miércoles, 26 de junio de 2013


                               EL NUEVO PARQUE.


¡He vivido tantos años soñando con este parque…!, que cuando me siento bajo la sombra de sus sauces llorones, y lo contemplo desde la pequeña altura que me concede el banco desde el que lo veo todo, me emociono.
¡Tantos años había sido un solar desierto!, que observar el  estanque con cisnes y sus nidos en el centro, se ha convertido en mi lugar favorito. Buena obra esta, el puente de madera que cruza el canal, el césped, niños y mayores jugando en él, el bullicio de los días de fiesta, con niños haciendo levantar al viento sus cometas, es fantástico.
El rumor del agua, que se produce por las piedras sabiamente puestas en los lugares oportunos, la pequeña cascada que hace que se haga una pequeña playa artificial, ¡Cuánto convenía llevar a cabo este ingenioso rincón.
Un largo sendero de tierra, que recorre el rio a lo largo del parque, es usado como carril bicicleta, es un tramo tranquilo, plano, cientos de personas lo usan para desplazarse por él, se ve a la gente sonriendo cuando toman ese trecho, que comienza en la avenida más popular y ruidosa de la ciudad.
Todo aquel que va sobre las dos ruedas sin excepción, deja la avenida, y va en bicicleta por el parque, que transcurre paralelamente a ella. Es sin duda alguna, un lugar de sosiego, de calma, yo diría que tiene cierto magnetismo, que atrae a las gentes, a una hora u otra, siempre está concurrido.
Ya están terminando el estanque, en él habrá pequeñas barcas de paseo con remos, cuando lo terminen, estoy resuelto a hacer una pequeña excursión con una de ellas.
Mientras tanto, leo y dibujo, el parque es una fuente de inspiración para hacerlo. Trazo el dibujo con el lápiz, y trato de que entre en la escena algún que llena la avenida, después, los carboncillos se encargan de hacer el resto.
Todo gracias al parque, nunca antes se me había ocurrido dibujar, ahora los dibujos fluyen de mi mano como si alguien la dirigiera. No me canso de estar en él, me transmite vida siempre nueva, las hojas caducas de sus árboles llenan los paseos, y a la vez, colores nuevos, llenan de esperanza serena, la llegada de la próxima primavera.
Cuando esto sucede, llega el milagro, sí, uno inexplicable y hermoso, lleno de luces, de nuevo la algarabía de las gentes que esperaban que esto sucediera. Los hay que son fieles al parque, me tengo por uno de ellos, no me importa el frio o el calor, hasta con lluvia he estado contemplando su desarrollo.
Y el parque sigue allí, esperándome siempre con las puertas abiertas de par en par. En fin, ¡podría estar hablando del nuevo parque, días enteros sin parar, y aun así, no terminaría nunca de ensalzar sus virtudes!.
La razón es bien sencilla, el parque al que me refiero, es mi nueva musa, sí, ella que siempre me espera, la que cataliza todos mis sentimientos, la que me entiende cuando mi ánimo cambia por la razón que sea, que tiene la paciencia precisa para enseñarme cosas nuevas cada día. Recibe a mis amigos como si fueran pare de mi propia familia, les permite pasear entre las sombras de su generosidad, les invita para que no me sienta solo.
Traza con sus delicados perfumes, un aura de bienestar y dulzura, me quiere, me reclama diariamente para que esté a su lado. ¿Quién de vosotros tiene a alguien así a su lado, que lo consuele y lo abrace como si de algo precioso se tratase?, si es así, no la dejéis de lado, es vuestra tabla de salvación, es vuestro único consuelo dentro del marco de impiedad en el que vivimos.
Mi adorado parque, ese que con cada estación del año, permanece inalterable, perpetuo, sin sonrosarse por nada, más que por los cumplidos que le hago. Su rio, sus rosales, sus frescos árboles, las delicadas flores que denuncian su inigualable valor, todo parece estar construido a mi medida. ¡Y como ama…!, su amor es tan exótico, que gentes venidas de todos los lugares, alaban su calidad, su fuerza.
El nuevo parque, este que ocupé simplemente por la atracción que desprendía, va haciéndose día a día más grande, más frondoso a la vez que único.
Ella es sin duda alguna, mi única fortuna, el eje de mí ser, la forma de mi vida por ser ella quién la modela, el instante de placer sublime por ser la moderadora de mis impulsos banales, la ley que marca las pautas de mi bienestar. Ella es, mi único amor.


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