DEL INFIERNO AL PARAÍSO

                                                      DEL PARAISO AL INFIERNO

Nadie duda de la existencia de estos lugares, ha menudo se comparan con maneras de vivir, otras se resumen a meras costumbres arraigadas en las personas que no hacen más que inspirarles determinadas sensaciones placenteras, me refiero al paraíso naturalmente. En cuanto al infierno, cada cual lo encuentra en su momento oportuno o de forma insospechada. La muerte acaba con todos los sufrimientos que uno pueda estar pasando, o hasta que se haya procurado de manera indirecta, vidas azarosas que se han determinado en seguir determinado derrotero malo, que han terminado con las propias limitaciones del cuerpo, y termina matándolos.
Sea cual sea el resultado de la existencia de cada cual, sería conveniente vigilar porqué caminos anda mientras se es joven y ponderar hasta que punto puede exponerse para seguir gozando de buena salud en todos los sentidos posibles. Se sabe de personas que han mal interpretado este argumento y cuando se han querido dar cuenta se han visto abocados a la desesperación y al desafuero.
Hay una forma que clasifica a los que de forma general terminan mal, los divorciados. Es hasta cierto punto normal que llegue el divorcio por muy diferentes razones difíciles de concretar ahora pero que es de todos conocida, de los que lo han sufrido claro está. Casi nadie está de acuerdo en cargar con la culpa de estas dolorosas separaciones, uno y otro argumenta con la misma razón de su parte, que no soportaban los celos que les producían el que su pareja, su esposa, se acercara con su singular simpatía a personas del sexo opuesto, no lo aguantó más y por eso se separaron. En cuanto a la mujer el caso puede ser el mismo, demasiado posesiva, siempre preguntando donde estaba su conyuge a determinadas horas que no le cogía el móvil.
Los hijos frutos del matrimonio si los hay, toman buena nota de todo y en consecuencia establecen sus propios parámetros de conducta, no se casan y terminan deambulando por la vida sin paraísos a la vista, o disfrutan de un infierno en vida, que los lleva inequívocamente, a un comportamiento de locura colectiva junto con otros como ellos. Las drogas son un elemento clave para que vayan de acá para allá sin rumbo, otros la promiscuidad, temen caer en las garras de algún desaprensivo o desaprensiva por lo que puedan poseer, si lo tienen, se vuelven egoistas y hacen sufrir a otros u otras sin ningún motivo concreto. Y es que los hijos son esponjas que lo absorven todo, lo bueno que ven reflejado en sus mayores y lo malo que no desearían ver pero que viven en primera persona.
De forma que vistas estas diferentes perspectivas del paraíso y del infierno, en el que se puede estar viviendo durante muchos años, hasta que la muerte te acecha y te mata, cobran vida de una forma que llega a desesperar a las personas, las transforma y las hace malas, no les importa matar si con ello tienen que vivir ellas. Un sabio alemán existencialista dijo en una ocasión "La vida no es más que una vía que nos conduce adonde ella quiere, quién quiera tomar diferente camino para llegar a su destino, no tiene más que bajarse del tren en la próxima estación" Así es como a veces tomamos malas decisiones, nos dejamos llevar por sentimientos que se perdieron un día, y que después de muchos años, no se pueden recobrar. La razón te la da la propia existencia, vidas que no han sido para nada paralelas, que han tenido objetivos diferentes, que han obtenido diferentes logros o han fracasado en sus intentos por sobrevivir.
Si se acuerdan de ti cuando están en un apuro del tipo que sea, por lo menos tómate tu tiempo para parar a pensar porqué se han acordado de ti, que les ha llevado a buscarte de nuevo, que te ofrecen, que estás dispuesto a dar a cambio de lo que quiera que sea que te propongan. Es más que posible que te veas envuelto en un infierno del que no puedas salir a tiempo.

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