UN ROSAL QUE NUNCA
MUERE.
Los entendidos en jardinería,
dicen que un rosal bien cuidado no tiene porqué morir. Así mismo lo creo yo,
hacen falta algunos cuidados especiales, esenciales si quieres que produzcan
esta magnífica flor, que a pesar de tener espinas, es una de las más hermosas y
representativas del amor, en todo el mundo.
Las espinas, las defienden de
aquellos, que quieren acceder a ellas despreciando su belleza. Es su mimo
tronco el que también se protege, para evitar que nadie lo dañe.
Es así y no de otro modo, como se
plantea su supervivencia. Vosotros sabéis de eso, tenéis que haber pasado por
mil y una dificultad, por problemas y hasta si me apuras por angustias, para
poder conservar ese núcleo familiar que es envidiado por tantos.
Al final, la familia rezuma
encanto, deliciosos olores, que acompañan el crecimiento de vuestros hijos, bucólica
estampa de inigualable belleza, que debe reflejarse en la generación futura.
Para que esto se pueda llevar a
cabo, hace falta valor, intransigencia, tolerancia, y sobre todo… mucho cariño,
padres con hijos, hijos con sus brotes, todos a una se benefician del
resultado, solo porque están juntos, porque miran al mismo norte.
Para la base de esas ramas que
luego producen la rosa, esto tiene un coste importante, sacrificios, y a menudo
lágrimas, que se esconden dentro de la savia, que nadie es capaz de ver, porque
discurren dentro del corazón de los padres. No regateáis esfuerzos, en dar lo
mejor de vosotros, si hiciera falta dar la vida, sacrificar algún tocón que
otro, con tal de que se siga manteniendo el arraigo dentro de la familia.
¡Sois ejemplo de tantas cosas…!,
que al llegar la primavera, el rosal no puede menos que producir exquisitas
flores, llenas de gracia, color y aroma. Entonces, cuando esto ocurre, todos
mirando el rosal, os dais cuenta, de que el afán con que se ha trabajado no es
en vano.
Aun así, queda mucho por hacer,
regar la planta, abonarla, remover la tierra a su alrededor, todo esto exige un
esfuerzo constante. Ahora que ya tenéis el tesoro deseado, no hay que
abandonarlo, trabajo…?, todavía queda mucho, éxitos también, y es posible que
algún que otro fracaso. Somos humanos, eso significa que no somos perfectos.
Seguiremos equivocándonos en
decisiones que tomemos, pero en pro de mantener el rosal vivo, cualquier
esfuerzo es poco. Tenéis de vuestra parte, el amor que os profesáis, y esto
querida familia, es como vivir en una fortaleza inexpugnable. Seguid rodeándoos
del caiño, como todos pretendemos hacer, y ese rosal, nunca morirá.
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