CIEGOS
Con
todos mis respetos hacia los ciegos, lo cierto es que en comparación con los
ciegos literales, hay mucha gente, yo me cuento entre ellos, que no queremos ver
determinadas circunstancias que nos rodean y de las que formamos parte activa.
De la vida, si, digo bien, de vida, por diferentes motivos que a menudo tememos
examinar de nuestro propio carácter, de los motivos que tenemos para seguir
vivos, de intereses creados que no nos exigimos cambiar por conveniencias, creo
que todos estamos un poco ciegos por intereses poco claros para los demás. Por
supuesto que no nos interesa que los demás vean que estamos ciegos en este sentido, pero esa clase de ceguera se
contradice con nuestra propia imagen, una que debería reflejarse sea cual fuere
la circunstancia.
Muchos
dicen que eso es imposible, que sería insostenible una situación psíquica de esa
categoría, no es así, no se puede presumir de libertad, de coraje, de criterios
propios si se sigue ciego. Filtramos la aguja y engullimos el camello, y eso es
imposible, insostenible, alguna vez tendremos que sufrir la vergüenza de que
nos descubran, o nos descubramos nosotros mismos, por lo que digamos o hagamos.
Para
eso… la verdad es que prefiero estar ciego literalmente, aunque en el fondo de
mi corazón, no lo desee.
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