sábado, 7 de mayo de 2016

PAPEL DE ALUMINIO

                                                       PAPEL DE ALUMINIO

Que sí que los hay con cargos importantes, ministros y todo que cuando llega la hora convenida, se esconden en sus despachos para meterse entre pecho y espalda, un bocata de panceta o de chorizo picante. Unos alegan no tener tiempo para más, sus obligaciones les reclaman y mientras comen arreglan sentencias o toman cualquier otra clase de decisiones. ¡Estilo americano donde cada vez más, se observa a los jefes comiendo con palillos, o sorbiendo sopas de tazones desechables! No es que estemos en América, es el tiempo lo que compra y se vende a una velocidad de vértigo, y nos les da vergüenza, recibir visitas importantes, mientras consumen estas bazofias sobre esas maravillosas mesas de ébano o roble macizo.
“Cultura del bienestar”, le llaman a esto, y lo tienen como algo tan normal, tan auténtico que perderían parte de su identidad si no lo hicieran así. Aquí, en nuestro país la cosa es diferente, se usa y mucho el papel de estaño, a determinada hora, ves salir de las fábricas y talleres a obreros con sendos bocadillos de lo que uno pudiera imaginar, camino del bar, el lugar de reunión, de esos veinte minutos diarios de desayuno en los que esperan hablar de su equipo de fútbol, de política o de finanzas dela que poco o nada entienden, pero de algo hay que hablar y esos minutos son los apropiados para hacer volar la imaginación.
Nadie se para a pensar que el papel de estaño es cancerígeno, que se están comiendo con el chopped, un montón de productos venenosos, que son pura  mierda para el organismo, después con el café, quedan inmunizados contra cualquier mal que les pueda afectar. Respiramos a gusto los sábados, cuando llevamos a la familia a un Mc Donals o un Burger, allí te lo sirven todo en bandejas de plástico, aunque te lo hacen recoger todo a ti y llevarlo a unos puntos limpios repartidos por el local. ¡Qué bien preparado lo tienen todo…!
La gente que escepcionalmente visita las cocinas de vez en cuando, se hecha las manos a la cabeza… ¡Que pulcritud, que limpieza, aquí todo el mundo trabaja con guantes desechables! Se quedan asombrados al ver la diligencia y la prisa, la efectividad del trabajo de estas hordas de currantes, que trabajan por casi nada, cobrando una mierda. ¡Claro que se usa el papel de estaño en estas superficies pero están escondidas a público! No les conviene bajo ningún aspecto, que algún inspector meta las narices más allá de lo que a ellos les conviene, es así de sencillo.
El papel de estaño lo empleó en su día la NASA y desde entonces ha tenido mil y una aplicaciones diferentes, cuando lo desecharon porque descubrieron nuevos materiales, fue a para a los bocadillos, y nosotros, orgullosos, abrimos el envoltorio lleno de jamón curado, para devorarlo delante de otro que lo lleva de mortadela de aceitunas.
Pocos saben la transformación que sufre este elemento hasta hacer que se venda en la tienda en rollos envueltos en cartón fácil de abrir y que en nuestras cocinas vamos dosificando, a medida que vamos necesitando su uso. Poco les cuesta a las amas de casa echar mano de él, algunas lo usan para casi todo, desde envolver bocadillos hasta meter en un trozo de papel de aluminio, las llaves que alguien de la casa ha olvidado en casa, luego cogemos las más de las veces ese trozo de papel metálico o semimetálico y lo dejamos abandonado en el hueco de algún árbol.
Famoso aluminio… ¿qué haríamos sin ti? Nuestra vida sería un poco más desgraciada.

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