viernes, 3 de mayo de 2013



                    LOS FANTASMAS NO MUEREN NUNCA.


Andan por ahí vagando en el espacio infinito. Unos son de armas tomar, otros, si pudieran nos ayudarían a que no cometiéramos los mismos errores que ellos. Si no… ¿qué propósito tiene que existan?.
Expertos andan por cárceles cerradas hace años, iglesias derruidas, sótanos abandonados y mil y un lugares diferentes, tratando de conseguir sicofonías, voces del más halla, que los complazcan. Les preguntan cosas que a veces son tonterías como  -¿Estás ahí?, habla dame una señal.
Vienen estos expertos, y se supone que tienen el derecho, de que les digan todo cuánto quieren saber. ¡Dejadlos en paz hombre…!, ¿qué daño hacen, a quien incordian ellos?, a nadie. Pues no señor, no se van, hasta conseguir que el o los fantasmas, les digan algo, o les hagan una señal de su presencia.
Claro, cómo los fantasmas no mueren nunca, siempre los tienen a tiro. Hay fantasmas que viven ni se sabe cuánto, he llegado a la conclusión, de que algunos, les tienen envidia. Fíjate tú que bien, se murieron físicamente un día, pero luego tuvieron la suerte, de vivir allí donde se les ejecutó, o se les quemó en la hoguera.
Porque alguien oyó una vez buscando leña una puerta que se cerró tras él, ya tiene que haber un fantasma. Un hombre paseando a su perro, pasa por delante de una casa deshabitada desde hace ciento cincuenta años, y ve pasar una sombra por delante de una ventana, ya tiene que haber un fantasma.
Para allá que van unos cuantos científicos, con sus aparatos medidores de plasma, sus grabadoras, todos los cachivaches imaginables, para ver si pueden comunicarse con los fantasmas. Me pregunto ¿qué sacan de todo esto estos iluminados?, no lo sé, pero por lo menos, tienen material para programas de televisión. Que aunque no lo parezca, hay mucha gente enganchada a estos rollos, no importa si estos programas comienzan a las doce o la una  de la madrugada, ellos se quedan a verlos.
Bueno, tiene que haber gente para todo, conozco a gente que les encantan los info- comerciales, se hartan de ver propaganda de cuchillos casi mágicos, pucheros que cocinan casi sin fuego, freidoras sin aceite, es para alucinar.
Volviendo a los fantasmas, los equipos que se usan para captar fuerzas extrañas, cuestan un huevo, pero no importa, se amortizan rápido.
Es algo parecido a otros buscadores de fantasmas, que salen y entran de sus casas, que están presentes en los parlamentos, que van a los juzgados, porque son imputados en tramas criminales.
Pues bien, ¿sabéis cuanto pueden dar de sí estos rollos que diariamente nos repiten en televisión?, la leche, es un no acabar nunca. Es como ir detrás de los fantasmas, si aquellos necesitan de máquinas especiales para ser captados, estos también, veinte personas con sus correspondientes micrófonos, cámaras, gente que va por el suelo atropellada por otros….
Es la leche, y lo peor de todo es, que estos fantasmas no se mueren nunca, puede que a alguno le dé un jamacuco pero es igual, al día siguiente ya hay otro que lo sustituye.  Es demencial, hace ya años, mi padre me dijo  -Eso es para escribir un libro, es una vergüenza. Mi padre ya murió el pobre, pero ahora si viviera le contestaría…  -No papa, ¡para escribir una enciclopedia entera, e ir añadiendo cada año dos o tres tomos más!.
Por lo menos, los fantasmas que viven en la sombra, que son intangibles, esos no fastidian a nadie, viven ahí en su medio, sin dar problemas. Pero estos otros… ¡hay madre!, estos otros no hacen más que joder al prójimo, y encima, les hacen una propaganda del copón. Los fantasmas de verdad, de vez en cuando sueltan…  -¡Marchaos de aquí……….no os queremos cercaaaa!. Por ejemplo. Pero estos otros a los que me refiero, no dicen ni mu y ves a todos los periodistas preguntarles siempre lo mismo  -¿No tiene nada que decir de la acusación que hacen contra usted?. ¿Ha declarado delante del juez?. ¿Qué le ha dicho?.
