HOY TOCA CINE
¡Y sesión continua no te creas…!
Entro a las 8´30 y salgo a eso de las 8 de la tarde, que ya es decir, son ganas
de cine, eso sí que hay que reconocer, es cine para sordo mudos es decir subtituladas
todas las películas. A mí que quieres que te diga, no es que me guste esa clase
de cine pero no tienes donde escoger, o ves las películas que te van pasando o
duermes. Lo bueno que tiene este sistema es que si no te va lo que te van
pasando, reclinas el asiento como si fueras en primera en un jumbo, acomodas la
butaca de la manera que quieres, y a sobar. Nadie te dice nada por eso, nadie
te viene a incordiar, nadie te despierta… en fin, que te puedes pasar toda la
sesión a tu bola.
Los asientos van numerados, ahí
nadie se cola, ni pasa la gente dando codazos para no perder el asiento, te
asisten de forma personal, te preguntan si estás cómodo, y si por cualquier
razón necesitas ir al servicio, solo tienes que levantar el dedo de la mano, y
volando, llega una azafata que te reserva el asiento hasta que regresas a tu
butaca, ¿se puede pedir más…? Eso sí que es verdad, no te puedes escaquear de
tu puesto, porque si te echan en falta todo el mundo sale a buscarte, ¡qué
atención oye para que luego digan…!
Así poco más o menos funciona la
quimioterapia, tienes todas las atenciones que puedes imaginar, pero a
condición, de que te dejes hacer lo que los médicos te dicen. Yo me dejo hacer,
me han dicho, que si no me someto a estas curas, voy al hoyo más temprano que
tarde de manera que no cuesta nada intentar darle al cuerpo lo que necesita, en
este caso concreto, curarse del cáncer.
Tampoco es que haya que dramatizar
con esta expresión, toda la humanidad tenemos la muerte comprada, unos a una
hora y otros a otra, así que hay que echarle huevos al asunto e intentar salir
de esta. ¡Tendríais que ver cómo están las salas de gente que espera turno para
que los pinchen y les den su ración de tarta! Me lo tomo así, porque ya no
puedo resistir por mucho que le dé a la cabeza, de que eso puede cambiar, las
cosas en la vida van como van y punto, a otros les ha tocado cagar con otras
enfermedades más penosas y dolorosas, espero que este no sea mi caso. No quiero
dejarme vencer por una enfermedad de mierda que encima me deprima y me tenga en
constante alerta.
Por eso decía al principio, que
tener periódicamente esas sesiones de quimio, me lo tomo como ir al cine. No me
gusta jugar con la muerte, pero tampoco voy a ponerme a llorar como un loco por
el hecho de estar luchando contra una enfermedad de la que hay recuperación o
por lo menos vivir con cierta calidad de vida. “Yo me entero que tengo cáncer y
me suicido…” y una mierda, tú luchas porque sabes que tras de ti, tienes un
carro del que tirar, y tiras de él hasta que se te acaban las fuerzas. Por eso
si toca sesión de cine diaria… al cine que hay que ir, con ganas o sin ellas.
Me hacen gracia esos que piensan
que con una enfermedad de ese calibre el espíritu te abandona, no, de eso nada,
si acaso quién abandona el espíritu eres tú ¡que cojones! No vengamos ahora
justificándonos acerca de lo que socaba o no nuestra manera de vivir. “Mira
Jeremías… se enteró que tenía el corazón jodido y se tiró a la bebida” Mamón,
si fue precisamente eso lo que le dejó el corazón hecho jirones.
Bueno que llega la hora de la
comida y hoy toca merluza con salsa verde, quién quiera está invitado, y quién
no, también.
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