miércoles, 31 de agosto de 2016

PAPELES

                                                                 PAPELES

Llevo vividos sesenta y seis años, espero vivir otros cuantos más, sería de locos decir que uno a esa edad ya quiere morirse. Pues en esos años os puedo asegurar que hay pocas personas que tengan en casa tantos papeles como los que tengo yo, y no es que los coleccione, de hecho es peligroso acumular papeles en casa es peligroso y más cuando uno tiene a criaturas pequeñas.
El caso es que desde determinado momento, comenzamos a acumular cartas, primero estados de cuentas del banco, luego facturas, después o más bien junto a todos estos papeles llegaba propaganda que no se abría pero que se guardaba. Llegamos a llenar una bolsa de esas de la compra de plástico y ahí comenzó el lío, buscábamos determinado papel importante y para ello teníamos que sacar todo lo que había en una de aquellas bolsas, para averiguar dónde estaba aquella factura que hacía unos meses, nos habían enviado, no la encontrábamos y dejábamos que alguna mano invisible la sacara de entre los papeles para pagarla. Nunca encontramos aquella mano que nos hiciera este trabajo, al poco otra carta nos avisaba que había que pagar a riesgo de entrar en una lista de morosos si no lo hacíamos, mientras, diariamente, llegaban otras cartas, unas intrascendentes, propaganda que nos brindaban la oportunidad de comprar con descuentos suculentos artículos que no servían para nada en el fondo. Otra bolsa de la compra llena de papeles que iban acumulándose junto a las otras. Nada, como tenemos sitio, las almacenaremos en el garaje, al fin de cuentas, tenemos sitio de sobra para dejarlas allí, vegetando.
Sin saber qué hacer con tanto papel abandonado seguíamos con nuestras vidas, hasta que un día llegó el momento de un juicio al que tuvimos que asistir, más papel, esta vez de los abogados y procuradores y nosotros seguimos con nuestras vidas, nos íbamos de vacaciones, volvíamos y más cartas en el buzón. Me divorcié y eso trajo consigo más papeles, ¡mira que me lo advirtieron que eso no era bueno, acumular tanto papel sin leerlo siquiera! La palmé, lógico, y eso me costó tener que pagar mucho dinero para deshacer el entuerto.
Así seguí durante muchos años, acumulando y sin hacer nada al respecto, al final, ahora me encuentro un tanto liberado, leo lo que me llega a casa, cuando no puedo hacerlo pido ayuda y personas a las  que considero buenos amigos, me ayudan, me aconsejan, gracias a esto he podido lograr que en mi casa no haya papeles trasnochados e inútiles. Ahora, solo ahora, puedo morir en paz,  no debiendo nada a nadie y logrando una tranquilidad que jamás había podido experimentar, ¡lo bien que se vive así oye!
De ahí que mi consejo es que nadie acumule papeles aunque no parezcan importantes, si el documento te dice que pagues, paga, si te dicen que tienes que cumplir con determinados requisitos que ahora no puedes cumplir con ellos, retrásalos pero no los dejes en el olvido, es mucho peor, vendrán a tu puerta y te reclamarán el doble de lo que en principio te dicen que debías.
Y sobre todo no acumuléis bolsas de la compra con papeles que parecen inservibles, leerlos y decidid luego que hacer con ellos, pero no los dejéis en el olvido. Los papeles son como todas las cosas, medios para estafarnos o para exigirnos legítimamente lo que se debe, entonces pagad, es lo mejor. Pero no acumuléis, lleva a la perdición esta actitud de pasotismo generalizada hoy día.


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martes, 30 de agosto de 2016

SOLO ELLA

                                                           SOLO ERA ELLA

En la academia de baile, solo iban unas cuantas parejas revenidas de la vida, gente que se matriculaban allí por qué no tenían otra cosa que hacer, que viajar de unos brazos a otros lo que duraba un baile. Unos, los más mayores, sabían bailar a fuerza de costumbre, algunos hasta tenían agujeros en las suelas de los zapatos, de los muchos restregones que estos llevaban dados sobre el parquet flotante, de aquel viejo local, viejo hasta el punto, que algunos de aquellos discípulos ni siquiera sabían que existía en la calle Bordas número ocho, primero primera, un local que se dedicara a enseñar a bailar a la gente, cualquier tipo de danza que a uno se le ocurriera.
Lo regentaba un tipo viejo pero todavía con buen porte y siempre muy bien vestido, llamado Ginés. En un tiempo aquel lugar había sido una escuela de baile clásico, lo evidenciaban los grandes espejos, y la gran barra metálica que recorría el local de una parte a otra sin interrupción. Ahora ya no tenía ese aire de sobriedad de antaño, solo se respiraba una mezcla a veces un tanto nauseabunda de perfumes baratos que llevaban mujeres todavía más baratas. Ginés con su eterno Varón Dandy, colaboraba a que la mayoría de mujeres, a pesar de ser profesor de baile, huyeran de su lado, decían que aquel perfume era inaguantable, pero a pesar de eso, él seguía usándola como parte de su atuendo para conquistar a alguna de las principiantes entradas en años. La colonia y la brillantina que achataba sus escasos cabellos terminados en una pretendida melenita en el cogote, lo habían ayudado a llevarse al lecho a alguna solitaria mujer que no sabía muy bien que era lo que hacía allí.
Cuando se le presentaba alguna ocasión así a Ginés él decía que era la definitiva, que no existía en el mundo mujer igual a aquella, a pesar de los muchos pisotones que se llevara de recuerdo de aquella mujer con moño como peinado o melena al viento teñida de rubia platino. Tal era el ambiente que se respiraba en aquel recinto que olía a sudor y perfumes baratos, de imitación de las grandes marcas que se anunciaban por televisión, y que ahora, por cuatro chavos, se podían adquirir en las farmacias.
En cambio y para asombro de unos pocos, mujeres que no sabían dar un solo paso de tango o de mambo, salían de allí pudiéndose presentar en cualquier otro lugar a exhibirse. Frecuentaban otros escenarios, salones de baile, donde se les invitaba a bailar hasta que los tacones de aguja ya no soportaban su peso, o la batalla que llevaban encima al estar bailando toda la noche, las dejaban aplastadas en sus asientos. Para Ginés siempre había otra, la definitiva con la que iba a presentarse a concursos de baile para seniors.  ¡Me gustaría tanto que fueras mi pareja para asistir al concurso que se da esta semana próxima en el Montecristo…! O podía ser El Habana, El Rialto o cualquier otro lugar inventado, el caso era que dijeran que sí, el resto con su proverbial labia, las conquistaba para luego olvidarse de esa noche excepcional.
Ginés era si lo comparáramos con un pescador, uno de estos que a la luz de la luna en verano, clava cuatro o cinco cañas en línea en la orilla del mar, no le importa pasar allí toda la noche si al final, pesca un pequeño pez que muerde el anzuelo. Poco le preocupaba que llegara el lunes por la tarde alguna mujer malhumorada exigiéndole explicaciones del porqué la dejó plantada.   Te creía una persona un poco más seria la verdad, resulta que tú como todos los hombres eres un sinvergüenza.   ¡Anda que no tenía cañas dispuestas esperando a que picara alguna que otra que viera en él cierto atractivo!
Para Ginés siempre fue ella la mejor, la última, la más alta, la que mejor vestía o la que mejor olía.


