domingo, 17 de mayo de 2015
NO QUIERO NADA
LOS TENÍA
O eso creía yo, que los tenía, pero no, tener no es lo mismo que desear tener. Ha menudo crees que has logrado tener aquello que con todas tus fuerzas crees que vas a lograr, y luego resulta que tu mismo vomitas tus deseos. ¡Es muy malo tener esa sensación...!
Desde determinada edad, ya desconfío, no quiero tener nada, nada de nada. Ser dueño de algo salvo de tu propia vida es un poco pretencioso, hasta en algunos casos inmoral, porque es posible, que lo que quieres o lo que deseas sea demasiado grande para uno. Con grande quiero significar que no lo puedes abarcar, que está fuera de tu alcance, es algo parecido a cuando uno quiere tener un coche de esos de súper lujo, ¡que pasada, es de locura, tengo pasta, me lo compro!
Resulta que al poco de conducirlo te arrepientes, te das cuenta de que la has cagado con todas las letras. Quema mucha gasolina, tiene un mantenimiento imposible, no encuentras mecánicos que lo reparen donde vives... En el trato con las personas puede resultar lo mismo, uno puede desear tener aquello que quizás en un tiempo perdió, te buscan y te encuentran, te prometen entre comillas que la vida va a cambiar, que todo va a ser lo mismo que al principio.
Caen en tus manos unas notas, que dejan ver, que a la persona a quién deseas recobrar ha mantenido relaciones con ve a saber tu cuantas personas. Oye que yo era libre, y con mi vida he hecho lo que he querido, nadie me puede reprochar nada. Es verdad, en eso lleva toda la razón salvo en un asunto, que una de las personas con las que tuvo relaciones sexuales, es un joven a quién ha visto nacer, que ha ayudado a criar como quién dice.
¿Cómo vas a querer de nuevo a alguien así? ¿Cómo se puede atrever a prometer cosas respecto a vuestra relación después de ver de lo que es capaz? El sexo es un arma poderosa que a veces actuúa como gancho para la mera satisfacción personal, otras, es para obtener algo a cambio, no solo placer, hay muchas cosas que uno puede obtener mediante el sexo, en este asunto las mujeres tienen todas las armas cargadas a todas horas.
No quiero nada de nadie, solo camino por la vida, procurando que nadie entorpezca lo mal que camino, para que no me haga caer.
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