viernes, 17 de abril de 2015

APARCAMIENTO


                                                           APARCAMIENTO

Cuantas veces yo mismo me he considerado como un vehículo cualquiera buscando aparcamiento apropiado, en un lugar, donde pueda maniobrar con facilidad, tanto a la hora de encontrar el sitio como a la hora de salir de allí. En el fondo, siempre estamos buscando esto en la vida, un lugar que nos complazca, que nos deje capacidad de maniobra para poder movernos a nuestra conveniencia, y a la hora de quedarnos parados el tiempo que sea necesario. Sin tener que pagar por el tiempo que estemos ahí, ninguna zona azul, ninguna multa, solo que nos dejen en paz, a nuestro antojo, al fin y al cabo, ya pagamos para que nos dejen aparcar desde el momento en el que nuestro coche sale del concesionario.
Pues bien, parece que esto no es posible sin que alguien tenga que meter las narices en nuestra vida, que nos quiera dominar, que nos quieran someter. No lo hacen con mala voluntad las más de las veces, eso es cierto, velan por nuestros intereses, lo hacen con el mayor interés que creen tener por los suyos. ¿Que somos sino vehículos que rondamos por la vida, muchas veces sin propósito? Eso es a mi parecer, algo así, como tener guardianes que vigilan cualquier movimiento, más allá de lo necesario. Los seres humanos no somos en modo alguno chatarras que se descomponen con el paso del tiempo, hay quién si los considera así, y creo que se equivocan, los seres humanos a diferencia de cualquier vehículo tenemos alma, mucho se habla del amor que sienten los demás por sus parientes cercanos, y eso es encomiable. Sin embargo puede que distorsionen esa visión, dependen de nosotros, dicen, puede que así sea, pero de eso a coartar las libertades de cada cual hay un abismo.
Cada ser humano conoce sus límites, sabe hasta donde puede llegar y lo que es capaz de hacer o no, y eso, hay que respetarlo sobre todo, lo contrario sería dejar aparcado el coche en un lugar ideal y te quitaran las llaves con el fin de que no lo pudieras mover. Pronto se convertiría en pura chatarra, nos arrancarían el derecho a vivir del modo que queremos, sería una inmoralidad, predestinarnos a formar parte de un gran desguace, de donde se nos irían sacando piezas, con el fin de aprovecharlas para otros vehículos, que a su vez, pronto quedarán obsoletos, son meros cacharros apedazados que no llegan lejos sin sufrir averías.
Todo esto sucede, por el sano deseo, de querer gobernar de manera inapropiada nuestras vidas, salvaguardarnos de estropicios mayores, sin saber bien, porqué deben hacerlo así. La vida es para vivírla, lo mismo que un vehículo es para que nos sirva, para viajar, ir de compras o desplazarnos a un lugar, donde siempre hemos querido estar y nunca hemos podido hallar el momento de ir hasta allí.
Llegamos y aparcamos, dejamos nuestro vehículo allí y nos ponemos a caminar hasta una catarata, un lago, una montaña, la playa... ¡ya llegará el tiempo en el que no podamos hacer nada de todo esto, entonces seremos meros peatones, pero hasta que llegue este día, busquemos un buen aparcamiento momentáneo para disfrutar de todo aquello que queremos hacer sin estorbar a nadie.

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