NUNCA
SOLAS.
¡Cuántos capítulos importantes
ocupáis en mi vida!, por la felicidad que me procuráis cada vez que os veo, por
ese cariño cálido y seguro, que desprendéis cuando estáis a mi lado, por la
suave calidez de vuestra cercanía.
Estoy cargado de recuerdos,
recuerdos muchos de ellos amargos, que me ayudáis a sustituir con vuestra presencia.
Se me olvida todo cuando juntas, os veo pasar por la puerta de casa. Entonces
comienzan a fluir aguas limpias, os veo transparentes porque representáis todo
lo que siempre he deseado en una pareja.
Doy gracias a los cielos, porque
vuestras madres os parieron como sois, ejemplos de nobleza, de sinceridad,
columnas del templo que sostiene nuestra familia.
No son palabras vacías las que os
escribo, con la pluma del alma os digo todo esto, con la tinta de la sangre que
corre por mis venas lo certifico. Sois envidiables hijas mías, ¡cuántos hijos
quisieran tener la armonía y la equidad vuestra!, cuántos quisieran tener como
vosotras, a alguien a quién poder ayudar, como vosotras estáis haciendo conmigo.
Mi mente no cesa de pensar en
vosotras, en vuestras inquietudes y metas, y me he conjurado, para que jamás
paséis apuro alguno, mientras esté vivo. Del mundo ya lo he tomado todo, ahora
os toca a vosotras, que nunca vais solas, me sale del alma consideraros a las
dos hijas mías, ¡a tantos hijos he dejado ya en el camino de la vida…!, que me
moriría físicamente si me faltarais.
Sois dos titanes, que siempre
juntas, cabecean en medio de este océano de incertidumbres. Siempre con rumbos
concretos, abrazadas la una a la otra cuando frio, abanicándoos una a la otra
cuando el calor se hace insoportable.
Todos los recuerdos que tengo de
vosotras son inmensamente felices, llenos de gloria y triunfos, cargados de
sosiego y paz. ¿Qué haría sin vosotras dos?, morir, porque sois, una parte
importantísima de mi vida.
Pero ante todo y sobre todo,
siempre juntas, las penurias se comparten mejor cuando dos seres amados, están
juntos, y cuando parece que estás dentro de un túnel, del que parece no haber
salida, siempre hay un punto de luz al final, entonces, juntas podéis gozar
plenamente, de la satisfacción del trabajo bien hecho.
Nosotros por nuestra parte,
estamos aquí para deciros que, estando juntas, podéis cambiar el rumbo de la
Tierra, mecer en vuestros brazos el Himalaya, abrazar todos los océanos del
mundo. Solo es cuestión de desearlo, nosotros os ayudaremos donde vosotras no
podáis llegar, pero eso sí, permaneced juntas.
Tenéis las cualidades propias de reyes,
de reyes buenos y compasivos, de reyes que velan por sus súbditos, y que dan a
placer de sus cualidades, para que todos sean felices. Nosotros teniéndoos
cerca somos los padres más felices de la Tierra.
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