domingo, 7 de abril de 2013



                                LOS PASOS DE MI AMADA.


Son, como el sonido de las Kathak ghungroos, las campanillas que llevan las danzarinas en la india, que mueven de forma acompasada, cuando dan pasos de baile.
Son melodiosas, como los pies de mi amada, que aunque se muevan de forma nerviosa, suenan de forma musical, sin estridencias, al compás de la música, que marcan esas delicadas armonías, de una música difícil de entender para los occidentales.
Sus pies, en ocasiones, parecen tener alas, también su cabeza, es fuente de inspiración para mí, como lo fuera en su día Hermes, que representa el ingenio, la actividad continua. Esa es mi esposa, siempre entregada al trabajo, siempre atenta a lo que es necesario para los suyos.
¡Me deleita todo lo que hace, y todo lo que  piensa…!, para nadie una palabra de desprecio, para ella, siempre está bien todo.
Vive al margen de cualquier cosa que alguien pudiera decir de ella o los suyos. Yo le digo que esto es, porque lleva campanillas en los pies, que impiden que preste oídos a comentarios vacios, envidiosos, vacuos, que no tienen sentido, y menos para ella, mi diosa alada.
¡Me gustaría que el mundo entero la conociera…!, sabríais que no exagero.
Sus planes son volar hacia lo que es mejor para los que estamos a su cargo, de todos se ocupa en su justa medida, a todos nos ama, a todos nos consuela, a todos nos protege.
Su regazo es una fuente de bienestar, de paz, calma y alivio. Y el tintineo de sus pies, anuncia que llega siempre, para calmar tus penas. Nada hay más hermoso, que los pies de mi amada, enaltece su cuerpo, que lejos de ser frágil, es seguro, vital y necesario.
Cuando sale a la calle, el sol cobra nueva vida, se inclina ante ella, como lo haría cualquier astro ante una diosa. Y si mira al cielo, todo se ordena, dispuesto a pasar revista ante su presencia.
Pido a los dioses que me estén escuchando, morir cuando el tiempo disponga, al lado del sonido de sus pies, escuchar su música, me dará una mejor muerte.
Quienes ya saben que existe, deberían escuchar la deliciosa música que sale de sus pies alados, solo entonces comprenderían porqué la alabo tanto. Es un delirio ver su danza, escuchar el sonido de sus campanillas, ver como mece su cuerpo, al compás de una música indescifrable.
A los dioses pido, que me den la oportunidad de seguir cuerdo, de seguir apreciando su danza, lo demás… no me importa.


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