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lunes, 29 de agosto de 2016

UN MUNDO LLENO DE SORPRESAS

                                                   UN MUNDO LLENO DE SORPRESAS

Dos amigos míos que están casados y que tienen hijos ambos, son homosexuales, se llevan muy bien. Me han invitado a cenar una noche de estas, durante la conversación en la sobremesa ha surgido no sé muy bien de qué manera, cómo pueden dos parejas homosexuales pueden vivir en el mismo espacio sin tener problemas de tipo alguno.  Fácil me contesta una de ellas, nosotros también compartimos cama, sí, como lo oyes, a veces nos acostamos los cuatro juntos y lo pasamos muy bien.  ¿Y cómo sabéis de quién son los niños que tenéis…? pregunto con sorpresa.  No sabemos quién es el padre de los niños, los ciamos a los cuatro como si fueran nuestros propios hijos, sin diferencias y sin excepciones, lo que tiene uno lo tienen también los demás.
Otro amigo con quién comparto trabajo está casado con una chica preciosa, son muy felices, la razón… que se casó con la hija, a condición de que la madre compartiría a su marido, de manera que viven atendiendo una portería de la zona alta de Barcelona y cuando a la madre se le antoja se lleva al yerno a la cama, mientras que la hija atiende las labores propias de la portería.
No sé si el mundo está cambiando demasiado aprisa para mí, podría ser, pero debo destacar que en ambos casos, se les ve personas felices, que disfrutan de esta relación ¿cómo llamarla…? Extraña como mínimo. Lo mismo que hay casos en que los padres dejan embarazadas a sus hijas con su beneplácito, imagino que estos casos van más o menos por el mismo camino.
¡Esto es aberrante dirán muchos! Puede ser que sea así, pero claro, la gente no va contando estas intimidades a cualquier persona, podríamos decir que soy un privilegiado por conocer esta clase de vida que llevan estos amigos y algún que otro conocido de confianza. En ocasiones me pregunto… ¿debería apartarme de estas personas? No creo, no han hecho nada que cambie mi sentido de la moralidad, para todos estos asuntos debe de haber una explicación lógica.
Y más sorpresas nos llevaríamos si conociéramos a más personas que llevan vidas raras. Digo raras no condenables ni siquiera que están fuera del esquema de vida que todos conocemos, ¡cosas más extrañas pasan y no movemos ni una sola ceja al saberlas! El mundo está cambiando repito, y lo que hoy nos parece mentira mañana probablemente nos parezca algo aceptable, de manera que no hagamos aspavientos cuando sabemos de casos como los expresados arriba que no forman parte de fábula alguna, son una realidad que ahora mismo, cuando alguien lea estas líneas, probablemente ya esté pasado de moda.

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PROBLEMAS DE AMORES

                                                       PROBLEMAS DE AMORES

Si hay una causa en el mundo que cause problemas como para parar un tren, es el mal de amores. Se ven a parejas felices, con cuatro o cinco hijos frutos de ese amor, organizando la vida del mejor modo posible, y haciendo que este amor siga floreciendo cual rosal que puntualmente, se abre en primavera para dar evidencia de que el amor perdura. ¡Qué así sea por muchos años! Pero el amor trae problemas consigo, cuantos más años continúa junta la pareja, más se conocen, eso es naturalmente así, por el hecho de que la convivencia sigue un ritmo, no es el mismo que cuando se conocieron la primera vez, sería una estupidez pensar que eso no ha cambiado en nada.  
Hay cambios, y frecuentemente profundos pero que no se dejan ver de forma fácil. En un momento u otro de esa relación llega el hastío, el cansancio de ver en la cama la misma cara, de trabajar siempre dentro del mismo ámbito y eso… cansa. No queremos reconocer que somos los mismos de siempre, y en cierta manera es verdad, las personas no cambiamos, cambia nuestra actitud ante lo que se nos viene encima.
Los niños crecen, y con ellos, los problemas que se derivan de la edad, es entonces cuando los padres nos volvemos más permisivos o por el contrario, más restrictivos. Los chicos lo saben y así saben a quién deben acudir en determinadas situaciones, según ven el ejemplo de sus propios padres en la familia, desarrollan personalidades que los hace personas felices o por el contrario, infelices en virtud de lo que viven a diario.
Es cuando alguna d estas parejas se separan al margen de la edad que tengan padres e hijos, que sufren una transformación, volviéndolos seres apreciados o despreciados, todo depende de cómo acusen el golpe de la separación de sus mayores. Algo tan común como son los divorcios, cómo se produzcan y dicho sea de paso, el efecto que tiene en cada uno de los cónyuges esta separación, tachan de forma definitiva el comportamiento y la moral de los hijos. Si todavía son pequeños, reparten el tiempo entre uno y otro, y cada cual tiene su forma de instruir a los hijos del modo que mejor saben, o les place.
El amor es un problema que tiene muchas formas, muchos enfoques y muchas interpretaciones, así pues no es extraño que una gran mayoría prefieran pasar del amor clásico, del amor de bodas y convites, para seguir siendo seres autónomos que buscan el amor en las esquinas, o en los clubs nocturnos, si lo piensas fríamente… ¿qué hay de malo en esa clase de amor?


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viernes, 26 de agosto de 2016

HOY TOCA CINE

                                                       HOY TOCA CINE

¡Y sesión continua no te creas…! Entro a las 8´30 y salgo a eso de las 8 de la tarde, que ya es decir, son ganas de cine, eso sí que hay que reconocer, es cine para sordo mudos es decir subtituladas todas las películas. A mí que quieres que te diga, no es que me guste esa clase de cine pero no tienes donde escoger, o ves las películas que te van pasando o duermes. Lo bueno que tiene este sistema es que si no te va lo que te van pasando, reclinas el asiento como si fueras en primera en un jumbo, acomodas la butaca de la manera que quieres, y a sobar. Nadie te dice nada por eso, nadie te viene a incordiar, nadie te despierta… en fin, que te puedes pasar toda la sesión a tu bola.
Los asientos van numerados, ahí nadie se cola, ni pasa la gente dando codazos para no perder el asiento, te asisten de forma personal, te preguntan si estás cómodo, y si por cualquier razón necesitas ir al servicio, solo tienes que levantar el dedo de la mano, y volando, llega una azafata que te reserva el asiento hasta que regresas a tu butaca, ¿se puede pedir más…? Eso sí que es verdad, no te puedes escaquear de tu puesto, porque si te echan en falta todo el mundo sale a buscarte, ¡qué atención oye para que luego digan…!
Así poco más o menos funciona la quimioterapia, tienes todas las atenciones que puedes imaginar, pero a condición, de que te dejes hacer lo que los médicos te dicen. Yo me dejo hacer, me han dicho, que si no me someto a estas curas, voy al hoyo más temprano que tarde de manera que no cuesta nada intentar darle al cuerpo lo que necesita, en este caso concreto, curarse del cáncer.
Tampoco es que haya que dramatizar con esta expresión, toda la humanidad tenemos la muerte comprada, unos a una hora y otros a otra, así que hay que echarle huevos al asunto e intentar salir de esta. ¡Tendríais que ver cómo están las salas de gente que espera turno para que los pinchen y les den su ración de tarta! Me lo tomo así, porque ya no puedo resistir por mucho que le dé a la cabeza, de que eso puede cambiar, las cosas en la vida van como van y punto, a otros les ha tocado cagar con otras enfermedades más penosas y dolorosas, espero que este no sea mi caso. No quiero dejarme vencer por una enfermedad de mierda que encima me deprima y me tenga en constante alerta.
Por eso decía al principio, que tener periódicamente esas sesiones de quimio, me lo tomo como ir al cine. No me gusta jugar con la muerte, pero tampoco voy a ponerme a llorar como un loco por el hecho de estar luchando contra una enfermedad de la que hay recuperación o por lo menos vivir con cierta calidad de vida. “Yo me entero que tengo cáncer y me suicido…” y una mierda, tú luchas porque sabes que tras de ti, tienes un carro del que tirar, y tiras de él hasta que se te acaban las fuerzas. Por eso si toca sesión de cine diaria… al cine que hay que ir, con ganas o sin ellas.
Me hacen gracia esos que piensan que con una enfermedad de ese calibre el espíritu te abandona, no, de eso nada, si acaso quién abandona el espíritu eres tú ¡que cojones! No vengamos ahora justificándonos acerca de lo que socaba o no nuestra manera de vivir. “Mira Jeremías… se enteró que tenía el corazón jodido y se tiró a la bebida” Mamón, si fue precisamente eso lo que le dejó el corazón hecho jirones.
Bueno que llega la hora de la comida y hoy toca merluza con salsa verde, quién quiera está invitado, y quién no, también.


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jueves, 25 de agosto de 2016

PALABRAS QUE SE LAS LLEVA EL TIEMPO

                                            PALABRAS QUE SE LES LLEVA EL VIENTO

Muchas promesas, muchos te quiero, muchas expresiones extraordinariamente hermosas de ser verdad, pero lo cierto es que muchas quedan a medio camino entre la realidad y el mero deseo, deseo de poseer un cuerpo, de complacer a una persona que dice amarnos, más que a su propia vida.
Cuidado con hablar por hablar, es fácil decir un te quiero con convencimiento, y hasta puede que haya maestros en estas artes que nos llevan al engaño y luego a la desilusión, a la frustración, al desencanto. Es popular sobre todo entre los jóvenes, desperdiciar palabras de ese calibre que cuando no se cumplen, se descalifican a sí mismos, creando una atmósfera de desconfianza y de dudas entre aquellos que llegan a conocerlos bien. Esas palabras, dichas sin sentido, sin franqueza, crean en los demás, una imagen de ese pobre diablo, que no sabe más que decir cosas bonitas, sin llegar a ningún fin concreto.
Él le dijo pocas cosas bonitas, estaba de fiesta y deseaba deshacerse de aquel grupo de compañeros que como en otras ocasiones lo subestimaban por ser retraído y poco mordaz con las chicas con las que se encontraban, ellos eran todo lo contario, llegaban y ya estaban mirando el horizonte para ver a quién podían encandilar con sus peroratas y lisonjas vacías, cosas que por otra parte, a muchas de ellas les gustaba y hasta deseaban oír de boca de esos bobalicones. No les hacían caso, pero apreciaban que se fijaran en sus mini bañadores, o ensalzaran su figura que se dibujaban en la arena de la playa como figurines de aparador.
Él no dijo nada, solo les siguió la corriente cuando después de deshacer el equipaje, lo invitaron a unas cañas en el chiringuito que había a pie de paya, hasta ahí todo fue bien, fue después de las cuarta caña cuando comenzaron los problemas, las familias se hicieron a un lado y hasta algunos cambiaron de mesa, no querían problemas, tenían niños pequeños, y lo que es preparaba no estaba hecho para su vista.
Particularmente me gusta divertirme solo o con amigos, a los que selecciono yo. No era este el caso, no sabía dónde estaba metido en mitad de aquellos presuntos amigos a los que apenas conocía. De manera que después de tres copas ya estaban liándola, se metían con las chicas que al margen de estar acompañadas por otros o no, ya estaban dejándose ver tocando a algunas de ellas o diciéndoles cosas realmente desagradables. Me salí del grupo, no quería que me identificaran para nada, con aquellos descerebrados que era evidente que querían buscarse problemas, y cuando alguien quiere problemas los encuentra al instante.
Cuesta bien poco abrir la boca para que según lo que se diga, te la cierren de un puñetazo, no era esa mi intención, quería disfrutar de una merecidas vacaciones, breves, pero al fin y al cabo, vacaciones. Busqué un lugar alejado de aquel jolgorio que se formó entre turistas y policía municipal y me senté en una mesa junto a una baranda de madera, una chica que por lo que se ve venía huyendo de aquella bronca que se formó me pidió permiso para sentarse en mi mesa, no me pude negar, la educación primero y la formación que se me dio desde pequeño fueron el detonante de aquel sí rotundo que salió de mis labios. Entendía más bien poco de nuestro idioma pero se hizo comprender con un par de palabras.
Naturalmente la invité a tomar algo, me pareció ver en su copa alargada, cava, de manera que pedí dos copas de lo mismo para los dos, me lo agradeció con una sonrisa amplia que dejaron ver unos dientes casi perfectos y blancos como la leche. Entablamos una breve conversación hasta que un joven que andaba buscándola, se acercó a nosotros y cogidos de la mano marcharon camino a saber dónde.
Mis mayores, especialmente mi padre, me enseño que cuando se hacía una amistad nueva, o se conocía a alguien fuere cual fuera la circunstancia, se tenían que decir las palabras justas, considerando a la persona o personas con la que entablas la conversación y nunca faltar el respeto sea cual sea la respuesta que se le dé a uno. En este caso concreto yo no buscaba nada, solo que la circunstancia exigía hablar y eso fue lo que hice, hablar casi por señas, poco o casi nada entendía de lo que trataba de decirle. Me ceñí a lo aprendido para la ocasión y creo que se llevó una buena impresión de mí. La noche aparecía con el destello de las estrellas en mitad del cielo, las admiré sin tener otra cosa que hacer que eso, es de apreciar la aparición de la estrellas, sobre todo contratando es cielo que se resiste a hacer que el sol termine por desaparecer del horizonte.
Allí, con las piernas estiradas sobre la baranda de madera, la volví a ver, no sabía qué hacer, ya nos conocíamos, la única diferencia fue, que en esta ocasión volvía estar sola jugueteando con una flor que alguien o ella misma habría recogido en uno de los paseos que daba junto al mar.
Mo le dije nada, solo me acerqué a ella temeroso de que me soltara algún aspaviento, y me quedara sumido en un chasco que os aseguro que esta vez me habría resultado de lo más incómodo. Pues bien, el asunto no fue así, me invitó a que sentara junto a ella en el banco de madera con aquel perfecto mirador al fondo, el paso de las estrellas, el calor y el perfume de su cuerpo, y el olor de mar que ponía el acento a aquel nuevo encuentro. Nos vimos en más ocasiones, los amigos ya no tenían casi ninguna importancia para mí, muchos más encuentros como ese, cada vez con más confianza, con más sonrisas y como casi siempre suelen pasar en estas ocasiones, con miradas más directas que daban a entender un determinado interés el uno por el otro. ¡Lástima que estas vacaciones fueran tan breves, pero gracias a la telefonía móvil pudimos establecer un vínculo, que con el tiempo, llegó a ser el eje de una amistad duradera, que digo duradera… sin fisuras! Ahora vivo en Italia, en una tierra preciosa que ha resultado ser mi casa

