miércoles, 31 de agosto de 2016

PAPELES

                                                                 PAPELES

Llevo vividos sesenta y seis años, espero vivir otros cuantos más, sería de locos decir que uno a esa edad ya quiere morirse. Pues en esos años os puedo asegurar que hay pocas personas que tengan en casa tantos papeles como los que tengo yo, y no es que los coleccione, de hecho es peligroso acumular papeles en casa es peligroso y más cuando uno tiene a criaturas pequeñas.
El caso es que desde determinado momento, comenzamos a acumular cartas, primero estados de cuentas del banco, luego facturas, después o más bien junto a todos estos papeles llegaba propaganda que no se abría pero que se guardaba. Llegamos a llenar una bolsa de esas de la compra de plástico y ahí comenzó el lío, buscábamos determinado papel importante y para ello teníamos que sacar todo lo que había en una de aquellas bolsas, para averiguar dónde estaba aquella factura que hacía unos meses, nos habían enviado, no la encontrábamos y dejábamos que alguna mano invisible la sacara de entre los papeles para pagarla. Nunca encontramos aquella mano que nos hiciera este trabajo, al poco otra carta nos avisaba que había que pagar a riesgo de entrar en una lista de morosos si no lo hacíamos, mientras, diariamente, llegaban otras cartas, unas intrascendentes, propaganda que nos brindaban la oportunidad de comprar con descuentos suculentos artículos que no servían para nada en el fondo. Otra bolsa de la compra llena de papeles que iban acumulándose junto a las otras. Nada, como tenemos sitio, las almacenaremos en el garaje, al fin de cuentas, tenemos sitio de sobra para dejarlas allí, vegetando.
Sin saber qué hacer con tanto papel abandonado seguíamos con nuestras vidas, hasta que un día llegó el momento de un juicio al que tuvimos que asistir, más papel, esta vez de los abogados y procuradores y nosotros seguimos con nuestras vidas, nos íbamos de vacaciones, volvíamos y más cartas en el buzón. Me divorcié y eso trajo consigo más papeles, ¡mira que me lo advirtieron que eso no era bueno, acumular tanto papel sin leerlo siquiera! La palmé, lógico, y eso me costó tener que pagar mucho dinero para deshacer el entuerto.
Así seguí durante muchos años, acumulando y sin hacer nada al respecto, al final, ahora me encuentro un tanto liberado, leo lo que me llega a casa, cuando no puedo hacerlo pido ayuda y personas a las  que considero buenos amigos, me ayudan, me aconsejan, gracias a esto he podido lograr que en mi casa no haya papeles trasnochados e inútiles. Ahora, solo ahora, puedo morir en paz,  no debiendo nada a nadie y logrando una tranquilidad que jamás había podido experimentar, ¡lo bien que se vive así oye!
De ahí que mi consejo es que nadie acumule papeles aunque no parezcan importantes, si el documento te dice que pagues, paga, si te dicen que tienes que cumplir con determinados requisitos que ahora no puedes cumplir con ellos, retrásalos pero no los dejes en el olvido, es mucho peor, vendrán a tu puerta y te reclamarán el doble de lo que en principio te dicen que debías.
Y sobre todo no acumuléis bolsas de la compra con papeles que parecen inservibles, leerlos y decidid luego que hacer con ellos, pero no los dejéis en el olvido. Los papeles son como todas las cosas, medios para estafarnos o para exigirnos legítimamente lo que se debe, entonces pagad, es lo mejor. Pero no acumuléis, lleva a la perdición esta actitud de pasotismo generalizada hoy día.


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