PAPELES
Llevo vividos sesenta y seis años,
espero vivir otros cuantos más, sería de locos decir que uno a esa edad ya
quiere morirse. Pues en esos años os puedo asegurar que hay pocas personas que
tengan en casa tantos papeles como los que tengo yo, y no es que los coleccione,
de hecho es peligroso acumular papeles en casa es peligroso y más cuando uno
tiene a criaturas pequeñas.
El caso es que desde determinado
momento, comenzamos a acumular cartas, primero estados de cuentas del banco, luego
facturas, después o más bien junto a todos estos papeles llegaba propaganda que
no se abría pero que se guardaba. Llegamos a llenar una bolsa de esas de la
compra de plástico y ahí comenzó el lío, buscábamos determinado papel
importante y para ello teníamos que sacar todo lo que había en una de aquellas
bolsas, para averiguar dónde estaba aquella factura que hacía unos meses, nos
habían enviado, no la encontrábamos y dejábamos que alguna mano invisible la
sacara de entre los papeles para pagarla. Nunca encontramos aquella mano que
nos hiciera este trabajo, al poco otra carta nos avisaba que había que pagar a
riesgo de entrar en una lista de morosos si no lo hacíamos, mientras,
diariamente, llegaban otras cartas, unas intrascendentes, propaganda que nos
brindaban la oportunidad de comprar con descuentos suculentos artículos que no
servían para nada en el fondo. Otra bolsa de la compra llena de papeles que iban
acumulándose junto a las otras. Nada, como tenemos sitio, las almacenaremos en
el garaje, al fin de cuentas, tenemos sitio de sobra para dejarlas allí, vegetando.
Sin saber qué hacer con tanto papel
abandonado seguíamos con nuestras vidas, hasta que un día llegó el momento de
un juicio al que tuvimos que asistir, más papel, esta vez de los abogados y
procuradores y nosotros seguimos con nuestras vidas, nos íbamos de vacaciones,
volvíamos y más cartas en el buzón. Me divorcié y eso trajo consigo más
papeles, ¡mira que me lo advirtieron que eso no era bueno, acumular tanto papel
sin leerlo siquiera! La palmé, lógico, y eso me costó tener que pagar mucho
dinero para deshacer el entuerto.
Así seguí durante muchos años,
acumulando y sin hacer nada al respecto, al final, ahora me encuentro un tanto
liberado, leo lo que me llega a casa, cuando no puedo hacerlo pido ayuda y
personas a las que considero buenos
amigos, me ayudan, me aconsejan, gracias a esto he podido lograr que en mi casa
no haya papeles trasnochados e inútiles. Ahora, solo ahora, puedo morir en
paz, no debiendo nada a nadie y logrando
una tranquilidad que jamás había podido experimentar, ¡lo bien que se vive así
oye!
De ahí que mi consejo es que nadie
acumule papeles aunque no parezcan importantes, si el documento te dice que
pagues, paga, si te dicen que tienes que cumplir con determinados requisitos
que ahora no puedes cumplir con ellos, retrásalos pero no los dejes en el
olvido, es mucho peor, vendrán a tu puerta y te reclamarán el doble de lo que
en principio te dicen que debías.
Y sobre todo no acumuléis bolsas de
la compra con papeles que parecen inservibles, leerlos y decidid luego que
hacer con ellos, pero no los dejéis en el olvido. Los papeles son como todas
las cosas, medios para estafarnos o para exigirnos legítimamente lo que se
debe, entonces pagad, es lo mejor. Pero no acumuléis, lleva a la perdición esta
actitud de pasotismo generalizada hoy día.
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