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lunes, 22 de agosto de 2016

HAY COSAS SIN LAS QUE NO SE PUEDE VIVIR

                                    HAY COSAS SIN LAS QUE NO SE PUEDE VIVIR

En contraposición, si se puede vivir prescindiendo de muchas cosas, se puede vivir sin amar, por lo menos, eso es lo que muchos opinan, no hace falta amar para poder soportar males y desengaños, se puede vivir sin saludar a la gente que te encuentras por la calle, desconocidos, seres anónimos que no te hacen ni bien ni mal, están ahí ellos tienen sus propias opiniones sobre las cosas que son necesarias para superar la vida. A mí me hace falta amar, mucha falta, sin tener el cariño de algunas personas que creo que son necesarias para el desarrollo de todo aquello que hago, necesito sus opiniones, contrastarlas con lo que yo pienso y sacar una conclusión.
Sin eso no se puede vivir, sin ver cada amanecer como una nueva vida, no se puede vivir, se hace necesario meditar que ese regalo que acabamos de recibir esta mañana, es un incentivo para poder llevar a cabo cosas tan sencillas como sacar unas monedas del bolsillo y comprar el periódico mientras saludamos a esa hermosa vecina deseable aunque esté casada  tenga hijos. Se hace necesario sentir la muerte de alguna persona desconocida, que pasa ante nosotros camino de su última morada. De ese modo  uno aprende de la vida y de la muerte, algo tan natural y fácil como tropezar al bajar un escalón de la calle, que hace que uno de nuestros frágiles huesos de nuestro cuerpo, se rompa como si de cristal se tratara. No podemos pasar de esas cosas sencillas, el pillar una borrachera en compañía de unos amigos, que sin motivo alguno nos juntamos, para celebrar que me he atrevido a decir que no a una chica, que está loquita por mis huesos y deseaba de todo corazón que le diera una respuesta afirmativa a su propuesta.
No se puede vivir sin esos detalles insignificantes pero importantes para ella y para mí, porque me quiero mucho y sé que nunca sería feliz a mi lado, me conozco, al principio quizás aprobaría mis acciones, pero pronto se hartaría y comenzaría a arrepentirse de haberme conocido, siendo como soy en conjunto, una buena persona. ¿Quién aprobaría sin más las largas ausencias que me llevan en ocasiones a cielos inauditos, o a infiernos llenos de locura y sinrazones? Necesito vivir todas estas cosas, forman parte de esa parte oscura, llena de matices de luz y sombras, que son necesarias vivir para poder explicarlas. Veo debajo de una farola a un par de mujeres que se comen a besos, mi corazón se felicita al ser testigo presencial de este acontecimiento sin pensar en cuál será el resultado de este encuentro, es posible que sea un encuentro que sea la primera experiencia para alguna de ellas, pero es algo que en ese preciso instante, necesito vivir lo más intensamente posible, posiblemente esté asistiendo al nacimiento de un amor auténtico que durará toda una vida, o no, eso es lo de menos.
No deberíamos ausentarnos de esas pequeñas cosas, para muchos condenables, para otros gozosas, formamos parte de un tremendo jardín donde todos tenemos cabida y nadie tiene porqué despreciar a una flor que tan solo va a marchitarse en solo unas horas, alguien le dio permiso para establecerse ahí, de manera que ¿Quiénes somos nosotros para poner en tela juicio su color, el espacio que ocupan o incluso si merece estar en ese paraíso?
Somos lo que somos gracias a la mano de alguien que nos dio acceso al lugar que ocupamos, tenemos que acostumbrarnos a ver con orgullo y con placer auténtico la necesidad de amar lo que nos rodea con auténtica pasión, sea cual sea la forma que tenga y el modo de comportarse, el uso que le dé a sus recursos. Si observamos que alguien duda de estas opiniones, es porque sencillamente cree a pie juntillas que se puede vivir sin esas cosas, el tener el convencimiento de que hay otro modo de ver las cosas es porque todavía, le falta apreciar las necesidades que tenemos de ser personas completas.
Amo todo cuanto me rodea porque en todas ellas hay una parte que me enriquece, no hay nada despreciable, inservible, desechable. Obviamente no deberíamos tener deseos de comer basura, pues aunque parezca mentira hay quién se alimenta de ella, que hace de ese hábito su forma de vida, mientras lo más importante, lo que nos hace felices lo dejamos de lado, como si fuera algo que nos dañara, que nos enfermara. A menudo son esas las cosas que nos dan la tan ansiada paz interior de la que todos deberíamos participar como si un gran banquete se tratara, y el motivo es solo, porque no queremos darnos cuenta qué con cualquier cosa, uno puede ser feliz. El problema estriba en lo que creemos que nos hará más felices, que no auténticos. Llegado el caso que todos habláramos la misma lengua en todo el mundo, el problema seguiría persistiendo, siempre habría un punto diferencial entre los humanos, que no todos reconocemos la clave de esencial para el ser humano, el reconocimiento de que se puede ser feliz con las cosas que nos hacen felices.
Siempre persistiría esa discrepancia, y cuando alguno de nuestros amigos comunes no estuviera de acuerdo con la opinión del otro, una de las soluciones más inmediatas, sería hacer prevalecer nuestra respuesta acudiendo a la fuerza de las armas. Lo más bochornoso, lo que más problemas ha causado entre los humanos, aparecería como un espectro, un fantasma resucitado a la fuerza, midiendo la razón a cañonazos. Algo que nadie quiere, que quienes lo han sufrido odian con todas sus fuerzas, se verían envueltos de nuevo por campos verdes sembrados de cruces, vuelta al pasado, recuerdo del presente que todavía no se ha extinguido, futuro sin esperanza pues la guerra es un caballo desbocado que frecuentemente es imparable. No, de esas cosas hay que olvidarse, pero el problema es que pende de un hilo, tan frágil y vulnerable que es imposible pasarlo por alto.
Se puede vivir sin eso, pero los arsenales cada vez son más grandes y dañinos,  ¿cómo olvidarse de ellos? ¿cómo olvidarse que todas estas armas están en manos de unos cuantos mandatarios a los que poco les importa decir… ¡disparar a matar! Podemos vivir sin guerras, pero no podemos vivir sin humanidad, ¡nos hacemos tanta falta los unos a los otros…!


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domingo, 21 de agosto de 2016

