir a comerte…”.  “Y un cuerno. Yo también soy depredadora ¿sabes? y no voy por ahí tan ricamente asustando a las bayas y frutos de las que me alimento, es más se me ofrecen, están en el suelo del bosque porque en el árbol ya no tienen lugar. Jamás he visto comportamiento como el tuyo, la próxima vez que vengas por aquí aunque sea a devorarme, primero pide permiso, mi vida es corta pero intensa”.
Le dio la espalda a la serpiente, y se fue caminando sobre sus cuartos traseros con la nuez bajo el brazo. La serpiente, ligeramente levantada, se quedó unos instantes parada viendo como se alejaba la rata, ésta a unos metros de distancia, se dio la vuelta y espetó a la serpiente  “Venga, ¿qué es lo que haces aquí todavía?”. Con la pata libre le hizo indicación de que se marchara, y la astuta serpiente moviendo negativamente la cabeza, se dio la vuelta y se marchó.
-No me lo puedo creer, una malita rata dándome órdenes a mí, que soy su cazador por antonomasia-. Parece que aquel acontecimiento dañó el orgullo de la serpiente ratera. –Lo cierto es que esa rata es mucho más grande de lo que parecía, por un momento creí que mi ojo me engañaba, pero no, esa presa no era para mí, debo aprender a buscar a otras ratas más débiles-.
En su regreso al lugar de descanso, vio a otra rata y se dispuso a atacarla, en el preciso instante que lo hizo, se oyó de nuevo la voz de la primera rata. “Pero ¿es que no vas a aprender nunca?, te he dicho que marches de aquí, si, si, no te quedes con la boca abierta haciéndote la tonta”.  “¿Acaso eres la vigilante de este lugar de bosque?”.  “Pues mira, ahora que lo dices sí, ¿lo dudas?, porque si es así, llamo a todas mis compañeras y aunque alguna caiga entre todas te comemos viva a ti”.
Un temblor sacudió el cuerpo de la serpiente cuando oyó esto. “La próxima vez que vengas por esta parcela de bosque, recuérdalo bien, ven silbando desde lejos, de ese modo sabremos que eres tú. Si te acercas aquí con buenas intenciones serás bien recibida, de otro modo, acabaremos contigo”.
Al poco tiempo, no pudo evitar volver a visitar a sus “victimas”, hizo lo que la rata le dijo, se acercó silbando como buenamente pudo, al llegar al claro cubierto de hojarasca seca, veinte ratas saltaron sobre ella, mientras abría la boca para defenderse. Nadie le hizo daño alguno, se puso en un rincón, jadeando, asustada, sacando y metiendo su lengua bífida de la boca. “Vaya susto que me habéis dado desgraciadas”.  “¿A que sí?, pues eso mismo sienten tus víctimas cuando las emboscas y atacas, ¡salid compañeras es una amiga!”.
Desde entonces se creó un buen clima de amistad entre estas eternas enemigas, aunque cabe decir, que esta amistad no fecundó en el resto de los lugares donde habitan. No es preciso que los animales se ataquen y mueran, siempre existe la posibilidad de una buena convivencia si cada cual hace valer sus derechos para vivir. Al fin y al cabo, la muerte llega sola, a su tiempo.


                                                  -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario