LO QUE RESTA POR HACER
Me gustaría..., es solo una pretensión, que los próximos meses las cosas me fueran algo mejor de lo que me han ido hasta ahora. Hablaré con los vientos y les diré cuales han sido mis ambiciones, mis deseos, les preguntaré si he sido demasiado pretencioso, si he abusado de la vida y con ello, he arrastrado a otros en mis desgracias.
Pienso frecuentemente en mi desnudez y en las de las mujeres que me han acompañado, y creo que en el fondo, estas experiencias me han ayudado a madurar. Algunos conocidos, mujeres con las que he compartido buena parte de mi vida, amigos de la infancia, dicen de mí, posiblemente con razón, que no soy un simple conformista, que soy un bohemio incorregible, y por lo tanto, lo que me pasa es solo culpa mía.
Acepto estas observaciones en lo que valen, la mayoría de ellos son personas estáticas, más que estáticas estables, que se conforman a vivir del modo más pasivo posible. Me restan por hacer muchas cosas, y todas ellas, creo que serán cosas buenas, no me importa que los demás me acusen de ser lo que quiera que sea. Como mi abuelo decía en lugar de discutir o defenderse... "Para ti la perra gorda", la perra gorda era una moneda que se usaba hace ya muchos años atrás. Me queda por hacer, y eso sí que lo considero importante, pedir perdón o en su defecto disculpas, a aquellos que se han visto afectados por mi buena voluntad de hacerlos más felices, de contribuir a que sean un poco más dignos, o para ayudarles a ser más juiciosos.
Curiosamente pienso que, a pesar de tener esos deseos, me ha faltado tacto, diplomácia o franqueza a la hora de hacer lo que he pretendido, con amigos y familia. No somos perfectos, y no creo que nadie esté autorizado a criticar las decisiones que haya podido tomar, considerando ellos, que son buenas o malas.
He querido a mis mujeres como lo más grande del mundo, las he conquistado, me he dado a ellas y lo saben, he pasado por alto algunos consejos que legalistas y juristas me han hecho, todo lo hago por el bien de ellas, aunque dentro de los límites de la razón claro está. Hay quién pide el cielo y no se lo puedo dar, no soy dueño de él. Estoy en el tiempo, hay muchas cosas que todavía aspiro a hacer, y que todavía podemos hacer juntos, no sé cuando ni como, pero es posible que con el paso del tiempo, pueda llevar a cabo mi deseo. Con quién, no lo sé, no soy adivino, cuando tampoco, no soy profeta, bajo que circunstancias, tampoco, eso es imposible saberlo, estas cambian a medida que pasa cada minuto de la vida.
Hablo de restar porque el tiempo se agota, es rápido como el viento, y cada momento que transcurre en la vida está lleno de suspiros y desazones, también de alegrías, que son las que realmente trato de valorar. Me queda tanto por hacer... y tan poco tiempo...
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