CUANDO VUELVA A VERTE

                                               CUANDO VUELVA A VERTE

Me ahorraré decirte un montón de cosas que te dije cuando estuvimos hablando la última vez, luego, cuando llegué a mí casa, me di cuenta de la cantidad de cosas que me hubiera podido ahorrar decirte y que de paso, impidió que me hablaras de ti, de tus inquietudes y planes, de tus objetivos. Solo me escuchabas pacientemente con cara amable, pensando probablemente que era un pedante que solo sabía hablar de mí para impresionar a las chicas. No volveré a caer en ese error, me lo he prometido a mí mismo y pienso cumplirlo, tengo ganas de partir de cero y comenzar la charla pero esta vez dejando que seas tú la que me cuente, observarte y decidir, es la única forma de hacerlo, si eres una persona que me convenga.
Sé además de dónde vives donde trabajas y que lugares frecuentas, me interesas porque sabes escuchar, de otro modo, después de los primeros diez minutos de hablar, me habrías enviado a freír espárragos y sin embargo no lo hiciste, ¿por educación, por saber estar, por darme una oportunidad? No sé por qué fue pero quiero averiguarlo, eso, sí tengo la oportunidad de hacerlo. Primero tengo que bosquejar bien en mi mente que debo decirte para no meter la pata, luego, ingeniármelas para darte entrada a ti porque en lo que a mí se refiere, me parece que ya te lo he dicho todo, ¡bocazas, eso es lo que soy, un bocazas! Menos mal que no he contado a ninguno de mis amigos esa experiencia que tuve al hablar contigo en aquel pub donde nos vimos, habrían dicho que era un pobre diablo, un Don Juan de medio pelo, y lo bueno es que habrían tenido razón de haber concluido eso de mí.
Bueno vamos allí, lo primero que debo hacer es ir a buscarte a la salida del trabajo como quién no quiere la cosa, una coincidencia como cualquier otra, luego averiguar si estaría dispuesta a continuar la conversación que dejamos pendiente la vez anterior, aunque si yo fuera ella diría que no poniendo algún pretexto, normal, la dejé a la pobre descosida por todas partes de tanto como hablé, pero bueno, la esperanza es lo único que se pierde. Tampoco puedo decirla que esta vez la dejaré que hable ella, sería ponerme en evidencia y eso tampoco es serio. Nada, la invito a tomar algo y que decida ella, es la única baza que me queda, ¿y si la invito a cenar? A lo mejor una cena que tiene un carácter más formal puede que la impacte.
Venga que ya sale de la tienda, es hora de echar el resto…   Mira por dónde, que coincidencia, vengo de comprar un par de cosas y te encuentro a ti, vaya sorpresa, si he de decirte la verdad llevo días pensando en ti, si me das una pequeña oportunidad te digo la razón. El día que nos conocimos me comporté como un auténtico idiota, hable y hable sobre mí y no dejé que abrieras la boca, sinceramente te pido disculpas no suelo ser así, pero me impactó tanto tu presencia que no pide por menos que ponerme a hablar contigo a fin de que no te fueras corriendo de mi lado. Me comprometo, si es que me lo permites, a no abrir la boca y dejar que hables tú, me interesaría saber cómo eres, cuáles son tus gustos, en fin, conocernos un poco mejor si me lo permites.
Pues si he de serte sincera, pensé precisamente eso de ti al principio, que eras como una garrapata que no hay quién se deshaga de ella, perdona por la comparación.  Tienes toda la razón del mundo, es más creo que te quedas un poco corta en la comparación, fui un pesado de cuidado, aunque en realidad no soy así, me gustaría que me dieras la oportunidad de demostrártelo. ¿Hace que tomemos una copa en el mismo sitio, o prefieres ir a cenar a un lugar de tú elección?  Prefiero que en principio tomemos una copa en el mismo sitio.  ¿Te paso a recoger a eso de las nueve, te parece bien?  Vale, está bien a esta hora me encaja a la perfección.
He de confesarte que al principio me parecías uno de estos pesados que buscan rollos de una noche, o bien impresionar a una chica con su charla.  Ya ves que no es ese mi caso, me vuelvo a disculpar, ahora si me lo permites recuperemos el tiempo perdido y cuéntame cosas sobre ti.  Pues no sé por dónde comenzar, trabajo donde tú ya sabes de encargada de almacén y todos los días se repite la misma rutina, llego a casa, arreglo a mi madre que está algo impedida por un problema de corazón, me ducho, preparo la cena para las dos y leo un rato hasta que me vence el sueño. Me gusta la música de jazz y me lo paso pipa viendo cine antiguo.  Eso está muy bien, eres una chica afortunada, tienes familia y este hecho es algo que envidio en las personas, no es mi caso yo vivo solo pero acompañado de mi perro Carry, es un terrier de lo más tierno y fiel, ¿te gustan las mascotas?  Me encantan pero en casa sería poco menos que imposible tener ni siquiera un periquito, mi madre al contrario que a mí, odia a los animales que no están en libertad, se recrea con los documentales sobre animales, sería capaz de no dormir con tal de ver documentales.
Esta conversación satisfizo a ambos e hizo que quedaran para continuar otro día para conocerse mejor. Esta extraña relación de quedar para hablar, los llevó a un primer beso que se dieron en el portal de la puerta de ella, era evidente que ambos se necesitaban y esto lo puso de manifiesto ella, que con todo el atrevimiento del mundo, le propuso salir en serio.  Me gustaría que fuéramos más que amigos, ¿tienes algún inconveniente en ser mi novio formal? Yo nunca he salido con ningún hombre, si tu respuesta es positiva, por favor no me engañes, no lo soportaría, se sincero conmigo y te daré todo lo que mi corazón almacena. No sé que esperas de mí pero procuraré darte lo mejor que hay en mí.
Esta propuesta dejo a Pedro anonadado, pero contento, no porque le facilitara las cosas en este sentido, él iba a decirle algo parecido, aunque dudaba respecto al tiempo en el cual le diría lo que sentía por ella. Le sonrió y le dijo que estaba dispuesto a corresponderle, en fin, una historia cualquiera  que a cualquiera de nosotros, nos hubiera podido pasar. El caso sin embargo es, que no se presentan frecuentemente historias parecidas… y es una lástima, no sabemos lo que nos perdemos cuando pasamos por alto esas fases del romanticismo quizás rancio pero hermoso que esconden estos acontecimientos.


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QUE QUIERES SER...

                                                       QUE QUIERES SER…

Si pudieras escoger ¿qué te gustaría ser?  Pues… me gustaría ser un águila para poder surcar los cielos cuando y como quisiera.  Que poco ambicioso eres tío, podrías escoger se algo mejor ¿no te parece?  Hombre… me gustaría ser una buena águila, de esas que no abandonan a sus hijos y los abandonan a su suerte.  Pero aparte de eso… ¿Qué más te gustaría ser?  Pues no sé, no me lo había planteado nunca, al nacer como humano uno no piensa en ser algo diferente a la propia naturaleza de lo que es.  Eres un pamplinas, podrías pedir ser el hombre más afortunado de la tierra, el más poderoso, uno al que nadie le tosiera sin su permiso, que con solo un chasquido de dedos todo el mundo se rindiera a sus pies.  No creo que eso me gustara, creo que me cansaría pronto de ser una persona así.  Quita hombre quita, de eso uno se cansa nunca, ¿Tú sabes lo que debe ser que con solo una mirada, quién esté a tu lado ya se ponga a temblar, tiene que ser la hostia?  Eso no es ser poderoso, para mí eso es ser un tirano, no lo desearía ni para mí, ni para nadie que conozca. Eso es algo parecido a jugar a ser dios, y con dios uno no puede jugar, él lo puede todo, y cuando digo todo quiero decir todo, lo habido y por haber, no, eso no me convence. Tener lo que a cada cual le corresponde es más equitativo, más normal. Puede que por ser un buen negociante llegues a ser una persona considerada por los demás, todo lo que se salga de esos parámetros no puede ser bueno de ninguna manera.  ¡Va, tonterías… con todo ese poder puedes desbancar al mismo dios, él no se mete en asuntos humanos!  Eso lo dirás tú, quizás de forma directa no, pero hay otros modos con los que puede intervenir y desbaratar los planes humanos, lo que pasa es que los desconocemos, y es nuestra propia ignorancia la que hace que pensemos como lo haces tú. ¡Venga, bebamos y bailemos que dios no nos está viendo, esnifemos polvo blanco que a los drogados dios los perdonará si es que es tan misericordioso como dicen! De eso se abusa, de la falta de su presencia personal, carnal, humana como nosotros. Mira son después los resultados de todo esto, muertes prematuras, gente echada a perder, por pasar por alto las reglas que él tiene señaladas desde el principio. Hay cosas que no se tienen que tomar a la ligera amigo mío…  Tío me tienes aburrido con tanto sermón de cura caducado, aquí y ahora, en mi fiesta, sobras, ve a hacer proselitismo a otros que tengan oídos a cuestiones morales, a ti lo que te pasa es que eres un reprimido. Mira lo que te digo… reto a dios a que baje y me diga que estoy equivocado.  Pobre iluso, ya te ha tomado el testigo de lo que acabas de decir, el asunto está en que él eso lo hará cuando le plazca, no cuando algún pobre hombre como tú se lo diga.
La fiesta ha terminado en una redada policial que se ha llevado a todos el mundo por delante, solo el moralista ha quedado libre, parece que nadie de la policía lo haya visto plantado entre la entrada al jardín donde la gente se estaba bañando en cueros. El amigo que inició la pregunta de qué querría ser si pudiera ser algo diferente, se ha vuelto a mirarlo, y de hecho le ha parecido que era una visión la conversación que mantuvo con ese amigo que le advirtió que ser tanto era ser muy poca cosa.


