PAPEL DE ALUMINIO
Que
sí que los hay con cargos importantes, ministros y todo que cuando llega la
hora convenida, se esconden en sus despachos para meterse entre pecho y espalda,
un bocata de panceta o de chorizo picante. Unos alegan no tener tiempo para
más, sus obligaciones les reclaman y mientras comen arreglan sentencias o toman
cualquier otra clase de decisiones. ¡Estilo americano donde cada vez más, se
observa a los jefes comiendo con palillos, o sorbiendo sopas de tazones
desechables! No es que estemos en América, es el tiempo lo que compra y se
vende a una velocidad de vértigo, y nos les da vergüenza, recibir visitas importantes,
mientras consumen estas bazofias sobre esas maravillosas mesas de ébano o roble
macizo.
“Cultura
del bienestar”, le llaman a esto, y lo tienen como algo tan normal, tan
auténtico que perderían parte de su identidad si no lo hicieran así. Aquí, en
nuestro país la cosa es diferente, se usa y mucho el papel de estaño, a
determinada hora, ves salir de las fábricas y talleres a obreros con sendos
bocadillos de lo que uno pudiera imaginar, camino del bar, el lugar de reunión,
de esos veinte minutos diarios de desayuno en los que esperan hablar de su equipo
de fútbol, de política o de finanzas dela que poco o nada entienden, pero de
algo hay que hablar y esos minutos son los apropiados para hacer volar la
imaginación.
Nadie
se para a pensar que el papel de estaño es cancerígeno, que se están comiendo
con el chopped, un montón de productos venenosos, que son pura mierda para el organismo, después con el café,
quedan inmunizados contra cualquier mal que les pueda afectar. Respiramos a
gusto los sábados, cuando llevamos a la familia a un Mc Donals o un Burger, allí
te lo sirven todo en bandejas de plástico, aunque te lo hacen recoger todo a ti
y llevarlo a unos puntos limpios repartidos por el local. ¡Qué bien preparado lo
tienen todo…!
La
gente que escepcionalmente visita las cocinas de vez en cuando, se hecha las manos
a la cabeza… ¡Que pulcritud, que limpieza, aquí todo el mundo trabaja con guantes
desechables! Se quedan asombrados al ver la diligencia y la prisa, la efectividad
del trabajo de estas hordas de currantes, que trabajan por casi nada, cobrando
una mierda. ¡Claro que se usa el papel de estaño en estas superficies pero
están escondidas a público! No les conviene bajo ningún aspecto, que algún inspector
meta las narices más allá de lo que a ellos les conviene, es así de sencillo.
El
papel de estaño lo empleó en su día la NASA y desde entonces ha tenido mil y
una aplicaciones diferentes, cuando lo desecharon porque descubrieron nuevos
materiales, fue a para a los bocadillos, y nosotros, orgullosos, abrimos el
envoltorio lleno de jamón curado, para devorarlo delante de otro que lo lleva
de mortadela de aceitunas.
Pocos
saben la transformación que sufre este elemento hasta hacer que se venda en la
tienda en rollos envueltos en cartón fácil de abrir y que en nuestras cocinas
vamos dosificando, a medida que vamos necesitando su uso. Poco les cuesta a las
amas de casa echar mano de él, algunas lo usan para casi todo, desde envolver
bocadillos hasta meter en un trozo de papel de aluminio, las llaves que alguien
de la casa ha olvidado en casa, luego cogemos las más de las veces ese trozo de
papel metálico o semimetálico y lo dejamos abandonado en el hueco de algún
árbol.
Famoso
aluminio… ¿qué haríamos sin ti? Nuestra vida sería un poco más desgraciada.
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