miércoles, 1 de agosto de 2012

LOS NUMANTINOS DE HOY.



                                         QUE GRANDES SON LOS NUMANTINOS.


Todavía existe Numancia, y existen los numantinos, ¡vaya que sí!. Ahora en el siglo veintiuno, pueden ser personas normales  -no es que fueran de otro planeta siglos atrás-, solo que hoy día, ser de Numancia es como ser valenciano o gaditano.
En otros tiempos los numantinos estaban hechos de otra pasta. Es el caso que, cuando más presionado por la conquista, más fuerte y valiente –si no inconsciente se ven las personas-.
Cualquiera con acceso a un ordenador, puede teclear Numancia y ver las razones y motivos que llevaron a estas gentes, a ser recordados en la memoria de los tiempos. Del tiempo del que hablamos, -134 a C-, los numantinos ya habían librado batallas importantes con los ejércitos romanos. Cualquier intento por conquistarlos había fracasado hasta entonces, y el senado romano, estaba hasta las narices de enviar tropas a esta provincia, con el fin de reducirlos.
Imaginaros a 40.000 soldadso romanos corriendo delante de 4.000 numantinos que los tenían en jaque. ¡Sencillamente impresionante!, ni los portaestandartes del águila romana tenían fuerzas para correr delante de aquellos aguerridos campesinos. Los numantinos tenían una colección de ellas, y los romanos de vuelta a Roma… “Oye que no hemos podido con estos bárbaros, que tienen un genio de narices, no hay forma y manera de darles en el cogote ni una sola colleja”.   “Pero ¿cómo puede ser esto con la cantidad de soldados entrenados que llevas?”.  “No, si lleváis razón, pero oye que quieres que te diga?, se conoce que tienen mucho apego a su tierra, y no quieren perderla, ni prestarse a acuerdos de ningún tipo”.
Cuidadito, habían conquistado a los germanos, tenían en su poder a los mejores ejércitos profesionales y en consecuencia, las mejores armas, pero nada de nada, cuando aparecían por Numancia, les daban más palos que a una estera.
Tuvieron que confinarlos en la ciudad, por eso, enviaron a Publio Cornelio Escipión Emiliano, licencia para todo, lo que hiciera falta hacer que lo hiciera. Y a este se le ocurrió cercar la ciudad para que no pudieran salir ni entrar bajo ningún concepto, montaron empalizadas y fosas, y los numantinos tuvieron que acabar practicando el canibalismo con los que morían.
¡Qué crueldad señor!, acabaron muriendo casi todos sin pelear, otros antes de rendirse a los romanos se suicidaron después de matar a sus familias, unos pocos se rindieron y fueron hechos esclavos. Pero Numancia quedó como ejemplo para la posteridad de lo que significaba una victoria pírrica, o sea una victoria que no mereció la pena.
Hoy día hay un montón de Numancias, numantinos que se revelan ante los poderes establecidos que si o si, tienen que aceptar las disposiciones de lo que el gobierno dice. Que antes tenían que dar un diezmo de las cosechas y otras ganancias… ahora tenéis que dar cincuenta, y no te quejes, que si no, te dan garrotazo y tente tieso.
La diferencia substancial es que los que mandan los ha escogido el pueblo mismo con la confianza de que van a ir a mejor según lo que en las elecciones les prometieron, pero que va, eso ha sido solo para despistar, la realidad, es que ya empiezan a verse casos de canibalismo –un canibalismo culto eso sí-, la gente no se come a los muertos pero si hace falta les quitan el bocado de la boca para llenar su panza.
¡Hasta donde hemos llegado…!, nos tienen cercados en todos los frentes, y nosotros que tenemos algo de numantinos, nos quejamos, salimos a protestar a las calles, montamos huelgas, y aun así, nos dejan llegar solo hasta un tope, lo siguiente es descargar la furia contra estos desordenados que lo único que queremos es no trabajar, no colaborar con la riqueza del país. En otras palabras, nosotros nos consideramos numantinos pero ellos “renegados”, gente de la gleba que no merecemos más que lo que tenemos.
Menudos pillastres estos, lo curioso es que si vas a un bar a tomarte un café, lo único que se escucha es, que nos tienen pillados por los…, bueno no lo digo porque a alguien le pudiera parecer que es una palabra altisonante. Lo cierto sin embargo es, que toda nuestra nación recuerda a aquellos valerosos numantinos, y que nos identificamos con ellos. Va por ellos este relato, y por los numantinos de hoy, que nos hemos dejado engañar con pactos, como entonces los numantinos también hicieron pactos con los romanos.
Así nos va hoy a estas dos naciones, en la quiebra estamos, pero en manos de incompetentes, que no hacen más que improvisar como deben ser las cosas mañana. ¡A más de uno le gustaría ser un numantino de los de entonces!, “O mato, o muero, en el intento de una vida mejor para todos”.


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