LAS LARGAS VACACIONES DE LA VIDA
Sí parece que estamos de vacaciones mientras estamos trabajando, viajando, desplazándonos para ir arriba y abajo, son unas vacaciones pagadas, sacadas de la propia composición de la sociedad que nos mantiene vivos.
Incluso con sus riesgos, como las enfermedades o la vida en entornos que no son de nuestro agrado, siguen siendo vacaciones, inventamos formas de diversión que consiguen que riamos, que disfrutemos de las mínimas cosas como el visitar un zoo, ir de tiendas y comprar cosas con unos papeles al que le llaman dinero y por el que muchos, matan a otros. Hasta los más conservadores sienten la tentación de sobrevivir a base de la utilización de esos papeles pintados con caras de reyes o dictadores, de damas de la antiguedad o de famosos presidentes de determinados países.
¡Que felicidad, que hermosura de vida...! tenemos coches para poder desplazarnos adonde queramos, vehículos que suben montañas. Carreteras fabulosas que invitan a ir a toda velocidad por ellas, y vamos si las recorremos, lo malo es que hay gente que controla todo este entramado de excelencias, solo lo hacen por nuestro bien, para que no suframos daño alguno, si no respetamos las reglas que nos salvan, nos multan, pero eso es, para que podamos seguir disfrutando de nuestras vacaciones, es la vida. Hablaba un día con un amigo a quién respeto muchísimo, es un pensador, un hombre con mucha experiencia. Nos encontramos en la calle y fuimos caminando juntos un rato hasta el centro de la ciudad, estaba atestada de gente, época de vacaciones. Fíjate Juan, la gran mayoría de esta gente que vemos sonriendo y disfrutando en las cafeterías y heladerías, piensan que ya era hora que les tocara ese mes sagrado de las vacaciones ja ja ja, pobrecillos, se las han pagado ellos mismos a pulso, pero los dueños de las fábricas o los talleres y oficinas, les hacen ver que es una concesión que les hacen por su esfuerzo.
Bueno, yo lo veo como un intercambio de poderes, los trabajadores hacen lo que deben y los dueños, se benefician de este esfuerzo continuado para darle un respiro al trabajador. No es del todo así, el proletariado no es consciente de lo que su trabajo significa para la empresa, ellos curran lo que pueden, unos más que otros, pero eso no se aprecia siempre, va con el propio carácter de la persona, cada cual tiene sus aptitudes y eso significa que no todos merecen lo mismo.
Después de hablar largo rato del tema, concluí que era cierto, que unos trabajadores se apoyan en los más conscientes, en los más dignos de merecer las vacaciones de la vida. Que todo en conjunto es un mero montaje para mantenernos contentos y nadie se vea menospreciado, la ley del promedio.
Hay mucha gente que enferma por trabajar demasiado, cuando son mayores y comienzan complicaciones de salud, les dicen que han estado trabajando con productos cancerígenos, ya los han desmontado claro pero mientras tanto, la gente protesta y los empresarios hacen oídos sordos a sus reivindicaciones. Así pues todos, desde los que trabajan ahora, hasta los que ya no pueden hacerlo porque o están muertos o poco les falta, vivimos desde nuestra edad para vivir plenamente, de vacaciones, unas vacaciones cojonudas.
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