domingo, 31 de mayo de 2015
LO AUTÉNTICO ES LO MEJOR
LO AUTÉNTICO ES SIEMPRE LO MEJOR
Bueno, eso depende de como se miren las cosas. Para mí lo auténtico siempre ha sido lo último que he hecho, el último acontecimiento de mi vida, lo último en lo que he participado, la última sensación que he sentido. ¿Qué es lo auténtico? es complicado decidir que es, conforme pasan los años, lo auténtico, es decir las primeras sensaciones que uno tuvo en si día, se desvanecen, se acartonan y con un poco de suerte quedan plasmadas en unas cuantas fotografías que te recuerdan aquellos tiempos pasados.
Lo auténtico es lo último, lo más vital, lo que te hace sentir vivo a pesar de que uno ya no está en la misma forma que cuando era unos años más joven. Eso siempre es así, porque por otra parte, del otro lado, la otra persona, si es de personas de lo que hablamos, siente lo mismo, se busca la vida del modo que escoge. Sus autenticidades se resumen, a lo que siente en esos instantes, con mayor o menor rencor hacia la otra persona, pero eso pasa deprisa, y ahora, ya no le importa nada de lo sucedido en el pasado. Sé de personas que han cambiado el chip de su vida de tal modo, que se han vuelto casi infanticidas del sexo, si antes estuvieron casadas y se cansaron de esa relación que llegó a aburrirlas, ahora tienen a chicos jóvenes a quienes no les amarga un dulce, una señora que les dobla la edad y un poco más, y sin embargo pasan buenos ratos con ella.
No hay nada censurable en ello, solo que... si esperean encontrar en estos jóvenes, sustitutos a lo que antes tenían, andan muy desencaminadas. Lo auténtico, lo original, siempre es insustituible, queda anclado en la memoria de forma que incluso en algunos casos, no están en espíritu con los sustitutos, están con los originales, con la persona que les descubrió el cariño, y que estuvo a su lado en los momentos difíciles. Tanto es así, que en circunstancias de desesperación, acuden a ellos de una forma directa o indirecta, usando a terceras personas, para establecer contacto con ellas y ver como son ahora, después de muchos años.
Se encuentran con la desagradable sorpresa de desconocer a aquella persona, se perdió durante tanto tiempo el roce, el contacto, que ahora no sienten nada por ellos, si acaso, simple simpatía, nada más. Todo lo que quieran aparentar fuera de este contexto, es mero cuento. ¡Si supieras cuanto te hemos estado hechando de menos...! palabras que deberían estar acompañadas de hechos concretos, de acciones que demostraran el deseo de reencontrase de veras con esta persona, de nuevo establecer vínculos de cariño y no simplemente compañerismo. No apuesto nada por esas relaciones, no vale la pena, es una pérdida de tiempo.
Hubo un tiempo, pero ya pasó, se difuminó, ¿por culpa de qué o quién? eso no lo quiere asumir nadie, por lo menos, nadie quiere hacerse responsable de los errores. Lo cierto es que te fuiste tú de casa, te dicen y con eso se supone, que los abandonaste a su suerte. Cuanta crueldad pueden encerrar esas afirmaciones tan poco concretas, muy ha menudo son fruto de la impotencia de su propio carácter. Se hacen guiar por los que les dan el empujoncito para que salten al abismo que deshace la forma de vida que hasta ahora llevaban.
Esto es lo auténtico, y aunque en los tribunales los jueces no te den la razón, por que se les miente, presentan testimonios falsos que nada tienen que ver con esos asuntos porque no han convivido con ellos, no han vivído el día a día con el ene familiar, ni han escuchado sus opiniones a puerta cerrada cuando ambos estabn solos, lo transforman todo en una serie de opiniones infundadas que lo convierten a uno en el malo de la película.
Pero de algún modo, puede que por mi condición de amante desmesurado, lo auténtico es lo que yo siento ahora, sin pasión alguna por personas del sexo opuesto, ni por el mío propio, ya no tiene uno el cuerpo para esos trotes ni ensayos.
Ha amanecido un precioso día de primavera, los pajarillos han llegado puntuales a mi balcón a comer migas de pan que les puse ayer por la noche, me vieron hacerlo como cada día, también les pongo agua, viven a cuerpo de rey por lo que a mí se referiere. Después de salir volando, no sé adonde irán a parar, quizás a sus nidos donde les esperan unos picos abiertos esperando que les caiga algo de alimento. Esta es mi realidad ahora, alguna que otra vez, algún jilguero rezagado se posa en mi mano y me pide en silencio comida, ¡como vivo este momento...! este auténtico regalo del cielo.
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