miércoles, 3 de febrero de 2016

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE FILIBERTO

                                            LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE FILIBERTO

¿No habéis tenido nunca a nadie llamado Filiberto de vecino? Yo tampoco, pero si lo hubiera tenido y fuera un buen vecino, seguro que lo apreciaría mucho. Con eso quiero significar, que no importa cómo se llame una persona, con tal que tenga cualidades que le asistan para poder vivir con otros seres humanos. ¿Qué importancia tiene llamarse Pedro o Lucas? Ninguna, pero adquieren relevancia cuando son personas de las que todo el mundo huye, puede que por motivo de que sean borrachos y vayan metiéndose con todo el mundo. Otros pueden ser camellos que se dedican a distribuir droga y de paso a consumirla.
Hace algunos meses, una persona allegada a mí me decía que si su hijo no se dedicara a vender marihuana se moriría de hambre, no conocía otro camino para poder tener ingresos, él y su familia. Le contesté metido en la conversación, que ya puestos por qué no se dedicaba a vender heroína o pastillas de esas que te hacen volar por los aires mezcladas con alcoholes. ¡Ha eso no, esto está perseguido por la ley, te pueden caer unas penas de cárcel que te cagas patas abajo!
Entonces, le dije yo, que busque el modo de trabajar en un oficio aunque cobre poco al principio y se hará un hombre de bien, tendrá un buen nombre. Cuando di esta opinión de los logros que podría llegar a obtener, tanto él como su madre arrugaron el morro, quisieron convencerme de que todo el mundo fumaba porros, hasta la policía. Ellos son los primeros que se fuman la droga que requisan a los pequeños traficantes. ¡Que contradicción…! Mi padre siempre me enseñó a ser honrado en mi trabajo y mis tratos.   Aunque te tachen de tonto, tú siempre enséñales a todos lo que es una persona de bien, se llame como se llame.
No tenía un nombre popular, su nombre era Camilo, pero cuidado con Camilo cuando era el caso de defender a sus amigos, enseñar a  su familia o apoyar a su esposa en todo aquello que era razonable para que la familia fuera a mejor. Cuando falleció, la sala del tanatorio donde estuvo unas horas antes de su entierro, estaba a rebosar, familia, amigos, personas que solo lo conocían por referencias, vinieron a despedirse de él. Es un claro ejemplo de que te llames como te llames, lo importante es lo que haces en la vida, quién eres y cuales han sido tus objetivos en a vida.


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