lunes, 9 de mayo de 2016

EN MI PAÍS SE VE

                                                            EN MÍ PAÍS SE VE

Que la gente está hasta las narices de que les tomen el pelo. Donde vivo se ve claramente, estamos hartos de que nos tomen el pelo, que prometan esto y aquello para luego hacer lo que les viene en gana sin mirar a aquellos a quién tiene algo que decir. ¡Para eso que cada cual calle la boca, y lleve a cabo sus proyectos, sin mirar hacia la gente de la calle…! Es lo justo, digo yo; ves a los locos esos que no saben que es lo que se les viene encima y encima se ríen. No me gusta hablar de politiqueos, trae malos rollos siempre, pero es que ahora, en los días que faltan para llevar a cabo nuevas elecciones, hay quién se dispararía en la cabeza, con tal de salir del entuerto en el que se han metido.
Nosotros que somos gente de bien, en general, vemos este circo y sacas la conclusión que es lógica, están los que se pelean con la fieras que hacen pasar por el aro a la fuerza… y por otro, a los que estamos comiendo palomitas pensando que las bestias no atacarán a nadie porque los leones están drogados.
En mi país hay de todo, comida abundante, anuncios por la tele que te venden lo que quieren, y eso es porque la gente compra estos productos, la gente no tiene que darse de hostias para comer un filete de primera… pero en el fondo, todo es pura ficción.
Eso es porque cuando vamos a votar a favor de unos y en contra de otros, todo hay que decirlo, lo hacemos sin ánimo de presencia, votamos porque sí. Mira, estos cabrones nos han querido tomar el pelo durante tanto tiempo, están tan corrompidos además de no dar explicaciones de lo que han hecho, que ahora voy a votar a estos otros mal que me pese, solo para joderlos. Y los que nos jodemos somos nosotros, que somos los que dejamos caer la papeleta dentro de la urna.
Sea cual sea el resultado, siempre triunfa la democracia, el pueblo llano, el populismo, los que están hartos de que les tomen el pelo. ¿Qué es lo que buscamos con esta acción? Castigar a los corruptos, darles un toque de aviso para que la próxima vez se pongan las pilas de verdad, que le den al botoncito de encendido del aparato y el conejito se ponga a funcionar.
En mi país se ve a la gente con cara de mala leche, no les gustan determinadas formas, pero no hay más solución que consentirlas. “El pueblo ha hablado…” y al pueblo le guste uno o no, se le escucha, solo eso, se le escucha, que luego, ya se verá con el paso del tiempo, en que termina este circo, si arde por los cuatro costados o no. Y si esto se ve en mi país… ¿Qué es lo que se verá en otros…? Más de lo mismo, la gente está harta de ir arrastrando las pelotas por el suelo, a los únicos que no les importa nada son aquellos que no tienen nada que perder, que viven al margen de la ley, no pagan impuestos, trabajan lo justo para que se les vea salir y entrar de sus casas y poco más.
En mi país a la gente se la ve disgustada y despistada, opinan por opinar, hablan por hablar, pero casi siempre es en el bar tomando cerveza en compañía de amigos o unos vinos, para olvidar. “Acordaos de los que llevan corbata y hablan mucho, contrastarlos con los que no la llevan y también hablan, pero con otro tono…” Eso, lo he oído comentar a los mayores de mi país miles y miles de veces, pero al final… la gente hacemos lo más fácil, ¿Qué es? Mover la indecisa muñeca para meterla por la ranura, eso es lo que en definitiva cuenta.


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