Una de las veces que los periodistas perseguían a un menda de estos, subían por las escaleras mecánicas de un aeropuerto, mira, se les terminó la escalera, el fulano no decía nada, había cuatro tras él con los micros casi en la boca del susodicho, ¡se pegaron un leñazo…!, encima el mangante, -que al final se supo que lo era-, se descojonaba vivo.
Claro hombre, dejad a los fantasmas en paz, si por veros correr detrás de ellos no vais a tener más audiencia ¿o sí?. Bueno el caso es, que yo creo, que la gente ve la televisión, para ver correr a los periodistas, porque espectáculo, dan un rato largo. No hace falta que uno vaya al cine, si quieres ver una peli buena, conecta la tele en cualquier canal, porque además, todos dicen lo mismo.
Lo tratan de diferentes maneras, según la tendencia política que tengan, pero de hecho, es simplemente lo mismo. Es como los telediarios, visto uno, vistos todos, fijo, no importa que pongas una televisión pública o una cadena privada, todos insisten en lo mismo. ¡Vamos de un original por la vida, que es para cagarse!.
Y nosotros ahí, manejados como simple mercancía de la muerte, como meros idiotas de este espectáculo dantesco y  fácil, suspirando por qué no será  nunca, soñando despiertos con un mundo mejor, con una vida sin fantasmas que nos jodan la comida diaria. Soñando despiertos con huir a ninguna parte.
Esperando que llegue el fin de semana, para cagarnos en los políticos, mientras vamos como borregos en caravana, por las carreteras del estado que son nuestras, porque las hemos pagado nosotros con nuestro sudor y nuestras lágrimas. Pendientes del fútbol o el baloncesto, montado todo, para que no pensemos mucho, en lo mucho que nos dan por el culo. Esperando en volver a casa, después de un disfrute momentáneo, de los momentos de asueto, que cada vez son más largos.
Con un ansia de encender el televisor, antes de encender la luz de nuestros hogares, hogares que no son nuestros, son del banco, rezando para que se olviden de que ya debemos tres recibos de la hipoteca. Hasta que una voz fantasmagórica, nos llama por teléfono para decirnos, que o pagamos, o nos echan de nuestra casa, una casa que llevamos pagando trece años o más, y  que nuestro caso, ha pasado a los servicios jurídicos del banco, para que nos desahucien.
Entonces nos apercibimos, que los fantasmas no mueren nunca, que seguirán habitando en lugares oscuros, porque a ellos no les hace falta vernos las caras, ni siquiera saber si trabajamos o no. Ni siquiera quieren saber si estamos enfermos nosotros o alguna persona de nuestra familia, ¿porqué deberían saberlo si son fantasmas?. Ellos no sienten ni padecen, solo quieren hacer más llevaderas sus cadenas.
No amigos míos, ni mueren ni morirán jamás, porque se alimentan de los miedos de la gente, de sus desgracias, del infortunio, que hizo que un día, nos decidiéramos a llevar una vida mejor, más confortable.
Sin que los veamos, ríen en silencio, vagan por todas partes, con impunidad, ¿quién va a echar mano a un fantasma?, ¿cómo lo puedes agarrar?. Pasan a través nuestro, atraviesan las paredes, saltan de los rascacielos sin miedo alguno  -Soy un fantasma ¿quién me puede?. Sabed pues, que sin saberlo, ellos nos vigilan a nosotros y no nosotros a ellos. Manejan los hilos del poder y así, de la ciencia, de la enseñanza, de la salud, de la cultura, de todo lo que nos podamos imaginar y más.
Espectros infrahumanos, que siegan la vida de quien les apetece, porque todo es suyo. Porque los fantasmas no mueren nunca, existen desde siempre y para siempre, son invencibles.


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