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sábado, 20 de agosto de 2016

UN TODO PARA MUCHOS

                                                             UN TODO PARA MUCHOS

Soy amigo de un divorciado como yo, de un enfermo de cáncer que está en las últimas, de una pobre muchacha a la nadie le ha enseñado más que a ganarse la vida prostituyéndose por cuatro reales. Soy amigo de esta gente, y de otra mucha, que viven situaciones como estas pero que no se conocen, gentes sencillas que llevan vidas desconocidas para gran parte del barrio donde residen, que se consideran dignos de compartir lo que tienen, las cualidades y los defectos con todo el mundo; ellos forman parte del mundo, de manera que con todo el derecho, exigen su espacio entre los muchos, vayan o no perfumados.
Considero un privilegio tener esta relación con esta clase de personas, mucha gente diría que con esa clase de personas no tiene nada que ver… Qué vergüenza si me viera alguien que me conoce hablando con esa puta, se me caería la cara de vergüenza al suelo. Son las mismas que sin embargo por la noche, al amparo de la luna, tienen que hacer todo aquello que su marido les exige con el fin de poder mantener unida a la familia. No es que plantee esto en forma de queja, pero la realidad nos da la razón a los que dudamos de la sinceridad de determinadas palabras, invitaciones, iniciativas para hacer lo que quiera que sea. Todo forma parte de un infinito plan de abordar las conciencias de la gente, y revenderlas luego, al mejor postor.
Puede que no sepamos nada de este asunto, o que lo sepamos y por insultante que sea pasemos de puntillas por encima de esos defectos. Muchos ni siquiera ya lo consideran defectos, lo ven como parte necesaria de un status, que nos libera de prejuicios y sinrazones, que de otro modo no dejarían que nos moviéramos con determinada libertad hacia los objetivos que cada cual tiene.
Años atrás esto era impensable, nadie cedía a sus trabajadores, para que otro competidor los usara en los quehaceres de la fabricación de una nueva máquina o cualquier otra cosa que revolucionara el mercado. Ahora esto que parecía imposible, se exige, con tal de hacer que las personas, estemos dentro de esta esfera sin posibilidad de escapar, hasta que no reciba nuevas órdenes que le digan que sin más dilación debe estar de nuevo en el punto desde el que lo enviaron. Me dice un amigo mientras hablamos de estos asuntos… Mientras no nos reclamen a la mujer como pieza esencial es este cambio.  Todo se andará viejo, todo se andará. Somos esos dados que hemos caído en la ruleta y que para cuando pierde la inercia que al principio tenía, tratamos desesperadamente de sujetarnos a las paredes de la casilla donde hemos ido a parar, no queremos caer pero la inclinación y la falta de fuerza nos hacen caer, y casi nunca al número que nosotros queremos. Se nos ha usado como dados tantas veces, que ya sabemos de memoria que es lo que esconden determinados números.
Somos diminutas esferas, que van sin rumbo dentro de otra mucho más sofisticada, que unas veces es redonda y otras adquiere aspectos engañosos que nos llevan donde llamamos la atención para en suma, ser los artífices de este complejo mundo que bien pudiera ser una gran bola de papel que termina por atropellarnos.


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miércoles, 17 de agosto de 2016

EL AMACÉN

                                                                  EL ALMACÉN

Es grandioso, bien construido, a prueba de bombas como se suele decir, es más que un almacén, un lugar donde se pueden guardar todo tipo de cosas, aprovechando bien los espacios, unas veces se deben apilar bultos que tardarán determinado tiempo en salir de ahí, las cosas que se almacenan y que tienen que ser recogidas más temprano que tarde se almacenan más cercanas a la puertas de acceso, para poder hacer entrega de ellas con más prontitud.
Así somos los seres humanos, una gran nave done se guardan cosas de todo tipo, en este sentido, a muchos les interesa colocar cualidades que los destaquen de los demás, cosas que se utilizan a diario y que saben que por obligación deberán usar en su trato con otros. Estos pues, tiene esos bultos o paquetes siempre a mano. No me precio en conocer a las personas en función del uso que les dan a toda esa paquetería, pero no sería consecuente, si viera que todas estas personas, hacen un mal uso de ese espacio reservado para ellos exclusivamente. Los hay que mientras hay espacio en el almacén, van apilando sin ton ni son, todo lo que son, no piensan en el hecho que es muy probable, que las cosas que ahora han quedado escondidas de su propia vista, ahora les son necesarias y que no saben dónde colocaron esa cualidades, que tanta falta les hace falta desarrollar, en un momento crucial de sus vidas. Cuando se abre la puerta del almacén, está todo manga por hombro y buscan desesperadamente ese bien tan preciado que ahora, con el paso del tiempo y del desuso se ha perdido, las cajas que contienen esos bienes preciados se han enmohecido, ya no tienen utilidad alguna.
Es entonces cuando uno se da cuenta del beneficio de aprovechar los espacios, numerar las cajas con fechas, el contenido de ellas, buscar dependiendo del contenido de ellas el envase idóneo. Yodo esto está dentro nuestro, en nuestro propio ser, nosotros somos este gran almacén dónde almacenamos nuestras imperfecciones y virtudes, debemos ser los receptores de las virtudes que hemos heredado, o que en otros casos, nos esforzamos en cultivar y almacenar con mayor cuidado.
El almacén es inmenso, grande que no nos podemos ni imaginar, ahora bien, el modo y sistema que tengamos para llenarlo, es otra historia diferente. En ocasiones dejamos espacios vacíos, sim aprovechamiento alguno, solo dejamos este espacio para recrear nuestra vista, y esto amigos, es inútil, estos espacios deberían estar ocupados por cualidades que nos son necesarias desarrollar, que nos son necesarias para épocas de las vacas flacas, par cuando a nuestro alrededor sol encontremos desolación y maldad, para poder combatirla de forma efectiva. Hay para nuestra desgracia, demasiada ignorancia de lo que representa el mal y las consecuencias que puede producir, esa y no otra es la razón por la cual nuestros almacenes deben estar bien surtidos de cualidades humanas bien clasificadas y en buena conversación.
Ya que se nos ha dotado de buen espacio para poder lo que queramos con nuestro lugar, aprovechemos pues este almacén para que satisfaga nuestras necesidades.


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lunes, 15 de agosto de 2016

ENFERMOS QUE NO SE QUEJAN

                                                   ENFERMOS QUE NO SE QUEJAN

Quieran que alguien los comprendiera pero no encuentran oídos para sus males, al fin de cuentas a muchas de estas personas, les dan el nombre de hipocondriacos Se quejan de buena mañana del dolor que les atenaza los huesos, la cabeza o algún que otro órgano interno que ni saben que existe. No van a quejarse a cualquier oro médico que no sea el suyo, si por alguna razón que escapa a su entendimiento, el médico que de forma tan cortésmente los atiende de forma habitual no está presente, por alguna sustitución que haya tenido de hacer, o por tomarse unas merecidas vacaciones de pronto se ponen buenos a la espera de que su médico vuelva del lugar donde esté.
Quizás sea que se les han agotado las aspirinas, pero si su médico no les prescribe, no toman nada que sirva de sustituto al ácido acetilsalicílico, no, el médico la conoce bien y solo él sabe que es lo que le va bien para sus males.  Si quieres estar siempre sano, decía mi padre, tómate una aspirina cada noche y te encontrarás de maravilla al día siguiente. Métodos de abuelos puede pensar alguien, pero lo cierto, es que con poco más que una aspirina, la gente ha estado curándose durante muchos años, enfermedades que parecían que no iban a desaparecer nunca.
Ahora la gente tiene que acudir a los médicos por muy diferentes razones que no existían años atrás, síndromes de los que desconocen las causas y que a menudo se llevan a la gente a la  tumba sin saber cómo ni el porqué. Conste que hay personas que mueren sin soltar un quejido, sin dar guerra a sus familias, lo sufren en silencio, es razonable que haya personas así ¿que ganarían quejándose de continuo de su dolencias a excepción de sus médicos que comprenden el sufrimiento por el que están pasando? No hace falta pues hacer sonar a bombo y platillo el mal que padecen.
Los médicos contrario a lo que pueda parecernos, estudian y sacan conclusiones en sus sofisticados laboratorios, como se desarrollan  estas cepas que se reproducen a la velocidad de la rayo y que no respeta edades ni debilidades, fortalezas de aquellos que son alcanzados por ellas, sin ninguna solución más que la de la muerte segura a mayor o menor plazo.
Mi lema es el no quejarme a pesa de los inconvenientes de estas plagas que truncan la vida de la gente con independencia de su edad y la vida que hayan llevado. Todos somos de un modo u otro, enfermos imaginarios, a todos nos duelen cosas que nos parecen graves, a todos nos afectan los golpes y los desmayos, y hacemos bien en hacernos revisar de vez en cuando cómo funciona nuestro organismo, pero nunca hasta el punto de cuando nos duela la punta del pie derecho, deducir que tenemos gangrena.


