sábado, 23 de mayo de 2015
SIEMPRE ALUCINANDO
SIEMPRE ALUCINANDO
Al principio pensé que era fruto de mi imaginación, después me di cuenta de que no era así. Salía de una discoteca y de pronto veo a dos chimpancés bailando como posesos, saltando en pelotas, y al lado, dos chavalas que se partían el culo de risa viéndolos actuar de aquel modo. Me acerqué al coche, tres o cuatro más, en una esquina del parking, aguantaban por debajo de los hombros a una chica que estaba potando la papilla de cuando nació, mira, se me dio que aquello no era demasiado normal. El caso es que no soy mucho de salir de cachondeo, ir con los amigos sí, me mola porque entre todos... que si uno cuenta un chiste, el otro discute con otro por el fútbol, vamos dándole a las birras o a un cubata, y oye, te lo pasas de puta madre.
Tengo comprobado por esta y varias otras veces que he ido de discoteca, que las cosas se te pueden complicar y mucho. El día del que os hablaba al principio, camino del coche, meto la llave en la cerradura y me encuentro a una tía con la faldita enrrollada en la cintura y la bragas ve tú a saber donde estaban. ¡Me cago en todo que susto me di...! alguien, porque no supe quién había sido el protagonista del desaguisado de todo aquello, o los protagonistas, quién sabe. Habían abierto la puerta trasera lateral del coche y se ve que se lo habían montado con aquella pobre chica, que por cierto estaba alucinando, y diciendo cosas sin sentido. ¿Que haces en una situación como esa... he, dime?
Pues yo hice lo que creía que debía hacer, le puse las piernas dentro del coche y salí de allí, no pensé ni por un solo instante que nadie la estuviera esperando en el lugar donde la encontré. Paré unos kilómetros más arriba, al final de una cuesta daba paso a la carretera general. En una gasolinera pedí un par de Coca Cola y le acerqué a ella una lata, me dio las gracias y se bebió la mitad de un solo trago. Te irá bien, la glucosa dependiendo de lo que hayas bebido te estabilizará. No sé que es lo que ha pasado, me dieron de beber algo que me nubló la vista casi al instante, luego sentí una especie de fuego por dentro que me volvió medio loca.
Drogas amiga mía, drogas de diseño que sirven precisamente para eso, para anular la voluntad de las personas. Si eso debió ser porque lo cierto es que al principio, cuando alguien me tomó en brazos no me supe quejar, luego me metieron en un coche y ya está, no me acuerdo de nada más. Pues se aprovecharon de ti en mi coche... ya ves, no sé como lo hicieron para poder abrirlo, no es fácil abrir este coche. Hijos de mala madre, no entiendo como mis tres amigas no se enteraron del asunto, estábamos juntas las cuatro. La semana que viene me caso, como ellas no pueden venir a la fiesta de despedida de soltera, se me ocurrió invitarlas a la discoteca, ya sabes, amigas de toda la vida, del instituto, ellas me presentaron a quién va a ser mi marido.
No te preocupes más por este asunto, ya no se puede hacer nada. Salvo que alguno de estos hijos de puta me haya dejado embarazada, sería jodido ¿no crees? No pasa nada, no te inquietes por lo que todavía no sabes de cierto. ¿Estás lejos de tu casa? te lo digo por si quieres pasar la noche en la mía, vivo bastante cerca de aquí, además te garantizo que en mi casa estarás segura. La chica mira a través del retrovisor del coche, está indecisa y no le falta razón, además va sin bragas y eso la inquieta, sabe que él la ha descubierto así y se averguenza en la sombra del asiento de atrás del coche. ¿Donde está tu casa? Muy cerca, al lado de estos viñedos por los que ahora estamos pasando, en el primer camino a la derecha, nada, a quinientos metros escasos, cuando vas en compañía el camino se hace corto ¿no te parece? Sí, eso es cierto.
Entran por el camino de grava, que los lleva por una pista solitaria flanquedada por altos cipreses, hasta una gran casa, donde apenas se ven tres luces encendidas en diferentes plantas, la casa es de piedra toda ella, la madera preside partes vistas del porche que es la entrada principal. ¿Esta casa es tuya? Sí la heredé de mi padre, mi madre aun vive pero la pobre está durmiendo desde hace ya horas, pero no quiere que la criada apague todas las luces, ¡vaya desperdicio de electricidad! bueno tu entra y te enseño donde puedes ducharte y cambiarte de ropa, seguro que te vendrá algo de la ropa de mi hermana, no vive aquí está residiendo en Francia, conoció a un corso y desde hace dos años viven juntos allí, ella se dedica a lo mismo que nosotros aquí, ya la conocerás.
La habitación a la que fue conducida por Hernando era preciosa, Ariadna no cabía en sí de asombro, solo la habitación debía de haber costado millones, los suelos de madera de roble, los muebles antiguos de caoba, el baño con una bañera de acero fundido en mitad de la habitación de la estancia destinada a estos usos. Todo era perfecto, parecía salido de un cuento, Ariadna con tan solo diecinueve años no podía imaginar que aquello lo pudiera disfrutar ella, todo aquello lo había visto de vez en cuando en revistas de decoración, nada más. Hernando llamó a la puerta de la estancia y preguntó si podía pasar. Adelante... Quería decirte que en este mueble encontrarás ropa interior nueva, mi hermana es muy mirada para sus cosas pero lo que uses será para ti, no te apures y escoge lo que más te guste. En este otro armario encontrarás pantalones, faldas, trajes sastre, y en esta otra parte de cristal corriendo la puerta están los zapatos, espero que algunos te vayan bien, le miró los pies, sí, sin duda encontrarás de tu medida.
El cambio de trato en el que hayó inmersa, la descolocó, lo miró con ojos de asombro. Hernando, todo esto... ¿porqué? ¿Porqué no? esta casa está muy sola, nadie usa nada salvo la nana, que de vez en cuando, se lleva cosas a su casa para vestir a sus hijos. Tu no eres menos merecedora de usar estas cosas, no son más que eso, cosas que fuera de su contexto, no tienen ningún valor concreto. Eres una buena persona Hernando. No piensan lo mismo mis competidores, en los negocios soy como un león, lo hizo levantando los brazos y haciendo el gesto de un felino atacando con las manos abiertas.
Poco más se sabe de la vida que terminaron llevando el uno y el otro, salvo que los dos quedaron como dos buenos amigos, Hernando siempre ayudándola a pesar de que declinó el casarse con el novio que trajo no poco revuelo. Ariadna siempre que puede, se escapa a la finca previo aviso, a veces está de viaje pero va de todos modos, lo pasa bien con la madre de Hernando doña Julia. La mayor parte de las ocasiones, cuando Hernando llega a su casa de nuevo, la encuentra atendiendo a su madre, ha logrado hacerla reir, algo que desde la muerte de su padre, nadie ha logrado hacer, ni siquiera la nana.
-------------------
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario