QUE PUEDES HACER SI ELLA TE
FALTA
Lo
piensas, meditas sobre el asunto, y todo sigue sin cuadrarte, por el momento. Es con el paso del tiempo que
comienzas a padecer, que cuando entras en tu casa no sabes que hacer. Se te
ocurre una idea, cambiar el emplazamiento de los muebles, tratas de darle un
aire nuevo a tu hogar, pintas las paredes de colores completamente diferentes.
Llega
la noche, quieres sentir lo mismo que cuando ella estaba junto a ti, no
consigues entrar en calor, no es que a la cama le falte una manta, te envuelves
entre las sábanas y mantas tratando de encontrar lo que no vas a encontrar, su
presencia. Comes mal, y es frecuente que incluso en el trabajo, después de
determinado tiempo, te llamen la atención sobre tu rendimiento. No puedes
escudarte en el hecho de que se te ha muerto tú socia, la mitad de tú vida, no
lo van a entender.
Además
de todo eso, en una de las visitas que tus parientes te hacen, con la mejor
voluntad, te hacen saber que a ella no le hubiera gustado nada como has dejado
la casa, lo hacen con tacto pero te lo dicen con la boca pequeña. Hay espacios
en la casa, lugares por los que no te gustan que salten los niños, que pisen,
te escandalizas cuando ves que arrancan rosas de los grandes mazos que ella
cuidaba con tanto esmero. Toma mamá
para ti, te regalo estas flores ¿te gustan?
Mucho cariño, cuando lleguemos a casa, las pondremos en un jarrón con
media aspirina para que duren más.
Estás
con ellos ese día, incluso vais a comer a un restaurante, es un chiringuito al
que los dos solíais ir juntos. Te niegas en redondo, sabes de otros locales en
la zona en los que se come bien y son igual de tranquilos, no quieres
enfrentarte a la pregunta de cómo está tú mujer, de eso nada. Todos se miran
extrañados pero ceden, no quieren contrariarte, tú cuñado sabe cómo te sientes,
por lo menos se lo imagina. Cuñado se ve en el rostro que no eres como
antes, cuando Aurora estaba viva, quiero que sepas que lo siento mucho, si a mí
me sucediera algo así, es probable que enloqueciera. Si en algo te puedo ayudar
no tienes más que hacérmelo saber ¿de acuerdo…?
Asientes
con la cabeza y se van cada cual a su casa. En cuanto cierras la puerta te vas
a la mesita de rinconera de caña que comprasteis cuando estuvisteis de viaje de
bodas en indonesia, allí, en un marco discreto de plata, está el retrato de
bodas que otro turista os hizo en la playa, junto a una palmera nacida de la
arena de playa. Descansa sobre un tapete de ganchillo que ella misma hizo para
tal fin, lo mueves con cuidado y lo dejas exactamente en el mismo lugar, es
algo parecido a una mueca que alguien hace de forma automática. Necesitas
hacerlo, no volverá a ti, tú sabes que no sirve de nada, en cambio, tampoco
necesitas pestañear tan frecuentemente como lo vienes a haciendo desde que no
está contigo, y sin embargo, no consigues evitarlo.
Algún
que otro amigo con la mejor voluntad, te
presenta a mujeres que parecen haber perdido lo mismo que tú, no estás
por la labor, solo hace dos años que sufriste este golpe casi mortal, por
inesperado y en el hospital, a punto de dar a luz a vuestro primer hijo Marcos,
todo iba bien hasta que casi en un instante que se ha borrado de tú memoria,
médico y comadrona te comunicaron que no habían podido hacer nada, ni por la
madre, ni en consecuencia, por el hijo que llevaba en sus entrañas.
La
mente y el corazón están ahora ocupados en este vacío, todavía demasiado
cercano, aún demasiado pesaroso como para pensar en otras cosas o personas. El
tiempo pondrá las cosas en orden, ahora es tiempo de languidecer un poco más.
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