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domingo, 14 de agosto de 2016

ESOS OJOS NEGROS TUYOS

                                                 FUERON ESOS NEGROS TUYOS

En mitad de aquella tormenta que no quería cesar, descubrí unos ojos que como si fueran linternas me indicaban el camino a seguir, unos ojos particularmente hermosos que me dirían desde la proximidad de nuestros cuerpos, que nos teníamos que conocer mejor, tanto los tuyos como los míos ansiaban sin decirse nada, que era una necesidad imperiosa, llegar al fondo de esta cuestión.
Ninguno de los dos nos precipitamos seguimos consumiendo nuestras cervezas sin otro afán que el ver de soslayo como eran esos ojos profundos como dos lagunas desde a las  cuales llegaban  aguas que manaban de mil manantiales diferentes. Y nosotros en mitad del ruido ensordecedor de la cada de esas agua jugábamos a ser reyes el uno del otro. Por fin nos atrevimos a hablarnos,  desnudos, tan solo vestidos con la desvergüenza del momento elogiamos aquel momento, un momento que me hubiera gustado se prolongara durante horas pero que fue el suficiente para mirarnos a los ojos y decirnos todo aquello que queríamos el uno del otro.
Fueron tus ojos y nada más que eso lo que me precipitó hacia el infinito reclamo de tu cuerpo, no pudiste negarte o sí, eso nunca lo sabré, solo sé, que cuando estaba dentro de ti, tus impulsos fueron mucho mayores que los míos, que tus ojos desmesuradamente abiertos se volvieron claros, del color del agua qué nos abrazaba en aquellos instantes.
Desapareciste del mismo modo que cuando te encontré en aquel hermoso paraje lleno de luces y sombras, nuca te encontré porque nunca te busqué, jamás, eso sí, olvidaré el color de esos ojos que como antorchas unas veces y otras como aguas de manantial sin poder definir de color son, haya visto en ninguna otra mujer.


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sábado, 13 de agosto de 2016

MI ÁRBOL DEJÓ DE CRECER

                                                       MÍ ÁRBOL DEJÓ DE CRECER

En mitad de un campo lleno barbecho, donde los  matorrales son, algunos de ellos, más altos que mi propio árbol ha crecido produciendo el fruto propio de especie, ahora apenas se deja ver su copa, creció mientras tuvo fuerzas para hacerlo y al margen de su tamaño, animales de todo tipo y cualquiera que necesitara sombra en esos calurosos días de verano, se dejan ayudar por ese magnífica árbol, de los implacables rayos del sol. Su fruto, indefinible, pues no se conoce en toda la comarca un árbol de estas características, gusta a todo el mundo, hasta algunos humanos ha experimentado con esos frutos con el fin de hacer mermeladas y compotas. Saben bien, de otro modo no lo recomendarían a otros para que hicieran lo mismo con esos frutos. Unos les llaman el fruto de la pasión y al parecer funciona en algunos casos extremos.
Un mal rayo lo partió por la mitad, y ese fue lo que lo mató, no del todo, todavía algunos tocones verdes dan fe que todavía está vivo, que aún es capaz de beneficiar  a aquellos que quieren saborear esa ricas mieles que derrama, en menor medida porqué está enfermo, los invita a que se arrimen a su tronco para con paciencia, esperar que florezca.
No tiene prisa alguna en hacerlo, sabe que su tiempo del fin ha llegado, pero sabe apreciar a los que con valor se acercan a él y acostumbrados a la lentitud con que llega la hora de su abundancia, esperan quietos a que en su debido tiempo, les llegue la cosecha anual del árbol.
En otro plano de cosas, los más mayores de la casa, que han pasado por vicisitudes y  tienen mucha experiencia, difíciles de describir, a casi nadie le gusta recordar viejas victorias y derrotas a lo largo de su vida, reconocen que ya están vencidos, que un rayo determinado los partió por la mitad, los apeó de la vida normal y los dejó postrados en el lecho del olvido. Suficiente para cada día tiene su propio mal, eso piensan, pero sus experiencias, ahora vistos como árboles rotos, pueden todavía dar cobijo a multitud de personas y a animalillos, que andan por le vida perdidos sin saber dónde acudir para remediar sus males.
Sí, pasan por el lado de esos que están medio locos, que no saben lo que dicen porque las bombas que explotaron a su lado, le s han nublado la razón y el entendimiento. Pues dicho esto, prefiero un consejo de cualquiera de esos árboles que apenas dan sombra, que los que podemos recoger de árboles más jóvenes y con poco o ningún entendimiento.
Prefiero esperar tranquilamente la cosecha de ese e árbol medio caído que todos los que le rodean que en apariencia, seguir el consejo y la ayuda de los de nuestra generación, que no lleva otro camino que la autodestrucción.

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viernes, 12 de agosto de 2016

LA HISTORIA SE ESCRIBE SIN ACENTOS

                                          LA HISTORIA SE ESCRIBE SIN ACENTOS

Fue fácil adivinar dónde iría a parar la vida de Luis, un hombre sin ambiciones pero franco, sincero, honrado en definitiva. Alguien para el que la vida, es solo un camino lleno de inconvenientes, pero que mira cada día, como una mañana mejor que la anterior, que saca de cada minuto todo cuanto puede. A sido pasto de tiburones con patas, que han tratado de aprovechar las muchas cualidades que tiene a base de darle bocados para menoscabar todo su potencial. No es un millonario al que hay que esquilmar más pronto que tarde, antes de que llegue alguien a su puerta, y llame a ella, con el solo fin de aprovecharse de las cualidades antes mencionadas. Es un hombre rudo, con las ideas claras de lo que se le puede pedir a la vida y el modo de hacerlo, en otros términos se diría de Luis, que es un hombre completo.
Estas cualidades le han llegado del trato que ha tenido con clases de personas que sin saber muy bien lo que quieren, se han tirado a morder en la yugular, de eso sabe bastante, ha tenido amigos y amigas de esta clase y no pocos lo ha ido empobreciendo, por otra parte lo han enriquecido, le han abierto los ojos, le han hecho ver la realidad de la vida y las consecuencias de ser demasiado generoso, altruista sería la expresión. Siempre ha tenido la mano abierta para todo el mundo y eso… le ha acarreado no pocos problemas.
Es por esa razón que ahora prefiere vivir la vida sin acentos, quiere vivir sin desalientos, sin sorpresas que hagan menguar su fe en la humanidad, quedan muchos a los que puede ayudar y se ha propuesto hacerlo aun acosta de su integridad física. No es complicado llevar una vida como la que él lleva, solo hace falta, saber seleccionar a los que son merecedores del favor de aquellos que están en disposición de hacerlo, de recibir el favor de los más poderosos. Luis para poder equilibrase en este aspecto, lleva una vida sencilla, una vida sin lujos, apartado de todo aquello y aquellos que pudieran entorpecer su labor.
Para ello, no tiene en consideración si determinadas palabras o frases deben ir o no acentuadas, no es importante, no me refiero al uso de los acentos gramaticales, es más bien, obtener un cuadro general de las necesidades del mundo que lo rodea, eso sí que le interesa, eso sí que le vale para todo aquello que él tiene como objetivos en la vida y los usa de la mejor manera posible, derramarse a los demás dándoles la esperanza que necesitan. Para hacer eso, sobran los acentos, las comas y los puntos y aparte.


