martes, 16 de abril de 2013




                                   EL REZO.


“Cuando la señora Milagros se muera, seguro que va directa al cielo…”, es lo que decía mi abuela cuando hablaba de esta vecina. Se conoce que ella la oía a todas horas rezar, la habitación de mi abuela, daba al patio de luces del interior del bloque. Decía que oía continuamente plegarias, como rezaba el rosario, hasta alguna que otra vez, cuando llegaba el calor, y dejaba la ventana de su habitación entreabierta, llegó a ver el reclinatorio que la señora Milagros tenía en casa.
Justo delante de la silla especial para rezos, un altar con La Moreneta, en una especie de capilla que se abría mediante una doble puerta, al pie de la capilla, velas y estampitas de santas y santos, que se mantenían aromatizados con el olor de la cera, que quemaba incesantemente.
Siempre que salía a comprar a la calle, llevaba en la mano un rosario, a lo mejor hasta por la calle iba rezando, ves a saber. Yo la veía de vez en cuando, llegué a pensar que era una santa por el hecho de –según se decía-, casi no compraba nada. Una pequeña barra de pan que servía justo para hacerse un bocadillo, que le debía durar dos o tres días, un chusco, y poco más.
Vestía un hábito de color lila con un sencillo cinturón negro, esto que ahora os cuento que quede entre nosotros, gente que se preciaba de conocerla, hablaba de que llevaba un cilicio en un muslo. Chisssttt, yo no os he dicho nada ¿vale?. Me enteré en el colegio, que un cilicio era un elemento de auto tortura que la gente se ponía en diferentes sitios del cuerpo, con el fin de recordar, que no debían caer en las tentaciones del diablo.
¡Anda que no…!, pero si rezaba noche y día leches, se pasaba la vida en aquel reclinatorio, seguro que el misal se lo sabía de memoria, fijo. Oye que yo no juzgo a la gente que tiene fe, la que sea, es respetable todo, pero ¿hasta el punto de martirizarte?, he, que esto es harina de otro costal.
Se sabe de gente que se suicida por sus ideales, o cuando ellos creen que la han cagado, por ejemplo los samuráis, que significa “servir”, que también se puede traducir bushi, “hombre de guerra”. Pero claro, el asunto es que estos hombres no tenían nada que ver con la religión, era cuestión de honor, una costumbre ancestral que viene de hace miles de años, practicar el harakiri, con la ayuda del kaishaku, el que le cortaba la cabeza. ¡Tela marinera!.
Pero no andaban  por ahí llenos de pinchos en la cintura o las piernas, la verdad es que yo no comprendo hasta que punto esto es una exigencia divina, ¿y la gente que se fustiga con látigos y ponen en la punta bolitas de metal?, ¡venga hombre…!. A mí dios me pide esto, y le contesto…  “Oye ¿sabes qué?, ya me lo pensaré. De momento me conformo con ser ateo si te parece bien, ya volveré cuando cambien las normas”. Y me voy al Tibet a hacerme monje tibetano, igual le paso desapercibido pelado, y con el manto amarillo… 
Hay gente que lleva la religión a extremos inauditos, en semana santa, sobre todo en el sur en Andalucía, hay gente que no va a misa ni en broma, pero cando llega la hora del paso de las vírgenes y Jesuses, cómo haya algo que lo impida, por la lluvia por ejemplo, cogen unos disgustos, unos cabreos, del copón. Ves a todo el mundo llorando por las calles, pero llorando de verdad de la buena, los pasos no pueden salir, porque las imágenes que sacan a pasear, son tallas de madera de no sé qué siglo. Las guarnecen y les ponen mantos, que valen un potosí, y  ves a los encapuchados, abrazándose unos a otros lamentando el incidente.
“¡No hay derecho… es el tercer año que nos quedamos sin procesión, la puñetera lluvia nos deja otra vez sin paseo!”. No hay que desesperar, el año que viene, a lo mejor habrá más suerte. Hay que verlo así, a lo mejor, el Cristo se ha sacrificado, para que lleguen las lluvias, y la tierra que está más seca que el ojo de un tuerto vuelva a empaparse de agua. Los pantanos se llenan, el turismo tendrá garantizado l aprovisionamiento de agua, todo tiene siempre su parte positiva.
¡Hay si doña Milagros estuviera aquí…!, a lo mejor aprendía a cantar saetas y todo. Que diferentes son las celebraciones religiosas en las distintas regiones de España, son tan variadas, tan distintas, en Cataluña juegan con el diablo, ¿cómo se te queda el cuerpo?. Lo que te cuento, aquí los rezos, van acompañados de juegos con el diablo “El Vall dels Diables”, ¡montan unas jaranas con petardos y bailes…!, viene gente de todas partes a verlos, lo hacen delante de las puertas de las iglesias y catedrales, queman pólvora por un tubo, y sacan a la calle animales representativos del Diablo. Vivir para ver, y encima, auspiciados por los ayuntamientos y asociaciones locales.
Pues eso, cada cual reza a su manera, ahora, eso sí, escoger por escoger, a pesar de los extremos a los que llegan algunos, yo escojo a la señora Milagros. Oye, una mujer consecuente, digna de llevar el nombre de católica apostólica y romana, romana no sé yo si lo es, pero eso es lo que dice ella cuando es preguntada.
Yo por si acaso les rezo a todos los dioses un poco, hay muchos tú, no sea que sea verdad eso de la venganza de los dioses, y la cague. Puede que alguno tenga razón entre tantos, esto de que las religiones digan que tienen la verdad absoluta, me mosquea, en teoría solo tiene que haber una que sea cierta, que lo que te ofrece sea verdad. Espero que el buen dios, que es misericordioso, sepa perdonar mi atrevimiento.
Admiro a los millones de señoras Milagros que hay por todo el mundo, incluso con los excesos que puedan cometer debido a sus creencias, pero a mí, que no me apunten a ninguna de estas ligas.


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