sábado, 4 de mayo de 2013



                                           VINO NUEVO.



Emborracharse una noche, resaca al día siguiente. Eso es lo que se saca de los excesos de beber, mezclar bebidas y probarlo todo, vino con naranjada, o cualquier otra mezcla que tenga como base el vino. Al principio es bueno, sobre todo si estás en compañía de amigos que siguen el mismo juego, ni siquiera te das cuenta, que este precioso líquido, va entrando en tú cuerpo –en el torrente sanguíneo-, que va minando la capacidad de moverse con soltura.
Luego, dependiendo de la capacidad de cada cual, el vino comienza su veloz carrera por el interior del cuerpo, lo colapsa, el alcohol que lleva incorporado, hace que el vino sea el responsable casi siempre de sucesos, sucesos que atentan contra nuestra propia vida y la de los demás.
Pero eso no importa, ni aun en el caso, de que alguien acabe bajo las ruedas de nuestro automóvil. Que alguien que espera el autobús sea arrollado, nada importa, somos insensibles a las consecuencias, se sabe de gente, que cuando han atropellado a alguien, sea quien sea, se han quedado dentro del coche desternillándose de la risa.
¡Con lo bueno y hermoso que es recibir a los amigos con un buen vino!, paladeando su sabor, apreciando el aroma que desprende servido en una copa adecuada… viendo cómo lagrimea alrededor del recipiente, a la vez que dejamos que pequeños sorbos, enriquezcan la carne que estamos consumiendo.
Lástima que hoy día, los jóvenes vean en el vino, un mero líquido para embotar sus sentidos. Se flagelan bebiendo y bebiendo sin parar, hasta que su mismo cuerpo les dice basta, hasta que el corazón está latiendo a tope, al límite del coma etílico.
¡Qué poca sabiduría la de estos futuros médicos y abogados, que creen que deben a la fuerza pasar por este bautismo de alcohol, si quieren ser aceptados por los demás!. Gran error este, que muchas veces, no deja de ser una mera anécdota cuando son mayores, cuando ya ejercen en sus oficios. Pero la pena es, que otros muchos que han entrado en esta costumbre que debiera ser sana, porque el vino es sano, hasta curativo en determinada medida, quedan marcados por los efectos del vino de por vida.
El vino no es nuevo en la historia, ya en  tiempos bíblicos, casi al principio de la historia humana, el vino trajo consigo problemas a patriarcas renombrados. En el primer libro de la biblia, Génesis, se dan referencias, de un caso en concreto.
Después del diluvio que inundó la Tierra, Cam uno de los hijos de Noé, se rió de él porque estaba borracho y vio su desnudez, su padre Noé, condena al hijo de Cam Canaán, en cambio muestra doble favor a la descendencia de Sem y Jafét. Así se llevaban las cosas entonces, sin duda que Cam se arrepintió de su acción, pero el mal ya estaba hecho. Desde entonces, el vino ha tenido un papel importante en la historia, ha sido para muchos un precioso líquido que les ha traído alegría al corazón, pero sin embargo a otros, les causa desafuero, y los lleva inconscientemente hasta el asesinato.
Aquí se ha tomado como referencia el vino, pero a partir del alcohol metílico, se han ideado nuevas bebidas, nuevas formas de tratar este alcohol, hasta el punto de que se subasten en las galerías de subastas, millones por una botella de vino. Así de importante es. Ahora pues, la pelota está en el tejado de padres y educadores, para que no se trate este preciado líquido de cualquier manera.
Las consecuencias son dramáticas por el mal uso del vino, sea este, viejo o nuevo, sean bebidas alcohólicas del tipo que sean, que pueden tener efectos devastadores en la gente, o efectos beneficiosos.


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