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jueves, 11 de agosto de 2016

RECLAMACIÓN LEGAL

                                                         RECLAMACIÓN LEGAL

Afortunadamente no he tenido que hacer muchas reclamaciones a lo largo de mi vida, en primer lugar porque la mayoría de las ocasiones en la que he tenido que hacerlas, las partes afectadas nos hemos puesto de acuerdo. Sea por una discusión sobre un postre que ya se había terminado en la cocina, o por no llegar a llenar un recipiente, después de haber medido de manera exacta el contenido del mismo, las cosas nunca han ido a más, se ha discutido la jugada, hemos llegado a un entendimiento sobre el asunto y aquí paz y allá gloria. Los consumidores tenemos derechos que nos avalan ante maltratos de terceros, pero frecuentemente ignoramos hasta qué punto podamos quejarnos y cómo hacer uso de los documentos legales para formalizar las reclamaciones oportunas.
Pues bien, que nadie piense que lo que voy a relatar aquí, en este breve escrito es un cuento, una fábula, tampoco fue un sueño lo que vivimos las cuatro personas que estábamos en aquel lujoso restaurante un día de invierno, con un frio que te calaba los huesos. Nos llamó la atención la fachada del restaurante, hotel todo él acabado en madera, con unas tenues luces amarillas que conjuntaban a la perfección con el ambiente en general que se desarrollaba en el interior del comedor. Pedimos una mesa para comer, ya sabía de forma anticipada, que aquella convidada iba subir un pico, pero al ir invitado me dejé llevar por los acontecimientos.
La comida fue una exquisitez, todos los platos estaban muy bien servidos en cuanto a los camareros se notaba que conocían su oficio a la perfección, estuvieron todo el tiempo atentos a cualquier situación que pudiera impedir que los comensales disfrutaran de su comida. De postre pedimos los cuatro postres de músico, un plato que está compuesto de diferentes frutos secos, y que además, ahí estaba la gracia del postre, se hacía acompañar por un delicioso vino dulce, en algunos lugares se le llama mistela. Pues nada, que la mistela no aparecía por ninguna parte, ninguno de nosotros estábamos dispuestos a comer ese estupendo postre con un vino común, estaba reflejado en la carta y en consecuencia, lo tenían que servir.
Pues de eso nada, Montse la mayor del grupo se puso en pie justo cuando pasaba un camarero por detrás de su mesa.  Oiga joven, tenemos que seguir viaje y hemos parado aquí solo para comer y hacer un poco de sobremesa, ¿me podría usted decir dónde está el vino que acompaña el postre que acabamos de pedir hace ya quince minutos? Le doy dos minutos para que me dé una respuesta ¿de acuerdo?   El vino no apareció, a diferencia de otras muchas mesas que pidieron el mismo postre qué nosotros y que sirvieron de una forma completa, es decir con sus copitas de mistela.
Montse se levantó de su silla y se dirigió a la barra, allí vestida como una marquesa se hallaba una señora, que sin duda tenía trazas de ser la dueña.  Señora… ¿me podría usted aclarar el por qué habiendo pedido un postre como otros muchos comensales, a nosotros se nos ha ignorado dejándonos de servir la mistela que suele acompañar a este postre? La mujer apenas levantó la vista, echó mano de un pliego doble de papel químico de copia y se lo extendió sin decir ni una sola palabra.  Reclame usted lo que crea oportuno, dentro de tres días viene a comer a nuestras dependencias, la familia real, si quiere usted presentarles una queja en persona tiene la oportunidad de hacerlo. Con una sonrisa socarrona la miró y añadío…  ¿Quiere usted dejar espacio delante de la caja para los clientes que ya marchan, tenga la bondad?
Es así como hay que hacer las cosas, con copia y con el sello de la empresa a ser posible. Todas las reclamaciones que no tengan estos visos… no son legales, de manera que ahora encima de estar bien jodidos por la falta de empleo y suplicar a una empresa para que nos dejen hacer unas horas al precio que ellos dispongan, ya hemos perdido el derecho a reclamar lo que se nos debe.

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miércoles, 10 de agosto de 2016

EL CIELO SIEMPRE ESPERA

                                                   EL CIELO SIEMPRE ESPERA

Todo lo que uno pueda imaginar, desde estrellas hasta grandes nebulosas que todavía se  están investigando, los millones de soles de otros sistemas planetarios, todo, está contenido en los cielos que nosotros solo vemos como un espacio azul y limpio. Mientras eso ocurre, aquí, en la tierra, no de jamos de preguntarnos qué es lo que hay más allá, pues bien, no hay nada más que eso, cielo. El tiempo pasa a gusto de cada cual, y el día y la noche se confunden en una amalgama de colores que no sabemos interpretar de forma clara.
Pero el tiempo pasa y el cielo espera, se nos puede antojar fácil ver pasar los días sin interrupciones, con las rutinas que nos depara el trabajo, el tiempo de ocio… y ahí está él, esperando, viéndolo todo con indiferencia porque para eso está hecho, para ser el sostén de la vida y de la muerte. Y con todo, no caemos en la tentación de valorar ese inmenso espacio que al parecer no representa nada, solo eso, una bóveda que cambia a placer del tiempo, que al parecer cambia solo cuando tiene que llover, diluviar en ocasiones, sin saber cuándo va a parar esta molesta lluvia que lleva ya varios días cayendo sobre nuestras cabezas. La realidad es, que el cielo tiene determinado propósito incomprensible para nosotros, lo cierto es que nos espera, es paciente y discreto, cuando el sol lo ilumina nos complace verlo, especialmente, cuando estamos disfrutando de él sin prisa alguna por retirarnos de los beneficiosos rayos que emite.
No es que crea que voy a ir al cielo cuando me muera, no me preocupa donde vaya a ir a parar una vez muerto, pero millones de personas ve en el cielo su lugar de reposo, el lugar donde reciben el premio que algún dios les ha prometido. Para mí, el cielo, es una de las mejores cosas que se les ha otorgado a los humanos, la oportunidad de poder aprovechar sus vidas y hacer de ese cielo un objetivo claro mientras estamos vivos. Es cierto que el cielo es algo inconcreto, pero no por eso deja de ser real, hasta se pudiera decir que es un amigo en nuestro caminar, no habla más que cuando ruge en mitad de la tormenta, cuando se forman estas grandes catástrofes que lo asolan todo a su paso. No es su culpa, es solo una consecuencia de lo mal que estamos tratando todo su entorno, cuando se desatan sus fuerzas, no importa dónde te escondas, te encuentra, y si te haya y sus tentáculos pueden llegar a ti, te lleva con él, te alza a lugares nunca imaginados por el hombre.
Es por eso que hacemos bien en conocerlo y respetarlo, su poder es infinito, de diría que malicioso, tanto si estamos viviendo en una estación u otra. Llega a todos los lugares, no respeta edades ni clases de personas, va a lo suyo, a lo que le mandan las fuerzas que no se sabe bien de dónde llegan. Y no es que se pare en determinado lugar, de un lugar a otro, el cielo se desplaza como si de un trompo se tratara, comienza a dar vueltas, y si ha golpeado una zona ya de por sí depauperada, pobre, pasa a castigar, es solo una expresión, a otras zonas que son ricas y donde las casas están bien construidas, sólidas, construidas sobre rocas con fuertes fundamentos.
Al cielo hay que temerlo, cuando se irrita es desesperado y ciego, llega, golpea y marcha a otro lugar. Esa es la razón principal por la cual hay que respetar todo su entorno, el no hacerlo no produce más que perjuicios, para los que solo miran el cielo con el fin de aprovechar los beneficios de sus rayos ultravioletas, para ponernos morenos, para que nos fría la piel hasta que esta se cae a tiras. El cielo sabe esperar, por él pasan astros que pueden ser beneficiosos, si abusamos de estos beneficios… lo que nos espera es probablemente, una vida más corta que la que normalmente uno desea para sí y para los suyos.


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